viernes, 27 de mayo de 2011

PARO



"renaceré y seré millones"

PRONUNCIAMIENTO DE LOS ESCRITORES DE PUNO


Los escritores, narradores, poetas y editores de revistas literarias de Puno, nos dirigimos al Perú para manifestar lo siguiente:

1. Si bien hemos optado por el trabajo con la palabra, no podemos mantenernos al margen de las justas reivindicaciones que han emprendido, desde hace más de dieciocho días, nuestros hermanos de las provincias aimaras de la región de Puno.

2. La actitud indolente del gobierno de Alan García secundado por la clase política y económica que detenta el poder en el Perú, ha demostrado una vez más, su olvido y desdén por solucionar los problemas que aquejan a las grandes mayorías, demostrando una actitud que linda con el racismo como política de exclusión, los mismos que han llegado a institucionalizarse en todas las esferas gubernamentales del país.

3. El Perú es un país diverso, múltiple y amplio, geográfica, étnica y culturalmente. Nuestros pueblos andinos, desde hace miles de años, han desarrollado el respeto, el equilibrio y el uso racional que la naturaleza (Pachamama) provee. Para ello han desarrollado modelos culturales que se ven hoy amenazados por el saqueo y la destrucción que propugnan los diversos gobiernos que han llegado al poder y exigen el cumplimiento de la legalidad que como marco jurídico crean al margen de la legitimidad que los pueblos les otorgan. Por ello nuestro rechazo a esas formas de mantener un supuesto Estado de derecho a través de una cultura de la mediatización y simulacro.

4. Rechazamos toda concesión minera, petrolífera u otra actividad extractiva irresponsable permitida a las empresas transnacionales, cuyas consecuencias serán la destrucción y muerte de nuestra bio-diversidad cuyo hábitat natural son las acequias, ríos, pampas, cerros, lagos y lagunas. Las mismas concesiones que atentan contra los proyectos de vida de las futuras generaciones y sobre todo contra los derechos fundamentales de quienes viven en todo el territorio puneño. Por lo que exigimos respeto al derecho de vivir.

5. Finalmente rechazamos todo acto y política violentista propugnada desde las esferas del poder que intentan desnaturalizar los reclamos de la población aimara y hacemos un llamado al diálogo comprometido para dar solución a estos problemas que devienen no solo de demandas aimaras sino de todos quienes vivimos en las márgenes del Titicaca y en todo el territorio puneño.

Firman:

Luis E. Pacho Poma, Víctor Villegas Arias, José Luis Velásquez Garambel, Walter Paz Quispe Santos, Simón Rodríguez, Henry Esteba Flores (…)

lunes, 18 de abril de 2011

Puno en el mes de las letras




Desde hace algunos años los Estudiantes de las especialidades de Lengua-Literatura-psicología y filosofía de la Universidad Nacional del Altiplano vienen desarrollando marchas de protesta de un modo que no es usual, efectúan plantones y petitorios para que las autoridades le presten más apoyo y atención a la cultura, así como a la implementación de una política y una agenda que permita a Puno desarrollar “cultura” en todas sus manifestaciones.





Y lo hacen para hacernos entender que “en todo país la vida cultural debe ser parte del proyecto nacional y que las actividades creativas deben tener un lugar óptimo, que se les deben asignar espacios reales y que deben a la vez tener apoyos reales”.

Sus pancartas tienen escritas las frases que recalan en quienes las leen “gozar del arte y de la cultura es un derecho y una necesidad formativa y que todos por igual debemos tener acceso a las obras de arte”, “la lectura nos hace libres”.
Para tal efecto, una vez más, han programado para el 20 de abril del 2011 un corzo en homenaje a José María Arguedas, Emilio Adolfo westphalen y a nuestro querido Carlos Oquendo de Amat. El acto se desarrollará a través del recorrido de personajes literarios por las principales arterias de la ciudad de Puno, en dicho día los personajes saldrán de las páginas de nuestros autores nacionales para incitarnos a la lectura.

Y en la noche a horas 6:00 p.m. se efectuará un festival de danzas y de teatro (lugar: auditorio municipal de de la municipalidad de Puno), en tales actividades participarán todos los semestres académicos de las ya mencionadas especialidades.

domingo, 17 de abril de 2011

Un duelo a “5 metros”, una muerte entre imágenes y metáforas que nadie puede perderse.







Para Carlitos Oquendo,
que cumple 106 años de vitalidad
a prueba de todo.



