martes, 22 de septiembre de 2009

“Aunque Parezca mentira”: de Darwin Bedoya Bautista




José Luis Velásquez Garambel

“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.
Fecunda, como el lecho de amor de la miseria, y parecida a esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma.
Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse, al beso del sol, en flores y frutos”
(introducción a rimas de Gustavo Adolfo Bécquer).

“Aunque Parezca mentira” es un pequeño libro (ene. Formato) que reúne en tres secciones (1.-variaciones mínimas, 2.- música eslava y 3.- Re-cuentos y Pre-textos para justificar el tiempo perdido) una serie de relatos que tienen por características esenciales la brevedad y el rico lenguaje poético, una verdadera amalgama de abstracción, economía de lenguaje y medios, austeridad con ausencia de ornamentos, purismo estructural y funcional, orden, precisión en los acabados, reducción y síntesis, sencillez, concentración.
Su estructura es variada y con ella logra un efecto de cabal de la sensación que todo arte procura en el recetor. Por demás está decir que su lectura nos dará una visión de lo que actualmente se está trabajando en la llamada narrativa de fin de siglo.

Una amistad sosegada nos une al autor de “Jardines del silencio” y “Yarume”, a pesar de haberse criticado una impostura en torno a algunas actitudes que han atentado en contra de los “hermanos mayores” y que han motivado notas tanto de Feliciano Padilla y de Boris Espezúa en torno a algunas “cuchilladas literarias”, que en algún momento calentaron el ambiente literario regional es innegable que su presencia en la literatura puneña le otorga condimento y cierto sabor que permite refrescar el aire al que nos hemos acostumbrado, claro, siempre que no nos inventemos premios y creemos críticos (cual si fueran personajes de un relato) para ufanar nuestra obra, como al parecer las nuevas hornadas lo hacen, con el sólo propósito de figurar y de ser reconocidos tempranamente, en definitiva este no es el caso de Darwin Bedoya, quien desde hace varios años viene cultivando de un modo esforzado el oficio de la palabra, con constantes estudios y lecturas.

No creo que su obra deba postergarse por un acto de absurdo puro, ni a una actitud de defensa cerrada contra las nuevas tendencias; por el contrario, Bedoya Bautista es un lector audaz de las nuevas tendencias en la literatura contemporánea, su conocimiento de nombres nuevos y de nuevas temáticas, así como su incansable activismo cultural lo conectan con “las nuevas movidas” de la literatura nacional, obviamente esto enriquece su perspectiva.

Su obra se halla en diversos estudios de la literatura regional puneña, a pesar de la condición de su nacimiento, lo que es un mérito grande sabiendo que Puno, es efectivamente una tierra de poetas y de una terrible tradición cultural, capaz de opacar a cualquier otra región.

Darwin Eduardo Bedoya Bautista. Nació en Moquegua en 1974, Actual docente de Lengua y Literatura inició su actividad literaria en 1995, con trabajos menores producto de la juventud y que con el ejercicio constante ha ido logrando un buen manejo de la palabra y una conciencia clara del estilo. Más allá de toda pretensión académica para situar su obra y no sobrevalorarla o acaso de una forma mezquina depurarla, puede uno arriesgarse a decir que se trata de un digno cultor, en “Aunque parezca mentira”, de una fina prosa poética con un toque minimalista.

Deleitémonos ahora con este breve Re-cuento:

Coro de olvidos en la ciudad

Si tan sólo la música pasara en silencio,
a hurtadillas
por mi costado vacío de todo
P.G. Mathews

SI ULISES ME HUBIESE NARRADO DEL CANTO DE LAS SIRENAS con una melodía parecida, con una sirena en las manos; estoy seguro que ahora no estaría aquí. Luego de muchos años, aún puedo imaginar una música lejana, como una flauta que me invita a buscarla. Pero, este vacío inclemente, este sudor aterrador, este bastón torturador, todo, todo se torna en un calvario desde que el flautista se llevó a los niños,a todos mis amigos, de la ciudad. Y desde entonces los busco sin cesar, porque no puede seguir el paso audaz de ellos cuando una mañana calurosa, tranquila y llena de música, se fueron para siempre de Hamelin.


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