viernes, 4 de octubre de 2013


En los últimos años he guardado silencio, un mutis sobre el Proyecto Curricular Regional, el silencio es a veces una condena y a ratos una buena aliada. El tiempo me ha dado el argumento suficiente para tener una idea clara sobre los bemoles que este proyecto a traído consigo. Muchos de los que al inicio se opusieron tenazmente han salido con los dientes afilados a coger la presa que se resbalaba de la mesa de los llamados al banquete (no puedo negar que al principio fui invitado; no nos hagamos, participé de ella, y como prueba suficiente está ese libro que fue publicado con el logo del Ministerio de Educación, la DREP y CARE - Perú), armamos varios talleres y nos reunimos en la Escuela de Post Grado de la UNA-P, recuerdo que participé en dos mesas paralelamente (en la de Comunicación y en la de Historia), tuvimos discusiones fuertes e insalvables con Bladimiro Centeno y con René Calsín, y lo curioso es que no recuerdo la participación de Saúl Bermejo y tampoco de mi amigo Walter Paz (quien se unió mucho después) y que una vez incorporado alardeaba ser consultor de CARE, y valgan verdades Edmundo Cordero actuaba de facilitador (pero nos facilitaba los materiales de escritorio y en muchas veces hizo de buen conductor, por lo que le estoy sumamente agradecido) y lo curioso es que cuando trabajamos las mallas (Walter donde estabas, ¿acaso esperando que nosotros los pobrecitos pongos trabajemos para sistematizar todo eso?) Esos "muchos" pensaron que las consultorías de CARE pagaban bien, y más porque el tema de la interculturalidad empezaba a venderse más y se ponía de moda... lo curioso es que (Y NO LO DIGO DE BROMA) en Puno nos conocemos, el infierno es pequeño, los enemigos numero uno del PCR ahora se han comprado el pleito de defender supuestamente el discurso crítico que escondía, el problema es que nunca fueron críticos, que nunca aportaron nada, porque no tenían formación para hacerlo, vieron los convenios de la DREP y el Gobierno Regional presidido de Hernán Fuentes y el dinero de CARE para desarrollar segundas especialidades. Y ahí empezó todo, los grupos aparecieron, todo se quebró "PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO" todos eran especialistas, todos quisieron que se les den cursos, "APARECIERON LOS DESAPARECIDOS" "LOS CURRICULISTAS CON ENFOQUE INTERCULTURAL" "LOS ESPECIALISTAS EN EVALUACIÓN INTERCULTURAL" "LOS ESPECIALISTAS EN TRATAMIENTO DE LENGUAS" (obviamente cuando se trata de eso nadie reúne los requisitos, perdonen la sinceridad... veía que mientras les daban cursos y les giraban los cheques todos se ponían las camisetas del PCR; pero si no les daban cursos, los ataques iniciaban de inmediato, se usaban los medios de comunicación, los diarios para legitimar sus discursos - buena estrategia, así lo hizo Saúl Bermejo, que hasta publicó un libro ramplón sobre educación intercultural con presupuestos del 60- Saúl disculpa que te diga esto, desde que te graduaste de Dr. haz dejado de leer y aun crees que tienes los presupuestos teóricos suficientes para polemizar, mejor harías si con el dinero que ganas ahora - lo digo con envídia- te compraras libros y te dieras tiempo para leerlos y quizá así bajes de tu nube, en eso Walter Paz te supera mucho; pero su gran defecto es creerse un "todólogo", "un especialista en todo" y claro ese ego formidable que no le permite ver esa espinilla que le cubre los ojos, si pues Walter, como te aprecio mucho te digo las cosas de este