martes, 4 de octubre de 2011

RECORDANDO A NUESTRO RAFAEL VALLENAS




José Luis Velásquez Garambel

Para Elsi Gaona y Mauro Vallenas, siempre con ternura…


La muerte de Rafael Vallenas Gaona nunca dejará de ser temprana, las palabras no son buenas para ocasiones en las que se recuerda la ida de un amigo tan apreciado como él.

Nunca hablaré de los años que Rafael sufrió por causa de la cobarde envidia, sino de los momentos que tanto nos alegraron. Nos conocimos hace ya una barbaridad de años, pasamos muchísimas alegrías y no muy pocos malos momentos a los que su espíritu de niño siempre solía cambiar como quien se aburre y cambia a un canal en el que da sólo felicidad, felicidad para arriba, para abajo, a la izquierda o a la derecha, en fin… para los suyos y el futuro y la alegría en todos los diales y en todas las señales.

A fines de los noventa nuestro escenario era la Facultad de Derecho de la UNA-P, los de mi generación tuvimos la suerte de estudiar allí y de compartir los pasillos con gente maravillosa, si bien es cierto no se respiraba un ambiente acogedor para las ciencias Jurídicas como sí se gozaba de un sol radiante para la Literatura, allí andábamos como sonámbulos Simón Rodríguez, Eddy Oliver Sayritupac, Luis Pacho, Luis Balcona, Paulo César Larico, Erdy Flores; no era para menos, habían profesores como Jovin Valdez, Boris Espezúa, los incansables Elard Vilca y Rafael Vallenas (todos con un compromiso para la poesía). Nuestra facultad se convirtió en un epicentro cultural, no faltaban las fechas en que poetas y músicos (también de la facultad) organizábamos veladas literarias que aún no han cesado y siguen golpeando desde la misma memoria.

Desde ahí Luis Pacho junto a Víctor Villegas (el Katari) llegaron a editar en Juli “La Balsa Abrileña”, balsa cómplice de toda la vida que no les ha permitido anclar en ningún puerto y que sólo les ha traído encantamientos de sirenas mitológicas que se regeneran en la literatura y auscultan bellos peces dorados o si se quiere un solo ejemplar que le ha dado luz a estas tierras musgosas; mientras que por la otra vera se articularon a los grupos del rededor del “mensajero del lobo”, “El Zorro de arriba”, “el zorro de abajo” con ese muro tierno y convulsivo de talento que se desmorona cada vez más para hacerse pura en la poesía cual es Gabriel Apaza o acaso en un puñal hendido en el corazón mismo de un símil y ese gigante cuyos hielos se destiemplan en sus manos cual arena telúrica que era Mario Mayhua, los recordaré siempre.

Tantas veces organizamos recitales que las anécdotas suman, un poeta se acerca al poniente y el amanecer que siempre sale al lado de una señorona de edad avanzada, presidenta del CADELPO de Arequipa, ella lo mira con cólera, porque en su imaginario no pueden existir poetas que vistan con buzo, que insulten a los no creyentes y que recen el credo de la poesía, ese era Simón. Alguien ha susurrado ¿de qué pie cojea el poeta? y la metáfora no usa bastones, ella se defiende y corre sola responde Erdy Flores, tantas veces Pedro habría dicho alguien, que con poesía no se ganan juicios, ya dejen esas cosas, porque ni la palabra cosa tiene un significado claro, es amorfo como lo que tienen los poetas en la cabeza, ya déjense de contubernios y de pegar afichitos en las calles y de juntar a la gente para recitar como locos a las horas menos pensadas.

Un hermano ha muerto, traía el abrigo largo y no cesaba de gritar por las calles “la literatura es lo único que nos da aliento”, traía una botella con un mensaje dentro ¡a esta isla, sólo el significado arriba! Debía ser Edward Huaman. Otro hermano grita ¡tus senos son dos misiles! e inaugura una parodia de la que no saldrá nunca, Hugo Lipa se ha inventado un país sólo para él, en ella sólo las mujeres gobiernan y el poeta es apenas una metáfora que nadie descubre.

Los nombres que se suman luego a lo largo de los años no se acaban, a inicios del 2000 creamos el taller “Anclas en el Cielo”, Rafael se nos sumó en la segunda sesión; sin embargo él le dio el nombre, lo creamos Patricia Belón y Carlos Dueñas. No nos quisieron otorgar el permiso en la Facultad, Rafael nos ayudó, desde la segunda sesión la gente empezó a fugar, pronto nos mirábamos los unos a los otros bajo la soledad de una vela leyendo nuestros poemas, poco más tarde se nos unió Feliciano Padilla, quien redondeó el asunto, después de todo era un lujo tenerlo entre nosotros, sus dotes de narrador exquisito nos sirvió muchísimo, nadie como nosotros lo aprovechó tanto, luego se sumó Bladimiro Centeno, la otra parte de la historia la escribió él y hasta se publicaron antologías y los nombres se variaron… Rafael fue siempre un poeta cuidadoso y un narrador irónico, en uno de sus relatos se murió antes de tiempo y me usaba como interlocutor, para muchos de sus colegas su sarcasmo, su ironía resultaba muy hiriente, para nosotros no dejaba de ser un niño muy inteligente que terminaba por aburrirse de todo.

Yo, tuve la gran suerte de conocerlo más, de acercarme y de ser aceptado por él, conducimos un programa radial en “Megaestereo” FM, era un programa de música clásica y literatura, salía todos los domingos a las 12:00 del medio día, todo se alternaba, Rafael tenía una cultura sorprendente, a pesar que no sabía tocar un instrumento sabía leer las notas musicales, Beethoven fue el primer metalero, Gustav Mahler le puso los bronces, él cerraba los ojos y hacían un trío generoso o quizá, él mismo dirigía la ópera metropolitana o acaso la filarmónica entera compuesta con los genios más renombrados de la música clásica. Ese era el Rafael de los domingos, buscando la paz en la música, perdiéndose por cada vericueto de la emoción de cada tono, de cada barítono.

