viernes, 28 de agosto de 2009

DOCUMENTOS DE LA UNIVERSIDAD DE PUNO - 1856.






En relación al nombre de la Universidad se han cometido errores consecutivos que se vienen arrastrando y se van acentuando por tradición. El nombre de la Universidad no es la de “San Carlos”; sino el de Universidad de Puno (revísese la ley de creación), hay que distinguir que esta Universidad sí funcionó en el local del Colegio de San Carlos a causa del casi inexistente presupuesto público, que sí estuvo bajo la advocación a este santo (San Carlos Borromeo); pero que en su ley de creación no se encuentra el nombre de Universidad de San Carlos. Del mismo modo, el número de ley de creación N° 406 es una invención, ninguna ley de ese período lleva número, la numeración de las leyes se dan a partir de 1900.



CARTA DE LOS NOTABLES Y MIEMBROS DEL COLEJIO ELECTORAL.


Señor Presidente del Colejio Electoral:

Habiéndose enviado la documentación sobre la creación de una Universidad sírvase brindar los informes pertinentes en la reunión diciembre próximo.
(xxx)

T. Pacheco.
Firman 16 miembros del Colejio Electoral.

(Doc. En Copiador de Cartas, Archivo Histórico de Puno, sn. Fecha/ 1826. Poco tiempo después, de la creación del Colegio de varones de “Ciencias y Artes” la población puneña aspiró a la creación de una Universidad en el departamento, en la trascripción respetamos la escritura original ).



LEY DE CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE PUNO


Presidente Provisorio de la República
Por cuanto la Convención Nacional ha dado la ley siguiente:

La Convención Nacional.

CONSIDERANDO:

1º Que para facilitar la instrucción es necesario formar profesores que la (xxx) generalicen en toda la República.
2º Que el Departamento de Puno por la distancia a que se halla de la Capital, por su numerosa población y lo estudiosa que es su juventud, necesita de un establecimiento, que proteja al Profesorado de Ciencias y Artes.

Ha dado la Ley siguiente:

Art. 1º Se erige en la Capital de Puno una Universidad para la enseñanza de la Teología, Jurisprudencia, Medicina, Filosofía y Letras, Matemáticas y Ciencias Naturales, y para que en estas mismas Facultades se confieran grados académicos.
Art. 2º Se observará en la Universidad el Reglamento de instrucción pública de 7 de abril de 1855, debiendo ejercerse la atribución 10ª de la Dirección General de Estudios para la Comisión de Instrucción pública de aquel Departamento.
Art. 3º Mientras no tenga Estatuto propio, local y los fondos necesarios, regirá provisionalmente el Estatuto de la Universidad de San Agustín de Arequipa, se celebrarán las funciones universitarias en el Colegio Nacional de Puno y de las rentas de este, se costeará las Cátedras que fuesen de mayor necesidad.
Art. 4º Dentro del término de seis meses, contados desde que el Presidente de la República ponga el “cúmplase” a esta ley, se instalará la Universidad por el Prefecto del Departamento.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento, mandándola imprimir, publicar y circular.

Dada en la Sala de Sesiones en Lima, a 23 de agosto de 1856.-Miguel San Román.-José Luis Quiñones, Secretario.-Pío B. Meza, Secretario.

POR TANTO:
Mando se imprima, publique y circule y se le dé el debido cumplimiento.

Dado en la Casa de Supremo Gobierno, en Lima a 29 de agosto de 1856.-RAMÓN CASTILLA.-José M. Seguín.

(FUENTE: Archivo Histórico de Puno- Registro Oficial y Diario el Peruano, este documento se imprime en la quincena del mes de septiembre)



Acta de Fundación de la Universidad


En la benemérita y heroica ciudad de Puno, capital del valiente esforzado y leal Departamento del mismo nombre; a primero de marzo de 1858, reunidos en el salón de exámenes del Colegio de San Carlos, el señor Coronel Prefecto y Comandante General del Departamento, la Comisión de Instrucción Pública, La Ilustrísima Corte Superior de Justicia, los DD.D. Juan Cazorla, Dionisio Huerta Cortés, Bernabé Urbina, Manuel Pino, Gabriel Barrionuevo, Ignacio Vásquez, Bartolomé Aguirre, Juan N. Arce, Juan Manuel Gamboa, Jorge Ramos, Manuel C. Jiménez, Melchor Patiño, Ramón Torres, Mariano Solano, José Manuel Pacheco, Guillermo Pino, José Antonio Bueno, José MANUEL Pino; Empleados Eclesiásticos Civiles y Militares, Padres de Familia y demás vecinos de esta ciudad, con el fin de dar cumplimiento a la Ley de 29 de Agosto de 1856 que manda se establezca una Universidad en esta población para la enseñanza de la Teología, Jurisprudencia, Medicina, Filosofía y Letras, Matemáticas y Ciencias Naturales y para que en estas mismas Facultades se confieran grados académicos, encargando su instalación al Prefecto del Departamento en el término de seis meses, se procedió al indicado acto a cuyo efecto el Secretario de la Prefectura Dr. D. Ignacio Vásquez leyó la indicada ley, procediendo en seguida la lista de los dieciocho señores Doctores arriba indicados, cuyos títulos habían sido previamente revisados por la comisión de Instrucción Publica, y las demás órdenes y circulares expedidas por la Prefectura con este objeto. En Cuya virtud declaró el señor Coronel Prefecto Don Miguel Garcés que queda instalada la Universidad con la suficiente autorización de la Ley del Gobierno para principiar a funcionar según los fines de su Instituto. Reunido inmediatamente el claustro bajo la presidencia del Sr. S.r. Vocal Dr. D. Juan Cazorla, como Dr. Más Antiguo, Proclamó como patrón de la Universidad a San Carlos, y con el fin de proceder a la elección de Rector y demás funcionarios conforme a la constitución de este cuerpo, se nombraron por escrutadores por aclamación a los Doctores Don Manuel Pino y Don Jorge Ramos. Hecha la votación en cédula secreta para Rector de la Universidad y practicando el escrutinio resultaron: 10 votos a favor del señor Dr. Don Juan Cazorla, 7 a favor del Dr. Don Manuel Pino y 1 por el Dr. Don Jorge Ramos, en virtud de haber obtenidota mayoría absoluta el señor Doctor Don Juan Cazorla se le proclamó Rector de esta Universidad. Pasando a la elección de Vice-Rector, reunidos los votos y practicado el escrutinio resultó: que habían obtenido 8 votos el Dr. Don Manuel Pino, 6 el Doctor Jorge Ramos y 4 el Doctor Don Bartolomé Aguirre, y no teniendo ninguno de ellos la mayoría absoluta requerida por la Constitución se procedió a segunda votación entre los señores Pino y Ramos, que habían reunido la mayoría, resultando de este segundo escrutinio 13 votos para el Dr. Don Manuel Pino y 5 para el Dr. Ramos en cuya consecuencia fue proclamado Vice – rector el indicado Dr. Pino. En seguida se procedió a la elección de los demás funcionarios y resultaron electos: para secretario el Dr. Don Guillermo Pino, PARA Tesorero El Dr. Don José Antonio Bueno. Para Vocales de la sección Económica al Dr. Don Juan Nepomuceno Arce, por 13 votos, el Dr. Don Bartolomé Aguirre por 10, el Dr. Don José Manuel Pino, con 10, el doctor don Melchor Patiño con 9, el Dr. Don José Manuel Pacheco con 8, el Dr. Manuel Gamboa por 16 votos, el Dr. Don José Dionisio Huerta Cortés por 11, el Dr Don Ramón Torres por 9; y para Fiscal el Dr. Don Gabriel Barrionuevo por 10 votos. Acto continuo los señores Rector y Vicerrector prestaron juramento de ley y se dirigieron todas las corporaciones a la Iglesia Matriz, donde se celebró una Misa solemne, se pronunció una oración análoga por el Dr. Dn. José Manuel Pino y se cantó el Te Deum en acción de Gracias al Todopoderoso por el establecimiento de un cuerpo, que prometía cooperar eficazmente al adelanto de este Departamento. Concluida la función de Iglesia, regresaron las corporaciones al local de la Universidad en el que los señores Dr. Dn. Manuel Pino, Dr. Dn. Guillermo Pino, y Dr. Dn. José Antonio Bueno pronunciaron sendos discursos.
Con lo que se concluyó el acto, firmando la presente el señor Coronel Prefecto y los señores que componen el claustro.

