domingo, 18 de octubre de 2009

Por la reivindicación de la cultura de Puno



En homenaje a Gamaliel Churata (09 de noviembre de 1969, fecha de su fallecimiento), vienen programando, los amigos de Orkopata, en alusión a que los buenos tiempos merecen ser vividos una y, porque no, continuamente; se viene gestando, como dicen ellos “una nueva movida” un ciclo de conferencias informales y una “Exposición del Libro Puneño” (sin ningún financiamiento por parte del estado ni de sus instituciones, y si ellas, las instituciones llamadas a hacerlo, quisieran apoyarlos, ojala no rompan los protocolos del silencio cortes y que no demuestren sus ansias de figurantismo ramplón), porque precisamente el estado jamás ha llegado a colmar las expectativas que el pueblo merece: “un documento que contenga la política cultural de Puno”, y a las instituciones encargadas de ofrecerla han llegado, para dirigirlas, simples ganapanes, sobones a media tinta y cuyas ideas siempre han nacido en ese lugar donde la espalda pierde el nombre. Ante lo cual, los amigos de Orkopata, amenazan (“Real Informalistas”) en pedir cuentas y organizar movilizaciones para pedir la cabeza del Director del INC, encargado de cultura de la Municipalidad Provincial de Puno, y acaso del encargado de cultura del Gobierno Regional y demás organizaciones que se llenan la boca con el dicho “Puno, tierra de artistas y de poetas”, así que prepárense, pronto los intelectuales de la Región Puno iniciarán la lucha por la reivindicación cultural de la Región o acaso Puno, dejó de ser tierra de artistas y de poetas y se volvió la tierra de la corruptela y la “Fosa Común”. Mientras tanto leamos este bello texto que Ernesto More le dedicó a Churata (J.L.V.G.).

DE LA FOSA COMÚN DEL OLVIDO

Escribe: Ernesto More

CHURATA, CHULLPA DERRUIDA
Hay en el Perú dos mentalidades que conviven sin conocerse: una centrista, endógena, andina, inspirada por el qeshwa y el aimara; otra, centrífuga, exógena, inspirada no precisamente por España, sino por la molicie y la gracia del virreinato. Dos típicos representantes del primer grupo, son Uriel García y Gamaliel Churata. Ambos pertenecen al verdadero Perú profundo, y por lo mismo, al menos hasta ahora, han vivido y laborado en los hipogeos de la conciencia literaria. La obra del último sobre todo, la del puneño, tiene el encanto y la belleza de una chullpa derruida. Más que entenderla, se la presiente, y se advierte en sus bellos trozos dispersos una rara unidad peruana. Es triste descubrir que donde más se la ha valorizado, fue en Bolivia. De Churata dijo Fernando Diez de Medina: “Hombre y escritor. Un drama vivo. Un tesoro subyacente”. En cambio, en Lima, ha pasado totalmente inadvertido. No se le detectó y cayó a la fosa sin hacer ruido alguno. Y va a ser difícil que proliferen flores en su tumba.
LAS ARMAS Y LAS LETRAS
No siempre andan juntas y de buen acuerdo las armas y las letras. Para su armonía, es imprescindible que las primeras se conviertan en arados y las segundas en simiente. En pocas palabras, que laboren para el bienestar del pueblo. En Puno se dio el caso de que se encontrasen los precursores de lo que en el Perú se está iniciando. Corría el año 1929 y Churata había fundado ya el Grupo Orkopata. Su espíritu, para aquel entonces, era esotérico, no por sus misas negras, sino, sencillamente, porque lo que se buscaba era vivir y sentir al compás de la tierra. Por esos días estaba en Puno el capitán César Coppo, del Regimiento de Infantería No 15. Coppo, como Julio C. Guerrero, como el capitán Lazo, como el mayor Manuel O. Velásquez, era uno de los precursores de lo que es el militar moderno. De tropero que fue, llegó a la Escuela Militar, donde obtuvo la Espada de Honor; viajó a Europa y desempeñó, luego, en Italia, el puesto de Agregado. Desde allí aprendió a mirar más de cerca el Perú profundo. Amaba la justicia social y soñó en hacer de la selva un emporio de riqueza para los peruanos. Ni qué decir que ese espíritu estudioso y alerta se apartó pronto de las filas, tal como le ocurrió a Guerrero, ese crítico socio-militar eminente, y a Velásquez, matemático y músico, intérprete de Beethoven y polígloto. Si volvieran ahora; estarían en filas. Estarían transformando su espada en arado. Los que todavía viven de entre ellos, sentirán la dicha de ver germinar sus ideales. Coppo era amigo y admirador de Churata, como lo fue Guerrero cuando estuvo en La Paz. Ambos vinieron de puntos extremos (en esos años, el militar era lo más opuesto al escritor). Se recelaban mutuamente. Pero los precursores se valen de puestos invisibles para vencer obstáculos insalvables. Y Churata, escritor que debía vivir en el exilio, encontró el mejor amigo en el militar Coppo, a quien le venía estrecha la milicia de esos tiempos. Y también Coppo hubo de desaparecer, como un desterrado, en pos de sus ideales, en las sombrías selvas de Marcapata.
EL ESCANDALO
Coppo era el único que asistía uniformado a las reuniones de Orkopata, que se llamaban Pascanas Nocturnas. Allí se discutía, se polemizaba, se bebía y se fraternizaba. En una de esas reuniones, Churata y Coppo plantearon la necesidad de crear la República Social de los Incas. Mirado desde nuestra época ese planteamiento, se le consideraría (como ya lo ha apuntado maliciosamente alguien) como un retroceso histórico. En realidad, esa iniciativa significaba la reforma agraria en pañales, la revalorización del indio, su reincorporación a la sociedad peruana, en la que, analfabetos, al hombre y a la mujer indios no se les ofrecía otra perspectiva que el de pongos o mitanis. Ambos sintieron que, excluido el indio de la verdadera función ciudadana, privado de su lengua para los fines culturales, el Perú era un hemipléjico. La pluma y la espada, las armas y las letras vinieron a constituir un solo instrumento en esta tarea de convertir una extensión geográfica episódica y alienada, en una verdadera patria. La compenetración de estos generosos y avizores espíritus fue tan grande, que la noche del 28 de julio de 1929, cuando se inauguró el Círculo Militar con un gran baile al que asistió lo más genuino de la sociedad puneña, siendo anfitrión el coronel Ricardo Flores, Comandante del Regimiento N° 15, y en momentos en que se danzaba alegre y elegantemente, al penetrar de improviso un indio alto y emponchado, alicoreado y bramando (indio que no era otro que Churata), de no mediar esa gran comprensión espiritual entre Churata y Coppo, hubiera podido ocurrir algo muy grave. Churata ingresó allí evidentemente para protestar de lo que él llamaba una farsa social. Al ver ingresar en la sala tan descomunal y descompuesta estantigua, las parejas, lejos de estrecharse más, se separaron, preparándose cada cual a tomar las de Villadiego. Otros perfilaban ya una acometida feroz contra Churata, lo que habría ocurrido, sin duda, si Coppo, reconociendo a su amigo, y comprendiendo sobre todo el significado de su imprevista visita, no se le hubiese acercado amistosamente para desarmar al belicoso espíritu de su admirado amigo, que trepado a una silla, vociferaba, charango en mano: “Yo soy la raza aimara que protesto en este momento”. Feliz acontecimiento aquél en que dos hombres comprensivos y coincidentes, podríamos decir sinérgicos, transformaron lo que estaba por ser un escándalo de órdago en un toque pintoresco, en algo así como el de un desusado instrumento en una orquesta rutinaria.Este es el genial Churata, la chullpa derruida, que alguna vez dijera, premonitoriamente: “En un desconsuelo moral, el hombre alza los ojos al cielo en busca de la verdad, y sólo concibe la muerte”. Sí, querido Gamaliel, la muerte será contigo como lo fue con Vallejo: el hilo de Ariadna en el laberinto de la incomprensión.
De: "Antología y Valoración" de Gamaliel Churata.

