miércoles, 29 de septiembre de 2010

José Luis Ayala: “Los gobernantes deben poseer una vasta imaginación que les permita tener una imagen de los puneños de toda la región

Entrevista: José Luis Velásquez Garambel

Con el motivo del segundo festival de literatura huancaneña que se llevó a cabo el pasado jueves arribó a nuestra ciudad el poeta y periodista José Luis Ayala, nos reunimos con él y logramos una entrevista sobre política y cultura para Los Andes. Sin duda un tema de coyuntura que vulnera las propuestas de los diversos candidatos al gobierno regional y a las diversas municipalidades de nuestro escenario político.

J.L.V.G: En los últimos días, se ha notado una intensa preocupación por articular casi desesperadamente un discurso que contente o agrade a todos los sectores de la ciudadanía local y regional, y claro, el tema cultural no escapa a ello, de ese modo se han improvisado propuestas para “potenciar” el tema cultura, bajo lo mencionado ¿Cómo observa José Luis Ayala el tema este, que para los puneños es fundamental? O bueno, en todo caso ¿Cómo y qué debemos entender por política cultural?

J.L.A: La política cultural es parte de las políticas que todo estado nación posee y desarrolla, para garantizar un bienestar integral de la ciudadanía. Todos los estados naciones en el mundo consecuentemente tienen un diseño, una práctica y una proyección de su política cultural, esto, obviamente en relación a sus intereses y proyectos históricos. Los estados naciones que dicen no tener una política cultural renuncian expresamente a ese derecho de independización o de liberación o de descolonización de alguna hegemonía, es decir siguen a merced de las transnacionales, y obviamente no tienen ningún tipo de autonomía.

Los estados naciones como el Perúno lo expresan en su constitución política, pues son y seguirán siendo países“colonializados”, de modo que los intereses culturales dominantes prevalecerán siempre sobre los intereses de las culturas excluidas.

J.L.V.G: Esto implica que un estado que no posee un proyecto político cultural se halla siempre bajo la merced del dominio cultural extranjero, en todo caso, estamos condenados a ser una colonia cultural alienada y enajenada o inauténtica, en ese sentido, ¿Cómo debe estructurarse una política cultural adecuada para el Perú, sin la participación de intereses ajenos a nuestra soberanía?

J.L.A. El gran desafío en el siglo XXI es necesariamente establecer una nueva constitución política descolonizada. Eso implica descolonizar el poder, desestructurar el conocimiento oficial y por ejemplo convertir a la “universidad” en una “pluriversidad”. Se trata de un planteamiento nuevo para desestructurar el predominio del conocimiento occidental y sustituirlo por el conocimiento de la realidad cultural multiétnica. El hecho de teorizar sobre cómo hacer posible que podamos implantar una política distinta cultural puede partir de tres preguntas básicas: ¿Qué hemos sido?¿Qué somos? y ¿Qué queremos ser en el futuro? Pero estas respuestas no sólo pertenecen al diseño de unapolítica cultural, sino a la política económica social y al diseño de qué clase de país queremos construir en el siglo XXI. En otras palabras, la política cultural es parte de la política agraria, de la política de relaciones exteriores, de modo que no se trata de un hecho aislado sino de un todo, de un conjunto en el que la política cultural se ocupa fundamentalmente del sistema educativo peruano.

J.L.V.G: La escuela siempre ha sido un instrumento de dominación cultural en los conceptos de Augusto Salazar Bondy, y ha servido para preservar y masificar los modelos sociales que un determinado grupo de poder implementa durante su gobierno, en ese sentido desear una escuela democrática y con maestros profesionales es casi un verdadero imposible, bien en todo caso ¿Cómo debe uno imaginarse un sistema educativo efectivo para el siglo XXI?

J.L.A. Este es el desafío para los educadores, los intelectuales y los políticos. Hasta ahora no existe una propuesta educativa para el siglo XXI que globalice y recoja las experiencias del pasado, analice el presente y proponga un sistema educativo crítico, liberador, pero fundamentalmente descolonizante. Entonces este es un tema nuevo en el que necesariamente tenemos que analizar, discutir y proponer al estado nación un sistema educativo absolutamente distinto al actual y a todos los proyectos fracasados del pasado.

Entonces habrá que cuestionar al poder político, a la matriz, al patrón que hasta ahora ha diseñado una educación para la pobreza y la miseria, para que los niños y los jóvenes no tengan la capacidad de transformar al Perú. En síntesis hay que refundar la educación, refundar la política y refundar el estado nación. Hay que, necesariamente, acudir a la epistemología que es la ciencia del conocimiento, a la semántica, a la antropología cultural y entender que una política cultural para el Perú, tiene necesariamente que estar de la mano con las otras políticas del estado. Educar para formar generaciones del relevo con conciencia crítica, capaces de llegar al poder para transformar al Perú, eso es una política cultural y es precisamente lo que nunca hemos hecho.

J.L.V.G.: Obviamente el tema educación depende de sobremanera de la tendencia política que le imponga el grupo de poder en hegemonía, lastimosamente en nuestro país desde hace buen tiempo los grupos de poder buscan embrutecer al pueblo, hacerlo más sumiso para que nadie proteste y para que no nos demos cuenta que cada vez nos dejan sin nada, sin reservas, sin recursos naturales y por si fuera poco hasta nos despojan de lo más valioso, conciencia y “cultura” histórica.

J.L.A.: Lo primero que hay que entender es que la cultura es un poder, pero que a su vez no es una sola manifestación, sino una expresión plural. De modo que hay cuatro clases de culturas: la cultura dominante, la cultura dominada, la cultura de la alienación y la cultura de la liberación. Cuando se discute la ideología de la cultura dominante estamos hablando de la cultura del sistema que vine a ser, la cultura que aplica, por ejemplo Alan García, que convierte al Perú en una colonia no solo económica y social sino fundamentalmente en una colonia cultural. A ese hecho hay que adicionar la judicialización de los movimientos populares que salen en defensa de sus intereses y de sus culturas, entonces la orden es matar; pero en ese subconsciente se expresa perfectamente el hecho de la exterminación cultural, por eso es que se sancionan y penalizan a todos los que protestan en defensa de la ecología, el respeto de las reservas naturales y hasta por los derechos fundamentales de los otros.

En este país nadie respeta nada, todos y especialmente los gobernantes buscan llenarse los bolsillos a costa del hambre de los más necesitados, de los más pobres y para lograrlo le quitan o le niegan a uno la cultura.

J.L.V.G.: Volvamos a Puno, que como otras regiones del país ha sido golpeado por movimientos radicales como Sendero Luminoso y hasta por las fuerzas armadas del estado, y en donde además las diversas autoridades elegidas no han jugado un rol conciliador y mucho menos han desarrollado políticas realmente inclusivas, socialmente hablando; es decir Puno, es un escenario post conflicto en donde muchas de esas secuelas no se han borrado, de tal modo que concebir un modelo de desarrollo en estas condiciones trae efectos como los acontecidos en Ilave, Asillo, lugares donde la violencia colectiva se desborda y provocan además imágenes detestables de nuestros sistemas gubernamentales y el sistema educativo se ha empleado para crear más brechas y lo peor se ha logrado desprofesionalizar a los maestros.

J.L.A.:Lo que sucede en Puno, sucede en mucho pueblos de América latina, de modo que podemos analizar desde el centro a la periferie y viceversa, este último tiempo que señala el comentario viene a ser el tiempo de la violencia, de la exclusión; pero, también de las respuestas culturales y persistencia de la memoria milenaria, concretamente en Puno, el aporte de la educación oficial y muy particularmente el delos profesores ha sido deficiente, porque en Puno hay una educación colonial, que solo reproduce patrones que los gobiernos desean que se reproduzcan. Pero eso se da en todo el Perú; sin embargo, no cabe duda que en este escenario se ha fortalecido el concepto de nación aymara. Hay intelectuales que hablan desde ese concepto étnico; pero que les falta teorizar sobre una ideología destinada a descolonizar el poder. Eso no lo van a aprender en la universidad ni menos en los textos oficiales, para hacerlo tienen que recoger los proyectos educativos del pasado del orden marginal, esos que jamás fueron tomados en cuenta, porque precisamente se fecundaron en el corazón mismo del pueblo, y en base a ello se tiene que teorizar respecto a lo que debe ser en lo sucesivo una política cultural que subvierta el orden del pasado.

Entonces estamos hablando de un “contraconocimiento”, de una “contrainvestigación”, de una desestructuración de un sistema educativo que solo ha servido para perpetuar la exclusión de una gran mayoría. Este es un fantasma que recorre de nuevo el mundo al que habrá que sumarse y necesariamente teorizar sobre la ideologización de este sentimiento de orden mundial y latinoamericano que yo percibo en Puno con mucha vigencia y vigor, y a esto tienen que apuntar las propuestas políticas a futuro.