Como se ha dicho la Universidad de Puno quedó instalada el 1° de marzo de 1858, con el siguiente Claustro:
Dr. Dn. Dionisio U. Cortés
Dr. Dn. Bernabé Urbina
Dr. Dn. Manuel Pino
Dr. Dn. G. Barrionuevo
Dr. Dn. Inacio Vásquez
Dr. Dn. Bartolomé Aguirre
Dr. Dn. Mariano Solano
Dr. Dn. José M. Pacheco
Dr. Dn. Guillermo Pino
Dr. Dn. Juan N. Arce
Dr. Dn. Juan M. Gamboa
Dr. Dn. Jorge Ramos
Dr. Dn. Manuel E. Jiménez
Dr. Dn. Melchor Patiño
Dr. Dn. Ramón Torres
Dr. Dn. José A. Bueno
Dr. Dn. José M. Pino

Estos fueron los componentes correspondientes al primer dienio del funcionamiento de la Universidad. La Universidad adoptó como reglamento la Constitución de la Universidad del gran Padre San Agustín de Arequipa, con carácter provisional. El antiguo Colegio de San Carlos quedó así convertido en Universidad, y durante su funcionamiento en estos dos Primeros años se dictaron las cátedras de Geografía, Gramática Castellana y Latina, Matemáticas Puras, Filosofía, Jurisprudencia y Teología. Durante este primer bienio optaron el grado de Doctor en la Facultad de Jurisprudencia cuatro alumnos y uno en matemáticas.
Durante el segundo bienio se eligió como Rector en diciembre de 1859 al Dr. Dn. Manuel Pino; para Vice – Rector al Dr. José A, Ponce; para secretario al Dr. Dn. Guillermo Pino; para Tesorero al Dr. Dn. Manuel Pacheco; para Fiscal al Dr. Dn. Manuel Pérez y para los cargos económicos a los Doctores José Manuel Pino, Melchor Patiño, Antonio Bueno, Ramón Torres, José A. Cossio y Manuel Arias.
Las labores de este segundo bienio se instalaron con solemnidad al 09 de enero de 1860. desde aquellos lejanos tiempos el poder central desatendió el envío de fondos para el funcionamiento de la Universidad y solamente después de 33 meses, como consta en lso anales correspondientes se enviaron los dineros para su funcionamiento, por lo cual es digno de admiración el desinterés de los maestros que hicieron posible su funcionamiento sin pago de los haberes correspondientes. El 29 de octubre de 1861 se adoptó como curso para el estudio de la jurisprudencia la obra de Derecho Civil del Dr. Toribio Pacheco.
Durante el tercer bienio se eligieron las siguientes autoridades de la Universidad; Para Rector el Dr. Dn. Manuel Pino; para Vice – Rector el Dr. José A. Ponce; para Secretario el Dr. Guillermo Pino; Para Fiscal el Dr. Abel M. Zepes y para Maestros de la Academia de Práctica Forense los Dres. Melchor Patiño, Guillermo Pino, y Manuel Arias. Ni en el primero, ni en el segundo pudo funcionar, menos en el tercero la facultad de Medicina en consecuencia los estudios se circunscribieron a los estudios de Teología, Jurisprudencia, Filosofía, Matemáticas, Gramática Castellana y Latina.
Acaso sea importante mencionar a los representantes por el departamento de Puno ante la Convención Nacional que propusieron la creación de la Universidad de Puno, siendo ellos los Dres. Jorge Ramos, José L. Quiñones y Bartolomé Aguirre, para los cuales al evocar la historia de la instrucción en este Departamento les debemos un recuerdo de gratitud.

MATRÍCULA DE DOCTORES Y BACHILLERES DE LA UNIVERSIDAD DE PUNO:
DOCTORES:

Juan Cazorla
Dionisio H. Cortés
Bernabé Urbina
Manuel Pino
G. Barrionuevo
Ignacio Vásquez
Bartolomé Aguirre
Mariano Solano
José Manuel Pacheco
Guillermo Pino
Juan N. Arce
Juan Manuel Gamboa
Jorge Ramos
Manuel E. Jiménez
Melchor Patiño
Ramón Torres
José A. Bueno
José Manuel Pino
José A. Cossío
Manuel Pérez
Lucas Ferrandis
Manuel Arias
Francisco Cabrera
José Luis Quiñones
Miguel A. Gárate
Bartolomé Ruiz
Andrés Miranda
Manuel M. Yépes
Ignacio Fernandez
Juan Manuel Toro

BACHILLERES :

Juan Pablo Llerena
Pablo del Castillo
José H. Sosa
Pío Pino

JUNTA UNIVERSITARIA:

Rector Dr. Dn. Manuel Pino
Vice – Rector Dr. Dn. José Antonio Ponce
Rector de Colegio Dr. Dn. Francisco Cabrera
Tesorero Dr. Dn. Manuel Pérez
Secretario Dr. Dn. Guillermo Pino
Miembros Dres. José Manuel Pino, Ramón Torres, Melchor Patiño, Manuel Arias.