Impreso por encargo del Instituto puneño de cultura, el 30 de mayo de 1971.

jueves, 15 de octubre de 2009

LOS CUENTOS SECRETOS: DE LOS DÍAS PÚBLICOS DE BLADIMIRO CENTENO: “Los Días Secretos”

José Luis Velásquez Garambel

Bladimiro Centeno Herrera acaba de publicar “Días secretos” (Ornitorrinco editores 87 pp) es un libro que no tienen nada que ver con las poéticas de nuestros clásicos autores puneños, no posee el estilo de Don Lucho Gallegos, Jorge Flórez-Áybar, Feliciano Padilla, Zelideth Chávez ni Omar Aramayo y menos el de los anteriores Orkopatas. Ha inaugurado una nueva forma de narrar historias breves en nuestro medio, con un lenguaje preciso, pulcro y porque no decirlo producto de lecturas de autores de culto del minimalismo literario
Todos los autores, ya se dediquen a la escritura de ficción como a los temas amorosos, siempre tendrán entre sus obras alguna de temática amorosa, Bladimiro Centeno no escapa a esto, es un infidente pulcro de este susurro de amor, de estas clandestinas relaciones. Uno de los grandes temas que ha motivado a los artistas de todos los tiempos ha sido el amor. Tal vez sea su intemporalidad la que hace de éste, un tema recurrente que nunca pasa de moda.
Además, al tratarse de un tema familiar para todas las personas, pues siempre se tiene algo que decir al respecto, siempre gozará del favor popular, ya que todo el mundo podrá interpretar según sus propias experiencias lo que el autor quiere expresar, llegando a conclusiones que satisfacen en mayor grado el ansia de conocer el significado por parte de los receptores de la obra. Esto lo hace bello y digno se ser leído y gozado por el amante de la aventura secreta de la lectura.
Conocí a Bladimiro Centeno allá, o mejor dicho acá por el año 2000 y por una suerte, fue jurado junto a Efraín Miranda y Omar Aramayo de unos juegos florales organizados por la especialidad de Lengua, de la UNAP, se me otorgó el 1er, lugar en poseía y en pintura, al año siguiente, ya por puro vicio, me volví a presentar en el mencionado concurso, y Bladimiro Centeno H. fue otra vez jurando, y otra vez se me concedieron el Primer Lugar en composición de poesía, cuento, declamación, Pintura.

Con el transcurso de los años, y luego de largas meditaciones logré comprender que había ganado esos concursos honrosos y misios (por que jamás nos dieron premio algunos, excepto un precioso Libro autografiado por el mismísimo Efraín Miranda, “Padre Sol”, del que incluso guardo celosamente las placas y ojala no se me malogren) porque creí al igual que ellos que este oficio vano y maltratado salvaría el alma de los desamparados, sí eran misios; pero con un hondo significado moral y de aliento, que después de “Elegía” Organizado por los hermanos Vilca Monteagudo, jamás se hicieron en Puno. Esto a que ninguna institución estatal lo promueve, salvo al breve cacareo de Electro puno que en algún momento organizó un concurso nacional del Cuento (al que jamás le dieron continuidad por pura ceguera provocada por la ignorancia.

Mucho después, en el 2002 hasta 2003, creamos y le dimos continuidad junto a Bladimiro Centeno, Rafael Ballenas y Feliciano Padilla un taller de literatura al que llamamos, gracias a Rafael “Anclas en el Cielo”, funcionaba en la Facultad de Derecho, nos reuníamos de noche, encendíamos velas, leíamos cuentos de nuestra autoría y siempre, habían en él muchos jóvenes, que ahora escriben en boletines, en diarios y hasta han publicado con cierto éxito libros de narrativa breve como es el caso de Javier Núñez

Centeno Herrera, en estos últimos años, se ha convertido en el maestro de los jóvenes, en el amigo, en el cómplice en este arte encantado y embrujado que nos quita el pan de la boca para comprarnos una buena novela, un buen libro, una buena historia.

