jueves, 29 de octubre de 2009

Los beneficios de la huelga universitaria






José Luis Velásquez Garambel


Uy, aquí tengo un gran problema. Lo digo con sinceridad, porque en la mesa de redacción los amigos me piden que hable, que estire la lengua, sobre una percepción personal de la huelga en la que se halla la UNA-P. Supongo que después de esta nota, mis colegas del SIDUNA, me quitarán el habla y también los colegas que se hallan en esta medida de lucha, que para ellos resulta justa, en su calidad de nombrados u ordinarios, más no así para los contratados. Y lo hago también en mi calidad de docente asalariado, ya que se me adeuda desde casi todo el segundo semestre 2008 -II, es decir, escribo desde una condición de “maltratado”. Intentaré no hacerlo con el hígado, pues creo que ya no lo tengo.

En verdad, con la huelga las únicas que ganan son las universidades privadas, que no ofrecen una formación real y menos de calidad, que fungen de cooperativas o programas de cobro masivo, universidades “saca plata”, que bajo una institucionalidad asaltan ante el amparo de la ley y promueven la entrega (o venta) masiva de títulos profesionales, no precisamente a los más capaces sino a quienes tienen más dinero, así tenemos ese eslogan “recibe tu título como si hubieses estudiado en Lima”, lo puede escuchar el lector en varias radioemisoras de la región. Y es que en Puno, tenemos temor que nuestros hijos postulen a la universidad nacional, miedo de que el tiempo de sus estudios se prolonguen más de lo debido, por la pérdida de tiempo que en ellas se acostumbran, por la poca seriedad que tienen y también, porqué no decirlo, por la calidad de sus docentes. Obviamente yo no me exceptúo; pero ¿una universidad “saca plata” tendrá mejores docentes? Tendremos que verlo en coca y habrá que preguntarle a la pachamama.

Bueno, un docente nombrado, firme o no firme el parte de asistencia recibe el mismo salario de siempre, y asista o no a las reuniones que la autoridad, el decano o el jefe de departamento, y hasta el sindicato convoquen cobra igual. Y si se da la homologación serán de seguro los primeros en beneficiarse, esta homologación no alcanzará, como no la ha hecho, a los pobrecitos contratados, que son utilizados como balas de cañón, lo que tienen que enfrentarse con los furiosos alumnos, que en este caso tienen toda la razón. Y los que tienen que pasar a las filas que marcharán por las calles y se tragarán el polvo y sufrirán la insolación.

Otra verdad, es que un nombrado, recibe más dinero por menos horas de trabajo que un contratado, pues generalmente tienen 14 horas y ganan sino tres, cuatro, y cinco veces más que un maltratado; y en la otra orilla se halla el parcialero, el que tiene que mirarles la cara a los nombrados e hipócritamente seguir con la huelga, porque si rompe el discurso o reclama sobre algo, inmediatamente se le vienen contra uno como si fueran una jauría hambrienta. Algunos “colegas” y no precisamente del sindicato muchas veces no participan de la huelga son los primeros en cobrar por trabajos que no hacen, los que se dan de vaca, o acaso preparan unas vacaciones adelantadas, todo por la vía formal, por cierto.

Un docente ordinario (nombrado) jamás acepta cursos de práctica, porque el que tiene que caminar y preocuparse por sus alumnos es el contratado pobrecito, al que le pagan menos y trabaja más, aún en plena huelga. Porque si no lo hace no le pagan; pero, sobre todo “¡pero!” Si el contratado no cumple con acatar la huelga, palo con él, en el próximo semestre no lo contratamos y que se joda. Éste ha perdido la capacidad de decir algo y que siga viviendo de los mendrugos que la autoridad le lanza desde la mesa de su banquete.

Si se recibe un dinero extra por productividad o por investigación, ese dinero no llega a los contratados, que en una gran mayoría son quienes desarrollan investigación, y si lo hicieran sería un monto irrisorio, pero Maruja o Martha algo es algo, peor es nada y quizá alcance para un buen libro que aumente el discurso del docente, y no sea puro floro. O por lo menos pasee el libro bajo el sobaco culto y con ese simple hecho despierte en el alumno el ansia por la lectura. Con eso estaría haciendo gran magisterio.

Caramba, se ha puesto de moda hablar de acreditación universitaria, es como una muchacha que ve un vestido nuevo y le encanta el color y decide ponérselo, sin interesarle lo ridículo que pueda verse con ella, no le importa el modelo ni la talla y al fin de cuentas tampoco le importa si con ella se verá huachafa. Realmente ¿se tendrá las condiciones de competir en un nivel de acreditación con universidades como la Católica de Lima, la Ricardo Palma, la San Marcos? ¿El nivel de los docentes, por más grados que se tengan, por cierto algo que no asegura nada, será suficiente para acreditarse? Los responsables esconden información como si se trataran de los monjes del medioevo, esos que escondían los libros por, según ellos, ser profanos, como verdaderas viejas cucufatas y a quienes mediante esta breve nota intento remangarles las faldas.

Bueno, a fin de cuentas, que ya les conté un poco de lo que pasa en mi Universidad, a la que quiero y a la que tanto debo, y escribo para que ella mejore y sea más, no me queda sino rezar para que pronto se solucione todo, que mis colegas nombrados por fin logren su homologación, para en el caso de las damas se tiñan el pelo e inviertan más en su apariencia (esmaltes y ropa) y los colegas varones terno y perfume; pero cuidado ya no compren más libros, la lectura les puede ocasionar derrame cerebral. Aunque después de esto lo más probable es que nunca me paguen y todo el trámite se empapele, como se ha venido empapelando y que a la semana siguiente deje mi condición de docente por bocón y lengua larga y el sindicato me expulse. Y yo maldiga al ordenador por no haberse contagiado de esos virus informáticos…que en estas ocasiones son un verdadero ángel de la guarda.

miércoles, 28 de octubre de 2009

“Doctores de a llanquitas”

José Luis Velásquez Garambel


Bueno, la verdad quizá no tenga el motivo suficiente para escribir sobre los centros en que se forman los magísteres y los doctores; pero, después de leer “Bueno, bonito y barato” de Jorge Arellano, no me puedo resistir, es una espina, algo que molesta, incomoda como una muela que requiere ser extraída y a la vez divierte y le hace reír a uno a carcajadas enteras.

Lo que dice el Sr. Arellano es de pleno dominio público, es decir, en el Perú, efectivamente todo el mundo se doctorea (se tratan entre ellos de doctores sin serlo), lo hace el abogado y el médico que exigen ser llamados “doctor” y si no lo haces te muestran una cara de m…, también lo hace el dentista, el obstetra, el profesor universitario y etc. y etc. y así nadie sabe efectivamente cual es la labor que estos profesionales (los doctores de verdad) deben cumplir en la sociedad, no lo sabe el licenciado y tampoco el magíster.

Un médico, un abogado o acaso un licenciado, ya sea en educación, turismo, arte o etc, poseen licencia, como lo dice el título que ostentan “licenciado”, para ejercer la profesión que estudiaron, pues estos profesionales fueron entrenados en ciertos conocimientos específicos que la sociedad requiere; un magíster en cambio es un grado que compromete conocimientos mucho más especializados en las menciones en las que fueron formados, estas personas poseen entrenamiento en investigación y desarrollo de propuestas que permitan fortalecer los conocimientos que el resto, los licenciados, deben asumir y ejercer, por ejemplo un magíster en derecho civil, posee entrenamiento para investigar en derecho civil y hallar soluciones posibles a los conflictos dados en estos conocimientos específicos y el resto de abogados asumirlos como jurisprudencia o como conocimiento válido.

Un doctor es como lo dice Arellano “una locomotora, un motor de la ciencia, el creador de novedades para el desarrollo y el bienestar del conocimiento científico“, es la persona encargada de generar ideas para el desarrollo de su ciencia específica.

“Un país que no tiene doctores está condenado a copiar ideas, a imitarlas; está condenado al subdesarrollo”, obviamente esta última cita nos condena fulminantemente, nos hace ver que no tenemos doctores de a verdad, que nuestras instituciones formadoras de estos profesionales (licenciados, magísteres y doctores) no están cumpliendo adecuadamente con las funciones que la sociedad les encargó. Tal parece que la mediocridad se ha incrustado en estos centros; pero vamos, la verdad no es tan cruda, tan mediatizada. No, para nada, existen excepciones, algunas.

Nuestra sociedad está llena de doctores y de magísteres bamba, como solíamos decir en esos juegos de niños cuando no queremos perder, de “a llanquitas”, de “a mentiritas nomás”, debido a que se trata de un negocio redondo, por ello se suele decir que una maestría o un doctorado otorgado por la “facilazo” o por “una cooperativa” pues en la vida práctica no valen tanto. Sólo para hacer creer al incauto que las estudió que realmente es un doctor, esto debido a que compraron el grado; esa no es ninguna novedad.

El problema viene después, de yapa, cuando estas personas empiezan como todo mediocre a ser solidario con el otro mediocre, pronto un magíster bamba dicta un curso en una maestría y nadie sabe cual será el destino del pobre maestrista, porque quien dicta el curso tampoco sabe lo que está dictando, o cuando un doctor “de a llanquitas” lo hace, tampoco se sabe qué tipo de estudiante de doctorado estará formando. Esa es una verdadera curiosidad, para averiguarlo sólo tenemos que dirigirnos a los centros en los que se forman a estos “especialistas de gran intelecto”. En Puno, hay varios y se puede revisar los anuncios en clasificados.

Bueno, la cultura de lo bamba, está presente en todo, pronto un vecino de la ciudad contigua creará un modo más barato de reproducir doctores y magísteres como cuyes de exportación, claro que no tendrán el peso ni la acreditación que el mercado internacional exige.

martes, 27 de octubre de 2009

Viva el Puno de los hombres dignos, no la de los sátrapas que han llegado al poder para engordar el clan



José Luis Velásquez Garambel

Hace pocos días comente acerca de la biblioteca, de la ira con la que el estado trata al intelectual. Ahora intentaré brindar una pauta de la historia de las aberraciones e injusticias en contra de la inteligencia. Para no alargarme mucho en este relato, me referiré sólo al caso Puno.

Un hombre de ideas, lecturas y sueños ha llegado a la Villa de San Carlos de Puno, se llama Miguel de la Torre, maestro de primeras letras, el 14 de febrero de 1669 se le entrega un solar en la naciente y futura ciudad, dos años después cae enfermo, el solar le es arrebatado, muere olvidado y en la miseria. Quienes le quitan el solar aducen que el mismo había sido entregado para la el funcionamiento de un centro de primeras letras.

Toda una generación: Los San Román, para colmo de muchos llamados todos Miguel (Miguel de San Román: el Abuelo, el padre y el hijo) entregaron su vida por el desarrollo de Puno, de los tres sólo el último murió con el reconocimiento de las multitudes y llegó incluso a ocupar el sillón presidencial y todas sus pertenencias fueron entregadas a las hermanas que regentaban un colegio para señoritas, hoy conocido como “Santa Rosa”, claro, sus pertenencias no eran nada exiguas. Pues bien, el abuelo se une a las tropas libertarias de Tupac Amaru, y llega a formar filas junto a Pedro Vilcapaza; es atrapado en Lampa, conducido a las pampas de Paucarcolla y allí sometido a los vejámenes más trágicos por la propia población por la que luchó, días después es fucilado, este joven había estudiado en Francia y para colmo de males resultó siendo un ensayista trágico de “la condición del americano y de lo no americano”. El padre, se une a las huestes de Mateo Pumacahua, y también es muerto en Humachiri junto a Melgar, ese poeta pre romántico. De ellos el hijo se enrolo a las huestes libertadoras del sur, después a cabalgó bajo las órdenes de Bolivar y fue compañero de campañas junto a Ramón Castilla y al mismo tiempo su brazo derecho. Sólo a el la historia recuerda.