COLEGIO UNIVERSITARIO

Rector Dr. Dn Francisco Cabrera
Vicerrector Dr. Dn. José Manuel Pino

PROFESORES:

Francisco Cabrera (Religión)
José Manuel Pino (Teología)
Ramón Torres (Jurisprudencia)
Melchor Patiño (Filosofía)
Manuel Arias (Matemáticas)
Guillermo Pino (Geografía)
Juan Manuel Toro (Gramática Latina)
Nazario Herrera (Gramática Castellana)
José Gavino Corrales (Música)

EMPLEADOS:

Manuel Arias (Administrador)
Melchor Patiño (Abogado secretario)
Urbano Catacora (Económico)
Fernando Peñaloza (Inspector)
Manuel Aragón (Inspector)
Teófilo Rójas (Portero)

ALUMNOS MATRICULADOS:

CLASE DE TEOLOGÍA 1862

Urbano Catacora (int)
Antonio Carrión
Nazario Valverde
Teófilo Rójas (int)

CLASE DE FILOSOFÍA

Benjamín Aragón
Manuel Calatayud
Hilario Pino
Tomás Chanoque
Mariano Calatayud
Eusebio Riveros
Raymundo Enríquez
Juan Macedo
Benjamín B. Sélis
Juan de M. Cossío (Int)
Inocencio Urreta (Int)
Asencio Castillo (Int)
Estevan Rodríguez
Lorenzo Carrión Juan Barriga
Federico Otamendi
Juan Fernandez
Mariano Gamarra
Victoriano Sardón (Int)
Andrés Talavera (Int)

CLASE DE MATEMÁTICAS:

Carlos Coello
Santiago Ávila
José Mariano Cabrera
Francisco Rojo
José Giraldo
José María Cano
Manuel Riveros
Ruperto Casapía
Facundo Molina
Juan Morales (Int)

CLASE DE GRAMÁTICA LATINA:
Félix Ramos
Emilio Cazorla
Alejandro Cano
Bernardo Sardón
Raymundo Estrada
Federico Cortavitarte
Daniel Guevara
José Carrión
Melchor Medina
Nicolás Pomar
Eustaquio Solano (int)
Eduardo Sosa (int)
Inocencio Mercado (Int).
Mariano Ponce (Int)
Mariano Pacheco (Int)
Juan Salazar (Int)
José Ormaechea (int)
José V. Rodríguez
Juan Manuel Pizarro
Nazario Hirquínigo
Manuel Sanchez
Juan de Dios Tisnado
Juan Manuel Sánchez
Dámaso Rodríguez
Eleodoro Cortavitarte
Gregorio Rojo
Félix Gallegos (Int)
Miguel Castillo (Int)
Manuel Ponce (Int)
Eduardo Romero (Int)
Bernardino Ponce (Int)
Isaac Deza (Int)

CLASE DE GRAMÁTICA CASTELLANA:

Mariano Urquizo
Carlos Cazorla
Fernando Carrión
Moisés Pérez
Miguel Garcés
Víctor Cuentas
Juan Manuel Páez (int)
Hipólito Sánchez (int)
Pablo Rivero (int)
Froilán Sardón (int)
José Luis Toro (int)
Juan Núñez (int)
Rosendo Paredes
Pedro Pinazo
Narciso Ponce
Gregorio Herrera
Manuel Ríos
Juan Gallegos
Juan C. Romero
Juan Apaza
Manuel Cáceres
Fortunato Morales
Manuel Rojo
Miguel Oviedo
Manuel C. Zúñiga (int)
Samuel Cossío (Int)
Saturnino Guevara
Mariano Rojo
Rosendo Sosa
Andrés Barrionuevo
Lucas Riquelme (int)
Inocencio Arce (int)
Juan Catacora (int)
Vicente Rivero (int)
Aparicio Orte (int)
Abdón Zavala (int)
Domingo Cortés (int)
Nicolás Arce (int)
Antonio Carrión
Nicolás Ramos
DISCURSO DE MANUEL PINO
EL REGISTRO OFICIAL TOM. 7º, NOVIEMBRE 20 de 1862, NUM. 32

SEÑORES:

La historia de la humanidad, es la historia de la mutabilidad, de la inconstancia y del extravío. La vida del hombre es una mezcla del bien y del mal; ya la vemos destilar un amargo acíbar que anonadándolo así propio, hunde a su raza en el abismo y el polvo, o ya también le miramos respirando una atmósfera de paz y alegría, elevando consigo a sus semejantes a la altura de su grande y sublime destino. Destruye hoy lo que fue de grandes sacrificios, consiguió edificar ayer: Aborrece de muerte a la generación que le comunicó la existencia: en una palabra SS. La vida del hombre retratada fielmente, es el cuadro sombrío de las contracciones más sorprendentes. Pero en medio de tanta volubilidad solo encuentro inmutable el deseo de felicidad, que por desgracia muy rara vez la tocamos, no porque ella sea ilusoria y fantástica, sino por la incompatibilidad de los medios con que la buscamos.
La verdadera felicidad, como entrañada en la naturaleza constitutiva del hombre, no puede estar fuera de los límites marcados por las mismas leyes que el Supremo Hacedor le impusiera, como medios para realizar su fin: Por manera que desconocer esas leyes o infringirlas equivalen a abandonar todos nuestro ser a merced de la ciega dominación del absolutismo que desconoce toda ley, todo derecho y todo deber.
He aquí SS., la razón de todas las aberraciones del espíritu humano en las diferentes épocas y posiciones por donde ha pasado, desde ahora seis mil años, es decir desde adán hasta nuestros días. El hombre desconoció su naturaleza, y no pudo menos de dar mala dirección al conjunto de las facultades que constituyen su ser físico, intelectual y moral y aún en la hipótesis de que la hubiese conocido – no quiso adaptar por norma y guía de sus acciones, aquellas leyes, que se desprendían de su misma naturaleza, como de su origen, y que el autor del universo las habría impregnado en ella, como para su complemento. Ahora bien; desconocidos los medios o equivocados con otros no era posible conseguir el fin.
La vida, católicos, es una jornada – y su autor que es Dios – ha señalado en él dos caminos; uno que puede conducir por en medio de abrojos y espinas – a un término feliz, donde el hombre viador sacudiendo el polvo del camino y olvidando sus penurias, gozará el galardón reservado al trabajo y a la perseverancia; otro ahí anchuroso y llano, sin estorbos de ningún género por donde el hombre narcotizado por la flores y perfumes mundanales marcha precipitado hasta el borde de un abismo si fondo, donde la amarga realidad viene a despertarlo; y donde ¡Oh! ¡Dios! Sin tu auxilio – tiene de sumirse arrastrado por la multitud de los vicios. Equivocad Señores, estos dos caminos y ya veréis el término del viaje; olvidad la necesidad que hay de ceñir nuestras acciones a una ley primordial, que usando de las palabras materialistas de algunos sabios, se hallan impresas en nuestros corazones por el dedo mismo de Dios, y ya veréis el resultado.-Del estudio de la naturaleza humana en su origen, en el conjunto de sus facultades, en su fin, y de la acertada aplicación de las leyes que debe modelar su conducta racional, dependen del bienestar y la felicidad del hombre y de la sociedad; así como del predominio de las pasiones, que conculcando toda ley, y erigiéndose en móvil regulador de todo procedimiento, resulta la degradación humana y la disolución social.
Altamente penetrado de la santidad esa misión evangélica que el Nazareno confiara al Sacerdocio mandándoles enseñar y hacer observar a todas las gentes las verdaderas leyes que él mismo predicó y propagó sellándola con su sangre, la de sus Apóstoles y Mártires, me propondría en ese día que celebremos la exaltación del Gran Mariscal San Román a la primera magistratura de la República hablaros de los derechos y deberes que vinculan a los gobernantes y gobernados y de cuyo cumplimiento resultará la verdadera gloria del primero y la felicidad del pueblo.
Pero como esos derechos y obligaciones y de cuya práctica, repito, depende la aventura y el porvenir de las naciones, no es posible que se realicen y tengan efectividad mientras que no se busque la potencia que se opone; mientras no se haga frente de común acuerdo y se trabaje para remover esos obstáculos, que más de una vez, han frustrado nuestras esperanzas haciéndonos sentir el dolor, la agonía, la amarga realidad de un desengaño; por esto me limitaré a demostrar la siguiente proposición. La perversidad del corazón es la fuente donde emanan las causas que se oponen al progreso y bienestar del Perú.
No por investir el carácter sacerdotal me he desnudado de los afectos anexos al corazón humano; no por ser ministro de Dios, dejo de ser miembro de la sociedad peruana. Siento como el primero la desgracia de mi patria, así como gozo con sus dichas y glorias; pero ahora desde esta cátedra no os hablo como partidario de ninguna escuela política ni dominado por el sentimiento del bandalaje, os hablo como el discípulo del mártir del Gólgota.-Del hombre de Dios que amó al hombre hasta la muerte, su doctrina de amor y de paz, es la que voy a manifestar, a fin de que nuestro regocijo y júbilo sea perdurables. El hombre y por consiguiente la sociedad, no solo han de vivir de pan, es decir, de lo material y de lo pasajero; viven principalmente de la verdad que es el alimento del alma y de la palabra divina que es la sabia que fomenta y promueve el bienestar de las sociedades.-Oídla pues con atención.