modo, tu ego te ha deslegitimado en el magisterio, ese afán tuyo de creer que eres superior a todos, no te das cuenta que solo nosotros, que somos tus amigos, somos los únicos que te soportamos, claro hay intereses de por medio "nos prestas libros", incluso yo mismo me he aprovechado, y te lo agradezco). Bueno, los opositores, como mi amigo Simón, ahora defienden a capa y espada el PCR, eso es bueno; lo hacen también Edmundo, porque de facilitador pasó a ser Gerente de desarrollo social y utilizó al PCR como su carta de presentación, en los cursos que les dan a los maestros cada vacaciones sus "especialistas" no saben lo que dicen, como ocurre ahora con los PRONACAPs, hay gente que habla de Investigación Acción y no saben ni en qué consiste. "Lo digo Yo, y tengo nombre, y lo digo sabiendo que CARE me pagó por hacer un libro y como me pagaron por hacer varias consultorías sobre temas de investigación y no tengo necesidad de ocultarlo, de negarlo, y de atacar a CARE o a la DREP, o al Gobierno Regional, cada vez que no me dan empleo o escribir sendas defensas en los medios locales (obviamente pagadas como lo hace Lucho Vilcatoma)"... porsiacaso sin alusiones personales, creo que no puedo ser más directo. tampoco he tenido la necesidad de vender la imagen de ser el gran abanderado del PCR y buscarme contactos en otras regiones y hacer calco y copia en ellas y fungir de gran conocedor... o venderlo a un proyecto de un grupo político y buscarse un puestito de confianza política, porque si se quiere que este proyecto sea de Puno, el interés debe ser del maestro de a pie, del maestro de "pampa" como se dice... porque deben recordar que se trata de un proyecto de reivindicación crítica, amparado bajo el espíritu descolonizador de los imaginarios sociales. (¿o acaso se olvidaron de eso?). Como hablar del PCR trae recursos consigo ahora todos son sus abanderados, sus victimas y sus victimarios... echaron a perder la oportunidad de lograr cambios efectivos en la educación regional por sus apetitos de ramplonería personal. Existía la necesidad de contar con textos de historia, geografía, medicina, antropología, sociología, literaturas regionales... los maestros se quejaban de dicha ausencia, manifestaban que no podía siquiera articularse un plan lector regional por estas carencias... la Universidad Nacional del Altiplano, se compró el pleito, ahí están los libros de la Biblioteca Puneña. Ahora ¿dónde están sus lectores? ¿dónde los planes lectores? ahí se hallan los contenidos que deben devolvernos la puneñidad... NO ME DIGAN QUE SEGUIRÁN PENSANDO EN SUS VORACES BOLSILLOS...

I Se elogia el nombre de la Amada Tu nombre fue un tibio cristal de madrugadas Venías, hornalla, sonando, desde la garaganta del arroyo. Te vertiste como la leche dulce – Sonrisas solares - hasta atenuar mi gesto, ¡copo de nieve! ¡pluma suave! ¡trino auroral! Ya confundo mi grito, atestado de voces, en tu rosa mejilla, adormida en amor, dulcemente engreida en mis fogatas… muñeca de ojo asiático, trigueña de Inti; te besamos, tierna mama, caricia de tu pulpa reclinada en mi músculo… ¡Brunilda: sorbo tu nombre desnudo, bañado en rocíos empapado en canciones! (este poema pertenece a INTERLUDIO BRUNILDICO de Gamaliel Churata)abajo reproduzco la nota con la que iba acompañado: Creo que al hablar de arte americano decir que no somos originales equivale a decir que no hemos encontrado el lenguaje que traduzca en fórmulas estéticas el contenido espiritual de América; esa fuerte