“Días Secretos”, es un libro que debe ser leído con pasión, por ello nuestras felicitaciones a su autor. Aunque, este ordenador le pare poniendo Vladimiro en vez de Bladimiro y que esa sea causa para que me haya demorado tanto en corregirlo, pocos minutos antes que ingrese a prensa. Y también de que cada vez le vaya cambiando de nombre. Un abrazo hermano y buen trabajo. Y claro “Que no se entere la esposa de los “Días Secretos” de Bladimiro Centeno Herrera”

Noticias sobre el escritor:

Bladimiro Centeno Herrera (Yunguyo – Puno, 1970), estudió Litertura y Lingüística en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa y actualmente es docente de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno.

viernes, 9 de octubre de 2009

El canto de “El gallo de Cristal” en la literatura puneña.





José Luis Velásquez Garambel



Omar Aramayo, el poeta de Los Dioses publicó un libro genial titulado El Gallo de Cristal. Se trata de un libro de cuentos y de pequeñas novelas que tienen que ver, y mucho, con la vida de algunos personajes puneños, cuyas vidas han pasado casi inadvertidas pero que sin quererlo han sido parte de la agitada vida política, y hasta acaso social de Puno, entre la corruptela local, la desidia y hasta la variopinta caricatura de una sociedad local movida por el chisme, que debe sin duda, con un estilo verdaderamente literario, ser convertido en género de goce.

Los cuentos y breves novelitas, que nos presenta son verdaderos alegatos de belleza, ligeros y cuidados en el detalle de la buena escritura, el estilo de su lenguaje poético hacen de su estilo inconfundible; sin duda son textos escritos con la luz de la inteligencia.

Omar Aramayo, el poeta, goza de un sitial honorable y bien ganado en el campo de las letras, se trata como lo manifesté alguna vez de un artista total (compositor, musical, folclorólogo, narrador, poeta, entre otra de sus facetas). Sin embargo muchos de los estudiosos de literatura regional han obviado siempre su faceta de narrador, pese a que uno de sus primeros libros es “Antes de los mil días de la muerte que estuve bajo un árbol de diamantes y perfume” publicado en Ediciones Lámpara Azul, Lima 1971. y que cuenta con el prólogo de Dora Bazán. O esa preciosa novela que es “Glu Ekerekeda” cuyos extractos fueran publicados en la famosa revista de Crítica Latinoamericana de Literatura. Y cuyos cincuenta únicos ejemplares fueran digitados por Don Honorio Vásquez Mestas. De ese modo se le ha borrado de la historia de la literatura regional de un brochazo y se ha propuesto una curiosa periodización: así los narradores que pertenecen a la generación de los Orkopatas son considerados “de la iniciación”; Don Lucho Gallegos, es una bisagra; y los posteriores a él son de la consolidación.

Bueno, con ánimos de molestar un poco al ambiente literario, que se halla por estos días en mucha calma, me atrevo a preguntar ¿qué consolidan estos últimos narradores? ¿el trabajo de Emilio Romero, Mateo Jaika o acaso a la de Gamaliel Churata? ¿El trabajo que han hecho realmente supera a la de los aludidos? ¿Cuál fue el criterio para tal periodización? ¿Cómo borraron de un brochazo a narradores como a Omar Aramayo, al mismo Honorio Vásquez y etc, etc.? Bueno, para no redundar, mejor será abrir una pequeña ventana para que el aire se renueve y el conocimiento salga a la luz.

Mientras eso ocurre leamos dos relatos de Omar Aramayo, el primero corresponde a ese libro olvidado lleno de imágenes surrealistas, y de prosa lírica de “Antes de los mil días de la muerte que estuve bajo un árbol de diamantes y perfume” y el segundo a su reciente “Gallo de Cristal”
LOS MIL DÍAS

Les voy a contar algo de los mil días de la muerte que estuve sentado bajo un árbol de diamantes y perfume.

Primero fue una capa delgadísima de aceite que nubló mis ojos, y se fue descomponiendo en colores, millones de colores, tres veces más fuerte que el rojo vivo, docenas de matices de violeta, rosado, colores, colores, y luego fueron apareciendo monstruos pequeños.

Y, luego un pez me dijo buenos días lo nombro ministro cuánto cuesta este perro pague su boleto pague su boleto, suba a mis agallas, agárrese fuerte, el viento le abrirá la cara como una fruta, como una fruta, en qué país le gustaría vivir bajo qué árboles anidan los relojes que son pirámides y ruedan como ruedas y ya nada, pero hay una posibilidad, es una fiesta, ha muerto un niño, aquí hay maíz, carne de llama, chicha de quinua, hártate hermano, quinua, tantos granitos de quinua como ojos de gorrión hinchando tu estómago mirando a través de tu estómago, bosques que se venían como flores cayendo por cataratas y ruiseñores de la edad media y conquistadores con corazón plegable de acero como un abanico y con gemas en las uñas, reyes, la tierra está poblada de reyes y hay un súbdito, sólo un súbdito, todos son reyes, todos tienen imperios, palacios, pero sólo hay un súbdito, y ese eres tú, te partirán con hachas y luego te asarán.

Te gustan las prostitutas? y después me entregaron a una mujer de ojos bellísimos, incandescentes, que me quemaban la piel, me quemaba con su mirada y comencé a derretir y después fui agua deslizándome por entre sus labios, y era agua, agua, agua deslizándome por entre sus entrañas y saliendo por su sexo, por sus senos y enroscándome entre sus cabellos como cientos de miles de millones de gusanillos, comiéndola, carcomiendo su nariz y sus orejas y después estuve solo.

Solo. Y muy lejos, muy lejos, había un árbol, lejos, un árbol, y después caminé siglos, lejos hacia ese árbol y en el camino nada, no había ni casas ni cielo, y después no había piso, sin piso, me ahogaba, pero caminaba hacia ese árbol, del horizonte, no hay horizonte, sólo el árbol.


