viernes, 14 de octubre de 2011

EL POETA EN EL LABERINTO DE LA SOLEDAD



(J. Nuñez, C. Mendoza, Omar Aramayo, Efraín Miranda, Walter Bedregal y Lolo Palza Valdivia) Fotografía: Sandra Mendoza.


Por Javier Núñez


El pasado 01 de octubre visitamos al poeta vivo más grande que tiene Puno, Efraín Miranda Luján (Putina-Puno, 1925). Miranda es autor de Muerte cercana (1954), Choza (1978), Vida (1980) y Padre sol (1998). Actualmente radica en el distrito de Yanahuara (Arequipa). Nuestra visita incluyó el homenaje a su persona que estuvo programado como parte de las actividades de la III Feria Internacional del Libro, Arequipa, 2011. Le hicimos presente la resolución de homenaje y la medalla de honor que envió la Municipalidad Provincial de Puno.

Pero más que distinciones materiales, él necesita atención médica. La verdad, nos conmovió la situación crítica que está pasando, y también nos causó indignación. No es justo que esté en completo abandono, viendo acabar sus días como si nada. ¡No podemos permitirlo! ¿Dónde están sus amigos, sus admiradores, las autoridades?

El escritor Walter Bedregal, el poeta Carlos Mendoza y yo llegamos a la plaza de Armas de Yanahuara (Arequipa) a las doce en punto. Allí nos estaba esperando el poeta Lolo Palza. Los cuatro subimos una calle estrecha y volteamos hacia la derecha. Caminamos media cuadra y encontramos la casa de Efraín Miranda, una construcción típicamente arequipeña.

Bedregal golpeó una de las dos ventanas que daban a la calle. De pronto alguien la abrió y asomó la cabeza. Era nuestro poeta, con el rostro carcomido por los años, los ojos sin color, la cabeza poblada de canas. Después de muchas explicaciones que le dio Bedregal decidió recibirnos. Entramos en aquella casa tétrica y abandonada, mientras Palza tomaba una serie fotos.

El poeta Efraín caminaba a duras penas, con pasos inseguros, como si fuera a desplomarse en cualquier momento. Se le veía muy débil, enfermo como nunca. Nos acomodamos en su habitación que, en verdad, inspiraba mucha desolación. Él se sentó sobre la cama, cual un sabio dispuesto a hablar sobre los misterios de la muerte. Fue maravilloso escucharlo y no perderlo de vista. Ahí estaba, mirando al vacío, uno de los grandes de la poesía puneña.

Bedregal le comentó que vendría el poeta Omar Aramayo. Una sensación de alegría cruzó el rostro de Miranda. Preguntó dónde vivía Omar. “En Lima”, le dijimos. A renglón seguido (no recuerdo cuál fue el pretexto) habló sobre los volcanes y contó anécdotas en torno a ellos. Algo me hizo suponer que esas historias se las había imaginado. Lo escuchamos con las miradas atentas. No había perdido esa chispa de buen narrador de cuentos.

En ese momento alguien tocó la puerta. En el acto imaginamos que se trataba de Omar Aramayo, quien había prometido acompañarnos. Fue Palza quien abrió la puerta. En efecto, Aramayo entró en la habitación y se encaminó directamente hacia Miranda. Lo abrazó con el mayor afecto del mundo y lo saludó. “Omar, has crecido”, le escuchamos decir al poeta. “Te visitamos, Efraín —le contestó aquel—, todos te queremos; en todas partes te hacen homenajes; eres muy importante.” Miranda repuso que a estas alturas de su vida nada era igual. Ya no era el mismo de aquellos años. Ahora estaba muy enfermo y, sobre todo, abandonado a su suerte.

En realidad, no había otro ser humano en la casa aparte de él, ni siquiera alguien que, al menos, le alcance un vaso de agua. Lo que sentía aquel hombre era una desolación infinita, y su soledad le había permitido crearse un mundo solo para él. Nos contó que había perdido la memoria y le costaba reconocer a la gente. Había olvidado las notas musicales y no podía tocar su guitarra. “No puedo ni vestirme, no veo ni escucho bien”, agregó. “Es triste…, muy triste…” Y sus ojos se anegaron en lágrimas…

“Hay un espíritu maligno en este cuarto”, dijo el poeta Efraín. “Convivimos desde hace buen tiempo. Es una criatura que no habla, se limita a incomodarme. Es pura energía, cómo va a hablar. Me lo ha destrozado todo. ¿Ven esa guitarra? Está rota. Miren, el marco de la ventana está doblado. No me deja cambiar de canal…, se entremete en todo lo que hago. En verdad, es un estorbo; no me deja en paz. No entiendo, ¿qué querrá? Le hablo, no me contesta. Le pregunto cómo se llama, quién es. No dice nada. Solamente siento que se mueve. Sé que es un espíritu de una mujer. Pero quién puede ser. Hice una relación de nombres para identificarla. Le dije que diera un golpe a la mesa si acertaba el suyo. Entonces empecé a proferir todos los nombres que tenía escritos. La identifiqué. Ya sé quién es. Ella está en la cuarta dimensión. De allí viene a molestarme. Nosotros estamos en la tercera dimensión. Una vez la vi en forma de esfera dirigirse hacia la puerta. Era ella. Luego desapareció sin darme tiempo. ¿Ven esa puerta? Ahí vive y sale a destrozar mis cosas. Me quiere matar. La otra vez me empujó y me rompió una costilla. También me hirió la cabeza. ¿Ves? (a Aramayo) En esta parte. No entiendo qué quiere. Sólo viene a hacerme la vida imposible…”

Después de intercambiar algunas palabras, Aramayo le hizo presente la resolución de homenaje, mientras Bedregal le entregó la medalla de honor. Nos tomamos varias fotos. “Efraín, eres un hombre fuerte”, le dijo Omar, “eres inmortal; ¡al diablo con los espíritus!… ¡Efraín, Efraín, Efraín…!” Salimos al patio tras los pasos del poeta. Nos tomamos una foto más para el recuerdo y nos despedimos de aquel gran hombre que veía acabar su vida gota a gota…

Efraín Miranda Luján se está muriendo y nosotros lo estamos dejando morir



fotografía: Gonzalo Espino Relucé




Por Omar Aramayo

Efraín Miranda Luján se está muriendo y nosotros lo estamos dejando morir. Lo visité hace unas horas en compañía de Lolo Palza, Carlos Mendoza, Sandrita Mendoza. No me dio pena, nada, me dio dolor y cólera, indignación. No entiendo, por Dios que no entiendo, cómo tanto homenaje, cómo tanto periódico, revista, estudios, y ninguna manifestación práctica, de amor al prójimo, para retenerlo siquiera un poco. La falta de cuidado, de una enfermera, de alguien que pueda procurarle un poquito, sólo un poquito de calidad de vida, es abrumadora. Me dijeron que andaba loco, no es verdad, sus reflejos obedecen a la realidad perfectamente; me vio y como un relámpago me dijo: Omar, hace diez años que no nos vemos. Tenía miedo a que no me reconociera, a encontrarlo en un mar de tinieblas e incoherencias, pero está claro y lúcido, sabe lo que quiere y lo que dice; pero sufre de abandonado. Su hermana se lo trajo de Puno hasta esta casita en jirón Zela de Arequipa, pero ella es otra anciana y tampoco puede procurarle más atención. Y con las bajas pensiones que reciben los maestros del Perú. No es posible contemplar a uno de los hombres más lúcidos del país en ruinas. Se ha caído y tiene una costilla rota, cicatrizada ya. Ha caído otra vez y tiene una cicatriz en la cabeza. No podemos hacer una descripción de la situación patética en la que vive, sería ruin y cruel. Y los congresistas, y alcaldes, el presidente de la región que se llena la boca con palabras de amor a la patria y a los valores. Por favor, amigos, por favor, escríbanme con sugerencias prácticas, es necesario tenerlo con nosotros todo lo que se pueda. Que no muera como Sologuren, Bendezú o Romualdo. El Perú no puede asesinar a sus poetas.

* Los correos de Omar Aramayo son: o_aramayo@hotmail.com y o_aramayo@uap.edu.pe

viernes, 7 de octubre de 2011

“¿para qué sirven las galletas, si no pueden cortar las venas?”




fotografía: El Chino Dominguez



José Luis Velásquez G.

Lo llamé de sorpresa y sin previo aviso atropellando nuestra amistad a puro golpe (porque no encuentro otra palabra para expresarlo mejor) y por si fuera poco a las doce de la noche, en un viaje improvisado cuando me seleccionaron para una beca que nunca gané. Me recibió sin ningún reparo, fue entonces cuando como un viejo sabio me ayudó a recuperar el alma que la había extraviado durante el viaje y no sabía en qué pueblo del trayecto, porque tuve que cambiar constantemente de bus para poder llegar a tiempo a la entrevista. Su generosidad siempre se ha extendido intensamente como el universo de su prodigiosa imaginación.

Es difícil creer que exista un creador con disciplina, con ansias endiabladas de vivir y sobre todo de gozar la vida y de compartir el gozo con todas las personas sin ningún miramiento, es el caso del Dr. Aramayo. Cuando vivía en Puno, era común ver encendida la luz de su biblioteca hasta muy entrada la noche, hasta la madrugada. Nosotros, un grupo de chiquillos amantes febriles, escritores noveles solíamos conversar de literatura en algunos lugares de la ciudad, previa botella de cualquier licor que en esas noches frías era buen combustible, alguien, quizá Hugo solía fijarse en la ventana del Dr. Aramayo y solía susurrar “esta noche Dios está pujando”, como si Dios tuviera sexo y estuviera en estado de gestación.

