miércoles, 14 de julio de 2010

VIAJE A LA HOMILÍA DEL KHORI CHALLWA


SEPELIO DE GAMALIEL CHURATA: Foto cortesía de Pedro Pineda Aragón.
aparecen Luis De Rodrigo



José Luis Velásquez Garambel

El 19 de Junio se celebra un año más del nacimiento de Arturo Peralta, conocido en el mundo literario con el seudónimo de Gamaliel Churata, “El Profeta Iluminado”. Se trata de una de las voces mayores de la literatura y de la filosofía andina (aunque esta última se halle en debate), nadie puede negar en estos momentos que los estudios en torno a la interculturalidad, la otredad, lo subalterno o acaso los estudios de periferie se hallan en apogeo. Y que la obra de este adelantado de su tiempo es uno de los centros de análisis por diversos estudiosos en el mundo académico como Ricardo Badini de Italia, Marco Tomas Boshard de Suiza, Luis Veres y Elena Usandizaga de España; Omar Aramayo, José Luis Ayala, Miguen Ángel Huamán y Manuel Pantigoso del Perú, entre otros de no menos valía. Pues su difícil obra “El Pez de Oro” resulta un texto híbrido en sus géneros y en su lenguaje, el mismo que al ser analizado nos conduce a una protocomprensión de nuestros universos simbólicos y míticos.

Marco Thomas Bosshard, un estudioso de la obra de Gamaliel Churata, en la secuencia inicial de El Pez de Oro, manifiesta que en la parte de la Homilía se introduce primero el lago Titicaca –origen y cementerio de todas las culturas andinas–, en el fondo del cual viven los antepasados de toda la población del Altiplano en forma de chullpa-tullus-una especie de bóbeda donde descanzan los restos de los primeros hombres o los de la primera humanidad (“Lago de los antiguas Chullpas”), habitando el mundo inferior de la ukhupacha.

Al designar el lago con el nombre “Tata Titikaka” –siendo éste una deidad o una especie de lantra (achachila viejo con supremacía- distinto a deidad, sino con ahayuguatan) de color esmeralda - el lago subyace un proceso de antropomorfización, por lo que puede comunicarse con el Khori-Puma (“Puma de Oro”), el padre del Khori-Challwa. El puma, a su vez, es descrito como un ser sucio y feo que mora en una caverna (chinkhana). A continuación, se explica su árbol genealógico, por lo que queda claro que su antepasado más remoto había vivido en las aguas del lago Titicaca durante cierto tiempo (“Puma de agua su awichu-auki”). De él proceden tanto el bisabuelo Punka-hokho como el abuelo Puma-sakha y el padre del Khori-Puma, el Puma-khala. La cadena genealógica enlaza de esta manera los elementos agua – lodo – totora – piedra – oro, aludiendo a una disyunción entre el agua (Puma de agua, Puma-hohko) y la tierra (Puma-khala, Khori-Puma), por la que el Puma-sakha ocupa, morando en la totora del lago Titicaca, una posición intermediaria que marca el proceso de tránsito del agua a la tierra.