IMITO A LOS PÁJAROS


El señor de esta comarca convocó a quienes necesitaban un puesto de trabajo. A la oferta acudieron cientos, y según se iban presentando, les preguntaba ¿qué sabes hacer? Soy carpintero, maquinista, maestro de obra, cocinero, respondían. Y como si fuera en un sueño soñado por muchos, médicos, abogados, maestros de escuela, de acuerdo a la respuesta, eran ubicados en la plaza correspondiente. Hasta que llegó uno, y fue preguntado de la misma manera, ¿qué sabes hacer?, entonces el hombre respondió: imito a los pájaros.

El señor de estas comarcas odiaba la música, y montó en cólera, ¡quieres vivir del canto!, habrase visto, conmigo, un vago más, ¿acaso no es suficiente con los que ya tenemos? Arrójenlo, ¡lejos de mi vista!

Pero antes que fuera expulsado por manos ajenas, el hombre se aproximó a la ventana y se echó a volar.

La fiesta y Orgía de Luis Gallegos Arreola






José Luis Velásquez Garambel



En la noche de ayer, el Instituto Americano de Arte de Puno, institución señera y que desarrolla incansable labor cultural indesmayablemente desde hace más de cincuenta años durante cada viernes, y sin ningún apoyo estatal (para vergüenza del gobierno local que sólo le presta el local y para el gobierno regional que nada hace para ayudar a una institución histórica que ha promovido por ejemplo: los concursos de la festividad de la Virgen de la Candelaria, y las grandes movilizaciones por el desarrollo social de Puno), efectuó un merecido homenaje al narrador Luis Gallegos Arreola. El hermano mayor que hizo del humor todo un arte de galantear y ficcionar.

Tuvimos la suerte de conocerlo hace más de 10 años, durante unos coloquios de Literatura puneña y empezamos a frecuentarlo casi asiduamente desde el 2002, fecha en que preparábamos la edición de Pallakmarka (una revista que hoy a desaparecido, acaso por cuestión de ocio y economía). En esa ocasión don Lucho se encontraba un poco mal de salud, llevaba un collarín para mantener el cuello erguido, sin embargo su sentido del humor no había cambiado para nada y salud se haría más sólida con el pasar del tiempo. Recuerdo todas las conversaciones en su casa del Jr. Tacna, en donde nos recibía siempre con la cortesía de las viejas maneras.

En ese entonces Don Lucho, se encontraba sembrando “Cuchucho”, una planta tuberosa, que según nos manifestaba tenía propiedades superiores a la maca (un revitalizante), con el pasar de los días, notamos que su salud empezaba a mejorar paulatinamente, dejó el collarín, su humor se volvió más perspicaz, como se diría “había vuelto a nacer”; pero esta vez para recordarnos que el humor aumenta y se explota en el trabajo intelectual, y que los años son un verdadero aliciente que deben ser exprimidos para crear bellas piezas de arquitectura narrativa erótica.

Don lucho Gallegos (Ilave – Puno, 1923), el narrador que en los últimos años nos viene entregando una variada muestra de biografías de personajes históricos, en algunos casos, y en otros, donde nos pinta a personajes que pertenecen al imaginario popular, a la vida común del pueblo con humor, con una forma exagerada y propia de la vida de los andes, un mundo “Real Maravilloso”, con belleza y con un gran esfuerzo. No ha recibido una ayuda, que sepamos, considerable para publicar su obra por parte de alguna entidad estatal. Por lo que no se puede resarcir todo ese esfuerzo con alguna medallita o un título o un diploma que en estos casos resultan risibles, y propias de una visión provinciana de la cultura.

A pesar que su obra no constituya un referente obligatorio para la formación de las nuevas generaciones, y tampoco de influencia para los mismos, reconocemos su trabajo en la escritura, lo valoramos y respetamos, más allá de las palabras halagüeñas de algunos que se cuelgan de sus solapas para decir que trabajan en pro de la cultura puneña.

Sí, pues señor alcalde, señor presidente de la región, una medalla no puede ser óbice para callarnos la boca y decir en algún discursito de media tinta que se está reconociendo la labor de un escritor que ha dedicado su vida a hacer que Puno siga siendo considerada “Tierra de Artistas y Poetas”, cuando en sus gestiones nada han hecho para, por ejemplo, en el caso de Don Lucho Gallegos, ayudarlo a publicar una edición decorosa de su obra, o acaso propiciar un fondo para crear un fondo editorial para promocionar las obras de escritores puneños. De tal modo que sus discursitos y las medallitas que les otorgan son simples ramplonerías y una forma estúpida de decirle a la población que están trabajando por la cultura de Puno.

Hace poco, la Municipalidad del Cusco anunció la edición de la obra completa de Clorinda Mato de Turner, esta no es la primera vez que este municipio implementa este tipo de proyectos, ya que en la gestión del desaparecido alcalde Daniel Estrada y a la sazón congresista, se publicaron más de 150 títulos de escritores Cusqueños, en temática muy variada (desde literatura, arqueología, historia, danza y música).

Lastimosamente en puno tenemos autoridades con una visión enana, un espíritu miope y que no conciben la importancia del desarrollo cultural de la región, y de la comuna local, y tal pareciera que desean desarrollar proyectos de futuro para hombre hechos de concreto (cemento y fierro) y no de sensibilidad social y cultural. Y lo peor, creen que entregando una medallita y un reconocimiento se hace cultura.

Don Lucho Gallegos, estoy seguro y cualquier escritor se vería verdaderamente homenajeado si la gestión estatal publicara su obra en ediciones decorosas y que las mismas sean leídas en los centros educativos.

¿O qué cree usted señor alcalde, señor presidente de la región? Bueno, no creo que esta nota provoque alguna reacción, porque creo con toda sinceridad que las autoridades no leen y si lo hacen no creo que comprendan lo que leen, porque viven ufanados en un poder pasajero, el mismo que los hace más tontos e insensibles.

Mientras tanto, el mejor homenaje que le puedan tributar, Don Lucho, es el del reconocimiento sincero y la amistad fraterna.