Cuando él regresó de Lima, Puno empezó a tener una mayor dinámica cultural, de pronto sus intervenciones lograron mayores exigencias en los escritores y generó también odios provincianos como respuesta a sus sutiles y lapidarias observaciones. Recuerdo que en una ocasión lo invitaron para presentar una novela, de la que dijo “se trataba de una novela virginal”, nosotros le preguntamos qué había querido decir con “virginal”, la respuesta fue enfática “es que todavía no ha penetrado en la novela, ni en su estructura” esas sutilezas, sarcasmos e ironías propias de su inteligencia le generaron muchos odios, los mismos que le obligaron a abandonar su querida tierra y este lago lleno de magia, porque le tapiaron todas las puertas, esa es la triste historia de los intelectuales en todo el país y la de Puno en particular.

Los intelectuales en Puno nada le deben a sus gobiernos locales, ni al gobierno regional, ya que siempre han sido espacios en los que la más completa anomia ha gobernado siempre; pero por otra parte qué región y hasta qué país no quisiera tener entre sus compatriotas a Carlitos Oquendo, Alejandro Peralta, Gamaliel Churata, Luis de Rodrigo, Dante Nava, Emilio Romero, Carlos Calderón Fajardo y a Omar Aramayo, la lista es larga y no menos meritoria, no existe antología de literatura en la que un puneño deje de estar presente, por eso “Puno es la otra república literaria como lo es ahora Arequipa, Lima o lo fue Trujillo”, aunque lastimosamente en este país la gente deja de leer cada vez más y nos vamos cosificando, y aunque la resistencia sea férrea y las élites culturales estén desapareciendo, producto de la mala percepción que se tiene sobre la inversión para el desarrollo humano y cultural, un grupo de puneños estarán siempre allí.





Volvamos, ahora, a lo más importante, la obra de Omar Aramayo que es muy vasta y de una calidad exquisita, se trata de un poeta dotado de una imaginación inagotable, de un lenguaje literario que le permite transitar con facilidad por varios universos con mucha facilidad, desde la poesía, el cuento, la novela y el ensayo.

Tuve el privilegio de leer sus textos y la suerte que él en persona me los leyera mucho antes que algunos de ellos se publiquen; durante varias tardes el maestro buscaba fervorosamente la melodía exacta, el lenguaje y la palabra precisa, la metáfora certera que calzaría en sus creaciones, había que sintonizar respiración, latido, energía, sutileza y limpieza, todo el cosmos se detenía en ese acto de creación literaria. Observar al maestro era un ritual mágico, él se convertía en sacerdote de la imagen, así aprendí a considerar que la escritura era un ritual sagrado y había que tenerle todo el respeto, ya que incluso el mismo tiempo se rendía ante ese ritual. Con Omar aprendí que la literatura también es un arma y que debe usársela con mucho cuidado y solo para liberar a la creatividad, la comprensión y sobre todo, para liberar a la misma libertad. Desde entonces le tengo una devoción a la palabra.

Su nombre figura en las selecciones más selectas y en las obras críticas más exigentes de literatura, desde Prohibido Pisar el Césped, Canción Infinita, Axial (Libro con el que inicia el movimiento de “Poesía Mágica en el Perú), Glu Ekerekeda (novela catártica y surrealista en extremo, con un lenguaje onírico cuyos extractos fueran publicados en la Revista de Crítica Latinoamericana), Los Dioses (poemario que antecede en muchos años a la poetización de los mitos andinos y peruanos, inaugurando esa tendencia de poetizar la mitología andina, rescatándola del marasmo y de la dominación cultural de nuestro país), hasta el reciente Gallo de Cristal, libro que reúne varias novelitas cortas y relatos de denuncia social y de historia ficcionada sobre la realidad del atraso del terruño, además de ser un libro cuidado en el lenguaje y la estructura, no se entienda este libro como lo real sino como la realidad ficcionada.

Fueron muchas las horas que pasamos dialogando y problematizando sobre la naturaleza de la poesía, releyendo clásicos, estructurando selecciones y clasificando textos, en todo ese tiempo Puno siempre ha estado presente, el maestro tiene un amor terrible por Puno, y ese amor lo lleva a todas partes, no hay lugar en el que su Virgen de la Candelaria no esté. Recuerdo mucho que las veces que lo visitaba en su despacho de la Decanatura en Ciencias del Comunicación en una universidad limeña, estaba la imagen de la Virgen en su despacho, y en efecto había siempre un distintivo puneño, una cerámica que aludía a nuestro altiplano y sus alumnos sabían sin que él lo dijera que era puneño, uno de esos que corren el riesgo de extinguirse, porque ahora, precisamente ahora, Puno necesita de sus puneños, ya no quedan aquellos que amen la tierra, solo pululan quienes desean aprovecharse de todo en cuanto cae en sus garras de rapiña.

La caminata inicia a tempranas horas de la mañana y termina casi a la media noche, pronto la gente saldrá en embestida, cosificada bajo el rótulo de la “Opinón Pública” que no es sino un liviano rumor que se propaga, que gobierna todo, no hay democracia en un país con tantas indiferencias, con tanta mediocridad que gobierna e implementa sus mecanismos de dominación “jamás señor ministro de salud, la mediocridad estuvo tan unida y enquistada en el poder”…

miércoles, 5 de octubre de 2011

EFRAIN MIRANDA “el runa”



José Luis Velásquez Garambel


Un hombre se levanta desde la muchedumbre y alza la voz intempestivamente: “¡no me grites de calle a aplaza Cholo! grítame de selva a cordillera ¡indio!... “ es Efraín Miranda y transcurre el año 1997, año del centenario del nacimiento de Gamaliel Churata, se trata de un congreso internacional al que asistieron escritores de varias regiones de nuestro país.

Conocí a Efraín en ese año, las pocas veces que lo frecuenté en el año 98 se lo debo a Feliciano Padilla, quien en dicha ocasión me invitó a su cumpleaños, en el que ambos, el agasajado que era Chano y Efraín, tocaron a dúo hermosos huayños puneños y no era para menos, Chano tenía (aún conserva) una bien ganada fama de delicioso jaranero, además de compositor, arreglista musical y buen cantor. En cambio Efraín no se quedaba atrás, la única canción que se recelaba en cantar era ese huayño tan famoso de Putina, porque de algún modo él se sigue reclamando Azangarino.
Y de pronto un bailarín endemoniado irrumpía en pleno escenario, estirando los brazos arriba, mirando el bello cielo puneño, tarareando las notas musicales, bailando un sikuri, era, sin ninguna duda Omar Aramayo, esas conversaciones me nutrieron siempre, debo agradecer a la vida por haberme dado la oportunidad de ganarme la amistad generosa de estos maestros.


Por esos años no tuve consciencia de la valía poética de Efraín Miranda ni de Omar Aramayo, los dos poetas vivos más importantes de Puno, ambos creadores de tendencias y de voces inconfundibles en las poéticas del Perú, pues bien, en esta nota hablaré del Efraín que recuerdo.

Transcurría el año 1998 en el que el feliz Mario Mayhua y un grupo de mi salón decidimos crear los juegos florales de la especialidad de lengua y literatura, lo recuerdo bien porque hasta ahora me duelen los hombros porque tuvimos que cargar unos parlantes de madera por más de 15 cuadras, a falta de dinero aprovechamos las fuerzas que la juventud nos brindó, el recorrido lo hicimos con Samuel Ayma, a quien recuerdo por sus lecturas heréticas y parquedad en la amistad soluble que él posee.
Los jurados del concurso de poesía fueron Efraín Miranda y Omar Aramayo; en Cuento Feliciano Padilla, Jorge Flórez-Áybar y Cronwell Jara, un jurado de lujo, de los ganadores de los juegos florales en ambas categorías no quiero acordarme porque el viento se llevó sus nombres, a excepción de Mayhua, el mismo reservista de la poesía, desde ahí surgió una amistad entre Mayhua y Efraín, siempre los veía juntos por las calles de Puno, por las subidas del Arco Deustua, por el mercado Central o la Avenida la Torre.

Efraín era un pícaro por naturaleza y por experiencia, solía enamorar a las señoras que vendían pan en el costado del Mercado Central y algunas veces solía encontrarlo dando serenata a las señoras que solían vender mazamorra de quinua en Laykakota, esa imagen tierna y jaranera del poeta Miranda lindaba mucho con la visión que él tenía del mundo andino, su voz bronca hablando del indio y de sus sufrimientos, de su voz tierna y hasta melancólica en la soledad de su Jachawinchoqa y en la de su habitación llena de recuerdos.

Mayhua le devolvió vitalidad y lo animó a publicar “Padre Sol”, lastimosamente el mismo Efraín (según lo recuerdo) renegaba de esa edición, porque no había tenido los cuidados que el editor se había comprometido en otorgarle. Esa es otra historia, de la que él, de pura cólera terminó obsequiándome las placas metálicas de su libro.
Cada vez que yo deseaba visitarlo nunca lo hallaba, él siempre estaba de viaje y en el momento menos pensado me lo encontraba en el parque Pino y lo abrazaba, me contaba que se había ido a Lima, para aprovechar el clima y visitar a sus amigos, luego terminaba hablando de “Birakocha”, lo escribo de ese modo, porque él lo concebía así y hablaba de la poca esperanza de cambio que tendría el Perú, alguna vez le hice una entrevista y la gravé, mi poco cuidado para con los archivos de esa naturaleza hoy no me permiten recordar el ambiente en el que se hallan. Recuerdo que me llevaba a la radio cultura y realizaba coordinaciones con alguien por encargo de Omar Aramayo y se disponía a dejar unos papeles para que sean leídos en la radio.
Tenía, don Efraín, una cajita de cassettes de audio que las había hecho copiar Omar, en el había una colección de poemas suyos, algunos leídos por él personalmente y otros leídos por un profesional, bajo la supervisión suya, con una ironía fina solía decir “nos hemos demorado una barbaridad de tiempo en hacer eso, sabes…! Y lanzaba una sonrisita socarrona y tierna. Efraín siempre fue un amigo dispuesto a brindar tiempo a todos, recibí en varias conversaciones algunos consejos suyos, esa es la voz que recuerdo de él.