Cuando se publicaron los “5 Metros de poemas” Oquendo hizo, sin quererlo, un duelo poético a las generaciones posteriores, un duelo que él sigue ganando, un duelo que con los años tiene más adeptos. Su obra se ha constituido en un arma mortal de ritmo y pureza espiritual que hiere y atrapa a sus lectores, así las victimas pueden contarse a millares en el mundo entero, desde Vargas Llosa, quien le rindió tributo en su discurso de recepción del Premio Rómulo Gallegos en 1967 hasta los jóvenes que empapelan y pintan las calles de Puno con poesía y frases alusivas a la república de las letras: “viva el Coronel Aureliano Buen día, presidente de la república” o “Carlos Oquendo de Amat, congresista” (1). Efervescencia que crece cada vez que alguien entra en contacto con la poesía de Oquendo.
Carlos Augusto Oquendo de Amat nació en Puno, un lunes 17 de abril de 1905, hijo del Dr. Carlos Belisario Oquendo Álvarez y de Zoraida de Amat Machicao. Llevó una vida intensa y trágica, lastimosamente, como los grandes íconos no tuvo mucho tiempo para vivir, cumplió un extraño designio autoimpuesto, ya que falleció a los, apenas, 30 años en Navacerrada, España, víctima de tuberculosis al igual que su padre y madre.
Carlos Belisario Oquendo fue seguidor y militante del positivismo ortodoxo francés, hecho por el que le puso, a su hijo, el segundo nombre en honor a Augusto Comte, la importante actividad política del padre aún no ha sido estudiada, ni tampoco su relación con Gonzales Prada ni los debates en torno al desarrollo peruano, así como su participación en el naciente movimiento federalista peruano y su alejamiento del civilismo (2), hechos por los que fue perseguido y sepultado en el olvido, junto a su hermano Nicolás Oquendo y que, además casi logran sepultar la obra de su hijo Carlos Augusto, cuya imagen fue rescatada por Mario Vargas Llosa y la Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat (PICOA) en la década de los 60 (3).
Los hallazgos de Omar Aramayo (4), José Luis Ayala (5), Rodolfo Milla (6), Carlos Meneses (7) y los de Carlos Germán Belli (8) nos brindan luz sobre la misteriosa y brevísima vida del poeta y su entorno trágico e intenso por la efervescencia política y literaria que se desarrolló en ese entonces, período que puede considerarse bien como la expresión más pura e intensa en el vanguardismo peruano (9).
Entre los 17 y 23 años, el autor, nacido en Puno, escribió poemas que publicó en revistas como Amauta, Qosqo, Figulina y Sur, además de los 18 textos que recogió en “5 metros de poemas”, su único libro publicado, que constituye además en la única obra que nos queda de él, un manifiesto intenso de su actividad creativa y de compromiso con la estética de su tiempo. Era 1928 cuando la Editorial Minerva publicó la primera edición de los “5 metros de poemas” que se convirtió en poco tiempo, en el primer intento de renovación poética, luego le seguirían poetas conocidos como Juan Parra del Riego, Alberto Hidalgo y el memorable César Vallejo.
“5 metros de poemas” es un libro que no tiene páginas, es un plegable, un acordeón que extendido alcanza los cinco metros de los que habla el título, es como una cinta fílmica que presenta imágenes concebidas entre la ternura, la locura, el dolor y la tecnología, divididas por un intermedio de 10 minutos. Aunque con propósitos distintos, es un lejano antecedente de “Blanco” de Octavio Paz.
En este libro están presentes los signos de la primera vanguardia, la completa libertad para crear un mundo imaginario, juegos tipográficos que construyen espacios hiperrealistas y aperturas a espacios visuales que juegan y se intersectan con la percepción arbitraria de la realidad, dinamismo llevado a un juego fílmico. Se trata de un texto en el que dominan las notas ultraístas y creacionistas; pero también ofrece una riqueza enjuagada en el onirismo surrealista que sugiere imponentes sugerencias del cinetismo imperante en la Francia de ese período, cultura que sin lugar a dudas le fue heredada del Padre.
Cargado de influencias de Tzára, Eluard, Bretón, Rimbaud y Mallarmé, entre sus principales lecturas, Carlos Oquendo de Amat impregna su quehacer poético también del espíritu innovador de Cesar Vallejo y José María Eguren. Según los estudiosos de su obra, el estilo y las características que Oquendo muestra en su única obra son difícilmente clasificables en un determinado género y es que Oquendo anuncia su versatilidad y plasticidad desde el titulo de su libro indefinible “5 metros de poemas” (10), libro en el que la anécdota ha desaparecido por completo; el lenguaje es transparente y delicado; las imágenes vibran delicadamente como cuerpos volátiles en un espacio embrujado o encantado, entre el sueño y la vigilia. En sus imágenes el espíritu se hace líquido, y la edad se detiene en la niñez y la juventud, quizá por eso estos versos y el temblor emocional que su lectura provocan, se han mantenido intactos hasta hoy, sin envejecer ni siquiera un poco(11).
Así la obra de Oquendo de Amat representa una necesidad y búsqueda por el cambio e innovación, en un momento en que la dictadura de Augusto B. Leguía se encontraba en ebullición, en donde se moderan discursos para crear la ficción de que el indio será considerado como parte del estado nación que le niega toda participación. Una casta limeña que entraba en cambios económicos y sociales, con la influencia de nuevos pensamientos como el dadaísmo y el surrealismo europeo. Carlos Oquendo parece jugar con todo esto y plasmarlo de una manera poco tradicional.
“Cambiaria un tapiz antiguo, que trae una cesta de sonrisas…”, es el inicio de uno de sus versos, poema titulado “Obsequio”, se convierte en una perfecta alusión a las imágenes surrealistas y plásticas que espera crear en el lector, otra de las imágenes que transita por el onirismo llevado a un espacio impreso es “tuve miedo y me regresé de la locura…”. Sus versos son una contribución al juego poético, al coqueteo de la palabra y su significado cada vez más lúdico, en donde semasiología y onomasiología entrelazadas crean un nuevo sema. En este texto film cada verso constituye un reto a la imaginación. En el poemario, el lenguaje y las imágenes son clandestinos y se valen de elementos modernos para componerse, utilizando accesorios y espacios comunes de la vida diaria, como los trenes, las sombrillas, los mostradores, los transatlánticos y los ascensores. El uso de palabras poco poéticas se convierte en una innovación no solo del lenguaje, sino de la composición misma de los significados y por tanto, de la poderosa capacidad de componer imágenes que se convertirán luego en vehículos hipertextuales.
“5 metros de poemas” se convierte en una pieza imprescindible para la lectura, un poemario que debe leerse no solo con la imaginación al 100%, sino que además debe registrarse en la amplitud y dimensión de los sentidos, y dejarse atrapar por las visiones que hace casi cien años acompañaron al autor a crear una de las obras más importantes de la literatura universal y la pieza más representativa del Vanguardismo latinoamericano.
NOTAS
(1) Una vez Percy Zaga nos narró que junto a Omar Aramayo, Serapio Salinas y José Luis Ayala habían decidido pintar las calles con poemas de Oquendo; un grupo de jóvenes universitarios quisieron hacer lo mismo hace algunos años, lastimosamente nos encerraron en la comisaría de Puno, Hernán Cornejo tuvo que intervenir para que nos liberen. En el 2005 un grupo de jóvenes pintaron los poemas de Oquendo en 5 los cerros de Lima, promovida por la revista “dedo crítico” y la municipalidad de Comas.
(2) En Copiador de cartas, del año 1905, existente en el archivo de Henry Esteba Flores.
(3) Los integrantes del PICOA son: Omar Aramayo, Percy Zaga, José Luis Ayala, Serapio Salinas, Américo Valencia y Gloria Mendoza.
(4) En su tesis para obtener el grado de bachiller en la UNSA, “indagando en la vida de un fetiche”, lastimosamente esta tesis ha sido cercenada y su valiosa documentación casi se ha perdido.
(5) Ha publicado un libro casi completo dedicado a la biografía de Oquendo, se trata de un esfuerzo sin precedente, el libro titula “Carlos Oquendo de Amat: Cien metros de biografía, crítica y poesía de un poeta vanguardista itinerante. De la subversión semántica a la utopía social”, en editorial horizonte en 1998.
(6) Milla ha publicado una bella y extensa biografía que lleva por título “Oquendo” (en HIPOCAMPO EDITORES – 2006), se trata de un trabajo premunido de devoción al gusto por la poesía oquendiana.
(7) Meneses ha dedicado parte de su tiempo a encontrar la tumba de Oquendo en Navacerrada y a esbozar una biografía y el camino de la crítica de la poesía de Oquendo, es además junto a Aramayo uno de los iniciadores en los estudios sobre Oquendo.
(8) Dedica su tesis de Bachiller a Oquendo, es también uno de los primeros estudiosos de su obra.
(9) Oquendo fue estudiado y traducido al italiano por Riccardo Badini, quien ha logrado editar además “Resurrección de los Muertos” (en la ANR en el 2010), una obra inédita e Gamaliel Churata.
(10) “5 Metros de poemas” posee varias ediciones decorosas, desde la edición de la municipalidad de Lima, la de la Universidad Ricardo Palma, la de Aquelarre, hasta la más reciente hecha por Qhala Editores, que estuvo bajo el cuidado gráfico de Moises Bustincio y de quien firma esta nota.
(11) Junto a Luis Pacho, Victor Villegas, Simón Rodríguez, Hugo Lipa, Erdy Flores, Edy Sayritupac, Walter Paz, walter Bedregal, Darwin Bedoya y todos los de la generación puneña del 90 organizamos varios recitales de poesía en homenaje a Oquendo, de ello dieron cuenta la Revista Pez de Oro y el diario Los Andes.

