Mauro Mamani Macedo (Arequipa, Perú, 1969), de padres puneños. Es magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la UNMSM, actual docente de esa misma universidad; posee en su haber varios libros con sobrada solvencia académica, de entre ellas podemos citar: Manuel Scorza. Homenaje y recuerdos (2008) y el libro que nos convoca “Poéticas Andinas Puno” (2009).
En los últimos años han parecido numerosos estudios sobre las literaturas regionales, en el ejemplo puneño por ejemplo se cuentan, desde un orden cronológico: “Informe de personajes y literatos de Melchor Patiño (Puno -1867), “Ensayos Literarios” de Moisés Yuychud (Puno - 1913), “Recuerdos de mis Cholas” de Salas Perea (Puno, S/I 1934), “La Antología de la Poesía Puneña” de Samuel Frisancho Pineda (Puno 1966), “Tres representantes de la poesía indigenista de la literatura puneña” de Juan Luis Cáceres M., “Literatura Puneña” de Tobaldo Loayza Obando (Puno 1993), “Antología de la poesía Puneña” de Omar Aramayo (Puno 1999), “Antología Comentada de la Literatura Puneña” de Feliciano Padilla (Lima 2004), “10 años de literatura Puneña” de Jorge Flórez-Áybar (Lima 2007), “Literatura puneña para educación secundaria” de Percy Zaga Bustinza (Puno 2007), “Aquí no Falta Nadie” de Walter Bedrega (Lima 2008), “Beso de Lluvia” del que suscribe esta nota (Puno 2008), “Literatura Puneña” de Henry Esteba (Puno 2009). Como puede notarse la lista es larga; sin embargo la factura de todos los libros citados obedecen a una mirada distinta a “Poéticas Andinas Puno”, los primeros bien podrían ser considerados escaparates en los que, como joyas, se exponen la poesía puneña (más allá de toda deficiencia gráfica que algunos puedan mostrar) o de los criterios de selección.
El libro de Mauro Mamani rompe esa forma de presentar los estudios poéticos y se adscribe más bien en el análisis crítico centrándose en el estudio de “la poética”, la misma que para Tzvetan Todorov, era concebida como la ciencia que estudia el discurso literario; y apunta, a su vez, a una reflexión científica sobre la literatura, ubicándose no en el conjunto de hechos empíricos, como se ha venido mostrando en los diversos libros citados para el caso de la producción literaria puneña, para centrar sus preocupaciones en los discursos literarios. “La poética” asume que la obra literaria es una estructura abstracta posible, en la cual existen constantes discursivas que pueden ser estudiadas por un estudio científico y riguroso, este es el caso del libro que citamos y cuyas líneas nos conducen a un recorrido que van desde la vanguardia poética indigenista con Gamaliel Churata, Alejandro Peralta; Inocencio Mamani; Carlos Oquendo de Amat(un vanguardista puro) y Dante Nava (un poeta con atisbos de erotismo), por cierto no todos ellos “vanguardoindigenistas”; transitando por Efraín Miranda (que según Gonzalo Espino posee “una voz india”), hasta Omar Aramayo, José Luis Ayala y Gloria Mendoza Borda, representantes de la poesía de los 70, hasta culminar la ruta con Boris Espezúa (representante de los 90, a pesar de poseer un claro activismo en los últimos años del 80).
A pesar que el libro de Mamani Macedo centra su objeto de estudio en la poesía puneña, en la que se diferenciará formalmente con otro tipo de discursos, como la lingüística, la sociología, la estética y los elementos políticos de referencia. Diferencia claramente el lenguaje de la literatura y caracteriza los códigos poéticos que analiza para el caso de cada autor. Y se apoya a la vez en las otras ciencias en la medida que el lenguaje forme parte del objeto mostrado en las construcciones poéticas referidas para cada caso en las características de los discursos poéticos particulares/ específicas y generales de cada poeta en referencia.
Ataca el tema de la representación del indio en la poesía andina de Puno, lo que linda con la formación de campos semánticos en torno a las tipologías sémicas que se desarrollaron en torno al indio y a su imagen1, del mismo modo el mundo interior del poeta y de su representación perceptiva sobre lo propio y lo ajeno a lo que el autor prefiere llamar “anclaje” en el caso de Inocencio Mamani, “migraciones interiores y exteriores” en Oquendo (la migración es una imagen que se da hacia adentro, claro, es decir en el texto, por parte del lector; y se migra fuera del texto por parte del poeta), una alución directa a “La Categoría del sujeto migrante” de Antonio Cornejo, un volver al torrente personal del poeta para explicar los presupuestos complejos que lo animan y lo vivifican en las metáforas que él mismo construye. “lo telúrico” en el caso de Efraín Miranda, en donde creativamente asume los temas de la legitimación y la deslegitimación discursiva, pero bajo los presupuestos de la semántica cultural, presupuesto teórico que por demás le ayuda a abordar el tema de la “identidad” en el discurso poético de Miranda Luján. “La religiosidad” en el caso de Omar Aramayo, “el Poeta de los Dioses”, verdadera odisea por explicar las representaciones míticas del universo andino y de su olimpo, verdadero alegato entre las oposiciones del razón andina versus la razón occidental, aquí el autor, recurre varios presupuestos de las ciencias sociales para explicar las representaciones metafóricas que Aramayo aborda en “Los Dioses” y en “El Nacimiento del Sol y la Luna”, y lo hace consciente de los riesgos; lo propio hace al abordar a Boris Espezúa.
Con este libro, Mauro Mamani Macedo vuelve por las rutas seminales de sus ancestros y nos entrega un tributo a los que como él tenemos las mismas raíces. Se trata de un libro que no puede faltar en las bibliotecas del amante de lo “Puneño” y menos en las de los lectores de literatura (sin considerar cualquier alusión a ciertos regionalismos), en hora buena… y gracias por este libro de interpretación de la poesía puneña.
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