TRIBULACIÓN Y ANGUSTIA

Si descurremos, Señores por un momento el velo que cubre las naciones e interrogamos a la historia de todas las edades y tiempos, hallaremos que la ignorancia del espíritu y la depravación del corazón han sido el foco de donde han brotado los males que hicieran gemir a la humanidad, hasta el extremo de convertir la sociedad en un teatro de discordias, en un campo de batalla, donde luchando los intereses de la comunidad con los del individuo, vemos prevalecer la ley del más fuerte. La ignorancia esclavizó al hombre bajo el imperio del error; y el corazón corrompido lo ha hecho y lo hace actualmente el juguete y la victima de los vicios.
La inteligencia y el corazón jamás están en quietud y por consiguiente jamás vacíos, ya de la verdad que es su aliento vital; ya del error, su antagonista, que asaltando el tronco de la realidad, impera a merced del ropaje de la verdad con que se disfrazará. El corazón ya está henchido de afectos morales, ya de los malévolos y depravados que manifestándose al exterior mediante las acciones, brinda a la sociedad frutos de bendición o de eterna maldición y desventura. Felizmente pasaron ya los tiempos de oscurantismo; y la aurora de ilustración que rayó después que el Hombre Dios purificó el mundo de una cruz, se halla en su grado más luminoso y su benéfica luz a penetrado también al hemisferio de nuestra querida patria y en su rostro brilla la luz de las ciencias, conjunto de verdades que así como ilustran al entendimiento sería de desear que dirigiesen el corazón.
El Perú, Señores, abunda en instituciones las más bellas; sobresale en ilustración científica ostenta en alto grado las convicciones democráticas. La providencia harto pródiga con nosotros, ha derramado sus tesoros en este país de su predilección con una liberalidad desmesurada; talentos privilegiados y no en poco número, descuellan por todas partes, como otras tantas lumbreras que deben manifestar a la humanidad del sendero que Dios le señaló: Caudales imponderables posee en los reinos animal, vegetal y mineral. Parece que la enormidad de sus riquezas lo abrumara ya y la precipitara en el torbellino de la ambición. Todo esto es cierto; el Perú posee elementos grandiosos que justamente le hacen mirar como una de las naciones poderosas, en su línea; pero a pesar de esto el Perú no es feliz ¿de donde proviene esto? El mal dimana, Señores, no ya como en otros tiempos de la ignorancia del fin individual y social; no de la escasez de recursos intelectuales y físicos; que por cierto son elementos grandiosos de ilustración, progreso y estabilidad; la ventura de la patria depende de que todos esos elementos converjan al fin deseado; de que esos principios y leyes cuya ejecución y custodia habéis encargado al primer magistrado, sean aplicados al terreno de la práctica; si ellas son repetidas y fielmente cumplidas por aquel y nosotros seremos felices, y si no jamás lo seremos como hasta ahora no los hemos sido, proviniendo este mal del desborde de las pasiones, como voy a demostrarlo.
La felicidad es el producto, la consecuencia del orden; y este es el resultado de la unión y de armonía. Cuando en el corazón hay orden; cuando los afectos y sentimiento que tienen su asiento allí y viven como en su morada con subordinación de unos a los otros y todos a la vez de la recta razón y la ley, entonces hay belleza en el corazón; entonces se convierte en un verdadero paraíso; o Edén: En un hermosísimo jardín, donde las virtudes nacen, crecen y producen frutos óptimos a beneficio del riego de las aguas que destilan de la caridad; esto es, del amor y bajo el cuidado y vigilancia del mismo Dios; que cual diligente hortelano, se campea solo en esas amenas regiones; convirtiéndose ese alegre y felicísimo lugar en un trastorno, en un abismo de confusiones y desorden cuando no existen ni reinan la unión y la armonía; donde sino es ilusoria, a lo menos es imposible conseguir la dicha y el sosiego. El corazón en ese estado parece no ser la obra de un Dios; es una verdadera santina de corrupción, es Señores, la Caja de Pandora de los paganos; donde se encuentran encerrados todos los vicios con sus deformidades y los males que pueden causar.
La nación es la gran máquina social, donde los diferentes miembros de ella no conseguirán el fin que se proponen, sino girarán todos a la vez en derredor de su eje, unos recibiendo inmediatamente el movimiento libre y otros a la vez que lo reciben comunicándolo a los demás. Solo cuando las partes componentes de esa gran máquina se pongan en movimiento y actividad y establezcan una marcha regular basada en el orden, se llegará al fin que tanto Legislador Supremo, como la sociedad se hayan propuesto, el primero dotando al hombre de la facultad e inclinación de buscar la compañía de sus semejantes; y el hombre realizando ese deseo, esa facultad viviendo en sociedad.
Pues bien, Señores, ¿Queremos ser felices? Obremos bien, para que la gloria, la honra y la paz vengan sobre nosotros; y obraremos bien, siempre que nuestras acciones sean el resultado o consecuencia del cumplimiento de la ley – que no es otra cosa que la expresión de la voluntad general de todos los asociados; la soberanía popular formulada. De modo que quien la desprecia o pisotea, desprecia y pisotea a esa voluntad general, a ese pueblo; y por consiguiente a Dios, Supremo Legislador de todas las naciones; lo que su voluntad es que se respete al pueblo como el soberano de su destino.
Nuestros procedimientos por otra parte deben estar siempre conformes con las verdaderas teorías que profesamos, de otro modo todo es inútil, todo es hipocresía y falsedad, y la razón comprende al bien, y el corazón lo rechaza, sobreponiéndose a toda luz, a toda verdad, ¿Qué abríamos alcanzado con ese caudal de bellas teorías, pero han pasado al terreno de la práctica; con ese conjunto enorme de leyes brillantes que hay en la actualidad, si todas ellas se quedan para escritas? Nada, absolutamente nada, lo que todo en fondo viene a ser como un suntuoso y resplandeciente ropaje o mortaja con que se cubre las deformidades de un cadáver – de un esqueleto, cuyo corazón no palpita ya. Si el terreno de los hechos en el que debe imperar la moral, esta cubierto de abrojos; si en vez del aroma de las virtudes sociales, el corazón exhala fetidez llevando por doquiera el contagio ¿Qué abríamos avanzado sino la indigencia en medio de la opulencia? Si todo vicio, prostitución y absurdos fueron borrados de las páginas de los libros, si todos los errores fueran confutados y desterrados del campo de la ciencia, que se había avanzado con ello, si todos esos monstruos invaden otro terreno, el terreno de la habilidad y de la práctica, donde se campean amarrando a su carro infernal, a la sociedad para arrastrarlo por el sendero de sus perversas inclinaciones. Pregunto, con todos esos progresos en las ciencias y en la región de la inteligencia ¿Habremos conseguido reformar la sociedad? No, Señores, no. Si a la voz de Nazareno se redujeron las cenizas esos códigos que multiplicaban las pecuarias del débil, del huérfano y por decirlo de una vez del género humano; si al imperio de la ley soberana, bamboleando como edificios de falsos cimientos se desplomaran los tronos que se habían erigido sobre la base de la esclavitud y encima de las ruinas de igualdad, y libertad de sufragio; si los cetros de hierro se destrozaron y derritieron al fuego del amor y mansedumbre con que el autor de todo poder, el Rey de los Reyes enseñó a gobernar, ¿Qué abríamos avanzado con todo esto? Nada, pues a pesar de ese aniquilamiento el género del mal se ha encargado de construir la obra en otro terreno tan amurallado, tan fortificado que ni el mismo Dios puede atacar; porque no puede coartar ni destruir la voluntad y libertad humana; pues el hombre Dios que con la eficacia de su querer, con solo el imperio de su voz obró mil prodigios y puede tornar todo el universo al abismo de la nada de donde lo sacó, no puede repito, con toda esa omnipotencia, sino con la persuasión de la verdad y la humildad del mendigo doblegar el corazón humano, fortaleza rebelde que guarnece víboras que se multiplican al infinito, y que están personificadas en ese egoísmo que todo lo refiere al bien particular, y que para obtenerlo – traiciona y vende la conciencia, pisotea la ley y las instituciones y en fin con todo se trafica a fin de saturar ambiciones variadas y múltiples, que fastidioso sería enumerarlas una a una y que por otra parte bastante las conocéis y sentís su influencia.
