miércoles, 28 de octubre de 2009

“Doctores de a llanquitas”

José Luis Velásquez Garambel


Bueno, la verdad quizá no tenga el motivo suficiente para escribir sobre los centros en que se forman los magísteres y los doctores; pero, después de leer “Bueno, bonito y barato” de Jorge Arellano, no me puedo resistir, es una espina, algo que molesta, incomoda como una muela que requiere ser extraída y a la vez divierte y le hace reír a uno a carcajadas enteras.

Lo que dice el Sr. Arellano es de pleno dominio público, es decir, en el Perú, efectivamente todo el mundo se doctorea (se tratan entre ellos de doctores sin serlo), lo hace el abogado y el médico que exigen ser llamados “doctor” y si no lo haces te muestran una cara de m…, también lo hace el dentista, el obstetra, el profesor universitario y etc. y etc. y así nadie sabe efectivamente cual es la labor que estos profesionales (los doctores de verdad) deben cumplir en la sociedad, no lo sabe el licenciado y tampoco el magíster.

Un médico, un abogado o acaso un licenciado, ya sea en educación, turismo, arte o etc, poseen licencia, como lo dice el título que ostentan “licenciado”, para ejercer la profesión que estudiaron, pues estos profesionales fueron entrenados en ciertos conocimientos específicos que la sociedad requiere; un magíster en cambio es un grado que compromete conocimientos mucho más especializados en las menciones en las que fueron formados, estas personas poseen entrenamiento en investigación y desarrollo de propuestas que permitan fortalecer los conocimientos que el resto, los licenciados, deben asumir y ejercer, por ejemplo un magíster en derecho civil, posee entrenamiento para investigar en derecho civil y hallar soluciones posibles a los conflictos dados en estos conocimientos específicos y el resto de abogados asumirlos como jurisprudencia o como conocimiento válido.

Un doctor es como lo dice Arellano “una locomotora, un motor de la ciencia, el creador de novedades para el desarrollo y el bienestar del conocimiento científico“, es la persona encargada de generar ideas para el desarrollo de su ciencia específica.

“Un país que no tiene doctores está condenado a copiar ideas, a imitarlas; está condenado al subdesarrollo”, obviamente esta última cita nos condena fulminantemente, nos hace ver que no tenemos doctores de a verdad, que nuestras instituciones formadoras de estos profesionales (licenciados, magísteres y doctores) no están cumpliendo adecuadamente con las funciones que la sociedad les encargó. Tal parece que la mediocridad se ha incrustado en estos centros; pero vamos, la verdad no es tan cruda, tan mediatizada. No, para nada, existen excepciones, algunas.

Nuestra sociedad está llena de doctores y de magísteres bamba, como solíamos decir en esos juegos de niños cuando no queremos perder, de “a llanquitas”, de “a mentiritas nomás”, debido a que se trata de un negocio redondo, por ello se suele decir que una maestría o un doctorado otorgado por la “facilazo” o por “una cooperativa” pues en la vida práctica no valen tanto. Sólo para hacer creer al incauto que las estudió que realmente es un doctor, esto debido a que compraron el grado; esa no es ninguna novedad.

El problema viene después, de yapa, cuando estas personas empiezan como todo mediocre a ser solidario con el otro mediocre, pronto un magíster bamba dicta un curso en una maestría y nadie sabe cual será el destino del pobre maestrista, porque quien dicta el curso tampoco sabe lo que está dictando, o cuando un doctor “de a llanquitas” lo hace, tampoco se sabe qué tipo de estudiante de doctorado estará formando. Esa es una verdadera curiosidad, para averiguarlo sólo tenemos que dirigirnos a los centros en los que se forman a estos “especialistas de gran intelecto”. En Puno, hay varios y se puede revisar los anuncios en clasificados.

Bueno, la cultura de lo bamba, está presente en todo, pronto un vecino de la ciudad contigua creará un modo más barato de reproducir doctores y magísteres como cuyes de exportación, claro que no tendrán el peso ni la acreditación que el mercado internacional exige.

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