Simón Rodríguez, el maestro de Bolivar, fue nombrado por éste Director General de Instrucción Pública del Perú, diseñó todo un plan de escolarización por cada departamento, diseño de un plan educativo que fue aprobado por Bolivar y así nacieron los famosos colegios bolivarianos; pero su orientación fue totalmente anticlerical, es decir de una especie de ideología liberal y de profunda filiación positivista. No se crearon ningún colegio con nombre de santo alguno, ver: Ciencias y Artes, Ciencias y etc. y etc. este maestro luego del retiro de Bolivar, paso a ser perseguido por los enemigos de su pupilo; sin embargo creo una escuela en Azángaro, exactamente en Arapa y desde ahí, desde ese su templó irradió conocimiento, hasta que el párroco de dicho poblado hizo que lo expulsaran, murió en la serranía central en la miseria más completa.

Otra historia merecen los renovadores hermanos Nicolás y Carlos Belisario Oquendo Álvarez; Nicolás el primer Ingeniero eléctrico del Perú, graduado en Francia, quien trajo a Puno la primera bicicleta, el generador eléctrico, el cine, y junto a su hermano Carlos Belizario, padre del Poeta Carlos Oquende de Amat, renovó a la ciudad, Carlos, medico graduado de Doctor en medicina en Francia, trajo consigo la rotativa y creo un diario que formó a toda una generación de la que es fruto José Antonio Encinas, el incansable enemigo del clero y seguidor de Gonzáles Prada, positivista a extremo maestro de San Carlos y presidente de la junta gubernamental de Puno (por cierto el primer antecedente de Gobierno Regional) reorganizó Puno, construyó el Parque Pino y modernizó la ciudad. Y mucho más, formó a la inteligencia de Puno Encinas, Manuel Quiroga, Francisco Chuquihuanca y otros. Ambos murieron perseguidos por la curia y por los enemigos de la inteligencia puneña. Nicolas olvidado en un sanatorio para enfermos mentales y Carlos Belizario, tuberculoso al igual de su hijo, en un pueblito también olvidado de la sierra.

Qué podemos decir de nuestras inteligencias mayores: Gameliel Churata, perseguido y expulsado por defender sus ideas por más de 30 años y a su vuelta igualmente maltratado por sus compatriotas, el poeta Carlos Oquendo de Amat, organizador de las cédulas comunistas del sur del Perú, secretario ocasional de Mariátegui, expatriado y tuberculoso murió en Navacerrada España, Alejandro Peralta, hermano menor de Gamaliel Churata (Arturo Peralta) perseguido tubo que aislarse en la amazonía, en donde casi se pierde ese genial poeta de Ande, y que más tarde formaría junto a Luis de Rodrigo, Emilio Vásquez, Emilio Armaza, Emilio Romero, Ernesto More y Ricardo Arbulú Vargas el Instituto Puneño de Cultura (en Lima), lo que no sería sino la última correría de los viejos Orkopatas, del mismo modo moriría atropellado como un indigente ninguneado.

Si seguimos, la historia es larga, pero efectivamente, el sector pensante es el más maltratado en este país en el que el imperio de la corrupción se hace más grueso. En donde la ignorancia es objeto de culto, en donde el asesino y el delincuente son homenajeados. Aquí donde el ladrón ocupa el cargo de “alto funcionario” esa es nuestra patria, a eso hemos llegado.

Admiramos la necedad y ansiamos ser también corruptos, el sátrapa desea ocupar un sillón ya sea de una alcaldía o de la presidencia de la región, todo con el único deseo de ampliar su feudo, su clan.

Bueno, mientras tanto ¡Viva Puno! No la de los corruptos ni la de los ladrones, no ese 04 de noviembre, fecha en que se asesinaron a 67 puneños por revelarse contra el virrey Conde de Lemos, no ese culto a los mercenarios que ambicionaron la carnicería, el oro y la plata. ¡Viva Puno! No la de los sátrapas sino aquella de los hombres dignos.

IRA CONTRA LAS BIBLIOTECAS




José Luis Velásquez Garambel

Eloy Jáuregui, un intelectual, decía ayer en un comentario publicado en la revista del Diario La República en alusión y en defensa del Dr. Hugo Neira, director de la Biblioteca Nacional, defensa y opinión juiciosa que compartimos en forma cerrada: “Un intelectual, aquí o acullá, es un ser desechable… Un microempresario de lencería de cuy es más importante. Un minero igual… De ahí que habitamos en la patria de los “ayayeros”. El sobón, ese PBI del Estado-Nación, conduce 4x4 y paga con tarjeta. Tiene esposa, amante y trampa. Es formal, informal y delincuente... Lo admiran en el clan y en el feudo. Es un triunfador.
Al intelectual no. Palo con él. Que sufra por cojudo. Para qué abstrae de la cosa nacional. Para qué mete su nariz. Para qué lee. Para qué escribe. Para qué publica. Para qué expone. Entonces, encebóllenlo, que se atolle... Jódelo...”

En un país como el nuestro el intelectual no tiene sitio, simplemente es un ser inexistente; me equivoco, es un parásito al que hay la necesidad de exterminarlo, hay que perseguirlo y destruirlo, desaparecerlo definitivamente y para ello han confabulado todas las instituciones del estado y efectivamente, como lo dice el Eloy Jáuregui, lo han hecho con la inteligencia del país como Oquendo de Amat (gracias por mencionarlo), y podemos sumar más nombres de puneños, claro para el caso nuestro, como los de Gamaliel Churata, Cuentas Zavala, entre otros y lo siguen haciendo. Solo el sátrapa, el corrupto, el ladrón tienen lugar en esta sociedad. A ellos hay que aplaudirlos y si es necesario celebrarlos, otorgarles premios y hacerlos modelos de comportamiento.

Pero ese no es el caso, lo cierto es que el Dr. Hugo Neira, ha batallado, como sus antecesores, y entre ellos ese mendigo de Ricardo Palma, por lograr más libros para una biblioteca pública y el estado nada, sólo que jode y jode y con eso mutila la inteligencia del país. En nuestro caso, hay la necesidad de dignificar nuestras bibliotecas, que desde hace buen tiempo están totalmente desabastecidas de libros actuales, y por el contrario, se han reducido en algunos casos su espacio vital, como es el caso de la biblioteca municipal Gamaliel Churata, y se instalado en ella un Internet con el pretexto de tratarse de una biblioteca virtual. Y eso lo hemos permitido.

Sr. Luis Butrón una “Biblioteca Virtual” no puede ser eso que usted ha instalado en ese local, en primer lugar, ¿Cuántos libros puneños han sido subidos a la red? ¿El mundo tiene acceso a lo que los escritores de Puno produjeron? Para nada, claro, no digo que el servicio se malo. Pero debe tener otra ubicación, ese no es el lugar apropiado para instalar un Internet.

Por otra parte las personas que se hallen trabajando en dichas bibliotecas deben ser personas idóneas, que conozcan de los libros que los usuarios requieren, y en la Biblioteca Municipal sólo cuenta usted con dos personas que aman su trabajo, y esas son Don Paulino y Don Andrés. Y parece que usted confabula al colocar en dichas instituciones a personas que a uno lo espantan de la lectura, que cuando uno va y las atienden ya no tiene ganas de volver a la biblioteca, por que son personas a las que los libros les produce alergia y malestar.

Claro, existen otras excepciones como doña Yanina de la Riva del CENDOC, quien continuamente hace gestiones, en forma personal por mantener el centro de documentación del Gobierno Regional con libros actuales. Ese mérito merece un elogio aparte. Por otra parte habrá que preguntarse ¿En qué bibliotecas puede uno encontrar libros que traten sobre Puno?

domingo, 25 de octubre de 2009

Homenajearán a escritor José Luis Ayala

FOGRAFÍA: CARLOS "EL CHINO" DOMINGUEZ

Publicado en el diario Los Andes el 26 de octubre del 2009
http://www.losandes.com.pe/


Después de varios años los lectores, amigos y colegas escritores del ilustre huancaneño José Luis Ayala Olazával se congregarán el próximo 19 de noviembre para rendirle un homenaje por los cincuenta años de trayectoria literaria, para tal ocasión se llevará a cabo un recital poético dedicado al reconocido poeta aimara.

“Queremos que en este homenaje estén presentes los amantes de la literatura andina que han valorado los trabajos escritos de José Luis Ayala”, mencionó Fernando Chuquipiunta Machaca, organizador del evento cultural, tras indicar que estarán presentes también “Feliciano Padilla Chalco, Jorge Florez-Áybar, Boris Espezúa Salmón, Fidel Mendoza Paredes, entre otros”.

Con motivo del homenaje se ha programado a partir a las 15:00 horas de ese mismo día, la inauguración la primera exposición colectiva de la pintura huancaneña en el citado local, con la participación de los artistas plásticos Javier Luque Mamani, Arturo Toledo Gonza, Edgar Gómez Mamani (Sherif), Hernán Gil Mamani y Denis Edgar Quispe Valencia;

Cabe señalar, que el organizador de este evento es el joven poeta huancaneño Fernando Chuquipiunta Machaca, quien viene desarrollando una activa labor en pro de la cultura en Hunacané, para tal evento viene desarrollando coordinaciones con el director de la Unidad de Gestión Educativa Local, Leoncio Sejje Mamani. Asimismo, los grupos musicales como: “Qhana Uma”, “Los Huayruros” y el conjunto de sicuris “Proyecto Pariwanas”, que amenizarán estas dos actividades.

Narrativa: develando secretos

Juan Carlos Ortiz Z.

En los medios literarios de la ciudad de Puno, al menos los que se reflejan como muestras en las entrevistas televisivas esporádicas, se escucha con regularidad hablar de la poesía puneña que sobresalientes poetas han legado para nuestra literatura, y, se habla también de los poetas actuales de trayectoria, y como no, de las jóvenes promesas en este género, que han asomado significativos trabajos que incluso han merecido reconocimientos.

En cuanto a la narrativa, cuando se habla de ella, poco por cierto, se toca el punto en términos generales y vagos, inclusive con un entusiasmo limitado. Se señalan cosas como, la narrativa puneña (generalizando) tiene escritores representativos y cuajados como Feliciano Padilla, Florez-Áybar. A la pregunta de si hay nuevos escritores, se refiere que sí los hay. Casi nunca se señalan nombres, excepto el de Christian Reynoso por las publicaciones alcanzadas hasta el momento. A diferencia del género de la poesía, no se habla de promesas o de futuro esperanzador en la narrativa de la ciudad.

Este panorama opaco para la narrativa, al parecer en este año insinúa cambios, iniciándose una especie de “vuelta de tuerca”, en la dirección más auspiciosa. Prueba de ello es la aparición reciente de “Días secretos”, libro de cuentos de Bladimiro Centeno Herrera, Ornitorrinco (2009), en la que el autor alcanza doce historias, la mayoría de ellas de buena factura.

La aparición de un primer libro para un escritor con aspiraciones (nos referimos a aquel que pretende llevar una “carrera literaria”, y no al que escribe como pasatiempo o por el entusiasmo del descubrimiento momentáneo de un objeto), conlleva la preocupación esencial y primera de alcanzar el dominio del lenguaje literario. Nos referimos por supuesto al manejo de un lenguaje fluido que pueda llevar al lector de un tirón a los finales de cada historia en la narrativa corta. En el caso de Bladimiro Centeno, la aproximación al dominio del lenguaje literario, es sin duda una realidad, así lo dejan notar sus historias, nos referimos por supuesto a sus cuentos recientes como “Zona secreta”, “Mundo de cristal”, “La fotografía”, “El viaje” y otros, que poseen un lenguaje que le imprimen un buen ritmo a las historias.

Otras preocupaciones que gravitan en torno a una buena narrativa, tienen que ver con los recursos que se manejan para contar historias, y también, por supuesto, está la propuesta temática entre otros. En “Días secretos”, encontramos algunos recursos interesantes en el desarrollo de historias, éste es el caso de “El color de las piedras”, en el que se cuenta los eventos ocurridos al personaje, conjuntamente a los indicios o interpretaciones que el autor da a partir de un conjunto de piedras.

En cuanto a la propuesta temática, no obstante que el libro trata sobre el amor (tema recurrente en la literatura junto a otros), en este caso diríamos amores clandestinos, se advierte un elemento particular e interesante. Se trata de la interacción de dos mundos diferentes, a través de los personajes en algunos cuentos. Nos referimos a las relaciones que se dan entre personajes que provienen de “sociedades” diferentes, la andina y la occidental, relación en la que sale a relucir las diferencias raciales, que el narrador deja entrever en la descripción de los personajes y las acciones, de forma directa en “La llamada”, por ejemplo. La presentación de este conflicto, que no es otra cosa que el racismo manifiesto, recrea la situación por la que atraviesa nuestra sociedad, y no en el plano de lo cotidiano como es usual, sino en contextos únicos cómo la educación superior.

