sábado, 26 de septiembre de 2009

LUIS DE RODRIGO


fotografía: http://www.cinosargo.bligoo.com/.../mariettamorales
Luis De Rodrigo, perteneció al Grupo Orkopata liderado por Gamaliel Churata, junto a Alejandro peralta es uno de los más altos exponentes del vanguardoindigenismo, a continuación unos poemas suyos que nos permitiran valorar su obra y rescatarla del olvido.


YO SOY UN ÁRBOL JOVEN


Yo soy un árbol joven
mordido por el ansia
de frutos.
Hay un íntimo temblor en cada brote
cuando la vida canta
la esperanza de ver enraizados los surcos.
Árbol joven que en tierra
de dolores se nutre
y tiende ásperos brazos hacia jugos vitales.
Esta es fuerza, mi fuerza:
rumor de ramas, casto perfume.

¡Oh árbol, amigo de tristes y de errantes!
El azul de la tarde se enmaraña en mi copa:
canta entonces la savia su canción embriagada
y cuatro aves mías rompen cuatro horizontes. .
El árbol canta y llora,
llora porque la vida le hiende con su hacha
y tiene amargos los cuatro pezones. . .
Al viento que pasa hueco
lo emborracha de música y perfume
y el viento, tras de dar la vuelta al mundo,
humildemente torna a dormirse en su seno.
Las albas lo sorprenden cargando sus laúdes
y el Sol lo mira extático con sus ojos de buho.


Árbol joven que tiene muy hondas las raíces;
árbol joven: tu copa ha perforado el cielo
entonando la savia su embriagado poema.
El llanto de los cielos y de la tierra exprimes,
y aunque no tienes alas como tu hermano el viento,
entonas el paisaje con una lírica fuerza.
Yo soy un árbol joven
mordido por el ansia
de frutos:
mis canciones son las frescas canciones
de las montanas, las aves y el agua
y a mis raíces nutren entrañas de futuro.




ZAMPOÑAS



Habitante señero
de la gruta nevada,
vigila
el clamor de los riscos.
SE HAN DESPLOMADO YA LAS MIL ALAS
DE LOS VIENTOS
en el desfiladero.
Está blando el corazón de mi puna

zamponas

zamponas

zampoñas

DE LOS CARRIZOS HA VERTIDO SANGRE
CUANTAS VECES SE HABRÁ DECAPITADO
EL SILENCIO
Qué mal se van cerrando
en la noche
LAS HERIDAS DE SOL
qué mal...



JORNADA


Media noche
sobre la plataforma giratoria
de la pampa.
Camino con 10 leguas vigías y descalzas
apoyado a la pértiga
de una estrella.
Me cruzo con el viento que pastea
tropas de nubarras
hacia el aprisco de la cordillera.
Será él, que apretando la reata de su abrazo
me grita:
¡buen viaje, compañero!
Trajín de minutos en la jornada...
Me da miedo envolverme en la sombra
y sentirme, como me siento ahora,
tan a solas
con la honda isocronía de mis pasos.
¡Adelante!
sombra que clava un metro setenta más de vértigo
en el asta borrosa del paisaje.
Allá lejos desgarran los perros,
a ladridos,
el fantasma de su miedo.
Silba
por sobre mi cabeza la curva del silencio
y de pronto el farol de una choza
sobre los pajonales
REVUELCA MI SANGRE ARDIDA
CON SU GRITO ROJO
Y SOCABA EL DERRUMBE DE MIS OJOS
ENTERRADOS EN SOMBRA.
Así
se aligeran mis alforjas de soledad
Y EN EL OJO MAGNÉTICO DE LA PUNA
EL CAMINO SIGUE LA RUTA IMANTADA
DE MI PASO.



HONDA


Escala de hitos. Tiempo lazarillo,
ruge Dios en el pentagrama de las montanas;
ecuador de las almas en potencia
relampaguea el granito del verbo creador.
Puntales de leyendas,
delta de sangres vírgenes;
hace siglos que en mareas de glóbulos
apunta el ojo del mito solar.
Por detrás de una geometría de horizontes,
irrumpe el korakenke
con su hélice keswa
enredada en fragores milenarios:
¡Aquí, aquí en el cielo de las frentes el vuelo
por todos los ritos que saludan con las manos crispadas!
Alto de clamores, vieja liturgia,
silencio germinadur en la entraña
de un korikancha redivivo.
Hoy no seremos sino un canto plástico.
Aguzad el oído:

YA VIENE LA SINFONÍA DEL GESTO HIERATICO

silencio tamboriles y zamponas
¡silencio!

AHORA ESTAMOS GIRANDO COMO WARAKAS
¡guay! Del que
Todavía

AVIENTE SU GUIJARRO
Y ROMPA SU MAÑANA


EL INDIO PACCORI


Sin poder llorar más
en la flauta de cinco lamentos ateridos,
mujer de terracota del bohío,
Paccori te ofrece la soledad
de sus cinco sentidos

Con su manojo de ternuras en las pupilas,
besa en el aire el ala rosa de tu rebozo,
te atisba tras los tapiales floridos
donde retoza el amor curucuto
y deshojan su risa los geranios.

Dulce soledad sin lágrimas la de Paccori
que es tan fuerte como su fuerte instinto primario
y su cara de bronce...

Por eso y porque es pastor de ovejas y de estrellas
y zumba la tempestad al filo de su waraka,
corretean sus ojos por el Ayllu
haciendo huir a las mujeres como vizcachas...

Baja un grito rodando por el cerro:
¡"Paccori se ha vuelto loco"!
Lo vio la pasña hablando con el kolli
y en su chuglla nunca acampa la noche.

Paccori canta a toda hora:
—airecillo ligero
y brisa mañanera—
con el alba y con la noche, y la luna,
los lekelekes y las golondrinas...

Paccori besa la tierra fecunda,
buen Sol labrador de todos los días,
dale tú las plenas gracias del Ayllu,
porque en la gota verde
de su locura errante
nos trae la palabra de la tierra hecha sangre
el clamor religioso de los Apus
y el lírico huaiñito del amor exultante.

SIN PODER LLORAR MÁS
EN LA FLAUTA DE CINCO LAMENTOS ATERIDOS
MUJER DE TERRACOTA DEL BOHÍO,
PACCORI TE OFRECE LA SOLEDAD
DE SUS CINCO SENTIDOS.

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