En Puno se han dado cambios sustantivos y ya no es el Puno de FrancoisBorricaud y mucho menos de José Matos Mar, ya no hay haciendas y ya no se está bogando por San Gabán, por vías de comunicación o por una reforma agraria que permita una inclusión social. Puno es ahora de los jóvenes intelectuales que deben redefinir conceptos obsoletos que se vienen repitiendo y deben crear un nuevo lenguaje en base a la dialéctica andina y que en síntesis nos haga repensar en el concepto de permanencia y cambio.

J.L.V.G: Efectivamente, en las décadas pasadas se tenía una agenda Puno, ahora no hay un plan estratégico real, no se tiene una idea de modernidad para puno, cada quien tiene su propia idea de modernidad, en ese sentido, ¿Usted cree que los proyectos de desarrollo que están gestando los políticos tradicionales no tienen una visión coherente con el futuro?

J.L.A.: Habría que empezar analizando esa propuesta incoherente y ahistórica que viene a ser el deseo de federar Puno. Me refiero en este punto, porque ese es el pensamiento político cultural oficial. Yo no he encontrado en esta campaña política de elecciones municipales y regionales ninguna propuesta seria y que considere además a las culturas como un elemento básico de identidad y al mismo tiempo respete a la otredad, en este sentido creo que no hay analistas que sean capaces de proponer una política cultural para el municipio y opara la región, hay ideas dispersas y vagas; pero no hay un planteamiento desde el punto de vista de la antropología cultural o desde las ciencias sociales en su conjunto, pareciera que en Puno estos profesionales no existieran. Tampoco existe una propuesta plural con la concurrencia de profesionales,que se derive de una visión multidisciplinaria y por ejemplo , con esto no creo que la región y el municipio, en el futuro, tengan una política cultural coherente, que provenga del conocimiento de la realidad social, política, económica, delos medios de comunicación y sobre todo del impacto de la globalización sesgada, en un mundo donde no todos tienen la posibilidad de acceso a los medios espirituales, educativos, físicos y de lograr una cultura de cambio.

J.L.V.G.: Usted escribió una cábala y parece que los puneños no somos precisamente videntes, aludo a una de sus obras como una lisonja… parece que estamos condenados a no tener un voto serio, parece también que los puneños no sabemos cuál es el Puno que queremos para el futuro y mucho menos, lo saben, nuestros candidatos y en eso nos asemejamos mucho a las sociedades que tenían que consultar a los oráculos, solo que ahora las transnacionales y los grupos de poder nos quitaron los oráculos y peor aún, nos prohibieron la coca…y con ella nuestra cultura y nuestros proyectos a futuro o a fin de cuentas nos quitaron el futuro.

J.L.A.:Ese es el gran desafío que deben asumir las entidades que tienen a su cargo las diversas políticas culturales y necesariamente construir un proyecto para este siglo. Todo se inicia con el conocimiento de lo que es realmente Puno en su verdad social, unaregión con un crecimiento desigual, que es el segundo productor de oro, de gas, de lana, de energía eléctrica; pero que eso beneficia solamente a un pequeño grupo y no precisamente a los puneños. Las entidades comoel gobierno regional y el municipio deberían firmar un convenio para un siglo, a fin desarrollar acciones conjuntas y concomitantes. Entonces estaríamos hablando de una cultura política, de una refundación de los conceptos coloniales con que hasta ahora se han venido trabajando. Hay que entender de una vez para siempre que el desarrollo ha terminado, ningún país en el mundo se ha desarrollado en el siglo pasado, las únicas que se han desarrollado son las transnacionales que se devoran todo a su paso. Habrá que suscribir un nuevo pacto y un nuevo contrato social destinado no solamente a las actividades culturales, sino que todos tengan las mismas posibilidades sociales y económicas y reciban con el mismo derecho lo que se les ha negado durante siglos.

J.L.V.G: Es muy polémico lo que manifiesta, lo dice también Nassim Nicholas en el Cisne Negro “ningún estado o país se ha desarrollado durante las últimas décadas, las únicas que han crecido desmedidamente son las transnacionales, que a su vez han roto todas las fronteras de los viejos estados nación”; pero bajo esa percepción, nuestro sistema electoral sería una completa farsa, un escenario de títeres donde varios pinochos obedecen a un único Yepetto que tira de las cuerdas a su regalado antojo y se lleva los escasos fondos de los pobrecitos niños que quieren ver una función en donde el niño pobre se vuelve pudiente. Claro, es una parodia que Puno sea ese escenario, después de todo, los títeres no tienen conciencia, son autómatas como lo decía José Antonio Encinas. Con lo dicho ¿Cómo se imagina a Puno en veinte años si no se propone un apolítica cultural coherente con la realidad social del presente?

J.L.A.:A pesar de que el Perú seguirá siendo una colonia mientras no se renueven los partidos políticos y no se presente una insurgencia popular no solo Puno sino el Perú seguirá siendo una zona de saqueo. Nos seguirán diciendo que el Perú ha crecido, que la balanza de pagos esta en azul y que de aquí a 20 años el Perú será un país donde hayan terminado las diferencias sociales. Ese es un discurso colonizante y tiene el deseo de perpetuar el rumbo de ese proceso histórico que la clase dominante trazó para nosotros. Sin embargo reitero, un fantasma recorre al mundo, es el fantasma que permite desautorizar el conocimiento oficial, el canon consagrado como universal, los conceptos que deben ser modificados y sobre todo el sistema educativo que debe servir para educar para salir de la pobreza. Este hecho no será eterno, porque las fuerzas de las culturas andinas no solo han modificado al Perú y a Puno en el pasado, sino que resultan la reserva moral para salvar al Perú de este estado de postración y frustración colectiva. Este es el tiempo en que emergerán los ideólogos de un cambio distinto, llegaran los escritores herederos de Felipe Human Poma de Ayala y Gamaliel Chuarata quienes nos han enseñado que el poder de la cultura es invencible e inmanente a la condición humana y alos derechos humanos.

J.L.V.G.: Considerando lo anterior ¿Qué perfiles deben reunir los próximos gobernantes de Puno?

J.L.A.:En primer término deben recoger los proyectos culturales del pasado. El pasado es importante para plantear un esquema de trabajo para el presente y necesariamente considerar lo que se debe hacer en el futuro. Ningún trabajo de orden cultural deberá realizarse sin la participación de los actores delas culturas vivas, de sus organizaciones, de los intelectuales y de quienes manejan las ciencias sociales.

Una política cultural no puede ser una norma estricta sino lo suficientemente inteligente para entender por ejemplo que nada tiene que hacer con la festividad de la virgen de la candelaria, porque es una cultura viva que el pueblo tiene derecho a mantener tal y como la entiende. En síntesis estamos hablando de una refundación de la política y la cultura. De lo que debe ser Puno en el futuro a base de un foro en el que participen los más esclarecido investigadores sociales y que finalmente todas las entidades de Puno firmen un solo proyecto para salvar a Puno de la manipulación, del subdesarrollo intelectual y sobre todo de una mentalidad colonial que se expresa por ejemplo en los festejos de fundación española de Punoen donde se dieron los crímenes abominables del Conde de Lemos opuestos a esa lucha de reivindicación y de rescate de nuestra cultura que se dio el 04 de noviembre de 1780 con José Gabriel Tupac Amaru.

viernes, 6 de agosto de 2010

sobre beso de lluvia



Un tema siempre difícil ha sido el hablar de un sistema curricular propio y pertinente a nuestro medio; se ha criticado que el DCN que emanaba el gobierno a través del Ministerio de Educación obedecía a otra realidad y que a ello se debían los índices desfavorables de las evaluaciones internacionales en las que nuestro país aparecía en los últimos lugares. Sin embargo las disposiciones del mismo gobierno en relación a políticas y enfoques educativos permiten desarrollar democráticamente potencialidades regionales, en nuestro caso con el gran impulso de una organización como CARE – Perú, que ha hecho suya esta preocupación y que a través de diversas actividades y talleres, que se han desarrollado durante años de trabajo, ha logrado estructurar junto a la Región de Educación de Puno el Proyecto Curricular Regional (PCR), el mismo que encuentra su asidero en la búsqueda del diálogo (ya en sus dimensiones filosóficas orientadas hacia las concepciones interculturales y en las nuevas tendencias de la pedagogía contemporánea, así como en modelos culturales diversificables), del conocimiento universalizable y los valores antrópicos que están presentes en toda cultura (que son además las únicas que nos hacen indiferenciables a los uno de los otros, es decir nos hacen humanos ante todo).