Obras de Luis Gallegos

“Manuel Z. Camacho y la Escuela de Utawilaya”, “Lorenzo Cotillo y su tiempo”, “El Coronel de la Espada Virgen”, “Agonía y muerte de José Salcedo”, “Los Paredes y la fiesta de las vicuñas”, “Las voces del viento”, “la orgía del moro”,“Barlovento”, “Qoñi Qucho”, “Las plagas y el olvido”, “El camarada Vicente”

miércoles, 7 de octubre de 2009

La Fe como símbolo cultural




José Luis Velásquez Garambel

Un hombre con la cabeza tonsurada se detiene a descansar, los latidos del corazón se multiplican, mira al cielo y su alma está cargada con un manojo de alegría, lleva las ropas raídas y un cúmulo de esperanzas le acompañan. Una vieja túnica, un cinturón y un báculo son su única propiedad. Los labios se le resecan, tiene sed, el lugar es agreste y el calor está a punto de consumirlo, tiene los ojos llenos de vida, a pesar de todo el sufrimiento, se detiene a conversar con los pajarillos.

Así, en las cercanías al pueblo de Tiquillaca un hombre que arrea a sus burros cargados de Ch`aqu, nota que una de sus bestias no puede seguir con el trajín, intenta forzarla, la bestia cae estruendosamente, se recuesta, el hombrecillo la golpea y una voz suave le detiene, le dice con tono melancólico “hijo haz que tus burros descansen, por favor baja por esta ladera y tráeme un poco de agua, estoy cansado, traeme hijo un poco de agua para calmar mi sed”,el hombrecillo lo mira y le dice “ padrecito, aquí no hay agua, esta parte es bien seca”.

El padrecito, tiene un habito muy viejo y humilde, desgastado como el lama del hombre, los ojos del hombrecillo se tornan llorosos, le dan ganas de llorar por lo que sea, tiene el corazón enternecido, una ternura rara se ha apoderado de él. No quiere bajar por la ladera a traer agua y es que él conoce todos esos caminos y sabe que no hay una fuente de agua, porque cientos de veces ha recorrido el lugar. “hijo sólo baja y tráeme agua” le replica otra vez, con esa voz delicada el padrecito. El hombrecillo baja, veloz, como si de una bizca se tratara. Y efectivamente halla una fuente de agua, donde el sacerdote le había indicado, se alegra, la sonrisa le brota del alma, del ama niña que tiene a pesar de los años que han pasado y del mucho dolor que guarda por todo lo sufrido. Y al volver sólo halla una imagen, la de un santo. La de San Francisco de Asís.

El hombrecillo se dirige al pueblo. Se produce una conmoción, el bullicio procurado por miles de corazones que palpitan estruendosamente despiertan al levante, avanzan junto al sol, la algazara y la alegría vienen con él, junto al culto a este santo acaba de nacer también la fiesta. Es 04 de octubre y el pueblo ahora no deja de bailar, ahora los corazones ya no se apagan, y con su fiesta el pueblo ha crecido también en espíritu.

Este Santo, para el indígena, nació en los andes y es el que mejor se identifica con su pobreza y su miseria, con su ternura y su esperanza. Su imagen ha sido utilizada para que el catequizador se acerque más a la condición del indígena y por su mismo origen no tardó en ser asimilado en el imaginario de la comunidad campesina, en ser festejado, en ser portador de sueños, en ser portador de toda la fe colectiva.

Y no sólo es el caso Tiquillaca, ya que hay pueblos que lo festejan con mucha más pomposidad, como es el caso de Yunguyo con San Francisco de Borja, en donde su imagen es venerada como “El Tata Pancho”, y es que el indio (quechua y aimara) tiende a reconocerse y a identificarse más con este santo más que con cualquier otro. Recordemos sino que José María Arguedas en “El Sueño del Pongo”, en donde al morir tanto el hacendado y el pongo ambos comparecen ante “Tata San Francisco” y ocurre esa metáfora del tomen cada quien lo que se merece, cuando a uno lo hace untar con miel y al otro con excremento y luego les dice “lámanse el uno al otro, porque eso es lo que se merecen”.

Y para tener una pequeña idea sobre la imagen europea del santo, observemos el siguiente extracto, durante la guerra de la fe o la guerra santa:
“En junio de 1219, se embarcó en Ancona con 12 frailes. La nave los condujo a Damieta, en la desembocadura del Nilo. Los cruzados habían puesto sitio a la ciudad, y Francisco sufrió mucho al ver el egoísmo y las costumbres disolutas de los soldados de la cruz. Consumido por el celo de la salvación de los sarracenos, decidió pasar al campo del enemigo, por más que los cruzados le dijeron que la cabeza de los cristianos estaba puesta a precio. Habiendo conseguido la autorización del delegado pontificio, Francisco y el hermano Iluminado se aproximaron al campo enemigo, gritando: "¡Sultán, Sultán!". Cuando los condujeron a la presencia de Malek-al-Kamil, Francisco declaró osadamente: "No son los hombres quienes me han enviado, sino Dios todopoderoso. Vengo a mostrarles, a ti y a tu pueblo, el camino de la salvación; vengo a anunciarles las verdades del Evangelio". El Sultán quedó impresionado y rogó a Francisco que permaneciese con él. El santo replicó: "Si tú y tu pueblo estáis dispuestos a oír la palabra de Dios, con gusto me quedaré con vosotros. Y si todavía vaciláis entre Cristo y Mahoma, manda encender una hoguera; yo entraré en ella con vuestros sacerdotes y así veréis cuál es la verdadera fe". El Sultán contestó que probablemente ninguno de los sacerdotes querría meterse en la hoguera y que no podía someterlos a esa prueba para no soliviantar al pueblo. Cuentan que el Sultán llegó a decir: "Si todos los cristianos fueran como él, entonces valdría la pena ser cristiano". Pero el Sultán, Malek-al-Kamil, mandó a Francisco que volviese al campo de los cristianos. Desalentado al ver el reducido éxito de su predicación entre los sarracenos y entre los cristianos, el Santo pasó a visitar los Santos Lugares. Ahí recibió una carta en la que sus hermanos le pedían urgentemente que retornase a Italia”.

