domingo, 20 de septiembre de 2009

ALEJANDRO PERALTA

fotografía: Alejandro Peralta, el Pintor Diego Kunurana (Demétrio Peralta) y una sobrina. fotografía cedida por Pedro Pineda Aragón, Sobrino Nieto de Alejandro Peralta.


En el 2006, la Universidad Nacional del Altiplano, publicó una edición del Poemario de Alejandro Peralta, hecho que susitó que la Pontificia Universidad Católica del Perú, casi inmediatamente, en reacción y de acuerdo a su política editorial editara tanto Ande y Kollao.

esta última edición ha tenido mayor suerte que la edición hecha por la universidad de provincia, no tanto por la edición, ya que la primera respeta el tamaño y sino por la difusión.

la primera ediciñon fue duramente criticada, debido al logo de la Universidad y el desconocimiento del tamaño de la obra de quienes en su oportunidad comentaron al respecto.

Peralta es uno de los poetas mayores que alumbran sin duda el parnaso de la poesia vanguardista del Perú y su obra no puede tener carceleros ni cilenciamientos.

a continuación nos permitimos publicar algunos de sus poemas publicados tanto en Ande, el Boletín Titikaka y Tierra Aire. la selecciñon fue publicada en Beso de Lluvia, editado por CARE-PERÚ, obviamente es arbitraria.



L a p a s t o r a f l o r i d a



Los ojos golondrinas de la Antuca
Se van a brincos sobre las quinuas.
Un cielo de petróleo echa a volar 100 globos
De humo
Hacia las basílicas rojas
Sube el sol a rezar el novenario.
Sale el lago a mirar las sementeras.
El croar de las ranas se punza en las espinas.
Los ojos de la Antuca
Se empolvan al pasar por los galpones.
Ha guturado la campana
El asma tatarabuela del pueblo
Din-don, din-don,
Como Tijeras de trasquila
Se han hundido en el vellón de la ovejas.




o n f a n o


ONFANO
hostia de gamaliel mi anillo de lapislázuli
el panteón está azul desde tu ausencia
Montaña de vértebras espantadas


o n f a n o


aquí trabajo como el borrico chacarero
Tu boquita caliente en el hoyuelo de mi pena
EL CAMPO HUELE A TUS PAÑALES

En orkapata eres más alegre
Llegas encendiendo las luces del pueblo
i el charango se pone a chillar

Onfano Onfano
Onfano ya tiene veinte años
charango de conchaperla
tamboril de piel de cielo

flauta de almíbar
yema del Sol

Teófano trae en las manos un nido de albas
(B. titikaka marzo 1927)



l e c h e r a s d e l a n d e




El cielo limpia sus lozas de madrugada
CLARINES CENTINELAS

AL TRABAJO
Chozas claveteadas de relámpagos
ovejas i aerogramas de humo hacia la pampa
La tierra está cruzada de motores humanos

AL BARBECHO

A LA SIEMBRA

A LA TRILLA

El sol se ha detenido a ordenar las labores
Los campesinos de Huaraya apuntalan las carpas del viento
Brazos i piernas vibrantes de cordajes en el gimnasio de la mañana
Balseros del Ayllu
ya enarbolaron el arco del día en pleno lago
A lo largo del camino embanderado de rebozos
manzanares musicales

la Ernestina
la Lucía

la Felipa la Tomasa
la Martacha

VIENEN DE ORDEÑAR EL ALBA






JUANA AURORA

a Carlos Zegarra.

Pongo mi corazón a tu sombra
Amada y entristecida.

Un grito a tus hijos fue la señal de la muerte

Temías por ellos porqué sabías que vivíamos acechados
como viven todos los que se defienden trabajando

A poco de tu muerte los hombres cebaron en mí sus odios
y nuestro pueblo se puso inconosiblemente triste,

Orkopata nos franqueó su cobijo y su pan duro
y nuestros chicos lo adornaron con siempre vivas.

Orkopata ya ha dejado de ser la casita dé cuatro piedras
para ser sustancia de espíritu que alimenta a los hombres

Qué fuertes nos sentíamos sabiéndonos del Kollao
vientos crispados del inkario, hombres despojados de su terrazgo
rocas y Sol rebelde
Eso es nuestra altipampa

Aquí plasmamos nuestro destino
Erasmo, Gabriela y Magda tres niños pobres
dignificaron tu fervor por tu escuela del pueblo

pero pronto comprendimos que la vida que vivíamos tenía dueños
y entonces fue todo un forcejear hacia la muerte.

Nunca podré olvidarlo
Así como cayeras para no levantarte
sangre de troglodita un rábula funcionario en tu ramo
te mandó dejar el lecho, para eso se te pagaba y eras maestra
y te acabaste a los treinta años.

Erasmo y sus hermanitas no saben nada de esto, sólo crecen
y sus ropitas raídas les dan el frío que viene de tu muerte

Y sufrimos como los hombres de nuestros cerros
agazapados para el salto.





Nocturno

a Luis de Rodrigo


Soy el único habitante de la noche
el viento

es mi capa romántica
la luna
flor de mi solapa
Estoy solo
en medió de casas con jardines
con arbolados
con grandes salones noche adentro
vuestra merced
no os asusteis
que soy el único habitante de la noche
refugiado en el quicio de una puerta
en lo alto el emparrado luminoso




E l i n d i o a n t o n i o


A Francisco Pastor


Ha venido el indio Antonio
el habla triturada los ojos como candelas

EN LA PUERTA HA MANCHADO LAS CORTINAS DEL SOL

Las palabras le queman los oídos
y en la crepitación de sus dientes
brincan los besos de la muerta

A n o c h e
Envuelta en sus harapos de bayeta
la Francisca se retorció como un resorte
mientras el granizo apedreaba la puna

y la vela de sebo

c o r r í a a g r i t o s p o r e l c u a r t o

desde el vértice de las tapias
aullará el perro al arenal del cielo
de las cuevas de los cerros
los indios sacarán rujidos como culebras

p a r a a m a r r a r a l a m u e r t a

hacia el sur corta el aire una fuga de búhos
y un incendio de alcohol tras de las pircas
prende fogatas de alaridos

A rastras sobre las pajas

La noche ronda el caserío





El Kolly



Con sus dedos esqueléticos deshilvana las bambalinas del alba

L o s v i e n t o s q u i e b r a n s u s c o l m i l l o s
E n e l f r o n t a l d e l a p e ñ o l e r í a

E L S O L
a s a l t o s
a a l e t e o s

arroja sobre la pampa
alegres paletadas de jilgueros

Detrás de los galpones cenobiarcas el Kolly atisba el cielo
tiene curvadas las espaldas del peso de los cerros

Desde el amoronamiento de sus ojeras
destila sobre las quemadas mejillas de la tierra
un desvaído llanto de acuarelas

El crepúsculo se acuesta sobre los rebozoz rosados
que han dejado las indias en las cumbres

Al descender el sol detrás de la montaña
las estrellas invaden la barriada

Saltan
como pedradas
del socavón de la noche

P e l o t o n e s d e l a d r i d o s

Las pupilas se astillan en las ramas

ATALAYA DE LA ALTIPAMPA
DIRIGE EL VERTIGINOSO TRÁFICO DE LOS VIENTOS

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