El libro de Bladimiro Centeno en conjunto, es un trabajo que alcanza un buen nivel narrativo, y que le suma a la práctica de la prosa puneña reciente, el rasgo de calidad que se necesita para la muestra de la literatura de esta región, en el plano nacional, junto a los escritores que ya han alcanzado hace un tiempo, el reconocimiento en el país.

Aparte de ello, debemos decirlo, la publicación de “Días secretos”, debe llevarnos a echar una mirada seria a la narrativa puneña de los últimos años, en los que se han ido publicado trabajos, no pocos, que permiten tener un corpus suficiente para la mirada especializada de la crítica.

Beso de lluvia o lluvia de luceros


Escribe: Feliciano Padilla

Un fenómeno extraordinario acaba de ocurrir en la altiplanicie. Se trata, de veras, de una lluvia de luceros como nunca antes había sucedido en la historia de Puno. Para la gestación de este milagro fue necesario la conjunción de varios elementos: CARE Perú, Comisión Europea, Ministerio de Educación y de José Luis Velásquez Garambel. Este último, en su calidad de núcleo de aquellas fuerzas centrípetas que, en julio del 2008, lograron publicar “Beso de Lluvia” – Literatura Puneña- , impresa en los Talleres Gráficos de Corporación Merú de la ciudad de Puno, editada en dos volúmenes de 576 p., de 29 x 25 ctms y, portada y contraportada a todo color; con fotografías, ilustraciones, pinturas y páginas, también, a todo color.

Finalmente sucedió lo que tanto esperábamos y lo consiguió José Luis Velásquez, un joven investigador egresado de la Universidad Nacional del Altiplano, catedrático de la misma, maltratado tantas veces por el centro de estudios que lo formó, tanto a nivel de pre grado como de post grado. ¡Y sorpresas te da la vida! Ahí está este joven ofreciéndonos libros importantes, producto de sus investigaciones, de modo permanente. Si solo el 20% de los tantísimos maestros y doctores que tenemos en la Facultad de Ciencias de la Educación (desconozco lo que se hace en otras Facultades) hiciera el 50% de lo que hace este profesor estaríamos enrumbando la universidad por un camino seguro hacia la acreditación académica. Pero, ese es otro tema. Retornemos a “Beso de Lluvia”.

Los volúmenes que comentamos abordan la literatura puneña concebida como un proceso donde todos los componentes de distinta índole (oralidad, escritura, poesía, cuento, relato, novela, etcétera) no se enfrentan unos con otros, sino que se concatenan para construir la gran literatura puneña y el espíritu que la sustenta, lo que muchos investigadores, llaman puneñidad, tan necesaria para conocer y amar lo nuestro, en tanto que, solamente conociéndonos de manera adecuada, seremos capaces de respetar y querer la literatura de Oriente u Occidente. La puneñidad, concebida lejos de todo chauvinismo barato, es la clave para consolidar nuestra autoestima y con ese bagaje utilizar todo aquello que viniendo de Europa o de Medio Oriente (por citar dos espacios) sirva a nuestro desarrollo. Para empezar, diremos que “Beso de Lluvia” ha sido fecundado por este sentimiento y estos ideales.

Anteriormente, hubo varios esfuerzos individuales de parte de estudiosos de la literatura regional, que publicaron estudios sobre el tema, siendo los más conocidos: Moisés Yuychud (Ensayos literarios -1913), Alfredo Macedo Arguedas (Antología de las letras puneñas – 1949), José Portugal Catacora (El cuento puneño – 1955), Manuel Suárez Miraval (Poesía indigenista – 1959), Juan Luis Cáceres Monroy (Tres representantes de la poesía indigenista – 1974), Samuel Frisancho Pineda (Antología de la poesía puneña y Antología del cuento puneño – 1978, 1980), José Luis Ayala (“II Festival del Libro Puneño” que incluye Antología de la poesía y Antología de la narrativa puneña – 1987), Omar Aramayo (Antología de poesía puneña – 1999), Feliciano Padilla (Antología comentada de la literatura puneña – 2005), Percy Zaga Bustinza (Literatura puneña – 2008), Wálter Bedregal (Aquí no falta nadie – 2008). Sin embargo, hay que reconocerlo, al margen de la calidad que pudieran ofrecer algunos de los anteriores estudios, esta es una edición de lujo donde se ha invertido probablemente 30 ó 40 veces lo invertido en las publicaciones de literatura regional citadas líneas arriba.

Los libros, tal como estaban destinados en el proyecto, han sido distribuidos de forma gratuita a todas las instituciones educativas de la Región, para uso exclusivo de profesores y alumnos. Lamentablemente es poco conocido en los centros académicos y entre los lectores de las ciudades de Juliaca y Puno. Los medios de comunicación, llámense radio, televisión o periódicos, no los han publicitado por no haber accedido a ellos. Tampoco tenemos seguridad de que las Universidades donde hay Escuelas Profesionales de Literatura como son San Marcos, La Católica de Lima, Villarreal y San Agustín, los tengan. Hubiera sido de desear que la distribución, que no depende del autor de la selección, sino, de las instituciones auspiciadoras, hubiese tenido un criterio más abierto, a fin de que esta obra sea conocida en el país.

“Beso de Lluvia” se presenta en dos tomos. El tomo I comprende mitos, leyendas y relatos pertenecientes a la literatura oral y; termina con la exposición de relatos, cuentos y novelas de la literatura puneña escrita en español. La literatura oral nos exige algunas reflexiones en tanto y en cuanto está vinculada íntimamente a las raíces de nuestra cultura. Ella refleja, en gran parte (tenemos también lo que nos trajo Occidente), nuestro modo de concebir, pensar y ser. En algún trabajo afirmé que los mitos, las leyendas y los relatos orales representaban una racionalidad, vale decir, una forma de concebir y representar el mundo, tan familiares con nuestros niños aimaras y quechuas de las comunidades. Es más, si se tiene en cuenta su función social, se comprobará sin mucho esfuerzo, que estos discursos e imaginarios forman a los niños altiplánicos en los valores reverenciados por dichas comunidades, tan distintos de los que corresponden a otra culturas, particularmente, a la cultura occidental convertida, desde la colonia, en la esencia de la educación básica y superior peruanas. Cualquier texto refleja las dimensiones teleológicas (fines) y axiológicas (valores) de la cultura que lo produce. Si los educandos de las comunidades amazónicas y andinas hubiesen sido “medidos” en lectura con textos de sus propias culturas, con seguridad, las calificaciones más bajas de comprensión lectora no se habrían concentrado en estas zonas. No debemos olvidar que, a esas edades tempranas, los alumnos están más dispuestos a querer y comprender todo aquello que concierne a su vida y a su contexto.

No tengo dudas de que el libro servirá mucho en la educación de nuestros niños. Como dice Marina Figueroa Díaz en la presentación de estos volúmenes: “Los maestros podrán utilizar las obras presentadas en el presente libro para el desarrollo de sus actividades de aprendizaje. Así, por ejemplo, los mitos para explicar la historia de los pueblos andinos, es decir, los hechos sociales, políticos y religiosos que se han dado en espacios tiempo históricos específicos...”. Y no solo eso, la literatura oral expresa también nuestra forma de reflexionar sobre el mundo, sobre el ser y el conocimiento. Y eso es filosofía o runasofía, o haqhisofía (si lo desean), que los de “afuera” llaman cosmovisión andina. De modo que, estos textos más que los que pertenecen a la novela o a los cuentos escritos en español, nos remiten a nuestra raíz y están en concordancia con el Nuevo Proyecto Curricular de la Región Puno que aboga por una educación intercultural y la descolonización mental o ideológica.

La segunda parte de este volumen que contiene cuentos y novelas escritos por puneños desde los primeros años de la República hasta nuestros días es una buena selección y, con seguridad, ayudará a fortalecer la autoestima de los niños y a consolidar su identidad. Esta selección presenta a los clásicos, es decir a aquellos que no pueden faltar en una muestra que se precie de rigurosa; pero, también nos muestra textos desconocidos de autores puneños que los anteriores trabajos obviaron sea por algún criterio de calidad o por desconocimiento. Cualquiera fuere el caso, el libro nos permite completar la información que se tenía de literatura regional. Se encuentran seleccionados los textos de Emilio Romero Padilla, Mateo Jayka, Román Saavedra, Vicente Achata Vargas, Luis Gallegos Arriola, Omar Aramayo y otros, cerrando con los narradores jóvenes Christian Reynoso y Javier Núñez, cuyos textos son el resultado de todo un proceso de construcción de la narrativa puneña.

El volumen II contiene poesía, teatro y ensayo, de lo mejor que se ha producido en Puno. La primera parte, como era de esperarse, presenta cantos aymaras y quechuas (poesía) tomados de las versiones de Yamqui Santa Cruz Pachacuti y Huamán Poma de Ayala, aparte de versiones de poetas del siglo XX. Luego, el libro hace un recorrido ameno por el camino luminoso de la poesía escrita en español que, en calidad e intensidad, es de los mejores que hay a nivel nacional e internacional. Naturalmente, están los miembros del Grupo Orqopata (Arturo y Alejandro Peralta, Luis de Rodrigo, etcétera), Dante Nava, Carlos Oquendo de Amat, los poetas insulares o no agrupados (Jóspani, Jorge Flórez Áybar, Vladimir Herrera y otros), los miembros del Grupo Carlos Oquendo de Amat (José Luis Ayala, Omar Aramayo, Gloria Mendoza, Serapio Salinas, Percy Zaga), los poetas de la generación del setenta (Alfredo Herrera, Boris Espezúa y Lolo Palza) y; los poetas de las generaciones actuales que vienen desde Simón Rodríguez y cierran con Filonilo Catalina (Luis Rodríguez Castillo) y Glinio Cruz. En teatro es poco lo que se ofrece y en ensayo cabe destacar los trabajos de Wálter Paz Quispe, con “El discurso transgresor y erótico en la fiesta de Puno”; Dorian Espezúa Salmón, “EE o demasiado ser el otro” y; Bladimiro Centeno Herrera, “La búsqueda de una expresión poética andina”.

No puede finalizar este comentario si no resalta la calidad del trabajo en cuanto a selección, la propiedad de los textos, el diseño y la presentación física a todo color del libro. Subrayamos una vez más el trabajo mancomunado de la señora Marina Figueroa Díaz, representante del Proyecto Kawsay de CARE Perú y de José Luis Velásquez Garambel, profesor maltratado por la UNA, que hicieron posible la publicación de esta gran obra. Seleccionar es siempre una responsabilidad que todo investigador carga sobre sí. Desde mi perspectiva me parece que ha primado un criterio crítico, sistémico-racional y cronológico. Algunos escritores que presumen de críticos habrían deseado que el autor maneje un discurso de “alto nivel” en la redacción de las notas explicativas y de la introducción, ya que una orientación didáctica, dizque rebaja la calidad de una apreciación literaria. Todo depende del destinatario. Si escribimos para dos críticos, cuya calidad todavía está en duda, usemos discursos de “alto nivel”, de naturaleza ambigua, oscura y, hasta cierto punto, esotérica; pero, si escribimos para maestros y alumnos y para lectores de carne y hueso como yo, no hay nada mejor que usar un discurso simple, claro y coherente. Es probable que las preferencias del autor divida la opinión de las personas; entre tanto, estos libros vienen siendo utilizados en las Instituciones Educativas de la Región. Eso es lo que vale. Quizá, más tarde, podría complementarse esta información con mesas redondas o seminarios para profesores, donde se hagan análisis hermenéuticos de los distintos textos presentados en la obra.

jueves, 22 de octubre de 2009

“TUPAMARUS, VILCAPAZAS, CATARIS, INGARICONAS”: El testimonio vivo de Augusto Ramos Zambrano



José Luis Velásquez Garambel

Cirbadora de sueños, una simple muralla separa la locura de la lucidez, el sueño de la vigilia y en ese estado nace la concepción del pasado, que nos extiende la mano y estamos ahí, donde el hombre incendió con una chispa la luminaria de su inteligencia; y nos vuelve a extender la mano y nos hallamos en el futuro, tan incierto; y en un revolotear de ojos nos perdemos en el presente, somos partícipes de lo que acontece en este momento, en esto que a veces es parte del azar, pura casualidad. Y el tiempo qué locura, qué tema tan apasionante, y recordamos a J. L. Borges que nos dice que “el pasado es una simple invención ficticia de la memoria, un artilugio, una especie más de ese género endemoniado que es el cuento fantástico”, y nuestro poeta de los Dioses, Omar Aramayo nos replica: “… inventamos el pasado para no declararnos locos mutuamente…”.