Hace ya varios años entre Walter Paz y quien escribe editamos TOTORIA, un suplemento cultural en el diario Los Andes, espacio que por cierto se abandonó por ciertas indisposiciones de carácter, el segundo número está dedicado a Efraín Miranda, el gran poeta de “Muerte Cercana”, “Choza” y “Padre Sol”, ese fue uno de nuestros homenajes al poeta mayor, al amigo y al maestro que siempre fue y seguirá siendo. Por otra parte la última edición de “El Pez de Oro” que editaban Luis Pacho y Víctor Villegas le hicieron un homenaje muy hermoso y tierno; del mismo modo esa caravana de homenajes de la Universidad Mayor de San Marcos iniciadas por iniciativa de Gonzalo Espino Relucé, Mauro Mamani y Guissela Gonzales nos dan una muestra de la estatura de este poeta nuestro, y claro la edición de “Dios, Hombre, Runa” con un magnífico estudio de Gonzalo Espino, a él Puno le agradece por este homenaje a nuestro poeta Miranda.

El jueves (29 de setiembre pasado) lo visitamos en Arequipa, acudimos René Calsín, Luis Pacho, Pio Chambi, y una amigo. El poeta no me reconoció y sentí un dolor muy fuerte que me contrajo el corazón, me miró y me dijo “pasa hijito, no tengas miedo, así nomas estoy viviendo… esa maldita viene y me desordena todo, incluso sobre escribe en mis poemas y yo ya no puedo entenderlos…” y el alma se me paraliza, la dimensión del poeta ha crecido y este país se me viene abajo una vez más. Efraín reconoció a René y a Luis Pacho, de no ser por ellos no me habría reconocido y mucho menos me habría recibido. Ese es el recuerdo vivo que tengo de Efraín Miranda, el poeta que conocí y cuya imagen es perenne… y el hombre que conozco…

martes, 4 de octubre de 2011

RECORDANDO A NUESTRO RAFAEL VALLENAS




José Luis Velásquez Garambel

Para Elsi Gaona y Mauro Vallenas, siempre con ternura…


La muerte de Rafael Vallenas Gaona nunca dejará de ser temprana, las palabras no son buenas para ocasiones en las que se recuerda la ida de un amigo tan apreciado como él.

Nunca hablaré de los años que Rafael sufrió por causa de la cobarde envidia, sino de los momentos que tanto nos alegraron. Nos conocimos hace ya una barbaridad de años, pasamos muchísimas alegrías y no muy pocos malos momentos a los que su espíritu de niño siempre solía cambiar como quien se aburre y cambia a un canal en el que da sólo felicidad, felicidad para arriba, para abajo, a la izquierda o a la derecha, en fin… para los suyos y el futuro y la alegría en todos los diales y en todas las señales.

A fines de los noventa nuestro escenario era la Facultad de Derecho de la UNA-P, los de mi generación tuvimos la suerte de estudiar allí y de compartir los pasillos con gente maravillosa, si bien es cierto no se respiraba un ambiente acogedor para las ciencias Jurídicas como sí se gozaba de un sol radiante para la Literatura, allí andábamos como sonámbulos Simón Rodríguez, Eddy Oliver Sayritupac, Luis Pacho, Luis Balcona, Paulo César Larico, Erdy Flores; no era para menos, habían profesores como Jovin Valdez, Boris Espezúa, los incansables Elard Vilca y Rafael Vallenas (todos con un compromiso para la poesía). Nuestra facultad se convirtió en un epicentro cultural, no faltaban las fechas en que poetas y músicos (también de la facultad) organizábamos veladas literarias que aún no han cesado y siguen golpeando desde la misma memoria.

Desde ahí Luis Pacho junto a Víctor Villegas (el Katari) llegaron a editar en Juli “La Balsa Abrileña”, balsa cómplice de toda la vida que no les ha permitido anclar en ningún puerto y que sólo les ha traído encantamientos de sirenas mitológicas que se regeneran en la literatura y auscultan bellos peces dorados o si se quiere un solo ejemplar que le ha dado luz a estas tierras musgosas; mientras que por la otra vera se articularon a los grupos del rededor del “mensajero del lobo”, “El Zorro de arriba”, “el zorro de abajo” con ese muro tierno y convulsivo de talento que se desmorona cada vez más para hacerse pura en la poesía cual es Gabriel Apaza o acaso en un puñal hendido en el corazón mismo de un símil y ese gigante cuyos hielos se destiemplan en sus manos cual arena telúrica que era Mario Mayhua, los recordaré siempre.

Tantas veces organizamos recitales que las anécdotas suman, un poeta se acerca al poniente y el amanecer que siempre sale al lado de una señorona de edad avanzada, presidenta del CADELPO de Arequipa, ella lo mira con cólera, porque en su imaginario no pueden existir poetas que vistan con buzo, que insulten a los no creyentes y que recen el credo de la poesía, ese era Simón. Alguien ha susurrado ¿de qué pie cojea el poeta? y la metáfora no usa bastones, ella se defiende y corre sola responde Erdy Flores, tantas veces Pedro habría dicho alguien, que con poesía no se ganan juicios, ya dejen esas cosas, porque ni la palabra cosa tiene un significado claro, es amorfo como lo que tienen los poetas en la cabeza, ya déjense de contubernios y de pegar afichitos en las calles y de juntar a la gente para recitar como locos a las horas menos pensadas.

Un hermano ha muerto, traía el abrigo largo y no cesaba de gritar por las calles “la literatura es lo único que nos da aliento”, traía una botella con un mensaje dentro ¡a esta isla, sólo el significado arriba! Debía ser Edward Huaman. Otro hermano grita ¡tus senos son dos misiles! e inaugura una parodia de la que no saldrá nunca, Hugo Lipa se ha inventado un país sólo para él, en ella sólo las mujeres gobiernan y el poeta es apenas una metáfora que nadie descubre.

Los nombres que se suman luego a lo largo de los años no se acaban, a inicios del 2000 creamos el taller “Anclas en el Cielo”, Rafael se nos sumó en la segunda sesión; sin embargo él le dio el nombre, lo creamos Patricia Belón y Carlos Dueñas. No nos quisieron otorgar el permiso en la Facultad, Rafael nos ayudó, desde la segunda sesión la gente empezó a fugar, pronto nos mirábamos los unos a los otros bajo la soledad de una vela leyendo nuestros poemas, poco más tarde se nos unió Feliciano Padilla, quien redondeó el asunto, después de todo era un lujo tenerlo entre nosotros, sus dotes de narrador exquisito nos sirvió muchísimo, nadie como nosotros lo aprovechó tanto, luego se sumó Bladimiro Centeno, la otra parte de la historia la escribió él y hasta se publicaron antologías y los nombres se variaron… Rafael fue siempre un poeta cuidadoso y un narrador irónico, en uno de sus relatos se murió antes de tiempo y me usaba como interlocutor, para muchos de sus colegas su sarcasmo, su ironía resultaba muy hiriente, para nosotros no dejaba de ser un niño muy inteligente que terminaba por aburrirse de todo.

Yo, tuve la gran suerte de conocerlo más, de acercarme y de ser aceptado por él, conducimos un programa radial en “Megaestereo” FM, era un programa de música clásica y literatura, salía todos los domingos a las 12:00 del medio día, todo se alternaba, Rafael tenía una cultura sorprendente, a pesar que no sabía tocar un instrumento sabía leer las notas musicales, Beethoven fue el primer metalero, Gustav Mahler le puso los bronces, él cerraba los ojos y hacían un trío generoso o quizá, él mismo dirigía la ópera metropolitana o acaso la filarmónica entera compuesta con los genios más renombrados de la música clásica. Ese era el Rafael de los domingos, buscando la paz en la música, perdiéndose por cada vericueto de la emoción de cada tono, de cada barítono.

Planeamos fugarnos cuando supimos que “Yuyachkani” iba a llegar a Puno, quisimos tomar el local cuando un profesor que enseñaba “Acto Jurídico”, cuyo nombre no mencionaré, mejor dejarlo en la mediocridad del olvido que es la fosa a la que pertenece, se opuso a que dieran función en nuestra facultad. Rafo se peleo con medio mundo para llevarlos allí, claro que José Belón ayudó un poquito, ver “Rosa Cuchillo” y “Santiago” fue emocionante, por varios meses él llevaba las manos alzadas en señal de triunfo, habíamos ganado, la cultura y el amor al arte se habían impuesto, como solíamos decir “la cordura se fue al mismo abismo; pero ha ganado la fe”, luego intentamos crear un grupo musical, pero en verdad Rafo era buen oyente, un teórico de la crítica musical, es decir un mal ejecutante, para colmo era nuestro vocalista y además baterista y luego hasta se compró su bajo; pero él no coordinaba muy bien, cada vez que tocaba dejaba de cantar y se imaginarán ustedes que así la gente no tendría una buena impresión de un grupo de desorejados, él estaba definitivamente para director no para ser músico. Por mi parte yo aprendí la lección, jamás intenté tocar ni acercarme a ningún instrumento, me resigne a admirar a los músicos y a buscar su amistad. Donde esté Rafo debe estar diseñando la melodía perfecta de la esperanza o quizá una rapsodia de la paz, con todos sus elementos mitológicos.

Los años se nos fueron como quien sale a jugar muy de temprano y la mamá de alguien sale a gritos diciendo que ya es hora del almuerzo y los niños no hacemos caso de nada y nos ganamos varios tirones de orejas y de chuletas, así de rápido se nos pasan los meses, los días y claro uno no se da cuenta que los años también se van en un chasquido; en todos estos años son pocos los amigos con los que he compartido tanto como con Rafael y con él se nos sumaron o nos sumamos nosotros a tantas amistades, cuantas veces hicimos que la Sra Elsita Gaona renegará y a la vez se llenara de ternura porque Rafito se había escapado con sus amiguitos y amigotes en unas escapaditas de bohemia, por cierto en todas esas escapadas de lo único de lo que hablábamos eran de chismes literarios, y cuando nos aburríamos hablábamos de los otros y como decía Oscar Wilde: “es más aburrido hablar de uno mismo que resulta más divertido hablar de los otros”.