viernes, 15 de abril de 2011

Los tres oquendos de Puno




Desde hace un tiempo se viene proponiendo la recuperación de la casa del poeta Carlos Oquendo de Amat, no sólo por tratarse de uno de los mayores poetas de la vanguardia latinoamericana, sino en reconocimiento que la ciudad le debe a su familia y por un espacio para promover cultura y fortalecer a esa institución lacerada que es el Instituto Americano de Arte, a quienes Puno le debe la imagen de ciudad con cultura, hechos que continuamente son echados al olvido por la miseria del espíritu que tanta fama nos hace en esta aldea donde el croar de los sapos se confunde con los discursos políticos de quienes llegan al poder con ayuda de arribistas que simulan ser activistas, dirigentes y promotores sociales, es que acasonos seguirán sumiendo en la agonía de la cronofagia y del cáncer que representan al no tener una visión de lo que los puneños esperamos de su labor como autoridades.
Entre 1897 y 1907 los hermanos Oquendo Álvarez (Carlos Belizario y Nicolas, de quien nos ocuparemos en otra nota), desarrollaron un activismo incansable para crear la Junta Departamental de Puno,institución con la que iniciarían la construcción del sistema de alcantarillado de Puno, la implementación de un sistema de salud pública, la modernización de los ornatos del departamento y los ejes viales de las principales provincias (1).
De ello han sobrevivido el parque Manuel Pino, la restauración y conclusión del Arco Deustua (conocido en la época como Parque del Asiento de Principales y Propietarios), obras que permitieron un dinamismo inclusivo en ejes excluidos social y culturalmente. Ya que quizá uno de sus aportes más importantes fue el hacer que los cabildos, hoy municipios, patrocinen la creación y manutención de escuelas para atender y educar a los sectores de obreros y artesanos excluidos, considerando que las políticas del estado no permitían que el indígena tenga acceso a la escuela y al castellano. Tomando en cuenta además que las dependencias educativas, administrativamente no tenían presencia real en las provincias (2).
Carlos Belizario Oquendo Álvarez, médico y doctor en medicina por la Universidad de la Sorbona (3), fue maestro de José Antonio Encinas, Telésforo Catacora, Francisco ChuquiwancaAyulo, Manuel A. Quiroga, Eduardo Pineda y Arce y de otros destacados puneños que desarrollaron sus estudios en el Colegio Nacional de San Carlos. Debe, también, ser considerado como padre de la prensa liberal, anti clerical y positivista a través de su ejercicio periodístico en el diario “El Siglo” que creó y dirigió durante la primera década del 1900. Fue también presidente de la Junta Departamental de Puno y Diputado por la misma, creador de los Primeros sindicatos de artesanos y obreros junto a Demetrio Peralta y Eduardo Fournier, siendo además protector legal de Manuel Allqa Cruz (Manuel Z. Camacho), durante el proceso de instrucción judicial aperturado luego de los sucesos de Pomata.
Su imagen y trabajos efectuados recuerda mucho al Dr. Urbina de “El Amor en los tiempos del Cólera” de Gabriel García Márquez, sólo que el ambiente que le rodea linda con la desgracia, la pobreza y el dolor que más tarde minarán su salud y le harán hallar la muerte en el más completo abandono, con el cadáver del futuro y la dignidad de un pueblo en su voz silenciada por la malicie y el rencor llevados a extremos. Ya que fue perseguido por la curia representada por el obispo Piérola, hermano de Nicolás de Piérola, quien fue uno de los más crueles fustigadores de los indígenas y gran aliado de los hacendados de ese entonces.
Sus acaloradas luchas contra los grupos de poder de la época le hicieron de enemigos políticos que lo obligaron a abandonar Puno, pocos años después del nacimiento de su segundo hijo Carlos Augusto Oquendo de Amat, el poeta y autor de los “5 metros de poemas” (4), “del brujo de la palabra” de ese “Hechicero consumado de la poesía” como lo califica Vargas Llosa (5), que murió también como su padre, tuberculoso, anémico y en la casi más vulnerada soledad del espíritu, censurado y perseguido por comunista.
Recordemos además que en Puno se vivió, en dicha época en continuas luchas por la reivindicación de los sectores indígenas, como son los recordados sucesos de Pomata, la rebelión de Ilave, los asesinatos de los mensajeros de Juli, la insurgencia de Tiquillaca y Vilque; así como la rebelión de Azángaro que antecede en poco a la de Rumimaki y la descarnizada matanza de indígenas de Crucero y Macusani, que marcaron una profunda huella en el imaginario popular al punto de iniciar los movimientos reivindicacionistas de la “clase indígena” (6).
Todas estas insurgencias fueron apoyadas por la simpatía del Dr. Carlos Belizario Oquendo Álvarez (a la par, presidente de la Junta Departamental de Puno) y por su hermano, el Ing. Nicolas Oquendo, quien también tuvo un final no menos trágico, luego de la muerte de su hermano Carlos fue internado en un nosocomio por la pérdida de la razón, falleció poco tiempo después debido a los métodos inhumanos aplicados en dicho sanatorio. La labor y la posición liberal del diario “El Siglo” (7) fue tal que era el único medio que simpatizaba con las rebeliones indígenas, con las críticas acérrimas a los hacendados y a la curia cómplice de los abusos que se cometían bajo el amparo de las autoridades judiciales, un diario con el espíritu liberal de las juventudes que se formaban en la región, un vocero de las demandas de los sectores excluidos y de lo que iba a representar e iniciar “el despertar de Puno” como lo llama Dan ChapinHazen.