Mucho se ha dicho de los estudios sobre la historia, desde que Herodoto la inventara, con las diferencias conceptuales con Tucídides, para diferenciar las explicaciones que los hombres hicimos con el mito, explicaciones propias, culturalmente contextualizadas a cada cultura, pasando por esos magníficos filósofos de la postmodernidad que la niegan y hasta la ridiculizan como J. Derrida, M. Foucault, F. Guattari, G. Deleuze hasta nuestros peruanos célebres como Jorge Basadre, Pablo Macera, Manuel Burga, Nelson Manrique, Heraclio Bonilla, María Rostoworosky y ese genial hombre, tan distante a nuestras razones actuales, tan lleno de lucidez, como lo fue Alberto Flores Galindo que nos demuestran que la memoria es necesaria, que un pueblo sin memoria no sólo no posee espíritu sino que no posee humanidad.

Qué difícil es hablar de historia, qué difícil es recordar y cuan trágica es la labor de un hombre como la del Dr. Augusto Ramos Zambrano, quien desde hace varias décadas atrás nos trae el pasado y nos lo reprocha, y con ella nos retumba en los oídos, y en la memoria que es necesario recordar; pero ella, como esquiva, como una doncella olvidadiza hace que se nos perdone todo, pero hombres como él, con la terquedad y la pulcritud del espíritu batallan contra el olvido.

“Tupamarus, Vilcapazas, Cataris, Ingariconas”, es el último libro del insigne historiador Augusto Ramos Zambrano, libro de factura didáctica y de vital importancia para el conocimiento del pasado histórico de la región Puno durante la gran alzada tupacamarista.

El texto en mención fue preparado con la minuciosidad propia de un alarife de la arquitectura social, la revisión y el hallazgo de documentos de primera fuente, así como la exquisita muestra interpretativa le otorgan el soporte necesario para que sea considerado un texto clásico en la historiografía regional y un clásico de la historiografía tupacamarista.

El libro contiene, además, importantes ensayos de María Eugenia del Valle de Siles, una reconocida historiadora chileno-boliviana especialista en el la rebelión de Tupac Amaru; una lúcida interpretación de Nils Jacobsen, historiador alemán, especialista en procesos económicos y políticos del período en cuestión; también un ensayo titulado “Sangre en los Andes” del estudioso Mauro Paredes, intelectual con profunda y activa labor cultural durante varias décadas en la región de Puno.

Con la aparición de este libro, el Dr. Augusto Ramos Zambrano, se yergue, una vez más como el máximo estudioso de la historia regional, el intelectual incansable a quien Puno le debe su memoria histórica y social, y para los jóvenes, el ejemplo del escritor, del intelectual incansable y con el amor inalterable que todo puneño le debe a Puno.

miércoles, 21 de octubre de 2009

HOMENAJE A GAMALIEL CHURATA POR SUS 40 AÑOS DE FALLECIMIENTO




Arturo Vilchis Cedillo, un mexicano amante de la literatura Churatiana, publicó en el 2008 un bello libro titulado “Gamaliel Churata: El Dolor Americano”, sin duda un libro documentado, producto del trajín de Vilchis Cedillo por varios archivos de Bolivia y del Perú, países en los que logró la amistad de otros intelectuales reunidos bajo la bandera de la reivindicación de la literatura de Gamaliel “El Ángel Caído”, libro que comentaremos como se debe en una ocasión no distante.

Por los 40 años del fallecimiento de tan digno escritor (Gamaliel Churata: 09 de noviembre de 1969) el Diario “Los Andes” en Coordinación con “La Dirección Regional del Ministerio de Relaciones Exteriores”, el “Grupo Sur de Escritores Andinos” y el CELAP vienen preparando la organización de una feria del libro puneño y de un ciclo de conferencias en las que participaran la Española Meritxell Hernando Marsal, el boliviano Aldo Medinacelli y los peruanos: Feliciano Padilla Chalco, Jorge Florez Aybar, Walter Paz Quispe, Samuel Ayma, Henry Esteba, entre otros, de quienes se espera se sumen a esta convocatoria abierta hecha desde esta nota de prensa.

Mientras se efectúan las coordinaciones les dejamos con este bello relato del homenajeado, el mismo que pertenece al archivo de Arturo Vilchis, hallazgo que enriquece la literatura churatiana. (J.L.V.g)

TEOFANOJ KAMUNKAÑA

Por: Gamaliel Churata

El esplendor del cielo en árboles. Todo imbuido de sabor de tierra. A través de las nubes, la luz se cierne en explosión azul. Las kesanas del día fresco se entumecen en el airecillo acuático. Azul todo; azul el canto del pichitanka. Yo subía afanoso la cuesta. Llevaba jadeante los fuelles del espíritu y a causa de esta disposición se iba quemando mi resuello. ¿Estaba alegre? La pagana alegría que él me trajo se hinchaba en mis ojos entusiastas. A mis espaldas, retrasada quedaba la ciudad. Traerse a la cincha un pueblo a escalar la cuesta es de hombres. Pero la mala para poblana se atasca a poco que el cerro se punza sus aristas. Se quedaba atrás ¡la ciudad! Eso que también yo voy a llamar una ciudad. La aldehuela casta, de buen sexo, rica chola de ancha cadera agilitada por el pescozón del hielo, dulce de aliento ¡si no fuera por los lagartos y sapos feos de la estupidez que le han sembrado sus salivas y sus malos rumores de bestia! Los techos de teja y de paja y de calamina también participaban de la humedad. Los de paja con su lomo de tejas, parecían invertidos maceteros de ichu punzante cultivados por amor a la serranía espiritual que gusta el gris y el áspero. El color de las tejas es genésico. Alegra y comunica inocencia. Pero las pajas amarillas u ocres, según sea la edad y el servicio, traen hasta la poblada la sensación del ayllu, de la pampa, del risco; la chujlla está viviente allí donde se ven los anchos techos de paja como kallampas. La calamina, en cambio, con su apariencia y su vozarrón…inexpresiva y atónica, como todo lo artificial, sin sexo. Pero vista a la distancia y a cierta hora cuando una evaporación azul envuelve todas las cosas, tiene el color del cielo. Por gusto. O acaso esas latas de zinc puestas ahí por la pereza y la brutalidad del hombre, en lugar de la teja colorida y el ichu panteísta son una manera de recordar que el cielo se mete en nuestras vidas a pesar de nosotros, que la vida, referida de un punto de la materia a una orilla de la epidermis en un solo espectáculo inhibido en sí mismo. ¡Quiá! Qué no había de comprender entonces mi alegría de animal encariñado. A poco más adelante estaba la “Quinta” y allí –lo descubría mi ansiedad- él, mi hijo, o mi hermano, o mi amigo, aquel fragmento de vida superior que vino a nacerme como un desquite a tanta imbecilidad oída y mirada. Los doce o quince árboles levantaban, por sobre las techumbres sus capas agitadas y jubilosas en el airecillo matinal. Cantaban las aves y chillaba mi corazón. Y esta era mi alegría. ¡Él! A quien, con la nube inédita, asomada detrás del cerro verde, iba a recibir en mis brazos. Seguí caminando.
Muy luego salió a mi encuentro el ladrido del can familiar. Y más dulce que el miski, su voz, la voz del Teofanoj.
-¡Tata! ¡tata! ¡Tetete!
Al traspasar la pirka brincó el tisko tisko, su hipido presuroso y sus manitas se me alargaban. ¡Él era!
Le había vestido hombre. Un manchuco de bayeta café sobre toda su carne robusta y el chullo de vicuña con filetes y dibujos en rojo testimonio de su adelantada capacidad vernácula.-¡Sa bene unté! ¿Y a uno homecito me fuefo?
Con pacitos atolondrados se esforzaba por llegar hasta mí por entre los rosales; gritaba con alegría de cervato. Sentaba lindo el sol en el jardín, entibiándolo. La nube se reclinó sobre el repecho del monte, para inmóvil tirar algodones alegres. Desprendiéndose de la copa más alta alzó un vuelo circular sobre nosotros, el allkamari, yendo a perderse en el centro del cielo. La kurukuta voló desde el techado rompiendo sus cascabeles. El perro me lamía. Mi mujer tiraba de la verja recién amanecida. La cocinera sonreía al vecino, hijo de algún adefesio, y entre la expectación de todos, boquiabiertos, dio un salto gimnástico hasta ponerse en mis brazos dulces.
-¡Tata! ¡tetete!
-¿Nos lieron tetita me fuefueto? Millay ñuño… ¡A ver! ¡a ver! ¡teta!

Desabrochó el corpiño materno y sacando la ubre exuberante llevóla a su boquita. De rato en rato, mientras mamaba estaba atento a mis movimientos. Si me fuera dejaría la teta para chillar. Y eso es como si a uno le mamaran la ñuño mental, como si en el epicentro volitivo dejaran caer una gota de miel. Díjeme: ¡Onfano me quiere más que a su teta!
-¿Por qué no has venido anoche? Dijo su madre. ¡Y luego aparentas quererlo!

El chiquillo miraba de reojo para dar hondura al reproche de la mamala.
-¿Chi? ¿chi? ¿buscaba unté so tata?
Y por toda respuesta hacía grititos sin dejar el pezón.
Hice movimiento de retirarme, y chilló.
-¡Acá! ¡tata!
¡Cómo entonaba su obra de belleza la vida!
Se alzaba ya dos cuartos y medio sobre el suelo y alcanzaba la altura del primer perfume floreal.Su color limpio, y sobre el mate de la piel mestiza, pinta rosa la salud valiente. Su carita redonda y su boca sin dureza tienen imperio hablador. El pecho alto se dibujaba con honradez y el abdomen repleto con ánimo. Los brazos llenos y las piernecitas ya de tendones firmes, estaban anunciando al futuro andante. Para mirar ¡sus ojos! Para castigar ¡sus ojos! Para acariciar ¡sus ojos! Sus ojos provienen del llama ñawi metido entre los pozos de la nebulosa. Ojos astrales desde donde yo vi, para siempre, tejido angélico de la carne. Su frente para darme sensación etérea, una insinuación combada buena al viento y a la fiebre de las ideas.
-¡Um! ¡um! ¡tata! ¡criii! ¡acá! Me decía, para que lo sacara a la explanada de la Quinta donde viven los árboles y es constante el canto de los pajarillos.
Gritábame yo:
-¡Sono me fuefo unté! ¡Yo canto lo pocoso y lebento lo bobo!
Y Chillaba, chillaba como el kelluncho con chillido encantador. Y me señalaba las flores y me señalaba el canto de los pajaritos. Gritaba él, con él corría yo. Nos tirábamos entre el pasto. Él se trepaba a montarse en mi pecho. Me halaba los cabellos, se echaba sobre mi cara para morderme las orejas. Su alegría no tenía límite; la mía me localizó de antemano en el sitio de la tierra desde donde se percibe el hálito de la luz. Estábamos solos y éramos lo único creado. Para acariciar de lleno estiraba mi brazo en busca de lo oculto; por ese camino inhollado tropecé con la suavidad de nuevas canciones. ¡Tata! Me gritaba y yo le cantaba ¡fuefueto! Todos miraban asombrados. La locura al desprenderse de la infancia se vuelve inocencia en la costilla joven. Eso conmigo. Locura de sentir lo que no sienten los demás. De poseer lo que no ven siquiera los ojos de todos. Yo, teniéndolo entre mis brazos, fornicaba con derecho varonil el ritmo de la vida. ¡Mi ritmo! Entenderlo; porque eso es solamente de uno. ¡Um! ¡um! ¡tata! ¡criii! ¡aca! Mis gritos apabullaban los suyos; pero a la postre solo los suyos tenían razón, porque poniéndome las manitas sobre la boca me gritaba: ¡um! ¡um! ¡tata! ¡aca! ¡criii!...
Y así pasaban las horas y la alegría sudando en el aire. Y yo, luego, acezando me sentaba y él reclinaba su cabecita en mi brazo y nos dormíamos. Pero allí tampoco acababa el ejercicio de amor, que mi esperanza agitaba alas y mientras desde el hueso vigilaba su sueño, tiraba el cuerpo un salto elástico y mi corazón hacía piruetas en los vientos.-¡Um! ¡um! ¡tata! ¡aca! ¡criii!
Desde entonces datan esas palabras con que le arrullaba en mis sentaderas.
¡Duerme burrito! ¡despierta hombrecito! ¡arrorro! ¡arrorro!
Después, después se acercaba de puntillas su madre y se lo llevaba. Todavía un rato quedaba yo meditabundo de pasto.
Descendiendo la cuesta pensaba: “sólo me deja cuando duerme” y ni aun así: dormido adora lo que hollé como yo que huelo su adoración. ¡Pues al trabajo! ¡al trabajo! Por él, fórmula, esquema y sonrisa robusta en agilidad de cervato. Mi agilidad renacida. ¿Y su alma? Su alma estaba llenándome de eclosiones perennes…Todo amanece y enjuga. Invade el alma al alma. ¡Teofanoj!
Rápido y contento con mi aprisco de glorias en el lomo. Labriego que roturó sus campos. Hombre que entrevió ángel en el fondo de la caverna.