La cultura de la muerte




José Luis Velásquez Garambel



Cuando autoridades como los alcaldes de Ayapata e Ituata, algún congresista y mucha gente movida por la necesidad de un futuro mejor en una sociedad tan inestable como la peruana se enfrentan sin la mediación de ley alguna y con la saña de la muerte y toda trasgresión de la cultura humanitaria, definitivamente uno no puede taparse los ojos y los labios, y castrar toda indignación que nazca de los hechos ocurridos en Chacayaje (Carabaya - Puno).


El problema de la delimitación territorial internacional, regional, provincial y hasta comunal pueden llevar a verdaderos extremos, recordemos, en el período de Fujimori nos vimos en medio de un conflicto bélico que costó muchas vidas en las fronteras con el Ecuador, actualmente en la Región de Puno se están dando problemas como los de Pasto Grande (los conflictos entre Puno y Moquegua), en la selva puneña Limbani y Phara; el conflicto entre peruanos, entre puneños muestran la gran fragilidad de nuestra cultura, las enormes diferencias de intereses, y sobre todo la incapacidad de resolver conflictos por parte de la sociedad y del estado independientemente.
¿De dónde nace esa forma de reacción como la de los asesinos en Chacayaje? ¿Cómo es que se puede castigar al cuerpo después de la muerte? Sin duda somos testigos de los complejos procesos del cómo una sociedad ejerce el poder, al no encontrar un canal comunicativo y sobrepone sus intereses por encima de la vida humana. Michael Foucault en Vigilar y Castigar relata un hecho que tiene que ver cómo la sociedad puede llegar a disfrutar de los castigos y de la muerte de quien está siendo torturado físicamente: “Damiens_ un parricida_ fue condenado (…) se le vertió plomo derretido sobre las partes atenazadas, aceite hirviendo, pez resina ardiente, cera y azufre fundidas juntamente y acontinuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento” (la descripción del castigo es larga y cruel, de hecho más de veinte páginas), el castigo sobre el cuerpo es la forma más terrible de castigar, “en el saso de Chacayaje se trata de conflictos de intereses, entre comuneros que se dedican a la actividad minera, por una veta rica de oro que desean explotar para sí.



El tema de la violencia entre mineros no es nuevo, hace 20 años en el distrito de Ollachea se encontraron cuerpos de mineros degollados, una escena escabrosa que hace que el espíritu se erice y abandone el cuerpo del hombre por pura indignación, ni la policía ni ningún otro órgano jurisdiccional hizo nada por esclarecer los hechos. Los conflictos por el oro han causado innumerables tragedias y muertes entre quienes se dedican a la explotación de este mineral, que para algunos significa una forma de subsistencia; para otros perversión, muerte y el consecutivo incremento de la ideología del mal, una “cultura de la muerte” como lo habría dicho Baudrillard, producto de una “libertad perversa”, aquella que nos confiere “poder absoluto sobre los demás y en contra de los demás”, y de la cual resulta lo macabro y a la que grandes sectores de la opinión pública justifican con la llamada desatención estatal, con la falta de capacidad de las autoridades para solucionar conflictos que más tarde originan crímenes contra la vida en nombre de la libertad individual y de un supuesto mejoramiento en la calidad de vida.



El origen de esta “libertad perversa” se encuentra en una concepción de la libertad que “exalta al individuo aislado de forma absoluta y no da cabida a la solidaridad ni a la apertura y el servicio hacia los demás”. En donde el interés personal o de grupo pesa más que la vida de “los otros”. Así el minero formal e informal (y con ella la minera), se ha contagiado de la patología generalizada de la ambición y poder desmesurado, y para ello corrompe, mata, destruye y funge de crear desarrollo, esperanza de vida.



La imagen de los asesinatos consecutivos en los diversos centros mineros son la sola muestra del tipo de cultura que se va generalizando en nuestra sociedad, verdadero antro de prostitución de ideologías del mal. Al parecer avaladas por las instituciones del estado, por los intereses de grupo, y por la legalidad que se les otorga en los órganos correspondientes. Así la imagen de Carabaya (en sus centros mineros informales), de la Rinconada, es y al parecer seguirá siendo el rostro de la prostitución, del asesinato, la trata de personas y de crímenes como los ocurridos en Ituata - Carabaya si la autoridad, el estado y el sentido humano no intervienen.



Al parecer a sus pobladores, a los comuneros, a quienes se dedican a estas actividades no les llama la atención el que ocurran este tipo de hechos, estas tragedias se han hecho parte de su cultura y de su ideología y para ellos se ha convertido en “normales”, ¿qué ocurrirá si esto se sigue propalando más? ¿No fue suficiente con Ilave? ¿No bastan los linchamientos? ¿No produce hedor toda la corrupción que existe en los diversos organismos estatales? ¿No indigna la desatención del gobierno?



Parece que este no es país de la maravilla como se pensaba sino del aprecio hacia lo macabro, a lo inhumano y de las falsas declaraciones. Ante todo esto, mejor será que lancemos vivas por el asesinato y la desidia. Eduquemos a nuestros hijos para emular a los asesinos, matemos todo cuanto existe y terminemos por instaurar la cultura del horror.



Ahora se sabe lo que muchas autoridades quisieron callar, sí hay muertes y escenas y fotografías que llenan de indignación a todo ser que goza de humanidad. ¿Qué pretenderán hacer ahora nuestras autoridades? ¿Aprovecharan el dolor como una cortina de humo?