Por lo anterior es que a fines de Agosto del 2007 fui convocado por CARE – Perú (Puno), para desarrollar la sistematización de lo ha venido a ser parte de mi preocupación (los estudios regionales, específicamente las literaturas regionales), de ese modo aprovechando la huelga universitaria de dicho semestre tuve la oportunidad de organizar los documentos que empleaba para mi dictado del curso de Literatura Regional en la Universidad Nacional del Altiplano, abandonar un poco las luchas sindicales por un fin acaso tan alto como el de ser parte de la construcción de un modelo que nos permita, a los púnenos, ser más de lo que hemos sido. Es cierto, el trabajo en parte ya estaba hecho; sin embargo había que otorgarle organicidad, verificar las fuentes, seleccionar los contenidos. Lo que habría sido imposible en un período tan mesurado sin el trabajo paralelo (por un lado las continuas reuniones con los especialistas de comunicación de toda la región de Puno, ya en las diferentes provincias – al respecto cabe mi agradecimiento al Prof. Igor Luis Huamantuma Taipe, especialista de la UGEL Carabaya, por haber organizado un festival de Literatura Puneña que coincidió con mi trabajo, del mismo modo a los especialistas de toda la región que de modo particular organizaban cursos con los profesores de la especialidad de Literatura y con los que tuve la suerte de compartir diálogos continuos. Es decir que la apertura que la Región de Educación de Puno tuvo para con mi trabajo fue decisivo, hicieron un alto para mirar el desarrollo y la construcción de imaginarios a través de la literatura y junto a CARE – Perú me facilitaron los medios para llegar a gran parte de las provincias y validar los contenidos. Por otra parte CARE-Perú me proporcionó la ayuda de un asistente, que sin cuya ayuda no habría podido organizar la parte de Literatura Aimara (desarrollada en un taller denominado “Encuantro de Sabios Andinos”) puesto que se trata de una lengua en la que tengo limitaciones, no como la lengua quechua que heredé directamente).

Puno es una tierra en donde las voces y los colores danzan en cada imagen que dibuja su literatura, se trata de una tierra de verdaderos alarifes de la palabra que siembran alicantos de tradición literaria.

Frente a lo que se dijo ¿cómo atreverse a seleccionar textos literarios, para incluirlos en algo que pretende ser lo más selecto de la literatura puneña? Es el primer problema que tiene un investigador cuando piensa en la literatura de Puno, el riesgo es grande, pero alguien tiene que asumirlo. Durante el año 2005, tiempo en que fui contratado por la Universidad Nacional del Altiplano, para dictar cursos de literatura universal, durante el período de reestructuración curricular presenté un proyecto para la creación del curso de Literatura Regional, en ese entonces hicieron oídos sordos y por cuestiones políticas enviaron el proyecto a una ciénaga en donde el olvido cosechaba ácaros, un año más tarde recibí la noticia que el distinguido escritor Feliciano Padilla puso nuevamente en tapete el proyecto de crear dicho curso, esta vez con mayores éxitos, juntos festejamos el logro que no sólo era nuestro sino que se trataba de una apuesta para el estudio, la investigación de nuestra cultura escrita, el mérito era suyo. La Universidad de Puno no consideraba un curso de esa dimensión en su plan de estudios, y lo peor de todo era que muchos profesores de la especialidad pensaban que no era necesario y que si se creaba serviría sólo para quien dicte ese curso, ya que no tendría qué contenidos enseñar. Todas las universidades del país que poseen la especialidad de Literatura desarrollan cursos sobre literatura regional, es más, todos los Institutos Superiores lo hacen, la Universidad estaba llamada a liderar esa investigación y no lo hizo. Hoy en día estos estudios están en boga, porque a través suyo no sólo se estudia la literatura, sino los imaginarios locales, las costumbres, las racionalidades con las que diversas comunidades desarrollan su visión sobre el mundo y sobre sus diversas actividades. Se estudia la función social que cumple el mito, el relato, la tradición; las formas cómo se construyen las concepciones estéticas a través de la poesía, las capacidades que se desarrollan al asumir roles distintos en una sociedad mediante el teatro, se enseña a ser más humanos a través de estos contenidos que nos ayudan a identificarnos como únicos en un medio que globaliza no siempre lo bueno, sino aquello que nos hace dependientes y dominados. De este modo la buena literatura debe servir para enseñarnos a ser mejores y sobre todo más humanos.

El criterio empleado para este libro ha sido el crítico–selectivo (como dije bajo mi responsabilidad) y es que los destinatarios de este libro serán los maestros y los jóvenes de nuestra región y no se les puede ofrecer algo que es todo menos literatura, por eso en este trabajo se considera el respeto por la palabra y por la humanidad. En el primer capítulo se tocan los puntos referentes a literatura oral tradicional (para ello se ha efectuado una investigación con informantes de la mayoría de las provincias que constituyen la región de Puno, del mismo modo se han recurrido a las versiones, que sobre las mismas existen). El segundo capítulo se refiere a la literatura escrita (el relato, la tradición y el cuento) se han recurrido a fuentes bibliográficas y hemerográficas existentes, como se podrá notar, en el presente trabajo, se han seleccionado nombres de escritores cuya obra eran desconocidos, por primera vez se presenta a Narciso Aréstegui como narrador puneño, a Telésforo Catacora, y otros tantos (se trata de una gran tradición literaria). En relación a la novela se ha preferido trabajar con fragmentos, eso posibilita desarrollar una visión sobre el estilo y el manejo de la estructura, es verdad que en forma segmentada no se puede determinar mayores rasgos, sin embargo es la única forma de mostrar este género. En la poesía el estro poético de Alberto Mostajo, Emilio Armaza, Carlos Oquendo, Omar Aramayo, José Luis Ayala, Percy Zaga, José Velarde, Alfredo Herrera, Lolo Palza, Simón Rodríguez, Edy Sayritupac, Gabriel Apaza, Filonilo Catalina, Rubén Soto y los jóvenes Mendoza, Saúl Castellanos y Luis Incacutipa (los tres últimos todavía estudiantes universitarios) constituyen toda una genealogía oquendiana; por otra parte Alejandro Peralta constituye también su propia genealogía:

Emilio Vasquez, Luis de Rodrigo, Efraín Miranda. Más tarde Omar Aramayo fusionará las
dos tendencias (en “los dioses”), otras ramas de la poesía puneña la constituyen los insulares Dante Nava, José Paniagua Nuñez, Jorge Florez–Áybar y Jovín Valdez Peñaranda.En teatro, se descubre una veta que no ha sido estudiada con anterioridad, este es un aporte al conocimiento de este género. Servirá en el futuro, no sólo para el conocimiento de los escolares sino de especialistas en la materia.

Este trabajo es un complemento y un homenaje a los desarrollados por Moisés Yuychud (Ensayos literarios – 1913), Gilberto Salas Perea (el álbum de mis cholas – 1935), Alfredo Macedo Arguedas (antología de las letras puneñas – 1949), José Portugal Catacora (el cuento puneño – 1955), Juan Luis Cáceres Monroy (tres representantes de la poesía indigenista – 1974) , Manuel Suarez Miraval (Poesía Indigenista – 1959), Samuel Frisancho Pineda (antología de la poesía puneña – 1978), Teobaldo Loayza Obando (literatura puneña – 1996), Omar Aramayo (antología de la poesía puneña – 1999), Feliciano Padilla Chalco (antología comentada de la literatura puneña – 2005), Walter Bedregal Paz (2008).

Ante esto sólo se intenta crear un espacio en el que sea posible desarrollar un diálogo de la comprensión del otro, por ello la temática es diversa, es más que un muestrario, es la emergencia de todo un proceso que tiene mucho que ver con la formación de imaginarios múltiples, su eje es el de la afirmación cultural, su norte, la conciencia crítica que el puneño debe desarrollar en su cultura. Saber quienes somos leyendo lo que somos es la única vía para reconocernos como iguales y diferentes. Este libro no intenta ser totalitario, por razones didácticas obvia muchos nombres que quizá debieron mencionarse; sin embargo, se apuesta por la imagen y la orfebrería de la palabra, por el decantamiento, por el verdadero trabajo literario que es función de alarifes que conocen la arquitectura semántica. “Por ello se prescinde de consejas populares, panfletos versificados, rimas forzadas y se apuesta por la literatura”.

Agradezco otra vez el desprendimiento y la apertura de CARE – Perú, del Ministerio de Educación a través de la Dirección Regional de Educación de Puno, pido disculpas a todos aquellos que me prestaron su auxilio y que por torpeza mía no puedo mencionarlos.

LOS INDIOS EN EL PERÚ (*)

Juan Bustamante Dueñas

Al escribir la historia de las costumbres de los indios del Perú, he tenido por principal objeto, poner de manifiesto el estado de cultura en que se encuentran los pueblos del interior; para que de los hechos se deduzcan as necesidades de la nación, y los poderes religiosos, políticos y legislativos, den leyes adecuadas y adopten disposiciones justas, y sepan el estado de civilización en que se encuentran los individuos para cuyo adelanto se toman providencias muchas veces inconvincentes, extemporáneas, irrealizables.