-¡Duérmete burrito! ¡despierta hombrecito! ¡arrorro! ¡arrorro!

Luego me tragó la fauce poblana y yo henchí de gozo mis poros y di vuelta brava y alegremente a la novela de la noria…
La luz seguía parlando.

Mundial, año IX, núm.479.
Lima, 23 agosto de 1929.
Archivo de Arturo Vilchis Cedillo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Por la reivindicación de la cultura de Puno



En homenaje a Gamaliel Churata (09 de noviembre de 1969, fecha de su fallecimiento), vienen programando, los amigos de Orkopata, en alusión a que los buenos tiempos merecen ser vividos una y, porque no, continuamente; se viene gestando, como dicen ellos “una nueva movida” un ciclo de conferencias informales y una “Exposición del Libro Puneño” (sin ningún financiamiento por parte del estado ni de sus instituciones, y si ellas, las instituciones llamadas a hacerlo, quisieran apoyarlos, ojala no rompan los protocolos del silencio cortes y que no demuestren sus ansias de figurantismo ramplón), porque precisamente el estado jamás ha llegado a colmar las expectativas que el pueblo merece: “un documento que contenga la política cultural de Puno”, y a las instituciones encargadas de ofrecerla han llegado, para dirigirlas, simples ganapanes, sobones a media tinta y cuyas ideas siempre han nacido en ese lugar donde la espalda pierde el nombre. Ante lo cual, los amigos de Orkopata, amenazan (“Real Informalistas”) en pedir cuentas y organizar movilizaciones para pedir la cabeza del Director del INC, encargado de cultura de la Municipalidad Provincial de Puno, y acaso del encargado de cultura del Gobierno Regional y demás organizaciones que se llenan la boca con el dicho “Puno, tierra de artistas y de poetas”, así que prepárense, pronto los intelectuales de la Región Puno iniciarán la lucha por la reivindicación cultural de la Región o acaso Puno, dejó de ser tierra de artistas y de poetas y se volvió la tierra de la corruptela y la “Fosa Común”. Mientras tanto leamos este bello texto que Ernesto More le dedicó a Churata (J.L.V.G.).

DE LA FOSA COMÚN DEL OLVIDO

Escribe: Ernesto More

CHURATA, CHULLPA DERRUIDA
Hay en el Perú dos mentalidades que conviven sin conocerse: una centrista, endógena, andina, inspirada por el qeshwa y el aimara; otra, centrífuga, exógena, inspirada no precisamente por España, sino por la molicie y la gracia del virreinato. Dos típicos representantes del primer grupo, son Uriel García y Gamaliel Churata. Ambos pertenecen al verdadero Perú profundo, y por lo mismo, al menos hasta ahora, han vivido y laborado en los hipogeos de la conciencia literaria. La obra del último sobre todo, la del puneño, tiene el encanto y la belleza de una chullpa derruida. Más que entenderla, se la presiente, y se advierte en sus bellos trozos dispersos una rara unidad peruana. Es triste descubrir que donde más se la ha valorizado, fue en Bolivia. De Churata dijo Fernando Diez de Medina: “Hombre y escritor. Un drama vivo. Un tesoro subyacente”. En cambio, en Lima, ha pasado totalmente inadvertido. No se le detectó y cayó a la fosa sin hacer ruido alguno. Y va a ser difícil que proliferen flores en su tumba.
LAS ARMAS Y LAS LETRAS
No siempre andan juntas y de buen acuerdo las armas y las letras. Para su armonía, es imprescindible que las primeras se conviertan en arados y las segundas en simiente. En pocas palabras, que laboren para el bienestar del pueblo. En Puno se dio el caso de que se encontrasen los precursores de lo que en el Perú se está iniciando. Corría el año 1929 y Churata había fundado ya el Grupo Orkopata. Su espíritu, para aquel entonces, era esotérico, no por sus misas negras, sino, sencillamente, porque lo que se buscaba era vivir y sentir al compás de la tierra. Por esos días estaba en Puno el capitán César Coppo, del Regimiento de Infantería No 15. Coppo, como Julio C. Guerrero, como el capitán Lazo, como el mayor Manuel O. Velásquez, era uno de los precursores de lo que es el militar moderno. De tropero que fue, llegó a la Escuela Militar, donde obtuvo la Espada de Honor; viajó a Europa y desempeñó, luego, en Italia, el puesto de Agregado. Desde allí aprendió a mirar más de cerca el Perú profundo. Amaba la justicia social y soñó en hacer de la selva un emporio de riqueza para los peruanos. Ni qué decir que ese espíritu estudioso y alerta se apartó pronto de las filas, tal como le ocurrió a Guerrero, ese crítico socio-militar eminente, y a Velásquez, matemático y músico, intérprete de Beethoven y polígloto. Si volvieran ahora; estarían en filas. Estarían transformando su espada en arado. Los que todavía viven de entre ellos, sentirán la dicha de ver germinar sus ideales. Coppo era amigo y admirador de Churata, como lo fue Guerrero cuando estuvo en La Paz. Ambos vinieron de puntos extremos (en esos años, el militar era lo más opuesto al escritor). Se recelaban mutuamente. Pero los precursores se valen de puestos invisibles para vencer obstáculos insalvables. Y Churata, escritor que debía vivir en el exilio, encontró el mejor amigo en el militar Coppo, a quien le venía estrecha la milicia de esos tiempos. Y también Coppo hubo de desaparecer, como un desterrado, en pos de sus ideales, en las sombrías selvas de Marcapata.
EL ESCANDALO
Coppo era el único que asistía uniformado a las reuniones de Orkopata, que se llamaban Pascanas Nocturnas. Allí se discutía, se polemizaba, se bebía y se fraternizaba. En una de esas reuniones, Churata y Coppo plantearon la necesidad de crear la República Social de los Incas. Mirado desde nuestra época ese planteamiento, se le consideraría (como ya lo ha apuntado maliciosamente alguien) como un retroceso histórico. En realidad, esa iniciativa significaba la reforma agraria en pañales, la revalorización del indio, su reincorporación a la sociedad peruana, en la que, analfabetos, al hombre y a la mujer indios no se les ofrecía otra perspectiva que el de pongos o mitanis. Ambos sintieron que, excluido el indio de la verdadera función ciudadana, privado de su lengua para los fines culturales, el Perú era un hemipléjico. La pluma y la espada, las armas y las letras vinieron a constituir un solo instrumento en esta tarea de convertir una extensión geográfica episódica y alienada, en una verdadera patria. La compenetración de estos generosos y avizores espíritus fue tan grande, que la noche del 28 de julio de 1929, cuando se inauguró el Círculo Militar con un gran baile al que asistió lo más genuino de la sociedad puneña, siendo anfitrión el coronel Ricardo Flores, Comandante del Regimiento N° 15, y en momentos en que se danzaba alegre y elegantemente, al penetrar de improviso un indio alto y emponchado, alicoreado y bramando (indio que no era otro que Churata), de no mediar esa gran comprensión espiritual entre Churata y Coppo, hubiera podido ocurrir algo muy grave. Churata ingresó allí evidentemente para protestar de lo que él llamaba una farsa social. Al ver ingresar en la sala tan descomunal y descompuesta estantigua, las parejas, lejos de estrecharse más, se separaron, preparándose cada cual a tomar las de Villadiego. Otros perfilaban ya una acometida feroz contra Churata, lo que habría ocurrido, sin duda, si Coppo, reconociendo a su amigo, y comprendiendo sobre todo el significado de su imprevista visita, no se le hubiese acercado amistosamente para desarmar al belicoso espíritu de su admirado amigo, que trepado a una silla, vociferaba, charango en mano: “Yo soy la raza aimara que protesto en este momento”. Feliz acontecimiento aquél en que dos hombres comprensivos y coincidentes, podríamos decir sinérgicos, transformaron lo que estaba por ser un escándalo de órdago en un toque pintoresco, en algo así como el de un desusado instrumento en una orquesta rutinaria.Este es el genial Churata, la chullpa derruida, que alguna vez dijera, premonitoriamente: “En un desconsuelo moral, el hombre alza los ojos al cielo en busca de la verdad, y sólo concibe la muerte”. Sí, querido Gamaliel, la muerte será contigo como lo fue con Vallejo: el hilo de Ariadna en el laberinto de la incomprensión.
De: "Antología y Valoración" de Gamaliel Churata.

Impreso por encargo del Instituto puneño de cultura, el 30 de mayo de 1971.

jueves, 15 de octubre de 2009

LOS CUENTOS SECRETOS: DE LOS DÍAS PÚBLICOS DE BLADIMIRO CENTENO: “Los Días Secretos”

José Luis Velásquez Garambel

Bladimiro Centeno Herrera acaba de publicar “Días secretos” (Ornitorrinco editores 87 pp) es un libro que no tienen nada que ver con las poéticas de nuestros clásicos autores puneños, no posee el estilo de Don Lucho Gallegos, Jorge Flórez-Áybar, Feliciano Padilla, Zelideth Chávez ni Omar Aramayo y menos el de los anteriores Orkopatas. Ha inaugurado una nueva forma de narrar historias breves en nuestro medio, con un lenguaje preciso, pulcro y porque no decirlo producto de lecturas de autores de culto del minimalismo literario
Todos los autores, ya se dediquen a la escritura de ficción como a los temas amorosos, siempre tendrán entre sus obras alguna de temática amorosa, Bladimiro Centeno no escapa a esto, es un infidente pulcro de este susurro de amor, de estas clandestinas relaciones. Uno de los grandes temas que ha motivado a los artistas de todos los tiempos ha sido el amor. Tal vez sea su intemporalidad la que hace de éste, un tema recurrente que nunca pasa de moda.
Además, al tratarse de un tema familiar para todas las personas, pues siempre se tiene algo que decir al respecto, siempre gozará del favor popular, ya que todo el mundo podrá interpretar según sus propias experiencias lo que el autor quiere expresar, llegando a conclusiones que satisfacen en mayor grado el ansia de conocer el significado por parte de los receptores de la obra. Esto lo hace bello y digno se ser leído y gozado por el amante de la aventura secreta de la lectura.
Conocí a Bladimiro Centeno allá, o mejor dicho acá por el año 2000 y por una suerte, fue jurado junto a Efraín Miranda y Omar Aramayo de unos juegos florales organizados por la especialidad de Lengua, de la UNAP, se me otorgó el 1er, lugar en poseía y en pintura, al año siguiente, ya por puro vicio, me volví a presentar en el mencionado concurso, y Bladimiro Centeno H. fue otra vez jurando, y otra vez se me concedieron el Primer Lugar en composición de poesía, cuento, declamación, Pintura.