Henry Esteba, una de las personas que más aman Puno lo llevó una vez a su laberíntica biblioteca y de dio un paseíto por la sección de diarios, Rafo tenía las orejas estiradas porque jamás había imaginado encontrar allí el diccionario de Ventura García Calderón o los Libros originales de Toribio Pacheco, lo mismo ocurrió cuando descubrió que Walter Paz Quispe se había traído a mano alzada desde Europa, como el mismo Atahulpa ; pero en analogía contraria, todo el tesoro bibliográfico del “Análisis del discurso” y de “La Argumentación” que tanto le encantaban y hasta diría, por un tiempo fueron su obsesión, su sed de saber, de amor por la cultura lo llevaron a alejarse de nosotros, sus amigos, luego se nos desvió y terminó por casarse.

Lo de su matrimonio es historia aparte, no nos invitó a ninguno de sus amigos, se casó en secreto; pero la mucha felicidad que tuvo se la dieron sus dos hijos “javichus” y “fabrizio” como quería llamarlos y el terrible dolor que le provocó la muerte de la siempre linda “rafaella”, Dios me los tenga a Rafo y a la beba que tanto quiso.

Bueno, no nos adelantemos… con Rafo creamos el fondo editorial de la facultad de derecho, apenas él se hizo cargo de la Decanatura de la Facultad, o bueno, lo hizo él y me llamó para que lo ayude, así se publicó el “Ensayo de Escuela Nueva en el Perú” del maestro Encinas, un libro sobre el “Caharango” de Felix Paniagua Loza, editamos varios libros que por un motivo de ocio no los menciono, allí trabajamos Moises Bustincio Cahui y Elmer Calliri, jamás cobramos ni un centavo por todo lo que hicimos, nos entregamos como verdaderos endemoniados, con el perdón de Dios, al trabajo, el amor que se tenía por la cultura, no nos interesaba ni comer, allí salieron algunas plaquetas de poesía de muchos jóvenes y hasta mi librito “Giatana” cuya idea me la dieron los participantes del Taller “Anclas en el Cielo”.

Hoy, 04 de Octubre, Rafael habría cumplido un año más o en su caso un año menos y seguiría siendo el mismo “alma de niño y puneño de mente universal” hermosa frase que le acuño nuestro amigo y conciudadano suyo Hernán Cornejo Rosselló-Dianderas. Para nosotros Rafael ha hecho que la vida y la camaradería en la cultura sea más agradable, con su ausencia Puno ha perdido a uno de los hombres más talentosos e inteligentes que esta tierra haya podido tener, nadie podrá llenar esa ausencia.

Desde aquí un abrazo de hermano…

Post data: Rafito, todavía no puedo publicar tu libro de cuentos porque a pesar de los compromisos asumidos no hay señales de deseos para ello; pero te prometo hacerlo, con todas las indicaciones y cuidados que querías para ello.

ENTREVISTA AL POETA JOSÉ GABRIEL VALDIVIA*


Por Juan Zamudio


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Con Motivo de la 3ª Feria Internacional de Libro Arequipa 2011, nuestro grato amigo José Gabriel Valdivia sacó a luz “LA CASA VERDE” Revista Surperuana de Arte, Literatura y Cultura, la misma que está editada por Juan Wilfredo Yufra, desde Puno festejamos esta edición, ya que todo nacimiento debe ser festejado, y nos tomamos la libertad de reproducir una entrevista que le hiciera Juan Zamudio (JLVG)
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José Gabriel Valdivia continua comprometido con su imaginación, con la escuela de Literatura, consigo mismo... desde un lado político también y con la ternura, desde luego. Por otro lado, uno le confía sus manías conceptuales, literarias o de cualquier tipo y amigablemente él le da un ritmo más cercano a lo posible que al divagar caótico. En las siguientes líneas nos cuenta su experiencia y militancia con esa movida ochentera en esta zona del Perú, habla de algunos rasgos de su contundente poética, y de notas que se desprenden de la misma conversa. (JZ)

El movimiento Kloaka se establece a sí mismo como la “conciencia vigilante” en lo político, en lo social con relación al Perú, ¿esta “conciencia vigilante” se dio en el plano literario, si manejamos los ejes de centro-periferia?
Si vemos desde una perspectiva dentro de la evolución literaria, sólo la poesía, Kloaka es un continuun de Hora Zero, no encuentro muchas diferencias en las actitudes ni mucho menos en las poses, poses que necesariamente eran espectaculares y una actitud de reivindicar lo popular que ya Hora Zero empezó a abrir para la poesía, eso por un lado; por otro lado, estaría en torno a lo que significó políticamente, socialmente, culturalmente todo el proceso del velasquismo, éste dejó una imagen del cooperativismo y de una idea centralista o de un manejo de la revolución peruana de Velasco desde Lima, en el caso SINAMOS por ejemplo, entonces eso queda como un remanente ideológico que va a coadyuvar también a estos postulados de Kloaka.
Y en un tercer punto, lo que me dices, plantear una capital literaria del Perú, eso no correspondería a la insurgencia de una nueva tradición, en la que podríamos ver que las periferias, en este caso Arequipa, desde el fenómeno de la vanguardia con Hidalgo y el vínculo con Valderomar o Gibsón con Valderomar hay un diálogo con Lima, vemos que en el "Primer encuentro de narradores peruanos", que tuvo lugar en Arequipa en 1965, se sigue promoviendo diálogos y ahí vemos como Arguedas y Salazar Bondy confraternizan y discuten muy amigablemente, pero a partir de los 70s es que Lima se empieza a alzar como el centro generador de todo y creo que es producto del velasquismo.

El centro tiene un conocimiento a nivel literario de la periferia casi nulo, pero la periferia si observa el centro, ¿la ruptura primero es política y luego cultural?
Si hacemos una revisión de esta tradición, de la relación centro-periferia o Lima-provincias, creo que hay dos grandes espíritus generadores de este diálogo, uno es Valdelomar, no olvidemos que él fue un viajero, claro, por una cuestión política y de alguna manera iba descubriendo poetas, literatos... El segundo gran animador de este espíritu dialogante es Mariátegui, la revista Amauta se convierte no en un centro sino en un portavoz de las periferias y de los problemas del país, o sea que Mariátegui empieza la idea del Perú más amplia, más abierta y es un momento interesante para poder entender de otra manera el Perú.
Ahora si vemos la discusión en los 50s entre lo puro y lo social, Arequipa protagoniza el año 57 con Don Jorge Cornejo Polar un recital en el Teatrín de la Cultura de la Universidad Nacional de San Agustín, ahí se ve discusiones entre Juan Gonzalo Rosse, Alejandro Romualdo, Belli, es una discusión que aquí no se polariza, sería una especie de eco como no lo fue en la vanguardia, en la vanguardia hubo una relación entre Lima y provincias que fue un concierto más que un eco, creo que la resonancia de lo que pasa en la capital empieza a darse de distinta manera a partir de los 50s; el hecho es que la provincia debe conocer Lima y a Lima le importa un comino conocer o no conocer la provincia porque pareciera que es parte de un nuevo imaginario que se va construyendo, o sea, tienes que ir a Lima para ser reconocido y de algún modo figurar en los panoramas de la literatura peruana.
En los 80s se abre este diálogo, nosotros vamos a Lima con nuestras revistas pero vamos a dialogar, no vamos a ingresar en ellos, por el contrario, vamos a establecer un diálogo para poder desarrollarnos nosotros mismos, esa fue una diferencia fundamental que hay que entender entre centro y periferia.
Arequipa parte no de ser un eco sino de buscar su propia vía, su propia ruta para poder comprender su entorno y desarrollar su propia literatura, en este caso la poesía.

Con respecto a los referentes locales, no hay propiamente una generación del 70, habría sí una del 60, esta última... ¿de qué modo sintonizó con el hacer poesía en los 80s?
Conocemos a los poetas del 60s de Arequipa pero no nos interesa para el trabajo literario, nos instalamos en la vanguardia como punto de partida, en Hidalgo, en César Atahualpa Rodríguez; el acercamiento a Guillermo Mercado es más por su presencia y que nos hacia participar de sus recitales. Las vanguardias siempre han sido fructíferas, han sido muy arriesgadas, muy creativas, entonces considerábamos que éramos una generación que se había comprometido más con la literatura que con la política. Terminamos recuperando a Hidalgo con una expresión de Corcuera que termina siendo el nombre de una revista: La gran flauta.

César Atahualpa Rodríguez
En la Biblioteca Municipal llego a tomar un libro de Baudelaire subrayado por Atahualpa Rodríguez, él era un baudelariano. Hay toda una especie de mito con su libro La torre de las paradojas, él eligió el silencio como morada, se decía que era muy huraño, no lo llegué a conocer, él muere el 70 o 72 y éramos muy niños... Hay una anécdota de Neruda que dice que viene a Arequipa y va a buscarlo y le responde la hija de Atahualpa Rodríguez: "dice que no está". "Entonces dígale que no he venido", le responde Neruda.

Enrique Huaco
Curiosa y coincidentemente y sin habernos puesto de acuerdo porque teníamos tertulias distintas, Huaco termina siendo un poeta símbolo de los 80s, el descubrimiento de Huaco me llega porque encuentro el libro Piel del Tiempo botado en el suelo, donde hoy se llama La Cachina, empiezo a leer a Huaco sin haber visto antes la antología de Cornejo Polar, luego de esa revisión de Huaco surge el interés por lo interesante de esta poesía y el grupo de Alonso Ruiz Rosas difunde poemas. Hay una reseña de Roxana Chirinos sobre Huaco en la revista Veintiuno, un artículo de Alonso recuperando a Huaco y yo termino haciendo mi tesis sobre Huaco; no es que haya sido de plataforma poética, son coincidencias que de algún modo vez en esta poesía, en la vida y figura un emblema.