La nación peruana no es la asociación de los individuos moradores de la costa del Perú, no son esos pueblos solos los que constituyen la república: la nación tiene pueblos numerosos en el interior, esos pueblos son de indios; de indios que tienen necesidades, de hombres, a quienes los gobiernos no deben abandonar sin proporcionarles los medios de que han menester para la realización de sus fines morales, políticos y religiosos. La nación es constituida por un crecido número de indios excedentes a la raza blanca moradora de las costas del pacífico; los indios tanto como los blancos, contribuyen a sobrellevar las cargas del Estado, pero como ellos no gozan de las mismas garantías individuales, de los mismos derechos.

Los indios en el Perú, no han sido, ni son en la actualidad los hombre libres, los ciudadanos de los pueblos; antes sí los esclavos envilecidos de la raza naciente, los parias del Perú, el blanco de los abusos de las autoridades religiosas y políticas, las víctimas humildes del sable del militar. Siempre humillados, siempre despreciados, arrastran la cadena del esclavo que para siempre debiera haber rodado a los pies de la patria en los campos de Ayacucho, sus pueblos arruinados, el embrutecimiento y el atraso; van cada día en peor estado, sus lágrimas no dejan de verterse, sus hogares no han dejado de ser allanados, sus pueblos se explotan y saquean; víctimas de los abusos hasta de sus curas, no pueden considerarse libres: ellos y sus hijos han sido los que el látigo del amo haya cesado de infamarlos: siempre súbditos, nunca gobernantes, han carecido de oportunidad, para expresar sus necesidades; mientras que los mistis han monopolizado todos los puestos públicos.

En situación tan dura, no pueden menos que vivir aguardando el momento de sacudir el yugo; y por eso los vemos luchar encarnizados en cada una de las guerras civiles; por eso los vemos crueles, al castigar a sus enemigos y opresores; por eso han tenido lugar las sangrientas escenas que frecuentemente se han representado, y en cuya realización se han encontrado circunstancias inauditas.

Tristes y abatidos por la humillación, les vemos alejarse del ruido de las ciudades, y de la sociedad de los mistis para sustraer a sus hijos de la esclavitud a que están condenados, sin más que haber tenido la desgracia de nacer indios; huyen de los blancos y van a buscar asilo en lo más profundo de los valles, en las nevadas cúspides de los montes, en los friolentos y mortíferos bofedales de los andes. Allí, abandonados de la sociedad, con la frente humillada, casi desnudos; ahí nacen sus hijos, y mueren sin más idea de nación y de leyes, que las que han podido sugerirles sus padecimientos en el ejército o bajo la tutela de un blanco que se apropia de ellos para reducirlos a la condición de esclavos.

Si tienen propiedades, éstas se hallan a merced de la rapacidad del gobernador, del alcalde y del cura, que de tiempo en tiempo hacen sus incursiones para enriquecerse a costa del sudor y del trabajo de los indios. Sus producciones, acumuladas a fuerza de sacrificios, y para cuya consecución se ven obligados a luchar con la tempestad que atruena cerca de sus solitarias estancias, con las torrenteras que se desprenden iracundas desde las cimas de los montes, contra la perpetua nieve que arrasa sus sementeras y se estaciona en sus campos; esas producciones adquiridas a costa de sufrimientos y trabajos son arrebatadas por sus opresores por una cantidad de dinero que jamás pueden ser el precio de ellas; si la guerra necesita de soldados, ya se sabe que los indios serán los escogidos para el matadero, a que se les obligará a concurrir después de hacerlos pagar algunas sumas para el sostenimiento de la misma guerra.

Ellos, sus llamas, sus paccochas y en suma todo lo que legítimamente les pertenece, están a merced de los ladrones; es decir de los mistis autoridades; de esa falange de pillos descarados que acumulan riquezas y gozan satisfechos del trabajo y de las lágrimas de los indios; a quienes se trata de mantener en la ignorancia vergonzosa, a quienes se humilla y reduce a la condición de brutos.

¿Puede darse crédito a mi narración, cuando la escribo en el siglo XIX, en el siglo de la civilización, del progreso, de la igualdad y de la libertad, en el siglo de la república y de la democracia, en el siglo de las reformas?

Al escribir la historia de las costumbres de los indios, no he podido menos que enjugar lágrimas de compasión, arrancadas de mis ojos al concebir sus padecimientos y el llanto de esos infelices seres a quienes considero iguales a mí. ¡No desprecies lector esas lágrimas; porque si no merecen estimación al desprenderse de los ojos de un peruano; pensad que son las lágrimas del que escribe: y llora con los ojos que vio los padecimientos de los descendientes de un soberbio imperio: yo, cuya vida se deslizado hasta hoy, entre esos desventurados, he tenido el pesar de asistir a algunas de sus fiestas, y presenciar las escenas ridículas de que me ocupo en esta obra; escenas que revelan el estado de atraso y embrutecimiento en que se encuentran!

La tradición y el por qué de sus prácticas han llegado a mí, de los labios de los mismos indios ancianos, quienes me enseñaron a comprender la quichua, en cuyo idioma dulce y sentimental me contaban sus padecimientos, cuando en las friolentas noches solía yo ir a sentarme a la puerta de sus humildes cabañas a solicitar la narración que me hacían, mientras la luna reflejaba su pálida luz, hacía brillar la nieve que cubre las cimas de los montes inmediatos.

Yo he presenciado los bautismos, matrimonios, defunciones, he visto las cárceles habitadas por indígenas a quienes castigaba sin justa causa; he visto talar sus campos, y más de una vez he deplorado como ellos el descuido e inacción de los gobiernos, el despotismo militar, los escandalosos abusos de los mistis-autoridades, y las consecuencias de leyes y disposiciones adoptadas sin previsión, sin conocimiento del estado de los pueblos, sin equidad ni justicia. Por estas razones, y porque en la república existen hombres que como yo han sido testigos oculares, y saben la lastimosa historia de los indios, me creo con derecho a ser creído, y a exigir de los gobiernos la atención que se merecen los padecimientos de los hijos del sol.

Cuando en la primera entrega, relato las costumbres de os curas, deploro sus abusos, no lo hago con el objeto de procurarles sus desprestigio; pretendo sí, que estos procuren reformarse; y que los obispos, atendiendo a la necesidad de una reforma en las divisiones parroquiales, y en el clero, traten de abreviar su realización, para que los pueblos no sufran por más tiempo los abusos de que son víctimas; pido para los pueblos ignorantes, sacerdotes ilustrados; quiero que se difunda por toda la nación el Evangelio, a quien considero como el mejor medio de civilizar al pueblo, y hacerlo dichosos animándolo con la moral y la verdad; quiero que la oscuridad y la ignorancia cedan el puesto a la luz y al progreso a que está llamada la sociedad, anhelo hombres para el mundo, no seres degradados ni embrutecidos; por eso solicito la instrucción.

Como quiera que la historia nos presenta los fértiles campos, enrojecidos con sangre, las encumbradas cimas, las llanuras, los profundos valles, las heladas cordilleras, todo ensangrentado; ¿y con qué sangre? ¿es acaso sólo la de los tiranos de la patria, es la de los enemigos de la libertad? ¡No! Esos cúmulos de huesos que se alzan sobre los campos de batalla, salvo los que legaron los padres de la patria, y en que se hace difícil enumerar las víctimas ¿son por ventura las pirámides de gloria con que puede honrarse la nación? ¡No! Esos cráneos empolvados, esa sangre que aún humea, es peruana; ha sido derramada en luchas fratricidas, la ambición y la empleomanía han conducido millares de víctimas hasta esos campos; hasta ponerlas bajo el imperio de la muerte.

Los indios han vertido siempre su sangre, pero jamás han recibido la recompensa de su valor y esfuerzos. Oprimidos por las autoridades, han estado aguardando la vez de emanciparse; por esta razón la voz de los revoltosos, las imprecaciones de los demagogos, ha encontrado acogida entre los pueblos; entre los indios que son los soldados del ejército, que son los que en el campo de batalla no tiemblan a presenciar del peligro, y que luchan hasta morir o salir triunfantes.

Los abusos frecuentes y el despotismo de las autoridades subalternas han dado lugar a infinitas y trágicas escenas; de la narración de las que más atención merezcan, por sus trascendencias, me ocuparé detenidamente, suplicando al lector que perdone mis fallos y opiniones, cuando se trata de la calificación de los hechos; teniendo presente que procuraré sólo hacer justicia; sin que el provincialismo, ni el espíritu de partido, puedan hacerme variar de objeto, ni prodigar incienso a los ídolos de mis pasiones. La verdad en la narración, la justicia en la calificación de los acontecimientos: tales son los objetos que me he propuesto.