Planeamos fugarnos cuando supimos que “Yuyachkani” iba a llegar a Puno, quisimos tomar el local cuando un profesor que enseñaba “Acto Jurídico”, cuyo nombre no mencionaré, mejor dejarlo en la mediocridad del olvido que es la fosa a la que pertenece, se opuso a que dieran función en nuestra facultad. Rafo se peleo con medio mundo para llevarlos allí, claro que José Belón ayudó un poquito, ver “Rosa Cuchillo” y “Santiago” fue emocionante, por varios meses él llevaba las manos alzadas en señal de triunfo, habíamos ganado, la cultura y el amor al arte se habían impuesto, como solíamos decir “la cordura se fue al mismo abismo; pero ha ganado la fe”, luego intentamos crear un grupo musical, pero en verdad Rafo era buen oyente, un teórico de la crítica musical, es decir un mal ejecutante, para colmo era nuestro vocalista y además baterista y luego hasta se compró su bajo; pero él no coordinaba muy bien, cada vez que tocaba dejaba de cantar y se imaginarán ustedes que así la gente no tendría una buena impresión de un grupo de desorejados, él estaba definitivamente para director no para ser músico. Por mi parte yo aprendí la lección, jamás intenté tocar ni acercarme a ningún instrumento, me resigne a admirar a los músicos y a buscar su amistad. Donde esté Rafo debe estar diseñando la melodía perfecta de la esperanza o quizá una rapsodia de la paz, con todos sus elementos mitológicos.

Los años se nos fueron como quien sale a jugar muy de temprano y la mamá de alguien sale a gritos diciendo que ya es hora del almuerzo y los niños no hacemos caso de nada y nos ganamos varios tirones de orejas y de chuletas, así de rápido se nos pasan los meses, los días y claro uno no se da cuenta que los años también se van en un chasquido; en todos estos años son pocos los amigos con los que he compartido tanto como con Rafael y con él se nos sumaron o nos sumamos nosotros a tantas amistades, cuantas veces hicimos que la Sra Elsita Gaona renegará y a la vez se llenara de ternura porque Rafito se había escapado con sus amiguitos y amigotes en unas escapaditas de bohemia, por cierto en todas esas escapadas de lo único de lo que hablábamos eran de chismes literarios, y cuando nos aburríamos hablábamos de los otros y como decía Oscar Wilde: “es más aburrido hablar de uno mismo que resulta más divertido hablar de los otros”.

Henry Esteba, una de las personas que más aman Puno lo llevó una vez a su laberíntica biblioteca y de dio un paseíto por la sección de diarios, Rafo tenía las orejas estiradas porque jamás había imaginado encontrar allí el diccionario de Ventura García Calderón o los Libros originales de Toribio Pacheco, lo mismo ocurrió cuando descubrió que Walter Paz Quispe se había traído a mano alzada desde Europa, como el mismo Atahulpa ; pero en analogía contraria, todo el tesoro bibliográfico del “Análisis del discurso” y de “La Argumentación” que tanto le encantaban y hasta diría, por un tiempo fueron su obsesión, su sed de saber, de amor por la cultura lo llevaron a alejarse de nosotros, sus amigos, luego se nos desvió y terminó por casarse.

Lo de su matrimonio es historia aparte, no nos invitó a ninguno de sus amigos, se casó en secreto; pero la mucha felicidad que tuvo se la dieron sus dos hijos “javichus” y “fabrizio” como quería llamarlos y el terrible dolor que le provocó la muerte de la siempre linda “rafaella”, Dios me los tenga a Rafo y a la beba que tanto quiso.

Bueno, no nos adelantemos… con Rafo creamos el fondo editorial de la facultad de derecho, apenas él se hizo cargo de la Decanatura de la Facultad, o bueno, lo hizo él y me llamó para que lo ayude, así se publicó el “Ensayo de Escuela Nueva en el Perú” del maestro Encinas, un libro sobre el “Caharango” de Felix Paniagua Loza, editamos varios libros que por un motivo de ocio no los menciono, allí trabajamos Moises Bustincio Cahui y Elmer Calliri, jamás cobramos ni un centavo por todo lo que hicimos, nos entregamos como verdaderos endemoniados, con el perdón de Dios, al trabajo, el amor que se tenía por la cultura, no nos interesaba ni comer, allí salieron algunas plaquetas de poesía de muchos jóvenes y hasta mi librito “Giatana” cuya idea me la dieron los participantes del Taller “Anclas en el Cielo”.

Hoy, 04 de Octubre, Rafael habría cumplido un año más o en su caso un año menos y seguiría siendo el mismo “alma de niño y puneño de mente universal” hermosa frase que le acuño nuestro amigo y conciudadano suyo Hernán Cornejo Rosselló-Dianderas. Para nosotros Rafael ha hecho que la vida y la camaradería en la cultura sea más agradable, con su ausencia Puno ha perdido a uno de los hombres más talentosos e inteligentes que esta tierra haya podido tener, nadie podrá llenar esa ausencia.

Desde aquí un abrazo de hermano…

Post data: Rafito, todavía no puedo publicar tu libro de cuentos porque a pesar de los compromisos asumidos no hay señales de deseos para ello; pero te prometo hacerlo, con todas las indicaciones y cuidados que querías para ello.

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