El poemario Urbe de José Ruiz Rosas
No olvidemos que él tuvo una vivencia no arequipeña y consideraría aplicar esto de los contextos de enunciación, el libro Urbe resulta siendo una reflexión conceptual, es una reflexión poética, los años en que el libro pudo haber sido escrito no hay pues referentes de ciudad con lo que podrías comparar, cómo podrías decir que Arequipa es una ciudad, qué la determina. Creo que Tito Cáceres se equivoca cuando plantea eso en un artículo-comentario del texto Urbe; considero que Urbe es una ensoñación, es una visión metafísica, porque mendigos han existido no sólo en las ciudades, cuando no en los pequeños burgos, en las aldeas, creo que la ciudad tiene otros elementos que la marcan para poder figurarla y poetizarla. Haciendo una revisión más seria se configuraría este sentido cosmopolita cuando vez la aparición del asfalto, toda la ciudad se transforma, empiezan la urbanizaciones que son elementos más vivos que pueden decirte esto es una ciudad y esto no.

La escuela de literatura
Jugo un rol importante hasta que estuvieron los Cornejo Polar, Ballón Aguirre, y de ahí hay un vacío y no ha podido llenarse la tremenda dimensión de estos intelectuales; tengo un momento de irme a Lima y me voy, reniego de la escuela y dejo de estudiar buenos años y al final por cuestiones personales decido quedarme en Arequipa, y tratar de construir ese espacio reflexivo.
Ha habido un ejercicio crítico en Vladimiro Bermejo, habría que bucear desde Mostajo, pero hay quiebres que se dan en todas las sociedades, como el quiebre de la aristocracia y considero que habría una "aristocracia residual" que es un poco la que va manejando las cosas.
Ónmibus, otra vertiente literaria a inicios del 80 El grupo Ómnibus siempre ha sido extrauniversitario. Recuerdo mucho llamar a la universidad "El paraíso perdido" en la medida que la metáfora indicaba que la universidad debiera ser un paraíso pero no se podía construirlo, eran momentos muy políticos... San Agustín se había politizado, había habido un recambio en la estructura profesoral, se abre la universidad y esto debieran hacerlo los historiadores, en cuanto a la ultima mitad del S XX no está bien historiada, de repente podrá aparecer reflexiones del proceso histórico para poder comprender también la literatura en ese sentido.

¿“La Casa de Rolo” que significó en los 80s?
Llega a ser un sitio, como lo define Rolo Aragón en esta revista Apóstrofe, donde se congregan para conversar, para emborracharse, para muchas cosas... De La Casa de Rolo se desprende Ómnibus; La Casa de Rolo como revista tiene un testimonio muy mínimo, hay dos números que reflejan eso y un sinfín de publicaciones a mimeógrafo que no llegan a trascender más allá de lo que pudieran haber desarrollado.
La Casa de Rolo es una estancia pero no es un ente, no es un evento literario, es una estancia de reunión de amigos. Tuve la experiencia de pasar una hora en una de esas reuniones y eso es lo que fue para mí, para otros que la vivieron fue otra cosa, eso está entre el 75 y el 76, donde las cosas se van aclarando para ellos y la aparición de lo otro, que es al margen de La Casa de Rolo, como Polen de letras o Eclosión que estaban siendo grupos poéticos.

La experiencia con las revistas
Polen de letras, Ómnibus, Eclosión son experiencia a mimeógrafo, el grupo va siendo la forma de vivir y convivir; Polen de letras llega al número 9; el 1 y el 2 son individuales, el 3 y el 4 es doble, el 5 y 6 es doble, y el 7,8 y 9 es triple. Hay un proceso evolutivo allí, lo que primero aparece como una simple propuesta de creación, por el hecho de estudiar literatura, va apareciendo también la critica y hay un proceso que vamos a Lima y conocemos a Washington Delgado, a Antonio Cornejo Polar, a Raúl Bueno, eso significa para nosotros la Universidad, y cuando contrastamos con nuestra Escuela de Literatura es imposible la comparación.
Considero que hay dos etapas, va a morir Polen de letras en el número 9 y va aparecer La gran flauta, con una cuestión más definida, una estructura más sólida, pero no hay manifiestos literarios, no hay manifiestos poéticos.

Con respecto a la revista Semáforo, hay un texto final en ésta que dice: “Exija luz roja”, ¿qué motivó esa pequeña frase?
Sacamos una pequeña revista de nombre Semáforo para molestar a Ómnibus, la intención era decir que no solamente existe el Ómnibus, también puede existir un Semáforo y tomamos el poema "Semáforo" de Hidalgo

¿Las discusiones en qué plano se suscitan entre estos grupos?
Las discusiones aunque no son francas si se plantean entre los grupos por cuestión social, no hay diferencias políticas, ideológicas, ni poéticas, no hay una discusión si tú te comprometes con la huelga o no, no hay esa discusión; el grupo que ingresa a San Agustín es socialmente distinto al que yo miraba en Alonso y Oswaldo.
El caso de Eclosión es más abierto, miraba a Luque, a Carlos Herrera, a Sardón; Carlos Herrera tiene un cuento interesante que aparece en Eclosión donde habla de los fabricantes de globos y dice que hay algunos que fabrican globos espectaculares que son el asombro y ahí está lo de Ómnibus, hay otros que pretenden hacer globos y estaríamos los de Polen de letras y los otros fabricantes de globos serían los de Eclosión, es un cuento donde Carlos Herrera dibuja este escenario.

La antología Poesía reunida y el gran recital en el Teatro Municipal de Arequipa
No es un buen testimonio el que hace Chanove, en la revista Apóstrofe, de un gran recital que se llama "Poesía reunida" en donde están prácticamente todos los sectores y ahí participa Eclosión, La gran flauta, Ómnibus y otros grupos marginales y sale una antología, es en el año 81, y esta podría ser la publicación clave para ver como se congregan los grupos y éstos continúan.

La poética de Oswaldo Chanove
Considero que su poesía deviene de los 70s. Uno, por el prosaísmo, dos, por la coloquialidad y, lo que toma de la vanguardia es lo del cine, que está metido en Peña y en Oquendo de Amat, que sería un tercer elemento. El héroe y su relación con la heroína es un libro que llega tarde a los 70s, este libro aparece el 83. Pero él había tenido toda una muestra de varios poemas en revistas, incluso anunció un libro que se llamaría Los animales jóvenes y muchos de estos poemas ingresan al El héroe y su relación con la heroína; de algún modo, dentro del canon literario que se estaba trabajando en Lima, la poesía de Chanove es la que más está en relación con la poesía limeña que se hacia en ese momento. También veo en Chanove el motor surrealista, esta es una hipótesis que habría que empezar a trabajar, el surrealismo es la base en mucho de los poetas de esa época en Arequipa, esa atracción se da mucho antes que en los neosurrealistas limeños. En Luzgardo Medina hay una presencia fuerte del surrealismo por el entrevero de imágenes y el aparente caos, en Chanove el componente imaginario y, en la mía en ciertos juegos vanguardistas en los guiones, en las palabras, en la aventura.

La persistencia del imaginario “Aquelarre”
Definitivamente se dá en el grupo Ómnibus, porque después llegan a lo que ahora conocemos como La Casona, ellos hacen un proyecto Aquelarre, retrotraen eso del Aquelarre de inicios de siglo hacia finales de siglo para haber una apertura y un cierre; para nosotros la idea de grupo o el gregarismo literario era más universitario, era el grupo universitario que te permitía como ir a clases también el reunirte con todos los que estaban ahí estudiando literatura, no tuvimos ese reflejo, ese retrotraer esa imagen Aquelarre, fue más un gregarismo universitario.

La ciudad como atmósfera en el discurso poético
Hay en mi discurso poético elementos del lenguaje de esa urbe que esta apareciendo y las transformaciones que pueden darse en los individuos, en la medida que tu voz ya no va siendo tan tuya, va siendo más anónima, entonces hay veces que se filtran las voces y no sabes de donde vienen y van siendo un concierto de la urbe que empiezas a no reconocer, pero que aparecen y de algún modo cuando escribo Grafía trato de mezclar los urbano, lo que me sorprende: los pueblos jóvenes, los ómnibus atestados de pasajeros que van colgados de los estribos, la presencia de la migración, y se va filtrando en tu discurso, queriendo o no queriendo, y eso va a permitir que tu vida personal se altere, la relación amorosa, la relación con los amigos vaya buscando saliéndose de los parques y metiéndose en los bares o saliendo de los bares y metiéndose en los parques y así va ha constituirse nuevos espacios para la vida gregaria.

El fin de los 80s y de la otra vía
Los 80s se cierran con dos libros fundamentales, el trabajo de Chanove y el mío. Con Flor de Cactus hay una cuestión que marcaría los 80s y el advenimiento del neoliberalismo y todo el fenómeno del fujimorismo va a desestabilizar aún más y va a abrir otras posibilidades de creación literaria y ahí consideraría a la afirmación y desarrollo de Luzgardo Medina, Odi Gonzáles, Alonso Ruiz Rosas y finalmente de Alfredo Herrera, y desde fuera lo de Porfirio Mamani, ese sería un segundo momento. Nos habíamos forjado en la utopía socialista, en la identidad latinoamericana que era una suerte de metáfora gigantesca donde tú podías depositar todos tus sueños. El desvanecimiento de la utopía va a generar un retrotraimiento y en otros un carácter de espera, y la utopía siguió siendo literaria aunque un poco de melancolía y nostalgia por la utopía social.

La antología de poetas de los 80s, Viva Voz de Rolando Luque
Es un texto testimonial, refleja lo que hasta ese momento se hizo, refleja quienes estuvieron metidos en la movida y que de algún modo durante esos años vivieron en flagrante acto de poesía y eso es fundamental. Me preocupa que el libro sea ignorado y cuando se habla de los poetas ochenteros se resalta lo que paso en Lima y nada más, y creo que eso no es cierto; en Arequipa hay un texto, Viva voz, que aparece en el 90 como un cierre de década.