Análisis Lingüístico- etnológico del poemario “pakasqa takiyniykuna” de Feliciano Padilla




M. Sc. Emilio Chambi Apaza

Feliciano Padilla, autor de este poemario, es uno de los escritores que destaca en la narrativa regional y nacional. Hace tiempo conocí a Padilla en el Instituto Superior Pedagógico de Puno, cuando tuve la oportunidad de ser profesor de lengua quechua. Actualmente Padilla trabaja en calidad de docente en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNA. También, menciono a José Luis Velásquez Garambel que estuvo encargado de la traducción del texto al español, con quien nos conocemos desde el 2002, cuando tuve la oportunidad de dirigir el curso de Fonética y Fonología en la Maestría de interculturalidad, en la que fue mi alumno.

Después de este preámbulo paso a comentar el contenido del poemario en quechua: “Pakasqa takiyniykuna” (Mis cantos ocultos). Ante todo, cabe reconocer que los insumos de la poesía de Padilla provienen de las actividades de la vida cotidiana del pueblo quechua que persiste junto a los pueblos aymara y castellanohablantes del Altiplano de Puno. En esa perspectiva histórica, el contenido de esta poesía se remonta a los orígenes del hombre de este continente. En la concepción del tiempo se hace una retrodicción histórica al mencionar el nombre de Wiraqucha como ‘ser poderoso ancestral’. Este personaje sería el primer sabio mítico que alguna vez trascendió entre las poblaciones vernáculas. Sin embargo, su nombre está impregnado en las montañas más altas del espacio social de los pueblos originarios. Allí está el principio de la concepción del doblamiento de los pueblos ancestrales. En este caso, los personajes míticos se encarnan en las rocas y montañas.

En efecto, podemos interpretar ciertas construcciones literarias en las páginas 11,43 y 61 del poemario, en las que se lee la frase Wiraqucha qaqapi. El último vocablo se puede segmentar en: qaqa ‘roca’ y la flexión –pi que corresponde a la localización espacial y se traduce generalmente como ‘en la’ o ‘en el’. Por tanto, qaqapi quiere decir ‘en la roca’, ‘en la cumbre’ o ‘en la montaña’.

En el siguiente verso aparece la frase tiyasqaykimanta. En donde la raíz verbal tiya-y quiere decir ‘vivir’, ‘existir’, ‘residir’, ‘poblar’, ‘poseer’, ‘ocupar’ y ‘habitar’. El segmento –sqa corresponde al participio pasado y, el relator –manta, se refiere al sufijo hablativo ‘de’ o ‘del’ en términos espaciales; el formante –yki corresponde a la marca de segunda persona singular. De tal manera, la frase tiyasqaykimanta ofrece la traducción ‘a partir de tu residencia’. Luego el siguiente verso introduce la idea de la acción sobre la nieve. La frase rit’ikuna se descompone en rit’i ‘nieve’ y –kuna que es el pluralizador del sustantivo. Entonces, rit’ikuna se traduce ‘las nieves’. Luego aparece la frase allipaspa, donde allipa-y se refiere a la forma de ‘escarbar’, ‘acondicionar un lugar’ y el formativo –spa corresponde a la acción secuencial traducida como ‘después de’, ‘a continuación de’ o ‘seguidamente’. En este sentido, la frase allipaspa se refiere a la actividad de acondicionar la nieve para vivir.
En la página 11 se menciona a las principales montañas cubiertas de nieve, tales como: Illimani que se encuentra en La Paz – Bolivia, Illampu que es otra montaña boliviana y; Khunurana, el nevado de la montaña de Santa Rosa de Melgar que se encuentra en el camino de Puno a Cusco. El otro nevado principal que alude pertenece a Macusani, zona alpaquera de Puno, llamado Allin Qhapaq ‘el buen representante’. Asimismo en la página 11 señala a la montaña Salqantay, forma que viene de Sallqantay. También puede leerse Wisk’achani. Esta estructura se puede segmentar en wisk’acha que se refiere a una ‘variedad de roedor’ silvestre que habita en el camino de Juliaca a la ciudad de Arequipa y el formante –ni que presenta el lugar donde existen estos roedores. Por tanto, Wisk’achani alude a un lugar donde existen las “viscachas”.

En “Pakasqa Takiyniykuna” podemos encontrar algunas concepciones referidas a los matices del tiempo expresados en lengua quechua. Particularmente, en la página 39 y 49 aparece la frase ch’isi tuta, donde la forma ch’isi quiere decir ‘tarde’ y tuta se refiere a la noche. Por tanto, ch’isi tuta quiere decir ‘anochecer’. En la página 23 encontramos la frase ch’isi musquy. La diferencia con la forma anterior, en este caso, es la expresión de la frase verbal musquy ‘soñar’. De tal manera, ch’isi musquy se refiere a las manifestaciones del sueño ocurrido al momento de anochecer.

En la página 51 se lee la frase nina kuru, en donde nina quiere decir ‘fuego’ y kuru se refiere a la nominación general de los ‘gusanos’ y larvas de la mosca. Por tanto, nina kuru se traduce literalmente como ‘gusano de fuego’. Pero esta frase en términos culturales alude a la luciérnaga y a los insectos fosforescentes que impresionan la mente humana, porque algunos de estos insectos alumbran por la noche. Sin embargo, esta construcción es una forma parafraseada que permite describir las características del insecto. En la frase pillpintu mirachina se puede encontrar diferentes interpretaciones. En esta estructura, la forma pillpintu se refiere a ‘mariposa’ y mira-y corresponde a la traducción ‘reproducir’. El morfema –chi es causativo y el sufijo –na es la marca locativa cuando se trata de un ámbito espacial.