Ya habéis visto los obstáculos casi insuperables que nacen de la perversidad del corazón oponiéndose a nuestro bienestar y felicidad. Verdad es que ante la omnipotencia de las facultades de que se haya revestido el poder gobernativo, son en parecer insignificantes a aquellos; con todo poco o nada pudo hacer por cuanto reducida su acción a contener las convulsiones del pueblo que por diferentes puntos pululaban, o reconcentraba a su propia conservación y perpetuidad, a olvidado que su alta e importante misión es facilitar el libre desenvolvimiento y ejercicio de las facultades humanas, y la satisfacción de las necesidades individuales sociales, las que a su vez deben garantizar. De aquí han resultado todos los males y desgracias que desgarran el corazón de nuestra cara patria; por esto es que, cual Tántalo en el averno, hemos estado condenados a una sed devoradora sin poder mitigarla a pesar de estar en nuestras manos; a pesar de estar poseyendo las inmensas riquezas intelectuales y físicas con que la providencia nos favoreciera. Más de una vez hemos visto que el pueblo a enajenado sus más sagrados e imprescriptibles derechos; a vendido su libertad y lanzándose más allá de las barreras señaladas por la religión, la moral y las leyes, casi ha estado próximo a hundirse en un insondable abismo de iniquidades, ejemplarizado por los tristes horrendos sucesos acaecidos en los pueblos limítrofes, en el seno de un pueblo hermano nuestro; y no pocas veces también hemos visto que el aspirantismo a cara descubierto no solo ha prodigado oro para lograr sus miras, sino que mediante las leyes netas, si es que pudiera exponer de ellas, y la viva fuerza a asaltado las primeras magistraturas, contribuyendo así al desborde general de las pasiones.
Males de tanta magnitud no han podido provenir, sino de causas poderosas múltiples que sin duda están diseminadas en la generalidad de los que constituyen la nación peruana. No habría infracciones si no las quisiéramos solicitar, si no las quisiéramos permitir; si cada uno de nosotros fuésemos bastantes fuertes en rechazarlas, apenas habría mancomunidad de crímenes, y el individuo aislado, solo produciría un mal pequeño.
La reforma de corazón, 53, es la maniobra mas difícil, es la obra de la gracia que viene en socorro de la debilidad, sin la que debemos exclamar con el Apóstol infelix ego homo ¿quis me liberabit de corpore morlis bujus?. Convencidos de esto, hemos venido a la casa de Dios; al pie del trono de Eterno donde se encuentra todo alivio y toda la consolación; no con otro objeto hemos venido aquí; sino a solicitar del salvador del mundo el remedio de nuestros males. Pues bien, SS.,en nombre de ese dios de bondad y de justicia os exhorto, os ruego, para que a la tribulación y angustia, suceda la gloria, la honra y la paz, es necesario que comprimamos esas palabras reprobadas por la razón y la ley, que nuestro pecho sea un muro impenetrable al vicio y a la perversidad; para que la virtud o sea la fortalezas sofoquen los afectos desordenados; que nuestra conducta desde hoy no sea lo que fue, sino la que debe ser, es decir- según lo prescribe la ley suprema de la religión santa que profesamos; en una palabra que amemos, que practiquemos el bien.
El mal estar del Perú parece que ha llegado a su termino; y la esperanza le hace entrever una nueva era de ventura. En el juramento más solemne que ante dios y la patria ha prestado el nuevo jefe de la republica protesta guardar respeto, obediencia y fidelidad en el cumplimiento de las leyes, y a su vez la exige de vosotros. Seamos fieles a las instituciones y autoridades constituidas, no precisamente por cálculos de utilidad, sino por amor a dios; “porque cuando se llega a no respetar a este señor que es la primera autoridad, de donde dimanan todas las de la tierra; cuando se llega a no hacer caso alguno de dios ni de sus leyes, no se tarda mucho en despreciar a las autoridades inferiores y en quebrantar las leyes humanas; borran la noción del poder y del deber y se relajan todos los vinculas sociales. Por esto se ha dicho con bastante razón: donde dios no tiene un altar, los reyes, es decir, las autoridades no tienen trono. Un odio sordo, un espíritu general de insubordinación, fermenta incesablemente e el corazón de los súbditos; amenazados los jefes de las sociedades en su poder y en sus personas, se ven obligados a aumentar el yugo y hacerlos ominoso, y no tarda en estallar la rebelión. Conservad pues perennemente la idea de un dios juzgador de nuestras acciones”. Amemos peruanos la paz, porque es el único estado conforme a la naturaleza y fin de la humanidad. Desaparezca de entre nosotros todo motivo de rencilla, no haya partidos entre vosotros, llamaos todos hijos de dios, nacidos en el Perú con el fin de cooperar todos al bien individual y social. La paz, la paz SS., es la ley suprema de la humanidad es la que el mismo dios hizo consistir su reino, es por consiguiente un don que debemos pedirlo día y noche en nuestras oraciones al dios misericordioso y el que debemos conservarlo a todo tranco, aun cuando sea con un pequeño menoscabo- con sacrificio de algunas garantías, porque perdiéndola, porque llegando a apoderarse de nosotros la rebelión, esa hidra no queda satisfecha, sino cuando ha convertido la patria en un lago de sangre, de calamidades y miserias sin cuento. Si nosotros practicamos las virtudes sociales que son las mismas del evangelio- altamente civilizador, podemos esperar que el jefe supremo- el General San Román, que ha demostrado en su vida pasada respeto a la ley, honradez y patriotismo se consagrará todo el a nuestro bien. El hará frente a todas nuestras necesidades, mirará como la primera de ellas la institución de las artes y ciencias practicas, para cegar en su fuente los males que provienen de la holgazanería: ocupados en el trabajo cada uno según sus aptitudes modificara maravillosamente esos elementos de riqueza primitiva que hoy no tienen mas precio que el intrínseco y el relativo que proviene de su transformación lo explotan manos extrañas, arrancándonos caudales ingentes que bastarían para enriquecer a tantos mendigos que por no tener una propiedad se están con las manos cruzadas dejándose consumir por el hambre, cuando ha mansalva no pueden tomar lo ajeno. Procurará dar ensanche y existencia a muchas profesiones en que el hombre puede ser útil a si y a la sociedad; porque nada hay mas pernicioso que agotar una carrera o profesión incompatible con las aptitudes del individuo: si el Perú tuviera escuelas de artes y ciencias practicas no veríamos degradadas las pocas profesiones que se cultivan en nuestro país; pues vemos que ellas se abrazan sin consultar mas que la especulación, al efecto de proporcionarse el sustento, desatendiendo la vocación que indispensablemente debe consultar el hombre antes de seguir cuales quiera profesión: y evitando estos vicios y todos ocupados en el cumplimiento de sus deberes amaran la paz y la tranquilidad.
Conozco, SS., que el recorrer ligeramente nuestra situación mi corazón y el vuestro se ha angustiado; conozco que en este día de regocijo, acaso son extrañas las reflexiones tristes que se han desprendido en la serie de mi discurso; pero si es así, perdonadme en consideración a mi objeto, que no ha sido otro que haceros conocer los motivos de nuestros males a fin de evitarlos. Además, al pie de los altares se llora con las lágrimas de arrepentimiento y no con la de la desesperación, y así se encuentra el consuelo: bueno es el dolor, dulce son las lagrimas que sobre la tumba del mal se vierten; ellas se dulcifican con la esperanza de la resurrección, con la esperanza que ese mismo sepulcro donde hemos enterrado al Perú lázaro aniquilado por el desorden, han de salir un nuevo Perú, mal he dicho SS., el mismo, pero regenerado, vigorizado por la gracia, ya no cubierto ni manchado por la lepra del crimen. Sepultemos pues nuestros vicios, abjurémoslos a los pies del redentor del mundo; imploremos la protección divina para que fortalecidos con su auxilio comencemos una nueva vida; esa vida que aun ya hemos iniciado, cuando renunciando miras mezquinas y movidos por solo el bien común, hemos investido de la soberbia al hombre que debe regir nuestros destinos y tú oh Dios, fuente de toda soberanía y de todo poder; supremo legislador de las naciones derramad vuestras gracias, sobre el Perú, sobre esta hermosa porción de la América virgen, para que sus habitantes sean siempre sumisos a las leyes y a las autoridades encargadas de su ejecución, y que estas movidas por el patriotismo y guiadas por nuestras leyes eternas, la conduzcan a su prosperidad y dicha, y la hagan gozar la paz que habéis prometido a los hombres de buena voluntad: pax hominibus bonce voluntatis.