Los concursos literarios como eje aglutinador de una generación
En los Juegos Florales Municipales entre el 80 y 85 ahí vas a ver a casi todos los que van a errumbar, me refiero a Alonso Ruiz Rosas, Luzgardo Medina, incluso Rolando Luque, Odi Gonzales, lamentablemente no se publicó nada; con el Premio de Paucarpata aparece Alfredo Herrera... Eso ayudo a congregar, en ese caso la sociedad contribuyó, a diferencia de ahora que eso es esporádico y prácticamente inexistente, entonces se tiende a que las cosas se difuminen y las voces no se puedan esclarecer. Imagínate que en toda la década de los 80s hubo como 5 Juegos Florales Municipales (provinciales, distritales), y 3 Premios a la Juventud.

Hora Zero y la experiencia en la escritura con ese tipo de canon
Hay un poemario que se llamó Al filo de la gravedad, ya se perdió, y que fue inédito; Lolo Palza en su serie Escritos hace una selección y los publica en ésta serie, ahí ensayé una forma lírica y también una forma prosaica, y cierto coloquialismo pero sin haber percibido el corpus poético horazeriano. Llegué a Hora Zero después; Al filo de la gravedad gana el Premio a la Juventud en Arequipa, no sé por que no lo publiqué; la relación con Hora Zero fue desde una perspectiva de estudiar la poesía, ahí aparece Verástegui y luego Pimentel, leo Ave Soul y ahí encuentro el ritmo que ya estuve ensayando en ese texto pero ya había decidido mi escritura más por la vena surrealista que es el motor que me va dando fuerzas para poder jugar con las imágenes, jugar con algunos conceptos, con algunas formas en el lenguaje y tratar de construir una poética o de algún modo cierto lirismo.

¿"Muchacha lejana" o una esperanza lejana en Grafía y en Flor de Cactus y otras espinas?
La "Muchacha lejana" tiene un juego triple, es la muchacha de carne y hueso, es la poesía como una especie de sublimación y es también la patria, y trate de jugar con esas cosas como en un juego surrealista; y que al final pudiera ser un símbolo de la búsqueda del amor, la búsqueda de la patria y también la búsqueda de la propia poesía. En ese sentido lo intenté hacer en Grafía; en el hecho de la esperanza, sí, es cierto, se cifra o se centra la esperanza en el otro, en este caso en la mujer que en uno mismo, puede ser un desconocimiento del uno y de repente un descubrimiento del otro y te va dando más seguridad el otro que tú mismo, porque percibes que la fuerza del amor está más en el otro que en ti.

¿Si está "Muchacha lejana" es una metáfora de la patria, cuál es la diferencia de ésta en Grafía y Flor de Cactus...?
Entiendo que allí se venia de hablar de una emoción social, hay una lectura que inspira esto que es Ernesto Cardenal, en sus primeros poemas habla de Claudia y después habla de un amor que se frustra, el amor ya no es Claudia, ese amor se sublimiza y busca en la propia poesía ser otro; probablemente yo trabajé en ese momento la idea de la búsqueda del amor y al final puede haber ese desencanto y vas reemplazando, sublimando con una búsqueda de la patria y ahí está la mezcla surrealista cuando digo: "Y morirme entre tus piernas como una manifestación". O es la muchacha de carne y hueso o es la muchacha que es esa situación de territorio más limpio, o que el amor te puede ayudar a construir una patria, o sea "Dejad mis hijos libres", y todo lo demás; y esa es la experiencia de cruzar esas cosas y esas preocupaciones... No es que la poesía no te baste ni el amor te baste, también quieres algo más que te baste, por ejemplo la construcción de un país que puede tener influencias ideológicas y preocupaciones de la época como el socialismo, la búsqueda de una utopía también.

Grafía y la sensación de muerte
Eso responde a una situación experencial, tuve una enfermedad fuerte que de algún modo sentí que podía desaparecer y quizás eso se filtra desde una perspectiva inconsciente, por qué aparece la muerte si uno es tan joven, es el correlato existencial, haber estado enfermo varios meses en cama y darte después con la sorpresa de que tu enfermedad se ha sicomatizado, entonces la muerte es un fantasma que anda persiguiendo, la percibes que está a la vuelta de la esquina o te puedes enfermar nuevamente; ahí hubo un correlato existencial, haber sentido la debilidad de tu cuerpo, haber sentido la pérdida del conocimiento, haber sentido tantas cosas que eran nuevas, y de algún modo eso se va filtrando, quizás porque a veces tu poesía te presenta cosas inexplicables.

Versolínea y la muerte interna: "Ya mi sangre es negra -es negra la sombra- Esta sangre es sombra dentro de mí "
La situación externa va haciéndote percibir dos cosas: te vas contaminando de lo malo, entonces va penetrando eso y no te vas dando cuenta; por tamto, lo que tú creías lo vital, la sangre que sería la fuerza ya no es fuerza sino también es muerte, la muerte en el sentido que no te permite una relación con el mundo más trasparente sino es una relación bastante ambigua, no muy sincera, tú también te vas corrompiendo. También va en la medida que uno va percibiendo en el sentido que hay algo que te recorre por dentro y no sabes como se ha instalado, tú has tratado de evitar el mal pero el mal ha ingresado, sin que de repente lo percibas.

El componente erótico en Flor de cactus y otras espinas
Es una poética del amor, en donde trato de mezclar no sólo la vivencia sentimental, que pudiera manifestarse a través del lirismo, sino también una poética social del amor, y de algún modo también el descubrimiento de la sexualidad que es una especie de paraíso que vas viviéndolo y que también vas sintiéndolo... en la aparición del placer, el placer compartido; de otro modo por debajo hay todo el mito tabú de la virginidad, de la búsqueda de la virginidad, de lo no tocado, tanto de tu cuerpo como del otro cuerpo, entonces no es una poética del cuerpo sino es una poética en el sentido erótico de lo sexual como descubrimiento, como asombro. En algunos poemas trato de hablar de ese asombro, de ese descubrimiento cuando te inicias en la sexualidad la relación amorosa va siendo algo maravilloso, algo que también no comprendes.

Otras espinas, un agradecimiento a la amistad
Es un reconocimiento a la amistad porque compartí con ellos vida y de algún modo esa vida compartida tenia que verse reflejada en la poesía, porque además eran amistades literarias, y las amistades literarias para mí han sido las más hermosas, las comparo escasamente con algunas amistades del barrio, pero esos amigos son pues vitales, sin ellos no hubiera podido existir. Otras espinas es un libro que se escapa de Flor de cactus, el poemario fue presentado a un concurso de poesía, y ganó el 2 premio en un concurso organizado por la Municipalidad a nivel nacional por el aniversario de Vallejo; las Otras espinas son un agregado para cumplir las bases, porque Flor de cactus tiene un poco más de 300 versos y pedían 500 versos, entonces le agregué en la razón que no quise hacer otros poemas sino Otras espinas para asociar el cactus y esos poemitas, la poética ahí es igual. Esos poemas fueron de algún modo todos los poemas que yo llamo ochentenos, en la medida que eso es el móvil que yo tenía y en ese proceso van apareciendo los amigos y hay amigos entrañables que no sé cómo lo verán al leer el texto.

Relación con la literatura francesa
Soy francófono, y una de mis intenciones de estudiar francés fue por leer a Baudelaire en francés y a Gerald de Nerval, y luego descubro a Éluard, él me va dando ese flujo de la poesía surrealista pero desde una perspectiva de la ternura, de la sentimentalidad, el afrancesamiento estaría quizás por vincularme con la poesía de Éluard donde él mezcla la ternura con otros elementos de la vida, mezcla la ternura con la preocupación ideológica.

Escribir en francés
Sí, intenté un poema en francés, incluso en una primera versión de Versolínea hay alguna frase en francés que después decidí en la reedición de Funesta trova quitarla, porque tuve una aventura con Marcel Prouts, quise traducirlo y fue un fracaso, es un escritor muy difícil y en esa aventura la lengua se te va pegando, cierto ritmo se va filtrando. Me di cuenta en un momento en que leía a Jacques Prévert, que fue otro poeta que me enseño la brevedad de la palabra, no pude aprender la ironía, porque Prévert es un poeta muy coloquial, muy del francés parisino, pero muy irónico. También hubo un intento de imitación al querer intentar escribir en francés.

La traducción al francés de Flor de cactus y otras espinas
La aventura de una traducción es también una creación, o sea el traductor pone de su parte y hay algunas cosas que no es que sean mal traducidas sino que es en el proceso de la traducción que va adquiriendo otra vida el poema, y podría decir que haría algunas objeciones en la medida de que en la aventura de traducir hay también una recreación.

Funesta trova, antología propia
Con mucha maestría lo hace Octavio Paz, o sea quita poemas y de pronto en otro momento vuelve a poner el poema, uno que quita aparece modificado, y en esta aventura de leer la creación propia... a veces te encuentras con que las cosas son diferentes como ahora tú lo miras y recuperar el estado primigenio es imposible, entonces la aventura es bien delicada en la medida que puedes sacar alguna cosa que de repente en su momento tuvo determinado sentido y ahora lo estás mirando desde determinada perspectiva, creo que allí hay ese juego, ese juego de mentirte a ti mismo, de engañarte, en ese juego hay pues un riesgo.

El erotismo
Aquí, en el caso de las mujeres que aparecen como Esther Villafuerte, Rosa Elena Maldonado o Rosario Núñez no ingresa el componente erótico, esto indica que la poesía arequipeña sea autónoma, tenga su propio discurrir, su propio continuun y decontinuun, está poesía tiene su propia tradición; después en los 90s va a aparecer, ya cuando el boom de la "poesía femenina" ya estaba desapareciendo, Luz Vilca trabaja el componente erótico en el sentido que se lo venía trabajando en Lima.