Con el transcurso de los años, y luego de largas meditaciones logré comprender que había ganado esos concursos honrosos y misios (por que jamás nos dieron premio algunos, excepto un precioso Libro autografiado por el mismísimo Efraín Miranda, “Padre Sol”, del que incluso guardo celosamente las placas y ojala no se me malogren) porque creí al igual que ellos que este oficio vano y maltratado salvaría el alma de los desamparados, sí eran misios; pero con un hondo significado moral y de aliento, que después de “Elegía” Organizado por los hermanos Vilca Monteagudo, jamás se hicieron en Puno. Esto a que ninguna institución estatal lo promueve, salvo al breve cacareo de Electro puno que en algún momento organizó un concurso nacional del Cuento (al que jamás le dieron continuidad por pura ceguera provocada por la ignorancia.

Mucho después, en el 2002 hasta 2003, creamos y le dimos continuidad junto a Bladimiro Centeno, Rafael Ballenas y Feliciano Padilla un taller de literatura al que llamamos, gracias a Rafael “Anclas en el Cielo”, funcionaba en la Facultad de Derecho, nos reuníamos de noche, encendíamos velas, leíamos cuentos de nuestra autoría y siempre, habían en él muchos jóvenes, que ahora escriben en boletines, en diarios y hasta han publicado con cierto éxito libros de narrativa breve como es el caso de Javier Núñez

Centeno Herrera, en estos últimos años, se ha convertido en el maestro de los jóvenes, en el amigo, en el cómplice en este arte encantado y embrujado que nos quita el pan de la boca para comprarnos una buena novela, un buen libro, una buena historia.

“Días Secretos”, es un libro que debe ser leído con pasión, por ello nuestras felicitaciones a su autor. Aunque, este ordenador le pare poniendo Vladimiro en vez de Bladimiro y que esa sea causa para que me haya demorado tanto en corregirlo, pocos minutos antes que ingrese a prensa. Y también de que cada vez le vaya cambiando de nombre. Un abrazo hermano y buen trabajo. Y claro “Que no se entere la esposa de los “Días Secretos” de Bladimiro Centeno Herrera”

Noticias sobre el escritor:

Bladimiro Centeno Herrera (Yunguyo – Puno, 1970), estudió Litertura y Lingüística en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa y actualmente es docente de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno.

viernes, 9 de octubre de 2009

El canto de “El gallo de Cristal” en la literatura puneña.





José Luis Velásquez Garambel



Omar Aramayo, el poeta de Los Dioses publicó un libro genial titulado El Gallo de Cristal. Se trata de un libro de cuentos y de pequeñas novelas que tienen que ver, y mucho, con la vida de algunos personajes puneños, cuyas vidas han pasado casi inadvertidas pero que sin quererlo han sido parte de la agitada vida política, y hasta acaso social de Puno, entre la corruptela local, la desidia y hasta la variopinta caricatura de una sociedad local movida por el chisme, que debe sin duda, con un estilo verdaderamente literario, ser convertido en género de goce.

Los cuentos y breves novelitas, que nos presenta son verdaderos alegatos de belleza, ligeros y cuidados en el detalle de la buena escritura, el estilo de su lenguaje poético hacen de su estilo inconfundible; sin duda son textos escritos con la luz de la inteligencia.

Omar Aramayo, el poeta, goza de un sitial honorable y bien ganado en el campo de las letras, se trata como lo manifesté alguna vez de un artista total (compositor, musical, folclorólogo, narrador, poeta, entre otra de sus facetas). Sin embargo muchos de los estudiosos de literatura regional han obviado siempre su faceta de narrador, pese a que uno de sus primeros libros es “Antes de los mil días de la muerte que estuve bajo un árbol de diamantes y perfume” publicado en Ediciones Lámpara Azul, Lima 1971. y que cuenta con el prólogo de Dora Bazán. O esa preciosa novela que es “Glu Ekerekeda” cuyos extractos fueran publicados en la famosa revista de Crítica Latinoamericana de Literatura. Y cuyos cincuenta únicos ejemplares fueran digitados por Don Honorio Vásquez Mestas. De ese modo se le ha borrado de la historia de la literatura regional de un brochazo y se ha propuesto una curiosa periodización: así los narradores que pertenecen a la generación de los Orkopatas son considerados “de la iniciación”; Don Lucho Gallegos, es una bisagra; y los posteriores a él son de la consolidación.

Bueno, con ánimos de molestar un poco al ambiente literario, que se halla por estos días en mucha calma, me atrevo a preguntar ¿qué consolidan estos últimos narradores? ¿el trabajo de Emilio Romero, Mateo Jaika o acaso a la de Gamaliel Churata? ¿El trabajo que han hecho realmente supera a la de los aludidos? ¿Cuál fue el criterio para tal periodización? ¿Cómo borraron de un brochazo a narradores como a Omar Aramayo, al mismo Honorio Vásquez y etc, etc.? Bueno, para no redundar, mejor será abrir una pequeña ventana para que el aire se renueve y el conocimiento salga a la luz.

Mientras eso ocurre leamos dos relatos de Omar Aramayo, el primero corresponde a ese libro olvidado lleno de imágenes surrealistas, y de prosa lírica de “Antes de los mil días de la muerte que estuve bajo un árbol de diamantes y perfume” y el segundo a su reciente “Gallo de Cristal”
LOS MIL DÍAS

Les voy a contar algo de los mil días de la muerte que estuve sentado bajo un árbol de diamantes y perfume.

Primero fue una capa delgadísima de aceite que nubló mis ojos, y se fue descomponiendo en colores, millones de colores, tres veces más fuerte que el rojo vivo, docenas de matices de violeta, rosado, colores, colores, y luego fueron apareciendo monstruos pequeños.

Y, luego un pez me dijo buenos días lo nombro ministro cuánto cuesta este perro pague su boleto pague su boleto, suba a mis agallas, agárrese fuerte, el viento le abrirá la cara como una fruta, como una fruta, en qué país le gustaría vivir bajo qué árboles anidan los relojes que son pirámides y ruedan como ruedas y ya nada, pero hay una posibilidad, es una fiesta, ha muerto un niño, aquí hay maíz, carne de llama, chicha de quinua, hártate hermano, quinua, tantos granitos de quinua como ojos de gorrión hinchando tu estómago mirando a través de tu estómago, bosques que se venían como flores cayendo por cataratas y ruiseñores de la edad media y conquistadores con corazón plegable de acero como un abanico y con gemas en las uñas, reyes, la tierra está poblada de reyes y hay un súbdito, sólo un súbdito, todos son reyes, todos tienen imperios, palacios, pero sólo hay un súbdito, y ese eres tú, te partirán con hachas y luego te asarán.

Te gustan las prostitutas? y después me entregaron a una mujer de ojos bellísimos, incandescentes, que me quemaban la piel, me quemaba con su mirada y comencé a derretir y después fui agua deslizándome por entre sus labios, y era agua, agua, agua deslizándome por entre sus entrañas y saliendo por su sexo, por sus senos y enroscándome entre sus cabellos como cientos de miles de millones de gusanillos, comiéndola, carcomiendo su nariz y sus orejas y después estuve solo.

Solo. Y muy lejos, muy lejos, había un árbol, lejos, un árbol, y después caminé siglos, lejos hacia ese árbol y en el camino nada, no había ni casas ni cielo, y después no había piso, sin piso, me ahogaba, pero caminaba hacia ese árbol, del horizonte, no hay horizonte, sólo el árbol.


IMITO A LOS PÁJAROS


El señor de esta comarca convocó a quienes necesitaban un puesto de trabajo. A la oferta acudieron cientos, y según se iban presentando, les preguntaba ¿qué sabes hacer? Soy carpintero, maquinista, maestro de obra, cocinero, respondían. Y como si fuera en un sueño soñado por muchos, médicos, abogados, maestros de escuela, de acuerdo a la respuesta, eran ubicados en la plaza correspondiente. Hasta que llegó uno, y fue preguntado de la misma manera, ¿qué sabes hacer?, entonces el hombre respondió: imito a los pájaros.

El señor de estas comarcas odiaba la música, y montó en cólera, ¡quieres vivir del canto!, habrase visto, conmigo, un vago más, ¿acaso no es suficiente con los que ya tenemos? Arrójenlo, ¡lejos de mi vista!

Pero antes que fuera expulsado por manos ajenas, el hombre se aproximó a la ventana y se echó a volar.

La fiesta y Orgía de Luis Gallegos Arreola






José Luis Velásquez Garambel



En la noche de ayer, el Instituto Americano de Arte de Puno, institución señera y que desarrolla incansable labor cultural indesmayablemente desde hace más de cincuenta años durante cada viernes, y sin ningún apoyo estatal (para vergüenza del gobierno local que sólo le presta el local y para el gobierno regional que nada hace para ayudar a una institución histórica que ha promovido por ejemplo: los concursos de la festividad de la Virgen de la Candelaria, y las grandes movilizaciones por el desarrollo social de Puno), efectuó un merecido homenaje al narrador Luis Gallegos Arreola. El hermano mayor que hizo del humor todo un arte de galantear y ficcionar.

Tuvimos la suerte de conocerlo hace más de 10 años, durante unos coloquios de Literatura puneña y empezamos a frecuentarlo casi asiduamente desde el 2002, fecha en que preparábamos la edición de Pallakmarka (una revista que hoy a desaparecido, acaso por cuestión de ocio y economía). En esa ocasión don Lucho se encontraba un poco mal de salud, llevaba un collarín para mantener el cuello erguido, sin embargo su sentido del humor no había cambiado para nada y salud se haría más sólida con el pasar del tiempo. Recuerdo todas las conversaciones en su casa del Jr. Tacna, en donde nos recibía siempre con la cortesía de las viejas maneras.

En ese entonces Don Lucho, se encontraba sembrando “Cuchucho”, una planta tuberosa, que según nos manifestaba tenía propiedades superiores a la maca (un revitalizante), con el pasar de los días, notamos que su salud empezaba a mejorar paulatinamente, dejó el collarín, su humor se volvió más perspicaz, como se diría “había vuelto a nacer”; pero esta vez para recordarnos que el humor aumenta y se explota en el trabajo intelectual, y que los años son un verdadero aliciente que deben ser exprimidos para crear bellas piezas de arquitectura narrativa erótica.

Don lucho Gallegos (Ilave – Puno, 1923), el narrador que en los últimos años nos viene entregando una variada muestra de biografías de personajes históricos, en algunos casos, y en otros, donde nos pinta a personajes que pertenecen al imaginario popular, a la vida común del pueblo con humor, con una forma exagerada y propia de la vida de los andes, un mundo “Real Maravilloso”, con belleza y con un gran esfuerzo. No ha recibido una ayuda, que sepamos, considerable para publicar su obra por parte de alguna entidad estatal. Por lo que no se puede resarcir todo ese esfuerzo con alguna medallita o un título o un diploma que en estos casos resultan risibles, y propias de una visión provinciana de la cultura.

A pesar que su obra no constituya un referente obligatorio para la formación de las nuevas generaciones, y tampoco de influencia para los mismos, reconocemos su trabajo en la escritura, lo valoramos y respetamos, más allá de las palabras halagüeñas de algunos que se cuelgan de sus solapas para decir que trabajan en pro de la cultura puneña.

Sí, pues señor alcalde, señor presidente de la región, una medalla no puede ser óbice para callarnos la boca y decir en algún discursito de media tinta que se está reconociendo la labor de un escritor que ha dedicado su vida a hacer que Puno siga siendo considerada “Tierra de Artistas y Poetas”, cuando en sus gestiones nada han hecho para, por ejemplo, en el caso de Don Lucho Gallegos, ayudarlo a publicar una edición decorosa de su obra, o acaso propiciar un fondo para crear un fondo editorial para promocionar las obras de escritores puneños. De tal modo que sus discursitos y las medallitas que les otorgan son simples ramplonerías y una forma estúpida de decirle a la población que están trabajando por la cultura de Puno.

Hace poco, la Municipalidad del Cusco anunció la edición de la obra completa de Clorinda Mato de Turner, esta no es la primera vez que este municipio implementa este tipo de proyectos, ya que en la gestión del desaparecido alcalde Daniel Estrada y a la sazón congresista, se publicaron más de 150 títulos de escritores Cusqueños, en temática muy variada (desde literatura, arqueología, historia, danza y música).

Lastimosamente en puno tenemos autoridades con una visión enana, un espíritu miope y que no conciben la importancia del desarrollo cultural de la región, y de la comuna local, y tal pareciera que desean desarrollar proyectos de futuro para hombre hechos de concreto (cemento y fierro) y no de sensibilidad social y cultural. Y lo peor, creen que entregando una medallita y un reconocimiento se hace cultura.

Don Lucho Gallegos, estoy seguro y cualquier escritor se vería verdaderamente homenajeado si la gestión estatal publicara su obra en ediciones decorosas y que las mismas sean leídas en los centros educativos.

¿O qué cree usted señor alcalde, señor presidente de la región? Bueno, no creo que esta nota provoque alguna reacción, porque creo con toda sinceridad que las autoridades no leen y si lo hacen no creo que comprendan lo que leen, porque viven ufanados en un poder pasajero, el mismo que los hace más tontos e insensibles.

Mientras tanto, el mejor homenaje que le puedan tributar, Don Lucho, es el del reconocimiento sincero y la amistad fraterna.

Obras de Luis Gallegos

“Manuel Z. Camacho y la Escuela de Utawilaya”, “Lorenzo Cotillo y su tiempo”, “El Coronel de la Espada Virgen”, “Agonía y muerte de José Salcedo”, “Los Paredes y la fiesta de las vicuñas”, “Las voces del viento”, “la orgía del moro”,“Barlovento”, “Qoñi Qucho”, “Las plagas y el olvido”, “El camarada Vicente”

miércoles, 7 de octubre de 2009

La Fe como símbolo cultural




José Luis Velásquez Garambel

Un hombre con la cabeza tonsurada se detiene a descansar, los latidos del corazón se multiplican, mira al cielo y su alma está cargada con un manojo de alegría, lleva las ropas raídas y un cúmulo de esperanzas le acompañan. Una vieja túnica, un cinturón y un báculo son su única propiedad. Los labios se le resecan, tiene sed, el lugar es agreste y el calor está a punto de consumirlo, tiene los ojos llenos de vida, a pesar de todo el sufrimiento, se detiene a conversar con los pajarillos.

Así, en las cercanías al pueblo de Tiquillaca un hombre que arrea a sus burros cargados de Ch`aqu, nota que una de sus bestias no puede seguir con el trajín, intenta forzarla, la bestia cae estruendosamente, se recuesta, el hombrecillo la golpea y una voz suave le detiene, le dice con tono melancólico “hijo haz que tus burros descansen, por favor baja por esta ladera y tráeme un poco de agua, estoy cansado, traeme hijo un poco de agua para calmar mi sed”,el hombrecillo lo mira y le dice “ padrecito, aquí no hay agua, esta parte es bien seca”.

El padrecito, tiene un habito muy viejo y humilde, desgastado como el lama del hombre, los ojos del hombrecillo se tornan llorosos, le dan ganas de llorar por lo que sea, tiene el corazón enternecido, una ternura rara se ha apoderado de él. No quiere bajar por la ladera a traer agua y es que él conoce todos esos caminos y sabe que no hay una fuente de agua, porque cientos de veces ha recorrido el lugar. “hijo sólo baja y tráeme agua” le replica otra vez, con esa voz delicada el padrecito. El hombrecillo baja, veloz, como si de una bizca se tratara. Y efectivamente halla una fuente de agua, donde el sacerdote le había indicado, se alegra, la sonrisa le brota del alma, del ama niña que tiene a pesar de los años que han pasado y del mucho dolor que guarda por todo lo sufrido. Y al volver sólo halla una imagen, la de un santo. La de San Francisco de Asís.

El hombrecillo se dirige al pueblo. Se produce una conmoción, el bullicio procurado por miles de corazones que palpitan estruendosamente despiertan al levante, avanzan junto al sol, la algazara y la alegría vienen con él, junto al culto a este santo acaba de nacer también la fiesta. Es 04 de octubre y el pueblo ahora no deja de bailar, ahora los corazones ya no se apagan, y con su fiesta el pueblo ha crecido también en espíritu.

Este Santo, para el indígena, nació en los andes y es el que mejor se identifica con su pobreza y su miseria, con su ternura y su esperanza. Su imagen ha sido utilizada para que el catequizador se acerque más a la condición del indígena y por su mismo origen no tardó en ser asimilado en el imaginario de la comunidad campesina, en ser festejado, en ser portador de sueños, en ser portador de toda la fe colectiva.

Y no sólo es el caso Tiquillaca, ya que hay pueblos que lo festejan con mucha más pomposidad, como es el caso de Yunguyo con San Francisco de Borja, en donde su imagen es venerada como “El Tata Pancho”, y es que el indio (quechua y aimara) tiende a reconocerse y a identificarse más con este santo más que con cualquier otro. Recordemos sino que José María Arguedas en “El Sueño del Pongo”, en donde al morir tanto el hacendado y el pongo ambos comparecen ante “Tata San Francisco” y ocurre esa metáfora del tomen cada quien lo que se merece, cuando a uno lo hace untar con miel y al otro con excremento y luego les dice “lámanse el uno al otro, porque eso es lo que se merecen”.

Y para tener una pequeña idea sobre la imagen europea del santo, observemos el siguiente extracto, durante la guerra de la fe o la guerra santa:
“En junio de 1219, se embarcó en Ancona con 12 frailes. La nave los condujo a Damieta, en la desembocadura del Nilo. Los cruzados habían puesto sitio a la ciudad, y Francisco sufrió mucho al ver el egoísmo y las costumbres disolutas de los soldados de la cruz. Consumido por el celo de la salvación de los sarracenos, decidió pasar al campo del enemigo, por más que los cruzados le dijeron que la cabeza de los cristianos estaba puesta a precio. Habiendo conseguido la autorización del delegado pontificio, Francisco y el hermano Iluminado se aproximaron al campo enemigo, gritando: "¡Sultán, Sultán!". Cuando los condujeron a la presencia de Malek-al-Kamil, Francisco declaró osadamente: "No son los hombres quienes me han enviado, sino Dios todopoderoso. Vengo a mostrarles, a ti y a tu pueblo, el camino de la salvación; vengo a anunciarles las verdades del Evangelio". El Sultán quedó impresionado y rogó a Francisco que permaneciese con él. El santo replicó: "Si tú y tu pueblo estáis dispuestos a oír la palabra de Dios, con gusto me quedaré con vosotros. Y si todavía vaciláis entre Cristo y Mahoma, manda encender una hoguera; yo entraré en ella con vuestros sacerdotes y así veréis cuál es la verdadera fe". El Sultán contestó que probablemente ninguno de los sacerdotes querría meterse en la hoguera y que no podía someterlos a esa prueba para no soliviantar al pueblo. Cuentan que el Sultán llegó a decir: "Si todos los cristianos fueran como él, entonces valdría la pena ser cristiano". Pero el Sultán, Malek-al-Kamil, mandó a Francisco que volviese al campo de los cristianos. Desalentado al ver el reducido éxito de su predicación entre los sarracenos y entre los cristianos, el Santo pasó a visitar los Santos Lugares. Ahí recibió una carta en la que sus hermanos le pedían urgentemente que retornase a Italia”.

La cultura de la muerte




José Luis Velásquez Garambel



Cuando autoridades como los alcaldes de Ayapata e Ituata, algún congresista y mucha gente movida por la necesidad de un futuro mejor en una sociedad tan inestable como la peruana se enfrentan sin la mediación de ley alguna y con la saña de la muerte y toda trasgresión de la cultura humanitaria, definitivamente uno no puede taparse los ojos y los labios, y castrar toda indignación que nazca de los hechos ocurridos en Chacayaje (Carabaya - Puno).


El problema de la delimitación territorial internacional, regional, provincial y hasta comunal pueden llevar a verdaderos extremos, recordemos, en el período de Fujimori nos vimos en medio de un conflicto bélico que costó muchas vidas en las fronteras con el Ecuador, actualmente en la Región de Puno se están dando problemas como los de Pasto Grande (los conflictos entre Puno y Moquegua), en la selva puneña Limbani y Phara; el conflicto entre peruanos, entre puneños muestran la gran fragilidad de nuestra cultura, las enormes diferencias de intereses, y sobre todo la incapacidad de resolver conflictos por parte de la sociedad y del estado independientemente.
¿De dónde nace esa forma de reacción como la de los asesinos en Chacayaje? ¿Cómo es que se puede castigar al cuerpo después de la muerte? Sin duda somos testigos de los complejos procesos del cómo una sociedad ejerce el poder, al no encontrar un canal comunicativo y sobrepone sus intereses por encima de la vida humana. Michael Foucault en Vigilar y Castigar relata un hecho que tiene que ver cómo la sociedad puede llegar a disfrutar de los castigos y de la muerte de quien está siendo torturado físicamente: “Damiens_ un parricida_ fue condenado (…) se le vertió plomo derretido sobre las partes atenazadas, aceite hirviendo, pez resina ardiente, cera y azufre fundidas juntamente y acontinuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento” (la descripción del castigo es larga y cruel, de hecho más de veinte páginas), el castigo sobre el cuerpo es la forma más terrible de castigar, “en el saso de Chacayaje se trata de conflictos de intereses, entre comuneros que se dedican a la actividad minera, por una veta rica de oro que desean explotar para sí.



El tema de la violencia entre mineros no es nuevo, hace 20 años en el distrito de Ollachea se encontraron cuerpos de mineros degollados, una escena escabrosa que hace que el espíritu se erice y abandone el cuerpo del hombre por pura indignación, ni la policía ni ningún otro órgano jurisdiccional hizo nada por esclarecer los hechos. Los conflictos por el oro han causado innumerables tragedias y muertes entre quienes se dedican a la explotación de este mineral, que para algunos significa una forma de subsistencia; para otros perversión, muerte y el consecutivo incremento de la ideología del mal, una “cultura de la muerte” como lo habría dicho Baudrillard, producto de una “libertad perversa”, aquella que nos confiere “poder absoluto sobre los demás y en contra de los demás”, y de la cual resulta lo macabro y a la que grandes sectores de la opinión pública justifican con la llamada desatención estatal, con la falta de capacidad de las autoridades para solucionar conflictos que más tarde originan crímenes contra la vida en nombre de la libertad individual y de un supuesto mejoramiento en la calidad de vida.



El origen de esta “libertad perversa” se encuentra en una concepción de la libertad que “exalta al individuo aislado de forma absoluta y no da cabida a la solidaridad ni a la apertura y el servicio hacia los demás”. En donde el interés personal o de grupo pesa más que la vida de “los otros”. Así el minero formal e informal (y con ella la minera), se ha contagiado de la patología generalizada de la ambición y poder desmesurado, y para ello corrompe, mata, destruye y funge de crear desarrollo, esperanza de vida.



La imagen de los asesinatos consecutivos en los diversos centros mineros son la sola muestra del tipo de cultura que se va generalizando en nuestra sociedad, verdadero antro de prostitución de ideologías del mal. Al parecer avaladas por las instituciones del estado, por los intereses de grupo, y por la legalidad que se les otorga en los órganos correspondientes. Así la imagen de Carabaya (en sus centros mineros informales), de la Rinconada, es y al parecer seguirá siendo el rostro de la prostitución, del asesinato, la trata de personas y de crímenes como los ocurridos en Ituata - Carabaya si la autoridad, el estado y el sentido humano no intervienen.



Al parecer a sus pobladores, a los comuneros, a quienes se dedican a estas actividades no les llama la atención el que ocurran este tipo de hechos, estas tragedias se han hecho parte de su cultura y de su ideología y para ellos se ha convertido en “normales”, ¿qué ocurrirá si esto se sigue propalando más? ¿No fue suficiente con Ilave? ¿No bastan los linchamientos? ¿No produce hedor toda la corrupción que existe en los diversos organismos estatales? ¿No indigna la desatención del gobierno?



Parece que este no es país de la maravilla como se pensaba sino del aprecio hacia lo macabro, a lo inhumano y de las falsas declaraciones. Ante todo esto, mejor será que lancemos vivas por el asesinato y la desidia. Eduquemos a nuestros hijos para emular a los asesinos, matemos todo cuanto existe y terminemos por instaurar la cultura del horror.