REAPERTURA DE LA UNIVERSIDAD DE PUNO


Centenares de ciudadanos han firmado el MEMORIAL que será elevado al Supremo Gobierno.

Ciertamente que ha de producir la mas grata impresión en todo el departamento de Puno la buena nueva de que el MEMORIAL elaborado por la Comisión nombrada por la Asociación de Periodistas de Puno del 6 de mayo del presente año de 1954, firmado por varios centenares de ciudadanos, solicitando la reapertura de la Universidad de San Carlos de Puno, será elevado, en el correo nocturno del día de mañana, miércoles 17, al Presidente Constitucional de la Republica, General de División Don Manuel A. Odria.
La Comisión ha estado constituida por los doctores Emilio Frisancho Smitth, Fiscal Decano del Distrito Judicial de Puno, Luis Fernández Briceño, Director del Colegio Nacional “San Carlos” y Enrique Cuentas Ormachea, presididos por el Dr. Alberto Catacora Pino, Vocal de la Corte Superior de Justicia.
El Memorial contiene los considerandos indispensables para que la antigua Universidad de Puno comience a funcionar con las facultades de Pedagogía, Agronomía, Veterinaria y Minería, que corresponden perfectamente a las necesidades actuales del Departamento de Puno. Además con gran acierto se solicita el funcionamiento de las Secciones de QUIMICA INDUSTRIAL, LETRAS, ARQUEOLOGIA, Y ETNOGRAFIA Y CIENCIAS NATURALES.
Para la solución del problema económico, que demanda el funcionamiento de la Universidad, se ha sugerido, previo estudio especial, algunos gravámenes al ganado, semillas de paras y minerales que salen de Puno y al alcohol y coca que se consumen en el Departamento. Por concepto de tales gravámenes se recaudaría más de un millón de soles por año.
Dad la importancia de Puno desde el punto de vista territorial, demográfico, económico, cultural y folklórico y, sobre todo y ante todo, teniendo presente su provisor futuro, estamos seguros que el Supremo Gobierno, que tanto se preocupa por el engrandecimiento de la Republica, ha de patrocinar de inmediato el funcionamiento de la histérica Universidad de San Carlos de Puno.
Sugerimos que los Municipios del Departamento dirijan telegramas al Presidente de la República solicitando que se abran las puertas de la Universidad de Puno para la formación profesional de la juventud de Punjo y de los demás departamentos sureños.


¿Universidad en Puno?

Por: EFRAIN CHAVEZ A.