No pretendo escribir la historia del Perú, para cuya obra son necesarios innumerables documentos, escribo la historia de las costumbres de los indios; y cuando tomo algunas veces la historia de la nación para referir algunos acontecimientos que en ella deben consignarse, lo hago persuadido de que el señor Lorente y otros historiadores les han pasado superficialmente, como se nota en sus obras.

Ojalá que el gobierno, a quien están encomendados la guarda de los derechos de los pueblos, el buen orden público, el porvenir de toda la nación, atendidas las necesidades de los súbditos, acuda a satisfacerlas inmediatamente, procurando adoptar las reglas de gobierno que damos al fin de esta obra, en cuanto ellas merezcan; pues son reglas nacidas de las mismas necesidades y de los mismos acontecimientos que se refieren. De esta manera se conseguirá poner un dique al desborde a que se encaminan los pueblos, se evitará la ignorancia que es uno de los peores males que han afligido y afligen a las sociedades; civilizadas las masas, y conociendo cada individuo sus deberes sociales, las peroratas de la demagogia no encontrarán jamás acogida, el hombre libre, reconocerá sus deberes, aprenderá a cumplirlos; y la felicidad será en adelante el distintivo de la nación.

Preciso, urgente es trabajar por la libertad de la raza indígena; no sólo el gobierno debe procurar esto; todos los individuos que de él dependen deben trabajar incesantemente por unificar su política y sus relaciones con esa raza numerosa; y hacer que los blancos todos, procuren armonizar sus costumbres con las de los indios, destruyendo el error, las supersticiones y los abusos por medio del ejemplo y de la buena doctrina.

Existen muchas razones de conveniencia pública, para obrar en este sentido, y procurar la reforma de las instituciones sociales. ¡Ay de las autoridades que abusan de la situación de los indios, y no modifican su conducta! ¡Ay de los blancos que someten al indio a la esclavitud y al sufrimiento! ¡Ay de los sacerdotes que en posesión de los medios para difundir la moral y formar caritativos corazones, dejan a sus feligreses sumirse en la vergonzosa ignorancia, y dejarse arrastrar por sus torpes instintos, por sus temibles pasiones! ¡Ay, en fin, de los gobernantes que no escuchan las quejas de los súbditos, y los mantienen bajo la tutela de los blancos, sometidos al yugo de los tiranos y a merced de los ladrones!

Cuando los indios cansados de sufrir levantan su abatida frente, cuando al grito de guerra tiemble la costa del Perú, y los muros de su capital se estremezcan, los lugares de recreo se bañen con sangre; entonces sólo se reconocerá el poder de los pueblos, la robustez de la mano indígena, que arrasando los monumentos de la civilización, coloca sobre sus ruinas, y edifica sobre los cráneos de los blancos el trono donde deba reinar en lo sucesivo una libertad salvaje, a quien aún hay tiempo de engalanarla, con la justicia y las reformas de que han menester los pueblos para su engrandecimiento y tranquilidad posterior.


(*) Introducción a la Historia Antigua del Perú. Lima, 1922, Prólogo, p. 83-92. texto de 1867. Seleccionada por el Dr. José Tamayo Herrera en “El Pensamiento Indigenista” Francisco Campodónico F. Editor, Mosca Azul Editores.

El oráculo de agua

Escribe: José Luis Velásquez Garambel


Boris Espezúa Salmón (Juli – 1960), ganador del prestigioso premio “COPE de ORO” – 2009, es el poeta que nos obliga a recordar nuestra fe en la poesía y nos devuelve la esperanza en la palabra; pues la literatura, con el perdón de Dios, es para el hombre justo y sensible la única religión a través de la que se logra sensibilizar el espíritu y consolidar el sentido estético que aparece en una cultura.

De seguro muchos recordarán la incursión de Boris en la Política, buen intento de hacer de la sociedad puneña un espacio más justo, y es que ocurre algo que se ha convertido en una verdadera regla, “los pueblos jamás eligen bien”, es la ignorancia la que se atiborra, gobierna a la inteligencia y a la sensibilidad; así como a la esperanza se opone la opacidad de espíritu ya que existen océanos de distancia entre el manejo de la metáfora y el discurso que repta con ansias de llegar al poder y de hacer del pueblo más torpe y vulgar de lo que ya es. Sin embargo Boris sólo ha tenido buena voluntad y buena fe en la palabra, y como era de esperarse la inteligencia en una sociedad en donde los edificios de la corrupción nos cubren del sol no puede aspirar a más.

Estas palabras son un abrazo al hermano mayor que ha sabido, con gracias e inteligencia, mantener el oficio de orfebre de la poesía, de alarife de la imagen poética por más de treinta años y ha hecho magisterio en generaciones anteriores como a los del 90, ya que sin su presencia no existiría una continuidad tan vigorosa en el panorama poético de Puno, prueba de ello es el premio reciente que nos ha entregado a los puneños y por el que nos sentimos orgullosos, ya que ha pasado más de una década desde que otro poeta, Alfredo Herrera, nos entregara otro premio COPE de ORO”.

En poesía, no existe sólo inspiración sino sobre todo ejercicio, sudor y sudor, lectura y lectura, corrección y corrección ¡oficio! Y eso se conquista con estudio y formación constante. Eso ha hecho Boris Espezúa desde los 16 años y a la fecha han transcurrido ya 34 años, de tal modo que no es sorpresa su magnífico dominio sobre su oficio.

En 1978 salió a luz “El sentimiento en camino”, con poemas escritos entre el año 75, 76 y 77; el poeta contaba entonces con la edad de la ternura y algunos años más tarde se constituiría en una de las voces más nítidas e importantes de los ochentas y de los noventas junto a Alfredo Herrera Flores, José Velarde y Lolo Palza Valdivia. En el suplemento TOTORIA del 1º de abril del 2009 manifestábamos que era heredero de la profundidad de Gamaliel Churata y de la transparencia de Carlos Oquendo, sin duda no ha sido un error, este premio que nos entrega da testimonio de ello. Pues en años anteriores ha logrado ser finalista del COPE 1995 y 1997. Además, en su producción poética cuenta con: “A través del ojo de un hueso” (1989), “Tránsito de Amautas” (1990), “Alba del Pez herido” (1998), “Tiempo de cernícalo” (2003) y ahora “Gamaliel Churata o el oráculo del agua” (2010).

Toda su producción poética es una exploración sobre la cosmovisión andina, son pues una reelaboración semántica de los mitos nuestros, y en esta vera transita junto a “Los Dioses” de Omar Aramayo, quien es su referente anterior. En “el oráculo del agua” ha efectuado un estudio de la obra de Gamaliel Churata y ha poetizado parte del mismo, en ese tránsito ha desarrollado un tejido semántico muy complejo que recurre a la filosofía de nuestro referente cultural, un “Ur text de diálogos andinos” como lo llama Walter Paz.

Por otra parte, los premios nacionales de poesía en Puno son muy escasos, su nombre se une a Alejandro peralta, Luis de Rodrigo, Omar Aramayo, Alfredo Herrera. Gracias a ellos podemos continuar llamándonos “Tierra de poetas”.

miércoles, 14 de julio de 2010

VIAJE A LA HOMILÍA DEL KHORI CHALLWA


SEPELIO DE GAMALIEL CHURATA: Foto cortesía de Pedro Pineda Aragón.
aparecen Luis De Rodrigo



José Luis Velásquez Garambel

El 19 de Junio se celebra un año más del nacimiento de Arturo Peralta, conocido en el mundo literario con el seudónimo de Gamaliel Churata, “El Profeta Iluminado”. Se trata de una de las voces mayores de la literatura y de la filosofía andina (aunque esta última se halle en debate), nadie puede negar en estos momentos que los estudios en torno a la interculturalidad, la otredad, lo subalterno o acaso los estudios de periferie se hallan en apogeo. Y que la obra de este adelantado de su tiempo es uno de los centros de análisis por diversos estudiosos en el mundo académico como Ricardo Badini de Italia, Marco Tomas Boshard de Suiza, Luis Veres y Elena Usandizaga de España; Omar Aramayo, José Luis Ayala, Miguen Ángel Huamán y Manuel Pantigoso del Perú, entre otros de no menos valía. Pues su difícil obra “El Pez de Oro” resulta un texto híbrido en sus géneros y en su lenguaje, el mismo que al ser analizado nos conduce a una protocomprensión de nuestros universos simbólicos y míticos.

Marco Thomas Bosshard, un estudioso de la obra de Gamaliel Churata, en la secuencia inicial de El Pez de Oro, manifiesta que en la parte de la Homilía se introduce primero el lago Titicaca –origen y cementerio de todas las culturas andinas–, en el fondo del cual viven los antepasados de toda la población del Altiplano en forma de chullpa-tullus-una especie de bóbeda donde descanzan los restos de los primeros hombres o los de la primera humanidad (“Lago de los antiguas Chullpas”), habitando el mundo inferior de la ukhupacha.