Con fines para la conservación documental transcribimos a continuación un texto de José Antonio Encinas aparecida en la revista “Puno Ilustrado” de marzo de 1919, que dedica las páginas 11 y 12 a la evocación de este prohombre que fue el Dr. Carlos Belizario Oquendo Álvarez:
“Pocos son los hombres que como Carlos Oquendo pueden vivir en el recuerdo de la juventud puneña. Fue exponente de inteligencia, de energía, de amor al terruño. De temperamento absorbente, trató de mantener en sus manos la vida política y social de Puno. Tal vez esto le hizo bastante daño, pero demostró ante un análisis imparcial de su persona una vivificación de las fuerzas que en esa época se oponían al gamonalismo reinante. Pesaba cerca de 25 años, sobre el pueblo de Puno, la montaña de un feudalismo que muchas veces cubrió de vergüenza a la tierra de nuestros mayores. Las rebeldías se habían apagado. Un conformismo suicida embriagaba el alma de la juventud. Ni un soplo de reacción se sentía en la fría altiplanicie del Titicaca, no había sino la suave brisa de los políticos de cartel que adueñados del poder, no habían hecho otra cosa que encumbrar medianías y eliminar a las verdaderas capacidades con que puno contaba en ese entonces. Esta política dañosa y contraproducente no solo para los intereses materiales de Puno, sino para los espirituales, detuvo por dos decenas de años el movimiento del progreso a que estaba llamado un pueblo que por sus doctrinas y por su historia debía ocupar un sitio preferente en la república.
La anarquía política y desorientación de los valores sociales produjo en la juventud un estado de incertidumbre que fácilmente la condujo a la inacción. Esta quietud sirvió para que las fuerzas contrarias siguieran ostentando dentro y fuera del departamento fuerza ficticia que fuese baluarte de los anteriores abusos que más de una vez tuvieron dolorosas repercusiones. Tal era el estado político y social de Puno cuando llegó de Europa Carlos Oquendo, después de haber cumplido, como estudiante de Medicina de la Universidadde París, sus deberes en forma poco común.
Dedicado al estudio de las ciencias podía creérsele alejado de la lucha por el mejoramiento social. No fue así, demostró tanta capacidad para uno y otro ramo. Puso al servicio del terruño el bagaje de su inteligencia fecunda. Volviendo sobre la realidad del ambiente, desdeñó los valores que conservaban la sociedad y el estado político del departamento; comprendió que la juventud era presa de ese artificialismo que crea la vida material y entonces pensó en una renovación.
Prontamente se vio rodeado de lo más selecto de la juventud de Puno y colaboró con calor a esa obra de mejoramiento. Obra de gran esfuerzo por lo mismo que había de irse contra lo establecido, requería de la persistencia y e la tenacidad con que Oquendo la mantuvo hasta el último momento.
Tuvo errores; para nosotros, tuvo una que le sirvió para su propia ruina .engrosar las filas del civilismo, partido político que al igual de los científicos de México, no ha tenido otra misión en la historia del Perú, que negociar con los dineros del estado. Si hubiera escapado de la vorágine civilista, su estrella habría brillado mayor tiempo y su caída hubiera sido su apoteosis. No pudo ni debió haber figurado en el civilismo, porque en ese bando, estaban los elementos contra quienes debía combatir. Los grandes feudatarios, estaban allí, encastillados por el influjo del poder. Era necesario construir la fortaleza en el lado opuesto. Oquendo, como todos los de su época, no quiso buscar en el análisis de la historia, la tragedia civilista, por eso fue a echarse en brazos de los que debían ahogarlo más tarde.
Pero junto a este error político, Oquendo demostró, una floración de ideales para Puno, que sirvieron para seguir manteniendo de pié la causa del verdadero regionalismo que en estos momentos cobra verdadero interés. Oquendo fue tal vez uno de los pocos de la generación presente, que comprendió la hegemonía territorial de Puno, aquilató las riquezas del rico departamento y pensó en que alguna vez era posible vivir libre de la malsana influencia de un centralismo brutal y abusivo.
Oquendo como maestro, demostró no solo suficiencia, sino un perfecto criterio de las modernas orientaciones de la enseñanza. Conservamos aún en el recuerdo muchas de las lecciones dictadas con cariño, llevando nuestro espíritu a la observación y al esfuerzo propio de investigación. No fue maestro adocenado y banal. Supo sentir la maravillosa influencia de la didáctica. Supo considerar la cátedra, como el sitial de la consagración espiritual. Sincero, convencido y franco con sus ideas y con sus doctrinas radicales, jamás rehuyó la discusión y su vida quedó indeleblemente amoldada a los dictados de su conciencia. Esta sinceridad y esta convicción, en un medio de temor, de dádiva y de acomodo, tuvo para los discípulos de Oquendo valor inapreciable. El Club Liberal sintetizó esas doctrinas. Marcó una evolución en la vida intelectual de Puno. Pudo este club haber hecho mayor labor, llevando a su seno a muchos de los que pertenecían a esa generación. Así la simiente hubiera sido más fecunda.
Oquendo al bajar a la tumba ha dejado un ejemplo vivo de energía y de amor a la tierra de los suyos. La juventud de Puno, le rinde homenaje de respeto y admiración a quien un día supo encarnar sus más altas aspiraciones.” (8)