Se aproxima la conmemoración del aniversario de la fundación de Puno y junto con el regocijo para recibir tan magna y trascendental fiesta, se hace presente la necesidad de realizar un reajuste a cerca del estado de desarrollo social-económico y cultural del Departamento.
Este artículo no tiene la intención de mostrar en forma completa los problemas y posibles soluciones que de dicho análisis derivan sino, que con las limitaciones que son de preveer solo atiende a la necesidad de contestar a la pregunta que por titulo tiene.
Puno, como una mayoría de los departamentos de la sierra, representa la expresión mas cruda de la realidad peruana. El sistema económico en el que basa su existencia hace posible un lento avance de sus manifestaciones super-estructurales. Mas de la mitad de la población puneña se halla imposibilitada de ser económicamente activa, tanto en su poder adquisitivo casi nulo cuanto en su productividad reducida, determinada por métodos caducos de producción, causada por las relaciones feudales imperantes en el agro. En otras palabras es el llamado problema del indio, las personas encargadas de especular acerca del el como fácil plataforma política juntamente que el incipiente capitalismo industrial, lo que nos sume en ese statu-quo, en el que no es posible un florecimiento de las ciencias, las artes o las letras en forma espontánea.
Estas relaciones de producción han plasmado de características peculiaridades a los centros urbanos de la región. El capital mercantilista sus bases en ellas, Puno, Juliaca, etc., tienen características de esta semi-feudalidad y semi-colonialidad.
Las escasas posibilidades del poblador puneño para obtener no solo una instrucción superior, sino también secundaria, han creado ese ambiente propio mostrando una escasa inquietud cultural y el cultivo de las artes o las letras por parte de cuantísimos elementos a muchos de los cuales les es ingrato tratar de problemas de trascendencia social y política, como auténticos representantes de la corriente de enajenación y prostitución del arete o las letras.
Sin embargo, a pesar de estas condiciones objetivas Puno ha sabido salvar su honor dando valores personales que amanera de brotes prematuros se destacan en transcurso histórico.
Ningún intelectual honrado, valiente y escaso de ingenuidad se negara a aceptar la realidad de este panorama, con la consiguiente promesa de aportar en algo a su transformación.
Pero de pronto ha surgido, como viento vitalizador, como corriente renovadora, la posibilidad del funcionamiento de la Universidad de Puno. Es el alma mater de la Cultura de quien esperamos se irradie vivificante fuerza creadora de la conciencia ciudadana. Por eso, se hace necesario analizar la trascendencia de este hecho, quizá muy cercano aun cuando pueda prestarse, dad la época, a mera plataforma eleccionaria.
El periódico “Kolla”, órgano del Centro Federado de Periodistas de Puno, en su segundo numero de publicidad un articulo cuyo titulo encabeza “Universidad en Puno” en el que el autor con marcada buena fe, y no muy poca ingenuidad aboga por abandonar el intento de rehabilitar esa casa de estudios, por carecer el Departamento de una madura inquietud cultural y esa aceptación de profesionales.
Si bien es claro por lo expuesto anteriormente, que los pobladores puneños en su mayoría son campesinos, están al margen de la civilización con su consiguiente atraso cultural; también es claro, que surgen sin resolver el problema que de la propiedad territorial deriva y a la para que eleve el nivel cultural de las mayorías. Este hecho solo será posible si se llega a introducir en las masas intelectuales y manuales la conciencia de tal realidad y la responsabilidad histórica de obrar. Es decir que el desenvolvimiento de los pueblos exige de condiciones objetivas y subjetivas para su progreso. Las condiciones objetivas están dadas por esa realidad puneña que están cruel: atraso económico y falta de inquietud cultural, y las condiciones objetivas están dadas por la inconciencia de esa realidad objetiva y desconocimiento de esa solución.
Entonces se hace eminente la necesidad de introducir esa conciencia, esa inquietud cultural, con el aporte de las más avanzadas ideas, ciencias sociales y conocimientos técnicos que solo el “Alma Mater de la Cultura”, la Universidad puede impartir.
Es decir que lo que el articulista de “Kolla” piensa esperar a que se origine espontáneamente con larga espera de decena de años la intelectualidad responsable puede operar a corto plazo.
Así la conciencia de avanzada se vuelve para actuar al sobre medio de donde ha salido para transfórmala y transformarse así misma. Esta es la interacción continua de la evolución. Aquí el hombre se erige en su propio transformador. Por otra parte es necesario aclarar que en muchas oportunidades, por la existencia de Universidades vecinas es que se hace posible la presencia de la intelectualidad de Puno; y es injusto negar que ese porcentaje de estudiantes puneños que emigran puedan realizar sus estudios en Puno, a mas de las grandes masas que anhelan superación y que se ven imposibilitadas de trasladarse a otras ciudades.
Y por ultimo esta realidad estructural, en la que la aceptación de muchas profesiones es limitada, no esta reñida con el derecho de conseguir un titulo profesional en académico con lo que se puede luchar más dignamente por la existencia a la vez que se adquiere la capacidad de transformar esa realidad.
Por todo lo expuesto no cabe en la mentalidad puneña, sino propugnar la rehabilitación de la Universidad de Puno, con la entera de la trascendencia que tal hecho crea; y así venideras fiestas de noviembre serán mas halagadoras.


LA UNIVERSIDAD DE PUNO
ECO


De acuerdo con las informaciones que oportunamente dimos, la Asociación de Periodistas propugna la reapertura de la Universidad de Puno, creada por el Gran Mariscal don Ramón Castilla por ley promulgada el 29 agosto de 1856, cuyo texto nos fue grato dar a conocer.
Indudablemente que la iniciativa tiene gran interés para Puno. Pero lo que destaca en ella es la sugerencia referente a que dicho Centro Superior funcione con secciones de agricultura, ganadería y minería, dejándose de lado las facultades de teología, jurisprudencia, medicina, filosofía, letras, ciencias matemáticas y naturales con que se inició dicha Universidad. Así dicha entidad respondería a una necesidad socio – económica de nuestro Departamento que ocupa el primer plano en producción ganadera y cuya minería y agricultura adquieren singular importancia. Allí se formarían los técnicos destinados a impulsar el mejoramiento de esos renglones, colaborando con sus conocimientos científicos y organizando tales actividades en forma planificada. Así aquel movimiento de más de 30 millones de soles anuales que provoca la exportación de ganado – Según declaraciones del Gerente del Banco Agropecuario – se incrementaría aún más, dejando un apreciable saldo de ingresos al Departamento. Pero no solo Puno sería beneficiado.
Nuestro país también recibiría una innegable venta al tener un mercado donde abastecerse de carne, con lo que se evitará la salida de divisas en la compra de ganado de naciones extranjeras. Asimismo se solucionará el problema de la emigración de estudiantes de la región Sur – que tanto alarmó a los representantes y al Gobierno – ya que la mayor parte de ellos que siguen estudios relacionados con la técnica agro-pecuaria no se verían atingidos por el factor económico ni por las dificultades emanadas de la restricción del ingreso al único centro de estudios existente en Lima, constituido por la Escuela de Agronomía.
He aquí por qué todos debemos poner empeño en que la iniciativa se concrecione en forma real. Y no dudamos que la representación nuestra le prestará apoyo eficaz. La reapertura de la Universidad de Puno es más factible que la creación de otras Universidades, como se ha solicitado en las cámaras. Y es más factible tanto por la finalidad que llenaría, como porque el problema de local y sostenimiento se puede obviar sin mayores dificultades. En efecto, querría disponible el inmueble que va a dejar el Colegio Nacional “San Carlos” al trasladarse a la Unidad Escolar. Y las rentas serían los sobrantes del presupuesto del Colegio nacional aludido, que conforme a disposición vigente en su primera época sirvió también para ese fin. Y aún se podría, quizá, aprovechar del superávit del presupuesto de la Granja de Chuquibambilla.
Por lo demás, debe recordarse que la Universidad de San Carlos como se llamó por el Coronel Prefecto don Miguel Garcés, no fue clausurada. Únicamente entró en receso, después de funcionar desde el año 1858 a 1862. Y ese receso obedeció a la aplicación de la renta respectiva a otros fines premiosos. Luego no se tropezaría con las dificultades inherentes a una “creación”, dificultades de orden técnico y económico. Se trataría, pues, de una “reapertura”, aunque con modificación del plan de estudios, en la forma insinuada.