emoción panteísta que, avasalladora y dominante, se impone desde el paisaje andino. Creo, incluso, que hablar de paisaje andino es un error léxico, y estrictamente, no es lícito. No podemos hablar de paisaje, con referencia al mundo americano, ni en sentido pictórico ni como interpretación del medio ambiente, ya que el paisaje surge como una forma característica de lo objetivo correlativamente a una determinada posición del intérprete. El paisaje es, pues, actitud vital, valorable sólo por quienes pueden proyectarse. Es situación en la que inciden los haces luminosos que hacen posible la comprensión total de lo interpretado, vale decir la VIVENCIA, acudiendo al léxico filosófico de la estética alemana. Lo inicial para vivir lo objetivo como paisaje es, pues, estar situado, y esto es lo que falta en América. Esta actitud vital no se ha precisado para el hombre andino. No hemos conseguido adoptar la posición conveniente para la vivencia de nuestro mundo particular. En otros términos, no estamos situados frente a lo cósmico. Esta carencia de actitud, dice tanto como desequilibrio entre psiquis y naturaleza; falta de correspondencia entre léxico y paisaje: en definitiva, total ausencia de espíritu. Acaso no sea posible para el hombre americano (refiérome al colla y quechua mestizos encasillados en la cultura de occidente) situar lo vital dentro de lo cósmico en la misma manera que lo han hecho los hombres de otras razas y de otras culturas, pero, faltamente, lo vital y lo cósmico americano deben mantener relaciones, deben mantener relaciones; deben existir entre ellos especiales nexos de correspondencia que no podemos aun precisarlos, siendo lo único efectivo por ahora, que nosotros IGNOREMOS DONDE COMIENZA EL HOMBRE Y DONDE CONCLUYE EL PAISAJE. Esta de momento aventurada afirmación pretende llevar implícita la solución de muchos problemas culturales, psicológicos y políticos, atribuyendo nuestra falta de contextura espiritual a un dislocamiento entre el cosmos y la vida. Aquellos de que vemos el paisaje deformado por lentes ajenos llegados de ultramar viene a ser un postulado axiomático para la solución del problema de nuestra cultura, acaso, sea preciso volver a asegurar que cada paisaje tiene sus líneas de enfocamiento que le corresponden sustantivamente. Dicho esto no parecerá extraño interpretar los poemas de Churata como paisajes verbales, donde el cosmos balbucea y la tierra dice su palabra ordenadora. Ha desaparecido el poeta en sentido clásico. Ha desparecido como intérprete transmutador de valores y solo vive como energía cósmica. La frase por é dicha es la que llega desde la soledad de la puna, por boca del viento, arrugada en el entrecejo del picacho, estrangulada por la garganta del abismo. Es la frase pura, lavada por el arroyo, dada a secar al sol y que surge limpia, mañanera, depurada, nuevamente vivida. Así por el despojo, por un renunciamiento heroico a todo lo cultural extraño, como hace Gamaliel Churata, se puede llegar a lo propio, a lo sustantivamente americano. Barbarie y primitivismo? No. Simplemente poemas que parecen dichos en el primer día del génesis de la palabra; cuando los vocablos claman por la realización de la forma e intactos de virginidad traducen un estupor mañanero de ojos deslumbrados. Poemas que son como un desgarramiento viril de la entraña cósmica; como el grito anunciador de una desfloración propicia al germen de las nuevas formas en el dominio del espíritu. A.D.D. 27 de abril de 1931.