El Puma de Oro le informa al Tata Titikaka acerca de su ascendencia (“naya, he vivido en el Agua, en la Sakha, en el Rumi, en el Hokho”, ibid.) y le pide la mano de su hija. Éste, indeciso aún, le propone al Khori-Puma –después de haberle recordado que le tutee para que nadie lo tome por un werakhocha – en el episodio II, casarse con la Khellwa, una especie de gaviota. Sin embargo, el Khori-Puma no está de acuerdo, porque, según él, la gaviota siempre vuela en las alturas del cielo, por lo que podría olvidarse de su esposo (“la Khellwa es una bulliciosa airada, te cultiva poco cariño”). Por eso, considera casarse más bien con la Kheñula, un ave acuática. Pero después de haberlo pensado brevemente, el Puma también la rechaza, porque a su parecer, también ella pasa demasiado tiempo en el aire, encontrándose en el agua sólo para pescar, refugiéndose luego en las alturas. Entonces, el Khori-Puma desea una esposa que resida en el lodo del lago (“Deseo esposa hogareña que anide en el lodo de tus hermosos palacios”). Al escuchar esto, al Tata Titikaka se le ocurre solamente la Khesti-imilla (‘chica resplandeciente’), una sirena con escamas de plata que, sin embargo, mora en el Lago de Arriba, es decir en el cielo (“vive lejos, al otro lado de mis ojos”). El habitat de las tres posibles novias del Khori-Puma se traslada entonces en un eje vertical desde arriba hacia abajo, desde las alturas airadas de la Khellwa Î cielo pasando por el dominio de la Kheñula, agua; cielo hasta la Khesti-imilla, agua, cielo, siendo esta última un ser parecido a un pez y morando en el agua del lago, el que –paradojicamente– está ubicado en el cielo; es decir la sirena habita al mismo tiempo los espacios de arriba y abajo, incluso más allá del dominio de la Khellwa. Considerando que los tres mundos de la cosmovisión indígena, la kaypacha, el mundo real (la superficie de la tierra y del agua), la ukhupacha, el mundo bajo la tierra (la chinkhana y el chullpar en el fondo del lago Titicaca) así como la hananpacha (el cielo) constituyen la dicotomía hurin (ukhupacha) vs. hanan (hananpacha), es decir una oposicion entre arbajo y arriba, siendo la kaypacha el área fronterizo entre ellos, se atribuye a la Khellwa el hanan, a la Kheñula hanan y, en parte, también hurin, tanto como hanan y hurin a la Khesti-imilla, porque ésta hace recordar por sus escamas de plata un ser o una constelación estelar; en cambio, al Khori-Puma le corresponde el hurin únicamente. Con respecto a la estructura social del Tawantinsuyu, el Khori-Puma pertenecería entonces –para emplear la clasificación de Zuidema– a Cayao, la Khellwa a Collana, la Kheñula a Payan y la Khesti-imilla, finalmente, a un cuarto grupo en el que están subsumidos los sirvientes de la estirpe real, los antepasados comunes a todos los inhabitantes del Tawantinsuyu –los chullpas– , pero también la población originaria del Cuzco a la que Zuidema concede tanto características de Cayao como de Collana. En la última secuencia III del contenu inversé, el Khori-Puma se enamora de la sirena procedente del Lago de Arriba y la desposa. El Tata Titikaka le profetiza que ella dará luz al “Hijo Inmortal”, “el primero que sepa de dónde vino y va donde sólo para El andan los caminos”, advertiéndole al mismo tiempo no devorarle: “¡Si te lo comes, te comerá!...” –advertencia pronunciada en vano, como se verá: Pudo el Puma con el hambre de su diente, y enloquecido por el Oro, se comió a su hijo; día postrer, loco para la miel de la Moksa, se comió a su Khesti.

Incluso antes de que el narrador hubiera descrito el nacimiento del Pez de Oro, el Khori- Puma ya devora a su hijo tanto como a su esposa, la sirena –posiblemente en estado de excitación sexual (“loco para la miel de la Moksa”). Por este acto cruel y bárbaro, la caracterización del puma, en analogía con el jaguar de Lévi-Strauss, por medio del adjetivo cru o crudo –uno ya habrá presentido algo así– se ve confirmada. Sin embargo, se debe enfatizar que la unión de la tierra con el agua y el cielo recién se da a causa de este acto de incorporación canibalista; debido al hecho de que el puma se ha comido a la sirena y a su hijo común, representará en adelante todas las tres instancias, cuestionando así por primera vez la oposición entre hanan y hurin. Muy dolido por el crimen que cometió el Khori-Puma se deja llevar por las aguas –siendo él un animal terrestre!– y quiere ahogarse en las aguas del Lago de Arriba (“Khori-Puma acabó en miserable pescador que brama pidiendo al Lago de Arriba le devore [sic!]”, ibid.).

El Pez de Oro no es sino Churata quien Pierde a la esposa (Brunilda, quien muere bastante joven poco después mueren también los hijos Teófano y Ayanita) y se ve reflejado en el Khori-Puma.

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