Entiendo que la cuestión de género debe incluir no sólo a las mujeres sino también al varón, si son visiones encontradas hemos visto la cuestión de género desde una sola perspectiva, habría que ver si hay un erotismo femenino o si hay un erotismo masculino que pueden encontrarse o desencontrase.

Largo silencio en los 90s o otros libros en espera
A partir de los 90s entro en dos cosas, una es la brevedad, no tengo poemas muy largos, entonces la brevedad me va ganando y se va convirtiendo en una fuerza expresiva y construyo Postales, que son una serie de 40 poemas breves donde ingreso con un tono reflexivo y poético, en el sentido que intento construir un lenguaje más organizado, o sea que no se te escapen las palabras y el texto vaya teniendo una armonía y la brevedad ayuda mucho, espero publicarlo el próximo año.

Canto traverso, libro finito
Son pocos poemas, no llegan a 20, que tienen un sustento local, de situaciones de la infancia, en un tono que gira y revisa la juventud, hay un poema publicado en una revista dedicado a Chanove que dice: "Muchachones tiernos i alucinados de gruesos sacones despellejados en los estribos i en los timones / Que orabais consignas como canciones a la vuelta de la esquina / Y escribíais pancartas como abrazos en las esteras de las barriadas"; y reviso la infancia, la ecología, reviso algunos casos de Derechos Humanos, tuve una fuerte militancia en Anmistía Internacional, y hay otra parte que habla de la cotidianeidad pero en un tono breve; esa seria mi producción en los 90s y de algún modo se va circunscribiendo, o sea pretendo hacer una obra, esa pretensión me lleva a ir construyendo toda una especie de voz que pudiera distinguirse.

Vía crisis y Parafernalia, dos orillas
En los últimos 5 años vengo trabajando dos textos, uno muy pretencioso que se llama Vía crisis que intenta reflexionar sobre la historia, la cultura, y a nivel no sólo poético sino construir un discurso que pueda alimentarse de todo lo que pueda caber en un poema; y otro texto que le llamo Parafernalia que son poemas aislados que surgen en el proceso creativo insospechadamente.
Poemas:

III

Soplo de aguas de ensueño para irrigar tu vientre
Mis alientos de savia
por las calles que los buses ruedan
Tu casera frotación Mi tibia ofrenda

A discreción mi sangre mis palabras
mi alucinado corazón que enloquece
o salpica luz hacia tu cuerpo

Pero el pulso se me pierde
en las minas secas de los lapiceros
en tu piel morena i clara
mientras
los pasajeros suben
y en los estribos mis ojos empobrecen
como astros agitados de sueños i tristeza
en nublado firmamento
o deshilan cenizas i humos de cantina
en tu sonrisa
los dormidos parroquianos
que van a tu pueblo joven


IV

Se me desierta la voz la vida
amarillo de flores i tormento embriagado de humos i ozono

Mas me enciendo suave para darte
el soplo de mis ojos de agua
sobre estos rubios lechos de herradura
donde el amor trepa
su accidentada geografía
o excava
con brava melancolía

Y el bello sueño en colores mora
cuando el enigma se prodiga
sobre tu falda virgen pagana
y me pinta las mañanas


IX

Deletreo
silabarios de voces en tus labios
cuantifico
la vida que amo
la crueldad de mis actos
el horror de los gemidos
la desdicha
destas alas al contemplar
el suelo
bajo herrumbre i soledad
la tardanza
que eleva el precio de querosene
en mi insano pecho escarlata
humedecido de Sol i de trizteza


X

Aún sé por las flores
que la primavera existe
en tu pecho Muchacha Lejana

y por las flores sólo
el color hundido de los hurtos
en tus ojos
la ceguera
de miles años luz en el resplador
del firmamento
y el germinar
de los sueños en tu vientre
como un mejor morir


XIII

Dejadme
un solo día vivir
y ya morirme

dejadme el Sol abierto veinticuatro horas sólo
el cielo blanco i la lluvia

un solo día vivir la vida
el campo verde mi casa limpia
mis hijos libres
y ya morirme
entre tus piernas Muchacha Lejana
como una manifestación


PARA ALICIA

Algo niño
se nos está muriendo como un temblor de flores
en el cementerio
como uvas
perdidas
que no has de beber
del vino

de Grafía

CUESTIÓN PREVIA

La poesía como la mala hierba
crece para la oveja negra

Todo cuesta poeta Todo se aprende
Amar-escribir-morir-vivir son la misma cosa
Todo es como meterse un tiro y seguir vivo
con muchas balas dentro
A golpes-agonías-insomnios-besos-sopores
A masturbaciones-orgasmos-insatisfacciones
Se aprende Se enloquece poeta
Se gasta papel Se gasta sueño Se gasta vida
Y lo consumes Todo
Y no has escrito Nada

Todo cuesta poeta Todo se aprende
Así nos cuesta la vida-la escritura-
el amor-la locura-la muerte
Pero al final la letra con sangre entras
Y se es feliz-si-feliz poeta
cuando el poema ya no te pertenece
y la excelsa vibración de tu carne
es ya cosa juzgada como un hato de palabras


RESISTIVIDAD

Bajo el turno i la espera
He forzado la risa y presenciado
el uso / el abuso
con ojos desorbitados
el estallar de las moradas
el humo
la compra-venta
que oprime la esbeltez de mi carne
el aroma/ el consumo
de un cadáver abandonado
al amparo de las torrenteras
bajo un cielo azul
de contencios i esteras


AUSENCIA

No amo la soledad de nadie

Grito-aúllo-gesticulo
Estremezco las escasas puertas
Marco los posibles fonos

No amo esta soledad este desalojo
Mis pasos solos mi cuerpo solo
Mis palabras solas
-en medio de la noche
cual armas blancas de oxígeno


VARIACIÓN FINAL

Se apaga el río y la sueñera penumbra
Todo lo mío no morirá conmigo
Tras las ventanas como una cortina destrozada miro
Todo llega pasa luego se derrumba
Qué crueles la memoria la esperanza el olvido
Ya mi sangre es negra –es negra la sombra-
Esta sangre es sombra dentro de mí

de Versolínea

PROEMIO

Algo extraño nos crece por dentro
como un bicho raro en el estomago
o un coágulo de sangre en el cerebro
hasta profundamente estremecernos
y llevarnos las manos a al cabeza i las sienes
y hundirnos las crecidas uñas
hasta desollarnos como una tormenta


G

oh tus tiernas entrañas agitadas
cual la leche rosada i jubilosa
sobre mis pesados e inmóviles párpados

AsÍ nos llegó el mundo
por la radio la televisión los diarios
como nos llega la vida a los abandonados

El polvo de la trocha vidriando las sienes
y las bebes rodillas sobre el cordel arrojadas
bajo una lluvia que astillaba los enseres
igual que garras asidas a raídos comensales

Y bajo los agrios escombros te hallé
Aplastado pequeño huérfano
como un niño rubio envejecido
con su pedazo de cielo roto
su escasa luz en el patio
y tu media lengua de nardo
igual que una mancha roja en los platos

Así dieron las doce en la cresta de los gallos
y nos rayó la aurora en el canto de los búhos
Entonces de telarañas se hizo la cuna
y de pellizcos los mimos los besos los arrullos
Toda la hermosura en las efebas arrugas


12

Cuan pequeños sus sexos
Pero qué fuertes
Los latidos de su corazón


Habíamos quedado ver el cielo
a las seis de la tarde cuando escampa


Pero el Sol
un llorar de arenales lo entretiene
Y la mar
un naufragio de ínsulas lo abolía
Y la orilla vanamente
el dulce pico de la olas aguardábamos

Toda penumbra abre los ojos
enluta los besos como lagrimas de luz
Eclipsa los cariños


INVOCACIÓN PRIMERA

Bendice oh mar esta fuga de tu vientre
Este trozo de Managua temblando sobre la arena
Tras la muerte continua de las olas

Que tu espuma sea propicia
Y tus sales moren como perlas en mi frente

No me dejes perdido en la espesura
Deste capullo de estrella
Cual breve lirio en la verdura o
Telaraña de insomnio en los rincones

Protégeme de las tormentas
I de los brazos amargos de los hombres

Que jamás mi cuerpo more en las playas del invierno
O los desnudos bañistas pisoteen
Coma la uva mi carne de soledad

Que los vientos te digan si muero y las nubes
Derramen frescor para tu llanto
Y tu voz de vigía resondre como un latido mi camino


PARAISO PERDIDO

A Jimmy Marroquín
y Joka Tapia Delgado

Si jamás un ala rozara estas trochas sin riego
Estos sordos ojos a los colores del labio o
Los rojos ecos de los postes
Y en húmedos aríbalos ecos de soledad ovaran
Las promesas que nos encarnó el diluvio

Si esta embriaguez de mar solo i calcinado
Digitara olas de su ausencia o creciera
El vientre electrocutado de mamá
Como crece una estrella o una sonrisa-lagrima
En el rostro aleve de los trasterrados

Si no tuviéramos ese dolor de astro
En la lengua amoratada i sin remedio

No escribiéramos esta congoja hueca sinsentido
No cuidáramos estos violados genitales infantiles
No donáramos la sangre verbal que espuma
El silencio de los inocentes i desaparecidos


PÁJARO DE CERA

Para Rogelio Ríos y Nilton del Carpio

en la noche oscura de tu cuerpo
brilla como un lirio
el esternón de las cloacas

0
En esta realidad que a nada guía
Que a todo sueño su carne muerde
Tu sangre incolora viejo humano
Me enternece y salpica
Su agua natural contra mi barro

1
Silencio i soledad
Mis impurezas cubren
Sus carnes pardas
A mis dientes rotos lleva
Al costado de las pistas
I las madrugadas
Aunque desamor no anime
Ni padezca sobre las vías
Entre impropias formas
Agigantado hasta la Luna
O solo como un arácnido
Torpe sobrevivo
Y de quimeras
Mortal sobre los techos
Lágrimas fabrico