jueves, 3 de octubre de 2013

TESTIMONIO PERSONAL SOBRE LA GESTACIÓN DE LA BIBLIOTECA PUNEÑA

Henry Noé Esteba Flores En 1997 yo asistía voluntariamente a las clases de Literatura y Gramática y algo de Filosofía de la UNA-P, la Universidad tenía fama de tener profesores de estatura como Feliciano Padilla, Juan Luis Cáceres, Jorge Flórez y Sonia Benavente. Mi afición por la literatura me llevó a esas aulas, yo coleccionaba libros de literatura y otros documentos vinculados a Puno. Llegué a hacer varios amigos, con los años, sus maestros también me brindaron su amistad, en diversas actividades culturales me vinculé con la bohemia de los estudiantes de la especialidad de Lengua y Literatura, que por cierto no fueron muchas; no creo que se hayan formado muchos alumnos sobresalientes cuyos nombres se recuerden, a decir verdad muy pocos, hoy sus nombres no llegarían a ocupar dos líneas y sobre sus profesores tampoco quedan muchos, con los años también se han ido cayendo poco a poco, ya por su inconstancia, por su pedestal inmerecido y otras actitudes que la vanidad ha procurado para con ellos. Con un grupo entre quienes se encontraban José Luis Velásquez Garambel, William Samuel Ayma Flores, Alex Dennis Mamani Laurente y quien escribe, durante varios años rendimos culto a Gamaliel Churata, organizábamos la visita a su tumba; así como: conferencias, recitales, hasta que alguna vez el grupo se incrementó tanto que sobrepasó en número lo que habíamos previsto; Churata era nuestra bandera, nuestras actividades giraban en torno a los Orkopata, luego el grupo tuvo que dividirse. Mientras dejé que digitalizaran el Teatro de Inocencio Mamani, viajé a la Argentina por motivos familiares, luego laborales; hasta que a mi vuelta por Bolivia, nuestra ciudad y luego a Lima, por cuasi las mismas peripecias. La vida no es fácil para nadie, el mérito quizá se halle en el rostro que cada quien le imprime a las adversidades. En 1992 había conocido a Edy Oliver Sayritupac y la amistad de Walter Paz; así como el poemario en mimeógrafo de Samuel Bravo y el rojizo Desatando Penas de Simón Rodríguez Cruz y luego vino la cercanía con los poetas de fines de siglo que tuvo su lazo con Luis Pacho, Víctor Villegas, Rafael Vallenas y otros. “Puno se ha convertido en el epicentro cultural más importante del Perú, en la cumbre literaria y cultural” como dice Ricardo Gonzáles Vigil, se han fortalecido también los vínculos con Omar Aramayo, José Luis Ayala, Hernán Cornejo-Rosselló; cada quien tiene su propio temperamento y al final las diferencias no cuentan, solo importa el amor a Puno, todo por Puno y la labor y el trabajo que ellos desarrollan engrandecen a Puno, ese es el aprendizaje que nos legan. He sido testigo y parte del impulso, del trabajo que se ha emprendido para poder publicar “la Biblioteca Puneña”, durante varias horas, durante varios años cada quien armó su posible relación de autores y de obras que serían imprescindibles para los puneños (y también de los libros que todo puneño no debe leer), sé de los esfuerzos conjuntos de José Luis Velásquez y Omar Aramayo por crear un fondo editorial, ya con el Ministerio de Educación, con el Gobierno Regional, el Municipio de Puno, todos sus esfuerzos calaron en fracasos. No harán dos años que nos reunimos con José Luis y amalgamamos un nuevo proyecto, con las bases de los anteriores, pulimos los alcances y lo presentamos a la Oficina de Proyección Social de la UNA-P, nos recibió Sofía Benavente Fernández (entonces jefa de esa dependencia), lo derivó a Rectorado. Poco antes José Luis ocupó un cargo político en la Municipalidad de Puno, no pudo con la mentalidad gris y vacía de las autoridades, con la corrupción del entorno y tuvo que salir; el ambiente no era propicio para un proyecto de esta naturaleza, a nadie en ese recinto le importa Puno, la cultura no existe y no es prioridad para esta gestión. A pesar que peleó por un