Al designar el lago con el nombre “Tata Titikaka” –siendo éste una deidad o una especie de lantra (achachila viejo con supremacía- distinto a deidad, sino con ahayuguatan) de color esmeralda - el lago subyace un proceso de antropomorfización, por lo que puede comunicarse con el Khori-Puma (“Puma de Oro”), el padre del Khori-Challwa. El puma, a su vez, es descrito como un ser sucio y feo que mora en una caverna (chinkhana). A continuación, se explica su árbol genealógico, por lo que queda claro que su antepasado más remoto había vivido en las aguas del lago Titicaca durante cierto tiempo (“Puma de agua su awichu-auki”). De él proceden tanto el bisabuelo Punka-hokho como el abuelo Puma-sakha y el padre del Khori-Puma, el Puma-khala. La cadena genealógica enlaza de esta manera los elementos agua – lodo – totora – piedra – oro, aludiendo a una disyunción entre el agua (Puma de agua, Puma-hohko) y la tierra (Puma-khala, Khori-Puma), por la que el Puma-sakha ocupa, morando en la totora del lago Titicaca, una posición intermediaria que marca el proceso de tránsito del agua a la tierra.

El Puma de Oro le informa al Tata Titikaka acerca de su ascendencia (“naya, he vivido en el Agua, en la Sakha, en el Rumi, en el Hokho”, ibid.) y le pide la mano de su hija. Éste, indeciso aún, le propone al Khori-Puma –después de haberle recordado que le tutee para que nadie lo tome por un werakhocha – en el episodio II, casarse con la Khellwa, una especie de gaviota. Sin embargo, el Khori-Puma no está de acuerdo, porque, según él, la gaviota siempre vuela en las alturas del cielo, por lo que podría olvidarse de su esposo (“la Khellwa es una bulliciosa airada, te cultiva poco cariño”). Por eso, considera casarse más bien con la Kheñula, un ave acuática. Pero después de haberlo pensado brevemente, el Puma también la rechaza, porque a su parecer, también ella pasa demasiado tiempo en el aire, encontrándose en el agua sólo para pescar, refugiéndose luego en las alturas. Entonces, el Khori-Puma desea una esposa que resida en el lodo del lago (“Deseo esposa hogareña que anide en el lodo de tus hermosos palacios”). Al escuchar esto, al Tata Titikaka se le ocurre solamente la Khesti-imilla (‘chica resplandeciente’), una sirena con escamas de plata que, sin embargo, mora en el Lago de Arriba, es decir en el cielo (“vive lejos, al otro lado de mis ojos”). El habitat de las tres posibles novias del Khori-Puma se traslada entonces en un eje vertical desde arriba hacia abajo, desde las alturas airadas de la Khellwa Î cielo pasando por el dominio de la Kheñula, agua; cielo hasta la Khesti-imilla, agua, cielo, siendo esta última un ser parecido a un pez y morando en el agua del lago, el que –paradojicamente– está ubicado en el cielo; es decir la sirena habita al mismo tiempo los espacios de arriba y abajo, incluso más allá del dominio de la Khellwa. Considerando que los tres mundos de la cosmovisión indígena, la kaypacha, el mundo real (la superficie de la tierra y del agua), la ukhupacha, el mundo bajo la tierra (la chinkhana y el chullpar en el fondo del lago Titicaca) así como la hananpacha (el cielo) constituyen la dicotomía hurin (ukhupacha) vs. hanan (hananpacha), es decir una oposicion entre arbajo y arriba, siendo la kaypacha el área fronterizo entre ellos, se atribuye a la Khellwa el hanan, a la Kheñula hanan y, en parte, también hurin, tanto como hanan y hurin a la Khesti-imilla, porque ésta hace recordar por sus escamas de plata un ser o una constelación estelar; en cambio, al Khori-Puma le corresponde el hurin únicamente. Con respecto a la estructura social del Tawantinsuyu, el Khori-Puma pertenecería entonces –para emplear la clasificación de Zuidema– a Cayao, la Khellwa a Collana, la Kheñula a Payan y la Khesti-imilla, finalmente, a un cuarto grupo en el que están subsumidos los sirvientes de la estirpe real, los antepasados comunes a todos los inhabitantes del Tawantinsuyu –los chullpas– , pero también la población originaria del Cuzco a la que Zuidema concede tanto características de Cayao como de Collana. En la última secuencia III del contenu inversé, el Khori-Puma se enamora de la sirena procedente del Lago de Arriba y la desposa. El Tata Titikaka le profetiza que ella dará luz al “Hijo Inmortal”, “el primero que sepa de dónde vino y va donde sólo para El andan los caminos”, advertiéndole al mismo tiempo no devorarle: “¡Si te lo comes, te comerá!...” –advertencia pronunciada en vano, como se verá: Pudo el Puma con el hambre de su diente, y enloquecido por el Oro, se comió a su hijo; día postrer, loco para la miel de la Moksa, se comió a su Khesti.

Incluso antes de que el narrador hubiera descrito el nacimiento del Pez de Oro, el Khori- Puma ya devora a su hijo tanto como a su esposa, la sirena –posiblemente en estado de excitación sexual (“loco para la miel de la Moksa”). Por este acto cruel y bárbaro, la caracterización del puma, en analogía con el jaguar de Lévi-Strauss, por medio del adjetivo cru o crudo –uno ya habrá presentido algo así– se ve confirmada. Sin embargo, se debe enfatizar que la unión de la tierra con el agua y el cielo recién se da a causa de este acto de incorporación canibalista; debido al hecho de que el puma se ha comido a la sirena y a su hijo común, representará en adelante todas las tres instancias, cuestionando así por primera vez la oposición entre hanan y hurin. Muy dolido por el crimen que cometió el Khori-Puma se deja llevar por las aguas –siendo él un animal terrestre!– y quiere ahogarse en las aguas del Lago de Arriba (“Khori-Puma acabó en miserable pescador que brama pidiendo al Lago de Arriba le devore [sic!]”, ibid.).

El Pez de Oro no es sino Churata quien Pierde a la esposa (Brunilda, quien muere bastante joven poco después mueren también los hijos Teófano y Ayanita) y se ve reflejado en el Khori-Puma.

José Luis Ayala: poeta sin límites


El barco ebrio



Por: Alfredo Herrera Flores*

Tal vez nadie sepa, a ciencia cierta, cuántos libros ha publicado José Luis Ayala; tarea más difícil sería clasificar su obra en los géneros que tradicionalmente se conocen como poesía, novela, cuento, ensayo o teatro, pues desde aquellos lejanos 1965 y 1966 en que aparecieron en Puno “Geografía del corazón” y en Arequipa “Viaje a la ternura”, respectivamente, hasta los seis libros que han aparecido este año (2009), mucha agua ha pasado bajo el puente y muchas historias nos ha contado este escritor ya de cabello cano pero de una fraternidad sin límites.

Un rápido repaso por notas biográficas, apuntes, ensayos y artículos que se ha escrito sobre Ayala dan cuenta que el poeta huancaneño ha publicado nada menos que 47 títulos, lo que ya lo convierte en uno de los autores más prolíficos de la literatura nacional. Nada más este año han aparecido “Juan Basilio Catacora Heredia, protomártir de la independencia americana” (Derrama magisterial, 321 p.), “Aymar marka, nación aymara” (Fondo editorial Cultura Peruana, 294 p.), “Yatiris, adivinos andinos” (Universidad Ricardo Palma, 321 p.), “Alberto Mostajo, delirio y tragedia de un poeta vanguardista y metafísico” (Arteidea, 184 p.), “Al fin y al cabo, poesía entre dos mundos” (Ediciones El nocedal, 136 p.) y “Sirenas del Titicaca, 100 cuentos breves para niños y niñas zahoríes” (AFA, 72 p.). (Ver: www.librosperuanos.com).

Este vistazo bibliográfico nos muestra ya un escritor que no solo ha ejercido el oficio creativo con la seriedad y seguridad de quien da pasos firmes sino de quien, además, ha madurado pacientemente su particular forma de ver el mundo, de percibir el sentimiento humano, disfrutar el arte y transmitir sus emociones. Pero en temas de literatura, y arte en general, no basta con tener entre manos una obra copiosa, sino que ésta debe estar bien escrita y seriamente documentada en lo formal, en lo estético debe ser pasible de asimilar y disfrutarse y en lo subjetivo debe transmitir el mensaje íntimo y personal que el autor requiere. Todas estas características cumple Ayala a cabalidad.

Es cierto que no todos los perceptores se hacen la misma idea, o captan el mismo mensaje, de la obra a la que se acercan, suele haber tantas interpretaciones o maneras de disfrutar como lectores hay. También es cierto que la vida del autor debe ser vista de diferente manera a sus obras. Así también no toda la obra de un autor es sobre saliente o mala, hay muy buenas obras como otras que no son tanto, y para ello están los lectores y los críticos (estos últimos siempre dudosos en sus conclusiones). Estas condiciones también se cumplen en José Luis Ayala.