2
No sé montar olas
Ni fáciles potrancas
Menos arar la tierra
El mar la cama en que duermo
O la esquina en que sueño
Sólo sé trotar volar soñar
En el aire escribir
Con mi dama en la capota
I los faros encendidos
Donde un animal pensativo
Jamás en la pista aguarde
3
- oh cándidos astros
En medio de la noche arrodillado
Al borde de un nuevo precipicio
Con mi reloj a cuerda
Cual grillete
Os imploro
Y sobre un plato
Tiernos tajos de llanto enciendo
Como para adorar lo no tocado

4
Áurias hostias levitan mi lengua
Arrancada como una pluma
Y suspenden lo mas negro del agua
En copas de oxígeno
Y tan solo oscuros destellos
De combis repletas/estalladas
En la cárdena pista de tu pecho

5
Como el que va a morir
Mañana o nunca
Celebro estar vivo
Y morirme un poco todavía
Como quien sólo habla
Mira
Se oscura y ensordece
Su lengua de naufrago


PLACENTA MARINA

Para Alonso Ruiz Rosas

Madre mar abandonados Como si un nido en casa ajena Buscáramos

Náufragos o sumergidos Pero sedentarios siempre Bajo tu toldo flamante Confinados Como pelícanos tristísimos En el muelle O gaviotas ajadas en la playa Con clamas i tormentas en el pecho Y una señal de la cruz arañada en la frente


QUINTA ESTACIÓN

Cuando en el nido no estacione el invierno
Sus espinas de nieve
Y el verano no pose sus sombras canas
Sobre los besos volados

Como un pájaro por las venas el corazón salte

Mientras la primavera cruce
Su incendio de corolas secas
E incline las raíces hacia el cielo
Y el otoño trine su estampida de caricias rotas
O entinte el último verde de las lomas

Como un corazón por las ramas el pájaro lata

de Funesta Trova (2003)


VI

PORQUE TODO NO ES COMO UN CUERNO
DERRAMANDO MONEDAS

Para Manuel Jiménez Delgado

0
Duras como el odio han de ser
las futuras guerras
las cruentas batallas
tus peleas por la vida diaria

1
No podrás llegar a tu destino
al paraíso más negro de la esquina
Pronto estallaran tus sesos en escombros
y tus nervios caerán como cables de alta tensión
Toda selva se poda en tus glándulas caducas
en tus labios insípidos como arañas en los tinteros
y la piedad se deposita electrocutada de amor
en una copa de alcohol junto a tu maquina de escribir

2
Tus dedos señalaban horizontes
como una señal de la cruz
cada mañana para ganar el pan
Hoy apuntan hacia el suelo baboso de los bares
Tus pasos tiritan de epilepsia
o de sequías
perpendicularmente carcomidos
de cuellos ahorcados
Mis manos escriben con las uñas
las ruinas/los terrores
que brotan de tus poros como escamas
y tu cuerpo bambolea de ampollas y tumores
como un tarro con su borrachera a cuestas

3
Y no es tan sólido tu quejido
como esa negra chimenea
el que ilumina el mundo
sobre la noche avanza
con su lengua amoratada
como una entrada de río

Y no es quimera ni piedad
el abrigo de tu boca
sino tu ternura despavorida
que no sonroja sino supura
como un lamentó condenado

4
Sólo este grito te estremece como un beso
Sólo este aullido ciego seca tu rostro
como una oración de parroquiano herido
de bala o desaparecido


V

TENGO FRÍO Y DEMASIADOS HIJOS EN MI VIENTRE
LAS MOSCAS RONDAN RAPACES MIS ESCASOS GUSANOS DE ESPERANZA

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
No puedo contener la tos de morgue que congela mi pecho
tuS cavas oprimiendo mi cuello de avestruz en ajetreos
Un sí sincero no-baña estas palabras no-moja estos oídos
este nublado clima de polo extenso i sol antiguo

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Lavo mis calcetines manos en ocupaciones
al borde de una acequia que corre
como una soga de ahorcado sus aguas negras
Doblo esquinas Busco equilibrios Pudro aceras
Corro como una liebre entre matorrales
Enflaquezco Vago Giro como un animal herido

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Me afeito cada vez menos la barba
Me ajusto cada vez menos el pantalón
Se me angostan los caminos como hilos
Me inclino más hacia el abismo
en tálamos de enseres u miembros de familia

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Pierdo el paso el peso el piso Me voy al pozo
Pierdo todo punto de apoyo y de contacto
Sonrío frágilmente ante tus ojos Muchacha lejana
de tempestuosa mirada
ante tu gente que en las fiestas me mira
beber la vida el amor en una cantina o recoger las flores
que bañan las efigies las lápidas los devaneos las procesiones

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Me preservo e intimido Tomo infusiones en ayunas
Evito el colesterol la contaminación ambiental
Compro amuletos Toco madera Labro mis huesos

Tomo las debidas precauciones que requiere el caso
Engullo mis alimentos como escupitajos de sangre
Corto mis venas como nos cortan la luz o el agua y deposito
en una caja de ahorro i préstamo su turbia sangre

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Cavilo mi automático edox en electrónico seiko
Me esfuerzo por no acrecentar los costos de la destrucción
Juego cien rifas diez loterías tres redondillas
Forro con papeles la desgracia Me arrastro como una serpiente
Me desparramo en un combustible distribuyo mis energías
Me conformo con un pedazo de chicle como sebo
Me ubico en la mesa en la fila Formo mi cola Compro mis velas
Pago sobreprecios Planto cruces en los techos
Cuelgo sábilas tras puertas Llevo flores a los cementerios en las curvas ruego En las maniobras En los laboratorios
Misericordia imploro A los rozados gusanos que vomitaran
Las hieles de mi carne infecta piedad invoco

Me abrigo fuertemente Me acomodo Me protejo
Mis heces consuelo de la hierba eran
Me quiebro Me desangro me ahogo de razonables sueños
Miro el fondo de tu cuarto con ojos de brujo o dios
Escribo por fatigar al ogro por no darle tregua
Porque debemos constantemente hacerle la guerra
Espanto su sombra de murciélago el pico sin queso de sus cuervos
Me pongo lejos de su alcance Escupo sus hostías sus manzanas
sus trabajos cirujanos Mis palabras en sus duras mejillas
como dardos sobre su lomo
Pero es cruel como un asilo el salario de la vida
en un frasco de pastillas
el abrigo del amor como una cena en viernes santo
el vapor de unos mates congelados en invierno
como un poco de pasto para ves
Se hace el dos de horror mi joven corazón
Doblado tras un mostrador
Igual que un ronquido de alacranes clavados en el pecho
O moscas brujas en el caldo
Por sacarte las monedas como espinas de sol-en-sol


VI

POEMA DESARROLLADO EN FUNCIÓN DE NOCHE
Y UN FRASCO DE VITAMINAS PARA EL INSOMNIO

0
No es fácil el computo de la lluvia que redima
el sueño que queremos
Ni es fácil el computo de la albúmina
Que nos cubra de las moscas como a un niño dormido
No es fácil beber como un loco la ternura solo sobre un mostrador

1
Dona un poco de tu sangre para esta operación
Venda estas heridas como si resanaras los templos
con tus tiernas entrañas
Todo se prolonga mortalmente de mis brazos y me azota
enceguecida i fiera la diaria caída de la luz en los fangosos
suelos del mercado
el recojo de un cadáver astilla por astilla
en caminar erguido i miserable que suicida abre un tajo de salud
en el cementerio general

Dona un poco de tu sangre Sueño de debilidad
Escupo al aire que tomo Alisto el corazón para sus últimos latidos
Rodo hacia los abismos Desdibujo el perfil de mi barbado rostro
Se hunde la sonrisa en mis pálidas i ebrias mejillas
Te miro desde la ventana humedecida en copiosa lluvia irte
hacia el temblor de las aguas en le horizonte
Glaciales amparos como insecticidas me esperan en las farmacias
y espelmas palpitando en los cortes de corriente eléctrica
aseguran la posibilidad de unos cadáveres como telarañas
que en las fiestas tejen el rostro de los más barbados apóstoles

Dona un poco de tu sangre para esta operación
Extirpa tu cuerpo de las férreas vías
tu cuerpo que se derrumba de cara a la medianoche
como una cuchillada
Si sabes que ya no confío ni parlo de sano contigo
y apoyo en tus hombros mis débiles fuerzas
como basureros rotos pésames o velatorios

Dona un poco de tu sangre para esta operación Todo se prolongue
mortalmente de mis brazos No le importe a nadie esa blusa sin senos
esas flores-maniquíes sobre tu mesa-escaparate
la salud que reza o utopiza en una habitación colgada de los edificios
como una ambulancia
las heridas podridas de tus labios de hiel cual risa

2
Dona un poco de tu sangre infante Viejo Maldoror
un poco de tu sangre como incienso
y limpia este poliedro de carne reseca i sin encías
Aún hay piedad en mis vísceras hurgantes
en mis ojos sin pestañas
para poder contemplar cual umbrío poste
la cruel delicia desta carne en ruinas

Pero respira hondo Viejo Maldoror
como para toda una vida
y la clara infancia de la guagua muerta
que mis manos plañen con duranas de sol i arteriosclerosis
chispee el lomo peludo de los cerdos como un cacarear de flor

de Al filo de la gravedad: fueron publicados en la plaqueta Escritos, año 2, N° 10, Arequipa (mayo 1988).
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*Publicada en la Revista Virtual de Cultura y Política Espergesia. Abril/Mayo 2006. Año 3/ Nro. 9.

en la foto: José Gabriel Valdivia. Callao, 1958. Estudió Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín y Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de Santa María; ha publicado los siguientes poemarios: Grafía (1984), Versolínea (1985), Flor de Cactus y otras espinas (1989), Funesta trova (2003): congrega sus poemarios anteriores, "con la modificación que el tiempo y la vida imprimen en las cosas, los libros y los hombres", según el poeta; y en diversas plaquetas. Actualmente es profesor principal en la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa