José Luis Velásquez Garambel
En la noche de ayer, el Instituto Americano de Arte de Puno, institución señera y que desarrolla incansable labor cultural indesmayablemente desde hace más de cincuenta años durante cada viernes, y sin ningún apoyo estatal (para vergüenza del gobierno local que sólo le presta el local y para el gobierno regional que nada hace para ayudar a una institución histórica que ha promovido por ejemplo: los concursos de la festividad de la Virgen de la Candelaria, y las grandes movilizaciones por el desarrollo social de Puno), efectuó un merecido homenaje al narrador Luis Gallegos Arreola. El hermano mayor que hizo del humor todo un arte de galantear y ficcionar.
Tuvimos la suerte de conocerlo hace más de 10 años, durante unos coloquios de Literatura puneña y empezamos a frecuentarlo casi asiduamente desde el 2002, fecha en que preparábamos la edición de Pallakmarka (una revista que hoy a desaparecido, acaso por cuestión de ocio y economía). En esa ocasión don Lucho se encontraba un poco mal de salud, llevaba un collarín para mantener el cuello erguido, sin embargo su sentido del humor no había cambiado para nada y salud se haría más sólida con el pasar del tiempo. Recuerdo todas las conversaciones en su casa del Jr. Tacna, en donde nos recibía siempre con la cortesía de las viejas maneras.
En ese entonces Don Lucho, se encontraba sembrando “Cuchucho”, una planta tuberosa, que según nos manifestaba tenía propiedades superiores a la maca (un revitalizante), con el pasar de los días, notamos que su salud empezaba a mejorar paulatinamente, dejó el collarín, su humor se volvió más perspicaz, como se diría “había vuelto a nacer”; pero esta vez para recordarnos que el humor aumenta y se explota en el trabajo intelectual, y que los años son un verdadero aliciente que deben ser exprimidos para crear bellas piezas de arquitectura narrativa erótica.
Don lucho Gallegos (Ilave – Puno, 1923), el narrador que en los últimos años nos viene entregando una variada muestra de biografías de personajes históricos, en algunos casos, y en otros, donde nos pinta a personajes que pertenecen al imaginario popular, a la vida común del pueblo con humor, con una forma exagerada y propia de la vida de los andes, un mundo “Real Maravilloso”, con belleza y con un gran esfuerzo. No ha recibido una ayuda, que sepamos, considerable para publicar su obra por parte de alguna entidad estatal. Por lo que no se puede resarcir todo ese esfuerzo con alguna medallita o un título o un diploma que en estos casos resultan risibles, y propias de una visión provinciana de la cultura.
A pesar que su obra no constituya un referente obligatorio para la formación de las nuevas generaciones, y tampoco de influencia para los mismos, reconocemos su trabajo en la escritura, lo valoramos y respetamos, más allá de las palabras halagüeñas de algunos que se cuelgan de sus solapas para decir que trabajan en pro de la cultura puneña.
Sí, pues señor alcalde, señor presidente de la región, una medalla no puede ser óbice para callarnos la boca y decir en algún discursito de media tinta que se está reconociendo la labor de un escritor que ha dedicado su vida a hacer que Puno siga siendo considerada “Tierra de Artistas y Poetas”, cuando en sus gestiones nada han hecho para, por ejemplo, en el caso de Don Lucho Gallegos, ayudarlo a publicar una edición decorosa de su obra, o acaso propiciar un fondo para crear un fondo editorial para promocionar las obras de escritores puneños. De tal modo que sus discursitos y las medallitas que les otorgan son simples ramplonerías y una forma estúpida de decirle a la población que están trabajando por la cultura de Puno.
Hace poco, la Municipalidad del Cusco anunció la edición de la obra completa de Clorinda Mato de Turner, esta no es la primera vez que este municipio implementa este tipo de proyectos, ya que en la gestión del desaparecido alcalde Daniel Estrada y a la sazón congresista, se publicaron más de 150 títulos de escritores Cusqueños, en temática muy variada (desde literatura, arqueología, historia, danza y música).
Lastimosamente en puno tenemos autoridades con una visión enana, un espíritu miope y que no conciben la importancia del desarrollo cultural de la región, y de la comuna local, y tal pareciera que desean desarrollar proyectos de futuro para hombre hechos de concreto (cemento y fierro) y no de sensibilidad social y cultural. Y lo peor, creen que entregando una medallita y un reconocimiento se hace cultura.
Don Lucho Gallegos, estoy seguro y cualquier escritor se vería verdaderamente homenajeado si la gestión estatal publicara su obra en ediciones decorosas y que las mismas sean leídas en los centros educativos.
¿O qué cree usted señor alcalde, señor presidente de la región? Bueno, no creo que esta nota provoque alguna reacción, porque creo con toda sinceridad que las autoridades no leen y si lo hacen no creo que comprendan lo que leen, porque viven ufanados en un poder pasajero, el mismo que los hace más tontos e insensibles.
Mientras tanto, el mejor homenaje que le puedan tributar, Don Lucho, es el del reconocimiento sincero y la amistad fraterna.
Obras de Luis Gallegos
“Manuel Z. Camacho y la Escuela de Utawilaya”, “Lorenzo Cotillo y su tiempo”, “El Coronel de la Espada Virgen”, “Agonía y muerte de José Salcedo”, “Los Paredes y la fiesta de las vicuñas”, “Las voces del viento”, “la orgía del moro”,“Barlovento”, “Qoñi Qucho”, “Las plagas y el olvido”, “El camarada Vicente”
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