NOTAS:
(1) “Copiador de cartas” y “Libro de sesiones” de la junta departamental de Puno existente en el archivo personal de Henry Esteba Flores.
(2) Proceso explicado en “Las Luchas por la escuela in-imaginada del indio” del autor de esta nota.
(3) En el libro “Oquendo” de Rodolfo Milla y en “Carlos Oquendo de Amat” de José Luis Ayala.
(4) “5 metros de Poemas” en reciente edición Facsimilar de la Editorial Qhala, al cuidado grafico de MoisesBustincioCahui y edición del autor de esta nota.
(5) Discurso de la recepción del premio Rómulo Gallegos “La Literatura es fuego” 1969.
(6) Explicado ampliamente en la obra del historiador Augusto Ramos Zambrano.
(7) Gran parte de este diario existe en el archivo de la familia Cáceres Olazo, Esteba Flores y en menor medida en la Biblioteca Municipal Gamaliel Churata de Puno.
(8) Nota de homenaje ante el fallecimiento del Dr Carlos Belizario Oquendo Álvarez en “Puno Ilustrado” Nº 01 de marzo de 1919, bajo la edición de José A. Encinas y Juan Luis Mercado

miércoles, 30 de marzo de 2011

LA ESCUELA Y LA DESCOLONIZACIÓN DE LA PALABRA


FOTOGRAFÍA EN EL NEVADO DEL ALLIN QHAPAC DE MACUSANI EL DÍA 29 DE MARZO RUMBO A UN CONGRESO DE MAESTROS DE LA PROVINCIA DE CARABAYA AL QUE ASISTIERO MÁS DE 2000 MAESTROS COMPROMETIDOS CON LA REIVINDICACIÓN DE SUS DERECHOS.

Escribe: José Luis Ayala | Cultural - 13 mar 2011


El proceso de descolonización del pensamiento oficial histórico, ha tomado un nuevo impulso con el libro: “Las luchas por la escuela in-imaginada del indio” (1), cuyo autor es José Luis Velásquez Garambel. Se trata de un asedio al continuo batallar de quechuas y aymaras por la “conquista” del derecho a leer y escribir en español, pero además, tener los mecanismos gráficos que maneja la cultura dominante. Así, durante muchos años, querer aprender a leer y escribir y más aún construir una escuela, era un delito. Muchas personas fueron castigadas, otras perseguidas, encarceladas y asesinadas, todo porque osaron aprender o trataron de enseñar un idioma que fue impuesto a la mala desde la invasión de España a América (12 de octubre de 1492, islas de las Bahamas llamada Guanahaní).
El libro de Velásquez Garambel tiene el firme propósito de terminar con el no siempre gratuito pongueaje cultural (2). Es decir, presenta una nueva visión totalizadora de un esfuerzo destinado a acabar con el abuso, la explotación y dominación cultural, a través de los mecanismos del poder, que se expresan también en el idioma, la religión y la escuela. El pongueaje cultural, muy arraigado desde la época de la colonia, se traduce en un terco servilismo opuesto a toda revisión de la historia y necesidad de una permanente contrainvetigación inteligente. Será difícil, mejor dicho imposible, que los últimos pongos, cambien de mentalidad porque es una forma de ser, es también una manera sutil de ganarse el sustento diario.
Si bien el tema central del libro de Velásquez Garambel viene a ser: “Escuela, movimientos sociales e indigenismo en el altiplano”, para tener una mayor amplitud en la información histórica, es preciso tener en cuenta las anteriores publicaciones por ejemplo de Jorge Mariano Cáceres-Olazo Monroy (3), importante investigador y docente universitario (tan poco citado por los investigadores peruanos). “La batalla por Puno” de José Luis Rénique, quien se ocupa respecto al conflicto agrario en los Andes puneños y “Rebeldes Aimaras” de Augusto Ramos Zambrano.
Todos en conjunto han demostrado tres hechos importantes: La continuidad de la lucha de quechuas y aymaras por tener acceso al poder de la palabra y a la educación oficial. Mantener las formas de participación y solidaridad humana, frente a un sistema depredador de manifiesta exclusión. Que detrás de las acciones de defensa frente al gamonalismo y explotación inhumana, no hubo “ideologías” que impulsaron los movimientos andinos. Naturalmente una pregunta llega puntual: ¿Cómo es ahora? Esa es responsabilidad de los nuevos investigadores sociales andinos, quienes antes de ocuparse de temas intrascendentes, deberían estudiar lo que sucede ahora para así avizorar el futuro.
Uno de los tantos aciertos de Velásquez Garambel, es sin duda citar a un cura colonialista a ultranza, nacido en Juliaca y fundador de “escuelas parroquiales” coloniales, quien con la thalla Isidora Catacora, en Ácora, defendió el dominio de España contra el Perú. José Erazo de Burunda, fue además “profesor” de Juan Basilio Catacora Heredia en la “escuela” del templo de La Concepción (4), hoy solo es posible reconocer algunos montículos de lo que eran los cimientos y las tumbas. Debido a los servicios contra revolucionarios y haber colaborado con la derrota, captura y asesinato de Isidro Mamani y Pascual Alarapita, José Erazo de Burunda consiguió ser nombrado tesorero del obispado de La Paz, debido fundamentalmente a los “servicios prestados a la Madre España”.
Es verdad lo que dice Velásquez Garambel en lo que se refiere a los movimientos sociales y la escuela entre 1860 a 1930. El mayor enemigo era sin duda el gamonalismo parasitario, las autoridades políticas y la Iglesia, porque además era dueña de varias haciendas. Sin embargo, los gamonales, curas conservadores, prefectos y subprefectos, no eran más que un eslabón. El problema era (es) un Estado-nación construido de espaldas a la realidad nacional y contra las grandes mayorías de ciudadanos excluidos. El análisis incluye la presencia de Juan Bustamante “El viajero”, Los sucesos de Pomata (1895, 1900), La Escuela de la Perfección de Telésforo Catacora, La escuela de Utawilaya de Manuel Z. Camacho, José Antonio Encinas y la Escuela Nueva, Rumi Maki y La sublevación de Wancho Lima (5). Faltaría incluir, posteriormente a José Portugal Catacora.
Un tema bastante polémico y discutible es el que se refiere al indigenismo. Para José Luis Velásquez Garambel: “Este es también -dice- un concepto, una postura, algo que solo existe en nuestro imaginario y existe desde la colonia. El indigenismo colonial puede ser considerado como paternalista y segregacionista. Aparte de su influencia en la promulgación de leyes protectoras de los indios que ‘se acatan pero no se cumplen’, y algunos notables experimentos evangelizadores como el de los jesuitas en Juli (Puno) y el de Paraguay, la defensa de los indios fue débil e inoperante a la política de los intereses dominantes”. (6) La otra palabra que ahora está en plena revisión (discusión) es la palabra indio. Nadie se llama ahora a sí mismo indio; sin embargo, depende quién diga a quién, indio.
En efecto, más que una ideología y un pensamiento, el indigenismo es una imposición conceptual, lamentablemente vigente en el canon académico. Es una palabra usada por la cultura dominante para segregar y hacer notar que se trata de un “conocimiento” y práctica cultural arcaica (Vargas Llosa). Llamarse ahora indigenista o indio, resulta francamente una impostura. ¿Qué es una impostura? Según el Diccionario de la Real Academia Española, es una imputación falsa y maliciosa. También, un fingimiento o engaño con apariencia de verdad.
Finalmente, el libro revisa una gran bibliografía respecto a los diarios y revistas publicadas en el siglo XX, especialmente en Puno. De modo que es posible coincidir en que esta corriente tuvo vertientes políticas, literarias, pictóricas, jurídicas y educativas, particularmente comprometidas para demostrar una cultura distinta y distante de la cultura oficial y dominante. Habría que agregar que fue fundamental la polémica entre Luis Alberto Sánchez y José Carlos Mariátegui, a la que se sumaron Guillermo Guevara, Luis E. Valcárcel, Gamaliel Churata, Guillermo Mercado, etc., etc. Ese hecho demostró que efectivamente, la universidad peruana estaba de espaldas a la realidad nacional. El hecho es que cuando José Antonio Encinas Franco, llegó a ser electo rector de la Universidad Nacional de San Marcos, instituyó el estudio de las ciencias sociales (7).
Resulta igualmente ilustrativo el hecho de que Velásquez Garambel, haya incluido un glosario correspondiente a conceptos claves como: Marginación, social, orden social, protestantismo, socialismo, clase social, propiedad (Derecho) y conservadurismo. Esos textos denotan una formación ideológica coherente, un lenguaje depurado y penetrante así como una toma de distancia de ideas ahora en desuso. En fin, “Las luchas por la escuela in-imaginada del indio”, de José Luis Velásquez Garambel, es también una muestra de lo que es capaz la Universidad Nacional del Altiplano. Los instrumentos de análisis que maneja y el aparato crítico, demuestran sobre todo la lectura de las últimas conquistas conceptuales de las ciencias sociales y además, es evidente que acudió a una depurada fuente de información.
Sin embargo, el tema es antiguo como actual: ¿Cómo es ahora la educación en el Perú? ¿En qué medida la educación ha contribuido para que seamos un país moderno y más justo? ¿Se puede hablar de indigenismo cuando está demostrado que se trata de un concepto que solo existe en la mentalidad dominante? ¿La educación peruana está destinada a descolonizar la mentalidad de maestros y educandos? Las respuestas bien pueden conformar un nuevo libro. Estamos seguros que José Luis Velásquez Garambel, como investigador serio y dotado de una mentalidad descolonizante, podrá en el futuro, tratar estos temas desafiantes como actuales.
BIBLIOGRAFÍA
1.- José Luis Velásquez Garambel. Las luchas por la escuela in-imaginada del indio. (Escuela, movimientos sociales e indigenismo en el altiplano). Universidad Nacional del Altiplano. 2010. Puno.
2.-Pongueaje cultural. Tema de actual discusión que señala a intelectuales baratos y serviles, quienes asumen inconcientemente (a veces), la defensa de la colonialidad del conocimiento y defensa de la cultura dominante.
3- Jorge Mariano Cáceres-Olazo Monroy. Se trata de un caso raro como injusto, todos los trabajos de este investigador puneño son muy importantes, se refieren a los conflictos sociales del siglo pasado en el Perú, así como a la importancia del Titicaca en el planeta.
4.- José Luis Ayala. Juan Basilio Catacora Heredia. Protomártir de la Independencia Americana. Página 87. Derrama Magisterial 2009. Lima.
5.- Wancho Lima.- Un libro que trata este tema es de Leoncio F. Mamani Coaquira. El pueblo aimara y los conflictos con el poder. I festival del Libro Huancaneño. Municipalidad Provincial de Huancané. Editorial Horizonte 1998. Lima.
7.-José Luis Velásquez Garambel. Las luchas por la escuela in-imaginada del indio. Página 113.
7.- José Antonio Encinas. La reforma universitaria en el Perú 1930-1932. Tipografía y Offset peruana S. A. 1973. Lima.