presupuesto para “los famosos munilibros” junto a José Calisaya Mamani, el esfuerzo no prosperó, José Luis renunció al cargo con una carta decorosa para él, nunca le han gustado las medias tintas y menos se habría coludido con la corrupción, hubo quien se aprovechó del proyecto y lo hizo ejecutar, el presupuesto se echó a perder, solo sacaron “mini libros” en todo el sentido, se hicieron remedos; el futuro juzgará sobre los gastos y el enorme presupuesto que los responsables tenían a cargo. Jorge Florez-Áybar tenía un proyecto que consistía en publicar un “libro jubilar” dedicado a la Universidad, convocó a varios escritores para que escribieran artículos para el citado texto, era un proyecto pequeño, cuando hablamos con él sobre la edición de una biblioteca entera dijo que era sobrehumano, que no se podía hacer, que era imposible; pero ahí están los libros y Jorge Flórez brindó el respaldo, ganó el proyecto de la Biblioteca Puneña, Florez-Áybar no podía creerlo, más cuando José Luis explicó y expuso los fines de una publicación de tal envergadura ante el Dr. Lucio Ávila (Rector de la UNA-P) quien lo propuso ante el Consejo Universitario y se compró el pleito, el Rector peleó contra pequeños tirios y miniaturas de troyanos para impulsar este proyecto que hoy se ha hecho real, él se ha convertido en la cabeza de este esfuerzo, sin su decisión y su permanente apoyo no se habría materializado y seguiría siendo un proyecto. Pero qué se puede esperar de un hombre que ama Puno, que piensa y respira Puno, ahí están los concursos de estudiantinas en los que participan cada facultad (con sus maestros, alumnos y administrativos), el concurso de Sikuris, los reconocimientos a los intelectuales e investigadores de la región, de alguien que ha impuesto una cultura de la identidad a fuerza de carácter y temperamento en la Universidad. Que con una visión moderna ha reconstruido y construido la infraestructura del campus; pero no todo es rosa ni clavel, si pudiera él hacer que los maestros universitarios vayan acorde con su ritmo el asunto sería formidable; la cosa no es tanto así, los profesores aún no están contagiados de este espíritu superior de “generar cultura y cambio”, no soñemos tanto, no todo es perfecto, estos esfuerzos sí son sobrehumanos y nosotros apenas viviremos tan pocos años y quizá no veamos tales cambios que habrían hecho de Caín un angelito y ni qué decir del ámbito administrativo que se ha convertido en el Caifás de la historia (con claras excepciones). Es verdad, hay que juzgar a José Luis Velásquez y hay que condenarlo por haber elegido a las personas con las que se trabajó “la Biblioteca Puneña”, equipo que según Omar Aramayo “cualquier universidad quisiera contar para acreditarse”, todos egresados de la UNA-P, incluso yo, que provengo de las canteras del Pedagógico Público de Puno y que estudié una maestría en la UNA-P. (y lo digo sin modestia), un equipo conformado por Moisés Bustincio Cahui (editor gráfico y motor de la responsabilidad en el equipo, a quien se le tuvo que interrumpir sus vacaciones hasta el día de hoy, porque como él no existe otro editor gráfico en toda la Universidad), Yemira Maguiña Cutipa (digitalizadora y correctora), Armando Villanueva Turpo (digitalizador), Yessenia Ancco Almonte (digitalizadora), Julia Chávez (apoyo), Luis Rodríguez Limachi (apoyo), Henry Velásquez (apoyo), Danitza Churata (apoyo), Walter Díaz Montenegro (digitalizador y corrector) y Juan Condori Chambi (apoyo) y quien escribe estas líneas como digitalizador y corrector (alguna vez como jefe del equipo de digitalización, que fui defenestrado por Jorge Flórez, seguramente por un desaire) y claro con José Luis Velásquez Garambel como editor y coordinador general (quien además cargó con el estrés y sufrió los embates de este peso, no son pocos los dos pre infartos y la parálisis de medio cuerpo que sufrió en la ruta; pero “mala yerba no muere”, así