EN TORNO A LA ENCUESTA SOBRE LA UNIVERSIDAD DE PUNO

Puno, 28 de noviembre de 1959
J. Alberto Catacora Pino


Convivo interés hemos leído la encuesta promovida en las páginas del prestigioso diario “Los Andes” en torno a la Universidad de Puno, de palpitante actualidad si se tiene en cuenta el clamor multitudinario de todas las fuerzas vivas de nuestro vasto departamento Altiplánico por el restablecimiento del Primer Centro de Educación Superior, que fuera creada por el gran Estadista Mariscal Castilla, que tanto bien hizo, no sólo a este jirón preciado de la Patria, sino también a uno y otro con fin del territorio nacional.
Al compulsar en toda su dimensión tan encomiable acción benéfica del diario que nos ocupa, una vez más le expresamos nuestro cálido aplauso y, estamos seguros de que todos los sectores del Departamento se pronunciaron sobre la urgente necesidad de que sea corto plazo la reapertura de la Universidad, con la denominación de “universidad Técnica del Altiplano”, plasmado en el proyecto del Senador Torres Belón, que ha sido aprobado incisión del Senado en 19 de febrero del presente año, y que hoy, pende de la aprobación de la Cámara de Diputados, en cuya Comisión se encuentra cerca de diez meses, mientras tanto, la angustia de los elementos ávidos de superación cada vez se ahonda, por lo mismo que enfrente a todos nosotros está el difícil problema de los centenares de estudiantes que egresan los centros de Educación Secundaria del Departamento, y no sólo problema que atañe a aquellos, sino a los que en general tienen el anhelo constante de superación, puesto que un Centro Universitario dada su organización científica y cultural, tiene sus puertas abiertas para todos los que aspiran saber de los conocimientos humanos, sin que tal centro sea para castas y círculos sociales; por el contrario, vivero donde se plasma y desenvuelve con sentido universal la verdadera democracia al conjuro de los principios de cultura y libertad.
El afán por la reapertura de nuestra Universidad, no es la pretensión y vanidad de ostentar en el Perú un centro más letal índole, sino, tiene alguna aspiración legitima de los pueblos que anhela mejor preparación y una mayor acción cultural, al servicio de los intereses colectivos, sobre todo, cuando se ha preconizado sensatamente, porque su orientación sea eminentemente técnica en relación con las peculiares condiciones socio-económicas como del Departamento de Puno.
Los pueblos no tienen por qué regatear el funcionamiento de un Centro de Educación Superior, cuando por medio está el interés social hacia el mejor rumbo de sus juventudes estudiantiles, por el contrario, es deber ineludible fomentar la cultura general para no continuar siendo instrumentos de la influencia política y acaso económica de fuerzas extrañas o foráneas.
Sólo con la educación superior de nuestras mayorías nacionales como lograremos la consecución de nuestra autodeterminación cultural y económica, como se ha visto en otros pueblos, donde, a mayor población, mayores centros educación superior tal EE.UU. de Norte América, que ha dotado una Universidad por cada cien mil habitantes; Bolivia 7 universidades nacionales completas y dos universidades populares; Chile, universidades en cada Departamento; Brasil, con universidades urbanas y rurales; etc.
Aquellos centros superiores, dan títulos sin que haya el temor de la proliferación de profesionales, porque, en el ejercicio de la profesión, la selección insurge consecuentemente por la capacidad de la persona, sin que por ello se diga que se ha perdido tiempo estudiando, por el contrario, quien egresa de una Escuela Superior, siempre ha logrado culturización y mejores condiciones para la convivencia humana.
Consecuentes con la noble misión que desempeña la Universidad y por la empeñosa inquietud que sentimos por un nivel elevado de nuestras juventudes estudiantiles, que las más veces se ven privados de seguir carrera en otros centros, nos hemos impuesto desde 1954 la tarea de elaborar porque sea realidad la apertura de la Universidad de Puno, identificándonos con ello, a la inquietud plasmada en ese sentido por las instituciones sociales y culturales del Departamento, que han visto que, valiosos elementos van en éxodo al extranjero con las secuelas consiguientes de angustias personales y familiares, amén de la salida de considerable respaldo de nuestro signo monetario.
Si se consigue que los Poderes Públicos se hagan eco de ése clamor general de Puno, dando marcha urgente en la Legislatura Extraordinaria a convocarse, a la Ley Universitaria pendiente de la Cámara de Diputados, se aliviará en gran parte la aflictiva situación, no sólo de la juventud estudiantil de Puno, sino de otras regiones del país de condiciones socio-económicas similares a la nuestra, para la formación de técnicos que ayuden al mejor desenvolvimiento agropecuario y minero del Perú y, en particular de nuestro Departamento, que tanto necesita del estímulo de profesionales formados en nuestro propio medio para la mejor orientación de sus problemas sustanciales, como la agricultura, la ganadería y la minería.
Antes de opinar sobre los dos puntos de la encuesta formulada, hemos querido aludir fundamentos que los hemos considerado necesarios, y expuestos ello someramente decimos:
a).- Que este todas maneras urgente que todos los Concejos del Departamento, los Sub- Comités Provinciales y Distritales, Pro Restablecimiento de la Universidad del Altiplano, tiene inmemoriales al señor Presidente de la República y a los señores Presidentes de las Cámaras Legislativas, para que se dé impulso a la ley pendiente de aprobación.
b).- Designar una Comisión por el Comité Central de Puno, integrado por delegados de los Sub-Comités, para que se constituía a Lima, llevando los memoriales sugeridos y presentarlos ante dichos Poderes del Estado, a fin de que se vea la Ley Universitaria de Puno, en la Primera Legislatura a convocarse.
c).- Reanudar las audiciones radiales por el Comité Central de Puno, por las emisoras locales y de otros lugares, como se ha hecho en anteriores ocasiones, para hacer conocer la importancia de la Universidad de Puno.
d).- Elevar a los Poderes Públicos memoriales firmados por las instituciones sociales y culturales de Puno y, por el Comité “Pro Restablecimiento de la Universidad de Puno”, pidiendo la aprobación en Diputados de la Ley respectiva, aprobada en el Senado, y para su promulgación por el Ejecutivo.
Con la gestión conjunta sugerida y labor constante hacia la consecución de tan elevada finalidad, nuestro importante Departamento Altiplánico, conseguirá que sus aspiraciones sean satisfechas.

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