En algunos versos de la poesía aparecen nombres de las aves que habitan en el Altiplano de Puno. En la página 43 menciona al cóndor representado en la forma de kuntur. En la página 19 se encuentra la frase kunturpa phawayninta, que refiere al ‘vuelo del cóndor’. Cuando se dice kuntur-pa. En este caso, el sufijo –pa es la marca genitiva. Mientras la frase phawa-y se traduce como ‘volar’, en cambio –ni es un morfo que se inserta entre la secuencia de dos consonantes; la flexión –n es la tercera persona y el sufijo –ta actúa como forma adverbial. En las páginas 15 y 37 habla de q’inti ‘picaflor’. Esta ave se conoce con la denominación luli en otras comunidades campesinas. Las aves forman parte de la vida cultural de los pueblos. En las páginas 19 y 29 se menciona el nombre del cernícalo. Esta ave se conoce con la nominación de k’ilinchu. Pero en algunas comunidades se dice k’ilichu. El pájaro que actúa en los relatos míticos es el denominado pichitanka ‘gorrión’ que, en esta ocasión, aparece en la página 39 del libro. Sin embargo, en otras comunidades campesinas de la zona quechua se dice phichitanka. Así mismo, en la página 29 se menciona al ave denominado liqi-liqi ‘tero’. Los huevos de esta ave se observa para anticipar la abundancia o escasez de lluvia que corresponde a la campaña agrícola.

En cuanto a la flexión de persona en su forma plural aparece en la página 47. Tal es el caso de ripu-su-n ‘nosotros iremos’. Esta frase aparece en otras comunidades con su marca –nchik que funciona como pluralizador de primera persona inclusiva. La misma expresión se usa en Puno bajo la forma de –inchis. De tal manera, la raíz ripu- se refiere al verbo ‘ir’, ‘morir’, ‘desaparecer’ y ‘acabar la vida’. Mientras el morfo –su aparece solamente en su flexión inclusiva. Así como la frase tusu-su-nchik ‘nosotros bailaremos’. La forma hatun ‘grande’ aparece en la página 23 y 39 junto a la frase quchakama. En esta construcción el sustantivo qucha quiere decir ‘lago’ y el sufijo –kama es un limitativo espacial. De tal manera, la frase quchakama de la página 34 se traduce ‘hasta el lago’.

En las páginas 29, 37 y 61 encontramos la frase Mama Qucha Titiqaqa. La traducción literal de mama alude a la importancia de la dimensión expresada en ‘grande’, ‘origen’ y ‘madre’. Mientras el sustantivo qucha se refiere al ‘lago’ y Titiqaqa es el sustantivo que hoy se conoce como Titicaca. La frase mama qucha se traduce ‘lago grande’, que también es posible para mencionar el ‘mar’. En este caso la forma mama es un modificador de qucha ‘lago’.

Luego se refiere a los peces nativos del Lago Titicaca. En la página 61 se menciona al denominado qarachi ‘variedad de pez’ y otra variedad conocida como suchi aparece en la página 17. Esa variedad de pez nativo se dice such’i en otras comunidades circunlacustres.

En lo referente al espacio sideral, el poeta no deja vacíos, sino que alude a los astros y demás cuerpos luminosos. Esta nominación aparece en las páginas 19 y 61. Allí está el denominado tayta ‘padre’ e inti ‘sol’. Además se habla de ch’aska refiriéndose a la estrella más grande del cielo. Esta nominación aparece en las páginas 17, 21, 25, 29 y 33. En este texto no podía faltar la fuerza del rayo. En la página 21 se menciona el nombre de Illapa ‘rayo’. Actualmente, mucha gente ofrece ritos al rayo, cuando cae en algún lugar del domicilio de los campesinos.

En cuanto al campo de la agricultura existe gran cantidad de nombres de los cultivos y plantas silvestres que forman parte de la cultura nativa. En la página 25 aparece la frase t’ikakuna ‘flores’, donde t’ika ‘flor’ y el sufijo –kuna corresponde al pluralizador de cosas. En la página 53 encontramos la frase sumaq papa. La forma de representación sumaq se traduce de acuerdo al contexto, tales como: ‘buena’ o ‘harinosa’. Por tanto, la frase sumaq papa quiere decir ‘papa selecta’ y la frase wayru papa se refiere a una de las variedades de papa harinosa.

En las páginas 23 y 41 se refiere a la sensación de los cambios del día y la noche. Por tanto, ch’isi tuta se traduce ‘al tardecer’, aunque tuta se refiere a la ‘noche’. Entonces, ch’isi tuta se traduce como ‘anochecer’. En este verso, la noche está asociada a la muerte. En ese sentido, en la página 41 se menciona a un animal silvestre denominado ch’iqchi añas. Chiqchi se utiliza para señalar el pelaje ‘blanco y negro’ y añas corresponde a ‘zorrillo’. Por tal razón, la presencia del zorrillo está asociada al presagio de muerte.

Después de la muerte se concibe la reconstrucción y la reaparición del espíritu de los seres mortales. En la página 11 se encuentra la frase walsiruq tullunmanta, donde walsiru es una persona que conduce la balsa y el sufijo –q es la marca del agentivo. Tullu se traduce como ‘hueso’ y el formante –n es la marca de tercera persona. Entonces, la frase tullu-n quiere decir ‘su hueso’. El formante –manta corresponde a la flexión de caso ablativo. Luego, en la misma página aparece la frase takiyniy phuturquspa. En esta construcción taki-y se refiere a ‘cantar’, -ni es un morfo insertado entre consonante y el formante –y es la marca posesiva de la primera persona singular. La raíz verbal phutu- corresponde a ‘emerger’ y –rqu es la marca del movimiento que exhorta de abajo hacia arriba. El sufijo –spa es la secuencial. Finalmente encontramos en la página 11, la construcción taytaypa taytan sutinpi. La primera frase taytay quiere decir ‘mi padre’ y –pa es la marca genitiva. El que sigue es la frase taytan, donde –n se refiere a la tercera persona singular. Esta frase se traduce ‘su padre’. Mientras la raíz suti se refiere al ‘nombre’, el morfo –n es la tercera persona singular y el sufijo –pi es locativo que se traduce como ‘en’, cuya traducción sería ‘en su nombre’. De esta manera es posible seguir analizando los versos escritos en lengua quechua. Además, considero que es posible cantar la poesía de la página 11 de este poemario quechua. Llego a esta conclusión, después de hacer ciertas repeticiones para adecuar los versos al tono de un cántico ritual o religioso, que correspondería a una traducción literal y no literaria.