que tiene para rato, para disgusto de muchos que ya lo quisieran ver seis metros bajo tierra), Jorge Flórez-Áybar como presidente de comisión (más terco que nunca) y ahí está la Biblioteca Puneña. Las críticas pueden ser varias; pero nunca se pondrá en tela de juicio nuestro esfuerzo, que tuvimos que batallar contra las inclemencias de la administración que nos impuso limitaciones y que ya casi al final recién se nos facilitaron los equipos necesarios (como computadoras y escanners y que el mismo Rector nos prestó el suyo para que podamos cumplir con los objetivos), tampoco la dedicación y las horas empeñadas, ni los escasos recursos que tuvimos, menos la delicadeza ni el rigor con que trabajamos, tampoco la honradez ni la ética con que cumplimos al tratar el trabajo de estos autores a quienes Puno les debe su grandeza. Creo que las expectativas han sido cumplidas (el futuro nos juzgará por esto), se han recuperado textos muy valiosos como: el diccionario de Ludovico Bertonio, La visita hecha a la provincia de Chucuito de Garci Diez de San Miguel, el Pez de Oro (en facsímil), narradores del Orkopata, poesía de vanguardia, la Monografía del departamento de Puno, Puno Histórico. 50 libros resultan innumerables, y son la primera tanda de esta Biblioteca. Ojalá estos libros hallen a sus lectores, sean asequibles al público común, a lectores impenitentes ávidos de cambio y responsabilidad social. Quien no lea estos libros se habrá privado del legado de los hombres que hicieron de este espacio una tierra de pensamiento y de luz, no podrá hablar de Puno, no podrá considerarse puneño, porque en esta biblioteca se hallan las fuentes de nuestra identidad y de nuestro orgullo y por qué no decirlo, también el futuro. Tomado del diario Los Andes (25/08/2013)
BIBLIOTECA PUNEÑA

Luis Pacho Poma En un hecho sui generis, la Universidad Nacional del Altiplano, acaba de editar la colección bibliográfica denominada Biblioteca puneña, con 50 libros de diversa temática. ¿A quién le debemos esta proeza, a decir del docente de la PUCP y crítico literario Ricardo Gonzáles Vigil? Desde luego que a la decisión política de su Rector, el Dr. Lucio Ávila Rojas, los Vice Rectores que lo secundan; y, la propuesta y perseverancia de José Luis Velásquez Garambel, respaldado por Jorge Flórez-Aybar. Hemos visto de cerca el trabajo del equipo que estuvo al frente, haciendo el trabajo del escaneado, digitación y diagramación. En un pequeño ambiente del sótano del edificio administrativo de la universidad de la Av. El Ejército, creo que apenas con dos o tres computadoras, scaners, rumas de libros y un entusiasmo a prueba de frío, sed y sueño. Ahora es preciso mencionarlos. Entre ellos, a su Presidente, el Prof. Jorge Flórez, al mismo José Luis, a Moises Bustincio Cahui, Henry Esteba Flores, Verónica Ancco Almonte y Yemira Maguiña. A quienes también va nuestro reconocimiento. Conocíamos los proyectos para la edición de libros, presentados por Omar Aramayo y José Luis Velázquez Garambel tanto al Gobierno Regional de Puno como al Municipio de Puno, con resultados infructuosos desde luego. Pero, los años han pasado, y en el camino hemos visto algunos esfuerzos, como es el caso de la Municipalidad provincial de Puno, que ha vertebrado la valiosa, aunque breve serie de los Munilibros. Sin embargo, es la Universidad Nacional del Altiplano, reiteramos, que, en un esfuerzo sin precedentes, ha editado estos 50 libros, además de más de una centena de otras publicaciones de investigación. Bien por la Universidad y bien por Puno. Aquí habría que hacer algo de historia. Desde hace muchos años atrás, fue el sector literario (especialmente, actores de las últimas generaciones), quienes propusieron la creación de un fondo editorial destinado a la edición de libros, no sólo de poesía o narrativa, sino también, libros de otras materias o para reeditar libros hito que ya no estaban en