lunes, 7 de marzo de 2011

oquendo




CARLOS MENESES: "OQUENDO PODRÍA PERDER SU CASA"


El poeta Oquendo de Amat, autor del libro “Cinco metros de poemas”, el mismo que escribió los versos más sublimes en recuerdo de su madre, y que murió en soledad cuando sólo tenía 30 años de edad en el pueblo castellano de Navacerrada, puede quedar sin la casa de Puno donde nació en 1905. Vivimos tiempos en que la adoración al dinero se ha multiplicado. El poder pecuniario causa gozo a una breve cantidad de seres. Y hace sufrir a millones interminables de personas. La casa en la que nació el poeta se mantiene en pie tras haber sobrepasado un siglo, pero está en peligro de ser derruida, a pesar de que la directora del INC, Cecilia Bakula, firmó un documento en el que se da consideración de patrimonio cultural del Perú a esa vivienda. La culpa es de la ambición económica de su actual dueño, don Roger Salluca.

Cómo aceptar que la casa de un poeta exquisito, que está protegida por una resolución que la muestra como bien cultural, sufra la amenaza de destrucción y que las autoridades puneñas no intervengan ante tal amenazante calamidad. Es inexplicable. Hay otros aspectos vergonzosos. Por ejemplo en el pórtico de ese inmueble se había colocado en 2005 con motivo de los 100 años del poeta, una lápida de mármol con las inscripciones necesarias para recordarlo. Ese mármol ha desaparecido y nadie sabe quien lo tiene. La casa que se quiere tirar abajo estaba pensada para convertirla en Museo o en la Casa cultural de Puno. Si el actual dueño, que dice no saber que se trata de un edificio considerado patrimonio nacional, procede a destruir esa vieja vivienda para sustituirla por una galería comercial, se tendrá que interpretar como el triunfo de lo pecuniario sobre la sensibilidad y la inteligencia. Nada nuevo en estos tiempos. Y una derrota de las autoridades del lugar.

¿Por qué no interviene la Municipalidad ante esta bochornosa situación? ¿Por qué no frenan los representantes de la Cultura Regional de Puno, lo que puede ser un grave atentado contra la historia, la literatura? las nuevas generaciones tienen el derecho de conocer todo lo relacionado con el poeta que nació a orillas del lago Titikaka. La voz del poeta diciendo a su madre: “Tu nombre viene lento como las músicas humildes” o una mujer: “Por sembrar un beso / bajo la alta palmera de una frase tuya” Se sigue escuchando, no se ha apagado y se mantendrá por mucho tiempo. ¿Por qué no puede tener una suerte similar la casa en la que ese eximio vate nació en 1905? ¿No hay nadie que le haga entender al dueño de la casa, que la puede utilizar pero no derribar? Y no se trata de una persona que desconoce de leyes, es abogado y notario público en la provincia de San Román.



jueves, 21 de octubre de 2010

ALCALDES DE LA MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE JULIACA (1859-1926)

todos estos datos los puede revisar tambien el el diario "Los Andes"

Juliaca, con historia que proviene desde un Repartimiento hasta convertirse en la Cuarta Ciudad más poblada del Perú, tiene registros impregnados por los pocos historiadores a un total de 61 autoridades ediles desde que el año 1859 fue elevado a distrito. Sin embargo, este periodo está divido en dos etapas, la primera cuando fue nominada como Municipalidad Distrital de Juliaca teniendo a 23 alcaldes y desde el año 1926 en que fue creado la provincia de San Román hasta la actualidad, esta gran urbe ha tenido 38 alcaldes.


1.- José Mariano Soto 1859
2.- Rafael Ruiz 1882
3.- Pedro P. Chávez 1887
4.- Calixto Aréstegui (1º) 1889
5.- Diego H. Castillo 1890 y 1891
6.- Guillermo Rubatto 1892 y 1893
7.- Juan Abarca 1894
8.- Adrián Delgado 1895
9.- Andrés Ratti 1896
10.-Fortunato Gómez 1897
11.-Adrián Delgado 1898
12.-Antonio Turner 1899 – 1902
13.-Calixto Aréstegui (2º) 1903 – 1905
14.-Juan A. Cavagneri 1906 – 1909
15.-Enrique M. Briceño 1910 y 1911
16.-Juan Mariano Chávez 1912 – 1914
17.-Humberto L. Bracesco 1915 – 1917
18.-Pedro José de Noriega 1918 y 1919
19.-Arturo L. Blanco 1919 y 1920
20.-Rosendo Mostajo 1921
21.-Víctor Manuel Velásquez1922 – 1924
22.-José R. Emanuel 1925 y 1926
23.-Pedro Manuel de Noriega1926

ALCALDES DE LA MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE SAN ROMÁN – JULIACA

1. Pedro Manuel de Noriega 1926 – 1929
2. Miguel N. Bedoya (1º) 1929 – 1930
3. Carlos I. Lavagna (1º) 1930 – 1931
4. Ruperto Cuba Paredes 1932 – 1934
5. Carlos I. Lavagna (2º) 1933 – 1934
6. Enrique P. Cáceres G. 1934 – 1935
7. Pedro E. Zuzunaga 1935 – 1936
8. Ladislao Butrón 1936 – 1937
9. Carlos I. Lavagna (3º) 1938 – 1939
10. Aurelio Cornejo B. (1º) 1940 – 1943
11. Miguel N. Bedoya (2º) 1945 – 1948
12. Carlos M. García 1949 – 1950
13. Aurelio Cornejo B. (2º) 1950 – 1952
14. Víctor Záferson M. (1º) 1953 – 1955
15. Mario Traverso Rivera (1º) 1956 – 1957
16. Aurelio Cornejo B. (3º) 1958 – 1959
17. Oscar del Carpio Valdivia 1959 – 1961
18. Víctor Záferson M. 1961 – 1962
19. Mario Traverso Rivera (2º) 1962 – 1963
20. Nicolás Barrientos Quiñónez 1963 – 1964
21. Luis Cáceres Velásquez (1º) 1964 – 1966
22. Luis Cáceres Velásquez (2º) 1966 – 1970
23. Aurelio Oblitas Aréstegui 1970 – 1973
24. Juan Benavente Revilla 1973 – 1975
25. Luis Cáceres Velásquez (3º) 1975
26. Alberto Wendorf Rodríguez 1975 – 1978
27. Abdón Benique Calla 1978 – 1980
28. Luis Cáceres Velásquez (4º) 1981 – 1983
29. Marcos Valencia Toledo 1984 – 1986
30. Arturo Bernal Salas 1987 – 1989
31. Vidal Chávez Lipa 1990 – 1992
32. Cliver Sanabria Serna 1993 – 1994
33. Samuel Larico Mamani 1994 – 1995
34. Pedro Cáceres Velásquez 1996 – 1998
35. Ricardo castillo Cáceres 1999 – 2002
36. Miguel Ramos Benique 2003 – 2006
37. David Mamani Paricahua 2007 – 2009
38. Rodolfo Umiña Cruz 2010

(1º) = Primera gestión
(2ª) = Segunda gestión
(3º) = Tercera gestión
(4º) = Cuarta gestión