Ahora se sabe lo que muchas autoridades quisieron callar, sí hay muertes y escenas y fotografías que llenan de indignación a todo ser que goza de humanidad. ¿Qué pretenderán hacer ahora nuestras autoridades? ¿Aprovecharan el dolor como una cortina de humo?



Análisis Lingüístico- etnológico del poemario “pakasqa takiyniykuna” de Feliciano Padilla




M. Sc. Emilio Chambi Apaza

Feliciano Padilla, autor de este poemario, es uno de los escritores que destaca en la narrativa regional y nacional. Hace tiempo conocí a Padilla en el Instituto Superior Pedagógico de Puno, cuando tuve la oportunidad de ser profesor de lengua quechua. Actualmente Padilla trabaja en calidad de docente en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNA. También, menciono a José Luis Velásquez Garambel que estuvo encargado de la traducción del texto al español, con quien nos conocemos desde el 2002, cuando tuve la oportunidad de dirigir el curso de Fonética y Fonología en la Maestría de interculturalidad, en la que fue mi alumno.

Después de este preámbulo paso a comentar el contenido del poemario en quechua: “Pakasqa takiyniykuna” (Mis cantos ocultos). Ante todo, cabe reconocer que los insumos de la poesía de Padilla provienen de las actividades de la vida cotidiana del pueblo quechua que persiste junto a los pueblos aymara y castellanohablantes del Altiplano de Puno. En esa perspectiva histórica, el contenido de esta poesía se remonta a los orígenes del hombre de este continente. En la concepción del tiempo se hace una retrodicción histórica al mencionar el nombre de Wiraqucha como ‘ser poderoso ancestral’. Este personaje sería el primer sabio mítico que alguna vez trascendió entre las poblaciones vernáculas. Sin embargo, su nombre está impregnado en las montañas más altas del espacio social de los pueblos originarios. Allí está el principio de la concepción del doblamiento de los pueblos ancestrales. En este caso, los personajes míticos se encarnan en las rocas y montañas.

En efecto, podemos interpretar ciertas construcciones literarias en las páginas 11,43 y 61 del poemario, en las que se lee la frase Wiraqucha qaqapi. El último vocablo se puede segmentar en: qaqa ‘roca’ y la flexión –pi que corresponde a la localización espacial y se traduce generalmente como ‘en la’ o ‘en el’. Por tanto, qaqapi quiere decir ‘en la roca’, ‘en la cumbre’ o ‘en la montaña’.

En el siguiente verso aparece la frase tiyasqaykimanta. En donde la raíz verbal tiya-y quiere decir ‘vivir’, ‘existir’, ‘residir’, ‘poblar’, ‘poseer’, ‘ocupar’ y ‘habitar’. El segmento –sqa corresponde al participio pasado y, el relator –manta, se refiere al sufijo hablativo ‘de’ o ‘del’ en términos espaciales; el formante –yki corresponde a la marca de segunda persona singular. De tal manera, la frase tiyasqaykimanta ofrece la traducción ‘a partir de tu residencia’. Luego el siguiente verso introduce la idea de la acción sobre la nieve. La frase rit’ikuna se descompone en rit’i ‘nieve’ y –kuna que es el pluralizador del sustantivo. Entonces, rit’ikuna se traduce ‘las nieves’. Luego aparece la frase allipaspa, donde allipa-y se refiere a la forma de ‘escarbar’, ‘acondicionar un lugar’ y el formativo –spa corresponde a la acción secuencial traducida como ‘después de’, ‘a continuación de’ o ‘seguidamente’. En este sentido, la frase allipaspa se refiere a la actividad de acondicionar la nieve para vivir.
En la página 11 se menciona a las principales montañas cubiertas de nieve, tales como: Illimani que se encuentra en La Paz – Bolivia, Illampu que es otra montaña boliviana y; Khunurana, el nevado de la montaña de Santa Rosa de Melgar que se encuentra en el camino de Puno a Cusco. El otro nevado principal que alude pertenece a Macusani, zona alpaquera de Puno, llamado Allin Qhapaq ‘el buen representante’. Asimismo en la página 11 señala a la montaña Salqantay, forma que viene de Sallqantay. También puede leerse Wisk’achani. Esta estructura se puede segmentar en wisk’acha que se refiere a una ‘variedad de roedor’ silvestre que habita en el camino de Juliaca a la ciudad de Arequipa y el formante –ni que presenta el lugar donde existen estos roedores. Por tanto, Wisk’achani alude a un lugar donde existen las “viscachas”.

En “Pakasqa Takiyniykuna” podemos encontrar algunas concepciones referidas a los matices del tiempo expresados en lengua quechua. Particularmente, en la página 39 y 49 aparece la frase ch’isi tuta, donde la forma ch’isi quiere decir ‘tarde’ y tuta se refiere a la noche. Por tanto, ch’isi tuta quiere decir ‘anochecer’. En la página 23 encontramos la frase ch’isi musquy. La diferencia con la forma anterior, en este caso, es la expresión de la frase verbal musquy ‘soñar’. De tal manera, ch’isi musquy se refiere a las manifestaciones del sueño ocurrido al momento de anochecer.

En la página 51 se lee la frase nina kuru, en donde nina quiere decir ‘fuego’ y kuru se refiere a la nominación general de los ‘gusanos’ y larvas de la mosca. Por tanto, nina kuru se traduce literalmente como ‘gusano de fuego’. Pero esta frase en términos culturales alude a la luciérnaga y a los insectos fosforescentes que impresionan la mente humana, porque algunos de estos insectos alumbran por la noche. Sin embargo, esta construcción es una forma parafraseada que permite describir las características del insecto. En la frase pillpintu mirachina se puede encontrar diferentes interpretaciones. En esta estructura, la forma pillpintu se refiere a ‘mariposa’ y mira-y corresponde a la traducción ‘reproducir’. El morfema –chi es causativo y el sufijo –na es la marca locativa cuando se trata de un ámbito espacial.

En algunos versos de la poesía aparecen nombres de las aves que habitan en el Altiplano de Puno. En la página 43 menciona al cóndor representado en la forma de kuntur. En la página 19 se encuentra la frase kunturpa phawayninta, que refiere al ‘vuelo del cóndor’. Cuando se dice kuntur-pa. En este caso, el sufijo –pa es la marca genitiva. Mientras la frase phawa-y se traduce como ‘volar’, en cambio –ni es un morfo que se inserta entre la secuencia de dos consonantes; la flexión –n es la tercera persona y el sufijo –ta actúa como forma adverbial. En las páginas 15 y 37 habla de q’inti ‘picaflor’. Esta ave se conoce con la denominación luli en otras comunidades campesinas. Las aves forman parte de la vida cultural de los pueblos. En las páginas 19 y 29 se menciona el nombre del cernícalo. Esta ave se conoce con la nominación de k’ilinchu. Pero en algunas comunidades se dice k’ilichu. El pájaro que actúa en los relatos míticos es el denominado pichitanka ‘gorrión’ que, en esta ocasión, aparece en la página 39 del libro. Sin embargo, en otras comunidades campesinas de la zona quechua se dice phichitanka. Así mismo, en la página 29 se menciona al ave denominado liqi-liqi ‘tero’. Los huevos de esta ave se observa para anticipar la abundancia o escasez de lluvia que corresponde a la campaña agrícola.

En cuanto a la flexión de persona en su forma plural aparece en la página 47. Tal es el caso de ripu-su-n ‘nosotros iremos’. Esta frase aparece en otras comunidades con su marca –nchik que funciona como pluralizador de primera persona inclusiva. La misma expresión se usa en Puno bajo la forma de –inchis. De tal manera, la raíz ripu- se refiere al verbo ‘ir’, ‘morir’, ‘desaparecer’ y ‘acabar la vida’. Mientras el morfo –su aparece solamente en su flexión inclusiva. Así como la frase tusu-su-nchik ‘nosotros bailaremos’. La forma hatun ‘grande’ aparece en la página 23 y 39 junto a la frase quchakama. En esta construcción el sustantivo qucha quiere decir ‘lago’ y el sufijo –kama es un limitativo espacial. De tal manera, la frase quchakama de la página 34 se traduce ‘hasta el lago’.

En las páginas 29, 37 y 61 encontramos la frase Mama Qucha Titiqaqa. La traducción literal de mama alude a la importancia de la dimensión expresada en ‘grande’, ‘origen’ y ‘madre’. Mientras el sustantivo qucha se refiere al ‘lago’ y Titiqaqa es el sustantivo que hoy se conoce como Titicaca. La frase mama qucha se traduce ‘lago grande’, que también es posible para mencionar el ‘mar’. En este caso la forma mama es un modificador de qucha ‘lago’.

Luego se refiere a los peces nativos del Lago Titicaca. En la página 61 se menciona al denominado qarachi ‘variedad de pez’ y otra variedad conocida como suchi aparece en la página 17. Esa variedad de pez nativo se dice such’i en otras comunidades circunlacustres.

En lo referente al espacio sideral, el poeta no deja vacíos, sino que alude a los astros y demás cuerpos luminosos. Esta nominación aparece en las páginas 19 y 61. Allí está el denominado tayta ‘padre’ e inti ‘sol’. Además se habla de ch’aska refiriéndose a la estrella más grande del cielo. Esta nominación aparece en las páginas 17, 21, 25, 29 y 33. En este texto no podía faltar la fuerza del rayo. En la página 21 se menciona el nombre de Illapa ‘rayo’. Actualmente, mucha gente ofrece ritos al rayo, cuando cae en algún lugar del domicilio de los campesinos.

En cuanto al campo de la agricultura existe gran cantidad de nombres de los cultivos y plantas silvestres que forman parte de la cultura nativa. En la página 25 aparece la frase t’ikakuna ‘flores’, donde t’ika ‘flor’ y el sufijo –kuna corresponde al pluralizador de cosas. En la página 53 encontramos la frase sumaq papa. La forma de representación sumaq se traduce de acuerdo al contexto, tales como: ‘buena’ o ‘harinosa’. Por tanto, la frase sumaq papa quiere decir ‘papa selecta’ y la frase wayru papa se refiere a una de las variedades de papa harinosa.

En las páginas 23 y 41 se refiere a la sensación de los cambios del día y la noche. Por tanto, ch’isi tuta se traduce ‘al tardecer’, aunque tuta se refiere a la ‘noche’. Entonces, ch’isi tuta se traduce como ‘anochecer’. En este verso, la noche está asociada a la muerte. En ese sentido, en la página 41 se menciona a un animal silvestre denominado ch’iqchi añas. Chiqchi se utiliza para señalar el pelaje ‘blanco y negro’ y añas corresponde a ‘zorrillo’. Por tal razón, la presencia del zorrillo está asociada al presagio de muerte.

Después de la muerte se concibe la reconstrucción y la reaparición del espíritu de los seres mortales. En la página 11 se encuentra la frase walsiruq tullunmanta, donde walsiru es una persona que conduce la balsa y el sufijo –q es la marca del agentivo. Tullu se traduce como ‘hueso’ y el formante –n es la marca de tercera persona. Entonces, la frase tullu-n quiere decir ‘su hueso’. El formante –manta corresponde a la flexión de caso ablativo. Luego, en la misma página aparece la frase takiyniy phuturquspa. En esta construcción taki-y se refiere a ‘cantar’, -ni es un morfo insertado entre consonante y el formante –y es la marca posesiva de la primera persona singular. La raíz verbal phutu- corresponde a ‘emerger’ y –rqu es la marca del movimiento que exhorta de abajo hacia arriba. El sufijo –spa es la secuencial. Finalmente encontramos en la página 11, la construcción taytaypa taytan sutinpi. La primera frase taytay quiere decir ‘mi padre’ y –pa es la marca genitiva. El que sigue es la frase taytan, donde –n se refiere a la tercera persona singular. Esta frase se traduce ‘su padre’. Mientras la raíz suti se refiere al ‘nombre’, el morfo –n es la tercera persona singular y el sufijo –pi es locativo que se traduce como ‘en’, cuya traducción sería ‘en su nombre’. De esta manera es posible seguir analizando los versos escritos en lengua quechua. Además, considero que es posible cantar la poesía de la página 11 de este poemario quechua. Llego a esta conclusión, después de hacer ciertas repeticiones para adecuar los versos al tono de un cántico ritual o religioso, que correspondería a una traducción literal y no literaria.