circulación. Desconocemos si el Rector de la UNA leyó u oyó este reclamo. Ahora bien, quizás esa confluencia de manifiestos en revistas, entrevistas o programas radiales de corte cultural, haya hecho que José Luis Velásquez Garambel diga generosamente, que la materialización de estos libros, es también producto de un reclamo generacional. De algún modo, creo que lo es. Al dar una mirada rápida a los títulos, vemos que la colección es rica y variada: literatura, historia, antropología, sociología, folklor, etc. Aquí están libros fundacionales, como la esperada edición facsimilar de El pez de oro de Gamaliel Churata, además de Resurrección de los muertos, del mismo autor. Figuran también libros como la crónica Visita a la provincia de Chucuito publicada en 1567 por Garci Diez de San Miguel; Monografía de Puno de Emilio Romero; Puno histórico de Alfonso Torres Luna; Cambios en Puno de Francois Bourricaud; Vocabulario de la lengua aimara de Ludovico Bertonio, publicada en 1612; Historia de Puno. Tomo I del investigador René Calsin Anco; la compilación efectuada por Pío Chambi bajo el título de Lingüística Regional Puneña; La Prensa en Puno de Henry Esteba Flores; el clásico estudio de la Educación en Puno de José Portugal Catacora; asimismo, Simón Bolívar en Puno y otros ensayos bolivarianos, Conflictos Aymaras, Sikus y Sikuris del Titiqaqa, Lanas y movimientos indígenas en Puno, entre otros. Esta colección compila también la importante producción poética de la vanguardia puneña de los años veinte del siglo pasado, entre ellos Carlos Oquendo de Amat, Alejandro Peralta, Emilio Armaza, Alberto Mostajo, Luis de Rodrigo y Emilio Vásquez, bajo el acertado título de La vanguardia puneña. Desde luego que hay un peso evidente por valorar la producción literaria de Puno. A lo señalado anteriormente, se suman la edición de los libros de escritores de las generaciones del 50, caso Dante Nava, de los 60’, 70’, 80’ y 90’. No pasan desaparecidos los libros de Luis Gallegos Arreola, Feliciano Padilla, Zelideth Chávez Cuentas, José Luis Ayala, Boris Espezúa, Alfredo Herrera; así como, de escritores de las últimas hornadas. En suma, este esfuerzo editorial prestigia a nuestra universidad, hará que las nuevas generaciones se nutran de ella; y, sobre todo, será una fortaleza para que nuestra universidad logre su anhelada acreditación. Por eso, es plausible el trabajo de la universidad por tomarse en serio el tema cultural. Basta mencionar los concursos de Estudiantinas y sicuris, a nivel de todas las escuelas profesionales, y el reconocimiento a los intelectuales y artistas puneños. Sin embargo, quiero llamar la atención respecto de dos aspectos puntuales. A fines de los noventa y principios de este siglo, desde la Oficina de Proyección Social de la UNA, se realizaba sostenidamente, año tras año, los Juegos Florales universitarios. Digo se realizaba, porque ahora está desaparecido. Una pena, porque este fue un espacio de incentivo a la creación poética, narrativa, pintura, música, etc., tanto a nivel de docentes y estudiantes. Las universidades más prestigiosas del país, sostienen fervorosamente estos eventos. ¿Por qué? La respuesta es obvia. Lo otro, es lo que aparentemente está a punto de ocurrir en Escuela Profesional de Educación. En una conversa amical con un docente de literatura me entero que a partir del próximo semestre, se eliminará del plan de estudios la cátedra de Literatura Regional. Otra pena. Ahora que nuestra literatura estaba camino a consolidarse desde la academia, vemos que el sable es esgrimido, lamentablemente, por algunos profesores de la misma facultad, carentes de reflexión y amor por Puno. O, ¿está ex profesamente dirigido para que determinadas personas no ingresen a ella como docentes? Vaya a saberse las “brillantes” razones que los llevan a tomar estas decisiones. El Rector, ¿puede hacer algo, en ambos casos? Tomado del diario Los Andes (18/08/2013)