Hay, sin embargo, algunas obras de Ayala que con el tiempo se están haciendo de imprescindible e imperiosa lectura, que reflejan su personalidad, exponen su forma de pensar y manifiestan su sensibilidad, pero sobre todo, hacen de José Luis Ayala un personaje, un hombre singular y un representante contemporáneo de la cultura aymara.
Precisamente “Aymar Marka, nación aymara” es uno de los libros en el que logra explicar desde diferentes puntos de vista cuál es la condición y perspectiva de la cultura aymara en este nuevo milenio, una cultura que se mantiene viva en todas sus manifestaciones, desde el idioma hasta su cosmovisión, en un territorio que abarca a cinco naciones, a pesar del permanente acoso del mundo occidental para desaparecerla. En la misma línea, pero desde la explicación e interpretación de un hecho histórico, “Morir en Ilave”, que narra la muerte del alcalde de Ilave a manos de una población enardecida, muestra a la cultura aymara en plena vigencia, haciendo de este libro un documento que hay que leer y aprender, para no cometer los mismos errores del pasado, ya sea desde la ilusión del poder o desde la dramática realidad de la subordinación.

Entre las biografías que ha escrito Ayala destaca la de Carlos Oquendo de Amat, el atormentado autor de “5 metros de poemas”, en la que incluye datos nuevos sobre el tránsito del poeta por Puno, Moho y Bolivia. Aunque algunos han criticado y observado ciertos datos del libro, el libro es fundamental para entender la vida y obra de aquel singular vate puneño. Otra biografía importante es la que dedica a Manuelita Sáenz, la mujer de aventuras y sustento emocional del libertador Simón Bolívar, y una biografía analítica es la que escribió sobre nuestro poeta universal César Vallejo.

El espíritu vanguardista de Ayala lo ha llevado a ensayar nuevos géneros literarios, como la que él mismo bautizó como cronivela o antilaveno, obras entre las que destacan “Cábala para inmigrantes”, una historia de viajes, exilios y nostalgias en forma de collages, poemas y prosas poéticas, presentadas en hojas sueltas dentro de una caja.
Pero es en la poesía en la que José Luis Ayala ha encontrado su personalísima forma de percibir su entorno y su interior. Tal vez sea “Jaqe Aru” (ser humano, en aymara) en el que alcanza su mejor voz poética, donde los versos en ese idioma milenario fluyen con una naturalidad que logran conmover al lector. “Poesía cotidiana, el poeta en Tlatelolco” es otro poemario donde la visión de Ayala se hace universal, inspirado en su visita a un lugar de profunda energía social.

Dentro de la poesía Ayala también ha logrado manifestar sus propuestas vanguardistas. Sin dejar de reconocer el primer paso dado por Oquendo de Amat al elaborar un libro de poemas en el que escritura y soporte se hacen un solo objeto de arte, José Luis Ayala ensaya “Lupigramas y solemas”, un disco en el que los versos se sobreponen al ser girado sobre otro mayor y permite lecturas diversas, a gusto del lector o al azar; y “Canto sideral” en el que los versos, escritos en tiras independientes en cada página, pueden combinarse también de manera infinita.

Como todo autor y hombre de su tiempo, José Luis Ayala ha sido centro de elogios y celebraciones, así como blanco de críticas, diatribas y hasta insultos, pero en lo que todos coinciden es en esa fraterna, entrañable y profunda amistad que brinda a quienes se le acercan, una amistad a la que no hay que faltarle el respeto, un afecto que, como su poesía, se manifiesta sin límites.


* www.lasillaprestada.blogspot.com

jueves, 4 de marzo de 2010

FLÒREZ-ÀYBAR EL OUTSIDER DE LA LITERATURA PUNEÑA





por: José Luis Velásquez Garambel

El autor de la novela “La agonía de Kamachiq” fue siempre polémico. Sus intervenciones académicas o en las presentaciones de libros, dejaron con seguridad, una estela de interrogantes. No guarda nada en el tintero. Sin embargo, después de haber leído algunos comentarios sobre “La agonía de Kamachiq”, ésta debería interesarnos desde varios aspectos: a) en función de una lectura ideológica; b), en función de la subversión temática: conceptuales, literarios, políticos, culturales, sociales, etc.; c), en función del caos generalizado en todo el país debido a la corrupción. Es por ésta y otras razones por las que volvemos a conversar con Jorge Flórez Áybar.

En la presentación de su última novela su intervención dejó perplejo a un auditorio que permanecía casi quieto. Somnoliento. Despertó cuando Ud. dijo:”Parece que mis críticos no han leído mi novela”. Por qué esa expresión tan ácida, tan cortante.

En primer lugar, creo que entre gitanos no podemos sacarnos los trapos sucios. Tuve algo más de una docena de observaciones. Respondí las más flagrantes. Por ejemplo, el argumento que se dijo sobre Saywa y Kamachiq (inicio de la novela) fue de lo más burdo. Quisieron bajar este segmento a nivel de la subliteratura. Uno de los críticos aseveró: “La novela empieza cuando una muchacha se acuesta con Kamachiq”. Este resumen es de lo más grotesco, suprime el aspecto ideológico. Habría que preguntarnos, por qué esa muchacha se desliza entre las sábanas de Kamachiq. La respuesta es simple: “porque la policía la perseguía por senderista”, en fin creo que cuando un escritor codifica su obra, el crítico tiene que ser capaz de decodificar y recodificar la obra que lee.
También se dijo que Paloma de los Ríos se suicida pero que se ignora el motivo. La respuesta se halla en el capítulo catorce. Sigo pensando que no se leyó realmente la novela.

¿Le molestó que le dijeran que a partir de hoy, Flórez Àybar debiera caminar con guardaespaldas?

Sobre este punto, habría que recordar que Balzac para construir sus personajes salía a pasear por las calles de París, elegía a un desconocido y lo seguía, fijándose bien en todos los detalles. Así nacía un personaje. En mi caso, algunos de mis personajes se encuentran en la universidad, en las calles o plazas de la ciudad, pero ese personaje elegido de la realidad ya no es en la ficción porque se le ha sumado otras actitudes, otros rasgos, otros comportamientos que al final desaparece el personaje elegido. Por supuesto que podemos identificar algunas características físicas o psicológicas de los protagonistas. Para mi suerte estos personajes de la realidad real no leen, no pertenecen a la sociedad lectora, entonces por qué habría que preocuparnos. No hay necesidad de escondernos. Lo que sucedió esa noche, el crítico quiso hacer humor, pero no supo hacerlo, para ironizar o hacer humor hay que tener pasta, estilo.

¿Hay críticos en la región?

Leo permanentemente Los Andes, especialmente los domingos. Hay un articulista que siempre inicia sus comentarios: “Yo no soy crítico”, pero hace crítica. Lo que sucede es que falta valor para asumir responsabilidades. Nos debatimos en la mediocridad: Suenan más los gritos, el insulto, el ruido que el meollo del asunto.
La crítica tiene que ser objetiva: Cruel y generosa. Ambas. Vargas Vila fue un gran crítico. Recuerdo un pasaje, allá en la década del XX del siglo pasado, cuando Chocano era coronado con las hojas de laurel como el cantor de América por el presidente Leguía, por supuesto que fue un show de indigenismo barato, porque Leguía usó en esa oportunidad poncho y chalina. Elmore no estuvo de acuerdo, dijo que era indigno premiar a uno que estuvo siempre al servicio de las dictaduras en centro América. Chocano respondió que no es moral que el hijo de un traidor le dijera eso (se refería a su padre, héroe nacional, que no fue capaz de hacer volar el morro de Arica, pese a tener las manos sobre el detonador). Pero un día Chocano se encontró con Elmore en la antesala del diario El Comercio y le dio varios disparos, matándolo. Suelen ser omitidos Chocano fue encarcelado, algunos hablaban de que lo iban a fusilar. El mundo intelectual pidió clemencia, incluido Vargas Vila. Un periodista que conocía las desavenencias entre ambos preguntó: Sr. Vargas Vila por qué se suma Ud. al pedido de clemencia sabiéndose su enemigo. Él respondió: Para evitar que se ensucie el cadalso.
En fin, creo que el crítico no solo de la región sino del país cuando es seducido por el pensamiento europeo termina fanatizándose y cae en la fosilización. Es como aquel animal que da vueltas y más vueltas en torno a un pozo con el deseo de beber agua pero no alcanza su objetivo.

En cuanto a la estructuración de sus novelas encontramos diferencias y coincidencias, ¿cuál es la intención fundamental?

Creo que hay más coincidencias que diferencias. Por un momento pensé en editar ambas novelas como una sola y que llevaría por título “El Señor de las Nieves”. Ha transcurrido algo más de diez años de la publicación de “Más allá de las nubes”, con dos ediciones: En La Paz y en Lima. Y esa idea persiste porque los personajes, el tema y el plano lingûístico se repiten en ambas novelas. Podemos decir que “Más allá de las nubes” es el antecedente de “La agonía de Kamachiq”
Si recordamos brevemente “Más allá de las nubes” encontraremos que los hechos que se narran suceden en un período de tres meses. La trama gira en torno a los personajes: Alexànder Petrova y Malika y el proceso de ésta en guerrillera. El estilo es de una prosa poética, estructurada en tres partes. El tema es la violencia desatada en el país, en la década del 80. En “Más allá de las nubes” algunos personajes importantes mueren, pero la novela genera protagonistas alternos. Algunas veces, los detalles de la muerte de un personaje suelen ser omitidos como en el caso del suicidio de Alexander Petrova. Queda sujeto a la imaginación del lector. A mí se me criticó por esta omisión. Por supuesto, si el novelista cree necesario explicar esos detalles lo hará en sucesivas y espaciadas retrospecciones, para eso están las técnicas, el raconto por ejemplo.

“¿Y en La Agonía de Kamachiq”?

En “La agonía de Kamachiq” hay dos dinámicas narrativas que corren en paralelo: La una, relativa a la historia de Alexander Petrova; y, la otra, relativa a la diégesis de Kamachiq. Su relación final es a través de vasos comunicantes. El crítico expresó que la historia de Alexander Petrova estaba por gusto, que no tenía razón de ser: “Lee solo los capítulos que corresponden a Kamachiq” le había dicho a un poeta muy conocido de la ciudad. Éste a pie juntillas obedeció, pero encontró reiteradas veces segmentos que pertenecían al protagonista. Desobedeció. Leyó ambos carriles y le agradó la novela. Por supuesto que hay mecanismos iterativos planteados por el autor. Y esa función iterativa es cumplida con creces por este personaje. Lo que ocurre es que ignora que hay tres maneras de estructurar una narración, por coordinación o encadenamiento, subordinación o intercalación y por alternancia o contrapunto.
En la primera yuxtapone historias, casi independientes, de modo que cuando termina una, comienza otra, por ejemplo “Las mil y una noches”. Pero cuando se incluye una historia dentro de otra se está estructurando por subordinación, por ejemplo “El Quijote”. “La agonía de Kamachiq” se halla en la tercera alternativa, o sea se desarrollan dos historias simultáneamente, interrumpiéndose y retomándose las historias.

¿Y la superestructura ideológica de Kamachiq responde a la posición asumida por el autor?

No necesariamente, pero creo que las ideas epistemológicas de ambas novelas se han agotado. Están cerradas aunque va naciendo la idea de narrar “El retorno de Kamachiq”. Sería un ciclo novelístico muy importante. Lo veremos más adelante. Aunque debo reconocer que los actantes de ambas novelas cumplen funciones ideológicas pero avanzan hacia la configuración final del texto propuesto.

¿Es Ud. marxista?

No. Soy andino. Pero anduve casi toda mi vida con marxistas, por eso algunas de mis concepciones tienen esa isoglosa, esa marca. Pero no puedo negar que usé el método dialéctico para desentrañar la realidad: político, social y cultural. Si yo digo que esta roca tiene vida, ellos no creerán porque pertenece a otra forma de pensar. Si hubiera estado lejos del marxismo posiblemente mis ideas habrían sido más puras, sin contaminación. Por ejemplo, tu ensayo: “El hombre y el cosmos en la concepción filosófica andina” es fruto de tus andanzas en la historia. Si lees “Filosofía Inka” de Juvenal Pacheco Farfán encontrarás que sus cimientos se originan en el marxismo. Sigo creyendo que la filosofía inca se halla en la literatura oral.

Lo acusan de ser fundamentalista, qué puede decirnos al respecto.

Esa idea nace cuando aparecen “La novela puneña en el siglo XX” y “Literatura y violencia en los Andes”, en el primer ensayo se esboza una concepción ideo-estética para analizar los textos producidos en los Andes, es la teoría en sí. Pero en el segundo ensayo es la materialización de esa concepción estética, y cuando hablamos de un hecho ideo-estético nos estamos refiriendo a valores políticos, sociales, culturales, filosóficos, estilísticos, etc.

Pero cuáles son esos ejes del pensamiento andino que tanto erizan los pelos.

Hagamos un resumen de nuestra historia y empecemos con una pregunta: ¿Cuándo se rompió el hilo de nuestra historia? Cuando se asesinó al inca Atahuallpa, allá en Cajamarca. Ese hecho significó la destrucción de la estima colectiva porque se mató al hijo del sol. Políticamente el Estado inca se destruye y culturalmente se desata el etnocidio más cobarde de la historia universal. Desde esa vez, hasta hoy el Perú es inviable. ¿Quiénes crearon la república? Los criollos sin tomar en cuenta a los pobladores de los Andes. Nacimos con el espinazo quebrado. Se creó un Estado sin una nación. Nosotros, desde la literatura, hicimos los esfuerzos necesarios para crear una nueva conciencia. Lo hizo el Grupo Orkopata en su debida oportunidad, oímos la voz del poeta Miranda Luján. Dejamos constancia de nuestra voz en las páginas de la revista APUMARKA. El próximo año se cumple cien años del nacimiento de José María Arguedas, habrá que hacer algo. Y si rescatar y denunciar estos hechos significan construir cierto fundamentalismo, entonces soy un militante de ese fundamentalismo.

Por qué se puso punto final a la revista APUMARKA.

Fue un proyecto que nació en 1997. La idea fue editar doce números y se cumplió. En APUMARKA se puede encontrar diversidad de voces. Nunca fuimos dogmáticos, siempre creí en la libertad del creador: del poeta, del narrador, del pintor, del músico.

¿Hubo problemas durante ese proceso?

APUMARKA tuvo dos épocas. La primera fue financiada por la UNA hasta que aparece Patria Roja en el gobierno universitario, capturan todas las dependencias y me anuncian que ya no se auspiciará la revista APUMARKA por falta de fondos. Llegamos hasta el número 7. En protesta, el número 8 de la revista exhibe en su portada a una desnuda. Para algunos fue un escándalo. Hubo docentes que querían aportar para financiar otra carátula. Les expliqué que la revista ya no era de la UNA. Si bien es cierto que APUMARKA nace en la universidad pero siempre perteneció al GRUSEA (Grupo sur de escritores andinos), ésta fue la segunda época.

Entonces cómo se sostenía APUMARKA.

Con el aporte voluntario del Consejo Directivo, éramos 9 ó 10. Dábamos cien soles y se les devolvía con diez ejemplares de la revista. La edición bordeaba los dos mil soles, al final como director tenía que asumir el costo.

No me ha respondido el por qué de su desactivación porque se podía hacer esfuerzos para seguir editándola.

Por una sencilla razón, nos estábamos asfixiando, necesitábamos oxígeno. Habíamos llegado a un punto vacío. Ya no había ideas nuevas. Entonces buscamos un pretexto: Su financiación. Y se produjo la diáspora. Posiblemente los que dirigimos APUMARKA seamos conscientes de lo que aquí expreso. Necesitamos un poco más de tiempo para continuar investigando. En todo caso, la historia me juzgará.

¿Se considera un outsider de la literatura puneña?

Un outsider es un extraño, alguien que viene de fuera, por lo tanto es un desarraigado. Es posible que mi ausencia de Puno que fue larga y prolongada y que fui hechura de los intelectuales cusqueños: Luis Nieto Miranda, Gustavo Pérez Ocampo, Raúl Brozovich, Ángel Avendaño, etc. haya significado estar ausente en las antologías de José Luis Ayala y de Omar Aramayo. Pero si un outsider es también aquél que va contra la corriente, que cuestiona los principios teóricos que vienen de Europa, la globalización que busca destruir la identidad de los pueblos, la literatura regional marginada, la cosmovisión que impide llegar a la filosofía, etc. entonces soy un outsider. Muchos desearían que haya una sola voz, las voces disímiles asustan. Por eso amo la literatura porque te permite crear una realidad ficticia y en ella te envistes de poder y eliminas lo imperfecto o sea eliminas a quien tienes que eliminar. Por eso me odian los que creen que se hallan retratados en mi obra, particularmente en “La agonía de Kamachiq”

Finalmente, qué opinión tiene sobre la poesía de Padilla.

Leí la traducción de José Luis Velásquez Garambel, pero no los poemas que se hallan en quechua. No soy bilingûe coordinado. Padilla es limeño, no sé si su lengua materna sea el quechua. Si no fuera el caso, podría especular que se estructuró su poesía desde el idioma español. O sea como Rubén Darío. Él escribió su poesía en español, pensando en francés.